Partida Rol por web

Tras dos años de búsqueda tu empeño comenzaba a flaquear. Muchas eran las preguntas pero pocas las respuestas. Y de éstas se podían contar con los dedos de una mano aquellas que podían arrojar algo de información para ayudarte en tu propósito.

Hasta que saliste en busca de Galvar Corven. Un desconocido, un mito, una sombra... sus apelativos eran muchos, tan diversos como los seres que te hablaron sobre él. De todo lo que escuchaste un detalle fue el que te impulsó a investigar más y más sobre él. Un pequeño detalle, una sola palabra... "Jedi".

Pasaste meses y meses siguiéndo una pista tras otra, y chocando contra el mismo muro del fracaso, pero no te rendías. Y al final, tanta perseverancia dio sus frutos. Llego a tus oídos un rumor acerca de ese misterioso personaje. Al parecer su último paradero conocido había sido Ravis, un mundo-jungla de la periferia del Borde exterior. No tenías nada que perder echando un vistazo allí pero además, como si la Fuerza te guiase, escuchaste que una chica, cuya descripción coincidía con Amaia, se había dirigido hacia allí unos dos años antes.

Tomaste el primer transporte disponible y aterrizaste hace una semana. No fue fácil dar con él pero finalmente llegaste a las ruinas de una antigua ciudad llamada Valnash. Los nativos no se aventuraban allí por miedo a los espíritus y decían que un extraño brujo habitaba entre sus muros.

Al final de aquella mañana encontraste una pequeña casa de piedra de cuya chimenea salía un humo de color claro, apenas perceptible. Tragando saliva y con la emoción a flor de piel te encaminaste hacia el interior dispuesto a volver a ver el rostro de tu hija.

Ahora, tras unas horas allí dentro tu mundo interior está convulso. La decepción se mezcla con el resurgir de la esperanza y la determinación tras la historia que acabas de escuchar.

Wenah Corven, la mujer que has encontrado allí, era la esposa de Galvar. Su marido había sido un caballero Jedi obligado a exiliarse tras la traición sufrida por el Consejo. Ambos habían vivido en perpetua huida, saltando de planeta en planeta con el miedo a ser descubiertos, hasta que llegaron aquí. Durante muchos años pudieron volver a llevar una vida normal, una vida como ambos habían deseado desde que eran jóvenes. Hasta que llegó ella.

Sabes que se refiere a tu hija antes incluso de que mencione su nombre. Amaia había llegado dos años antes y se presentó frente a su puerta tan solo con la ropa que llevaba puesta, una mochila con algunas pertenencias básicas y un enorme deseo de aprender. A pesar de la reticencia inicial de Wenah, Galvar finalmente accedió a terminar su entrenamiento. Desconoce si llegó a conseguirlo ya que su marido acabó muriendo, quizás de viejo, durante una de sus frecuentes meditaciones.

Tras suceder aquello Amaia tomó la determinación de marcharse. Incluso le propuso a ella acompañarla pero Wenah sabía que su sitio era aquel y que moriría junto a la tumba de su esposo.

Todo aquello sucedió hace cinco meses. Lo último que escuchó de ella fue que combatiría la tirania del Emperador y su Imperio de terror hasta sus últimas fuerzas. Había escuchado rumores de una Resistencia clandestina que poco a poco iba saliendo a la luz, la Alianza Rebelde.

Y allí se había dirigido.

Llevaba mucho tiempo sin obtener resultados positivos, pero intento no desfallecer. Su hija Amaia lo es todo para mi, y por mi culpa ella se había alejado de mi lado, de su familia. Cada día, cada noche recuerdo la pena que sufre mi mujer y la promesa que le hice. "La traeré de vuelta, te lo prometo" le dije entre los sollozos de mi amada esposa. Y cada día lo recuerdo, para seguir adelante con su búsqueda. Mi hija aun es joven, y el Lado Oscuro acecha... Sigue la última pista, bastante reciente, y espero obtener alguna respuesta para dar sentido a todo este viaje. "Llegar hasta aquí no ha sido complicado, pero ¿como entraré en la Alianza Rebelde?"

Antes de marcharme de la casa, me dirijo a Wenah. - Una última cosa y me marcharé y no la molestaré más - digo esperanzado a la mujer -Antes de irse, ¿mi hija dijo a donde se dirigía? Algun lugar, algun nombre... Algo que me permita proseguir. Miro fijamente a la mujer, confiando en que me podrá decir algo que me sirva para seguir con mi búsqueda.

La pobre mujer hace un esfuerzo por recordar.

- Creo que mencionó algo acerca de Coromir pero no sé si se refería a una ciudad, un planeta o una nave, lo siento.

- Gracias - le digo a la viuda del Jedi. - Me ha sido de gran ayuda, aunque no lo parezca. Con una sensación agridulce, cumplo mi parte del trato y salgo de la casa de la mujer. Había conseguido una pista sobre mi niña, pero como en otras ocasiones siempre llegaba tarde. Siempre ocurre lo mismo. O es una pista falsa, o cuando llego hace tiempo que se ha ido. "Tengo otra pista, y tengo que seguirla. No puedo desfallecer ahora." Sigo andando, lo mejor es que me dirija a alguna ciudad o poblado e empiece a indagar sobre Coromir y averiguar de que se trata.

Vuelves a la ciudad a la que llegaste con una esperanza renovada. Has recuperado, aunque sea en parte, el rastro que creías perdido.

Pero al llegar a la ciudad todo se vuelve gris de nuevo. Nadie parece conocer el nombre de Coromir y todas tus pesquisas resultan infructuosas.

Te encaminas hacia el espaciopuerto dispuesto a salir de ese planeta cuando tus ojos se detienen en un letrero que reza:

EL DESCANSO DEL NAVEGANTE

Resulta ser una cantina-motel del espaciopuerto. Un lugar sórdido pero donde, de seguro, habrá muchos pilotos y gente curtida en viajes por toda la galaxia.

Un poco decepcionado por los resultados de mi indagación, me fijo en la cantina del espaciopuerto. "Uhm, un antro sórdido pero que aglutina a gran parte de los pilotos y navegantes de la galaxia. Tal vez alguien sepa algo de Coromir." Con paso firme entro en el establecimiento. En estos sitios tienes que mostrar entereza y seguridad, si no puedes ser presa de algún camorrista con alguna copa de más que tiene ganas de diversión. Entro en la cantina, y hago una rápida mirada a la barra y a las mesas desperdigadas alrededor. Me dirijo al camarero, empezaré preguntándole a él sobre Coromir o tal vez pueda indicarme algún piloto que me pueda ayudar.

Te encuentras en el planeta Ravis tras haber cumplido un encargo de la Alianza junto a tu compañero Ga'aran.

Ga'aran es un togoriano joven con aspecto atigrado, de pelaje naranja y blanco. Mide unos 2,30 m. y tiene los ojos verdes. Normalmente es tranquilo, pero cuando le entra la mala leche lo mejor es no estar cerca. Lleváis juntos unos seis meses, formando un pequeño comando rebelde itinerante cuya función suele ser "eliminar" ciertos elementos imperiales.

Tras matar a un oficial imperial que viajaba de incógnito con sólo dos escoltas (un trabajo no muy complicado) os encontráis en El descanso del navegante, una sórdida cantina-motel del espaciopuerto, esperando a vuestro transporte hacia Joth, una estación suborbital de tránsito.

Ga'aran se ha ausentado para ir al lavabo y tú te encuentras en la barra terminando despreocupadamente una jarra de cerveza corelliana bien merecida cuando algo llama tu atención.

- Disculpe. ¿Le suena el nombre de Coromir? ¿O sabe de alguien que pueda ayudarme al respecto?

La voz pertenece a un humano de unos cuarenta años, calvo y con pinta de haber estado en la selva unos días. Se dirige al camarero que en ese momento niega con la cabeza.

Pero no es eso lo que te ha llamado la atención, si no el hecho de que haya preguntado por el nombre de una de las bases rebeldes más secretas que hay por los sistemas vecinos. Y que tú conoces dado que has pasado destinado allí los últimos ocho meses.

Entras en la cantina donde infinidad de razas se dedican a beber o jugar al sabbac con despreocupación mientras esperan a que carguen o descarguen mercancías de sus cargueros o simplemente esperan transporte.

Te diriges a la barra pero el camarero niega con la cabeza saber algo acerca de Coromir.

A tu lado ves a un humano de raza negra, con rastas y cara ausente terminando su cerveza corelliana. Al otro lado un devaroniano hace lo mismo con su quinto whisky mientras enfoca el infinito con ojos vidriosos. Unas mesas más allá ves a dos humanos, un sullustan y un alienígena que desconoces jugando al sabbac.

Ya en el fondo del local distingues algunas siluetas de más clientes, pero el humo y la oscuridad impiden ver más allá de donde te encuentras.

-¿Quién sera ese personaje y por que sabe algo que pocos saben? ¿Querrá acaso unirse a la rebelión? ¿será un infiltrado imperial?- son algunos de los pensamientos que cruzan por su mente. Masudeva toma un trago de su cerveza, pone el recipiente sobre la barra, se acomoda en su lugar y mira un momento con atención al recién llegado, para grabarse bien su apariencia y para recordar si no hay algún precio por su cabeza.

-Seria buena idea ver que trama este tipo- se dice a si mismo

- podría sacar algún provecho - después de mirar su facha descaradamente sigue sus movimientos con mas discreción.

Si ya de por si es difícil seguir una pista, resulta más complicado cuando nadie sabe de lo que hablas. Pero la repuesta tiene que estar por aqui. Si mi hija habló de Coromir, alguien tiene que saber algo. Tampoco quiero empezar a preguntar demasiado, eso los pondria a todos nerviosos y se cerrarian en banda. A estos tipos no les gusta demasiado las preguntas. Tendré que hacer uso de mis habilidades, tal vez oiga o siente algo que me ayude.

Te concentras en el fluir de la Fuerza y comienzas a percibir detalles antes imperceptibles. Si te concentras en cada conversación del local podrías escucharla como si estuvieras participando en ella, pero tras hacerlo un par de veces no sacas nada en claro más que frases huecas y carentes de interés.

Pero sí te llama la atención de que el tipo sentado junto a ti, el humano de las rastas, te observa descaradamente mientras se bebe su cerveza creyendo que no te das cuenta. Tras darte un repaso de arriba a abajo compruebas que parece haber vuelto a concentrarse en su bebida pero que no pierde detalle de lo que haces o vayas a hacer.

Va bien tener habilidades de la Fuerza para estos casos, aunque no haya sacado nada de la gente del bar. Pero el humanoide de mi lado parece interesado en mi. Me guio por mi instinto, y tal vez pueda conseguir algo de información. Tengo que romper el hielo de alguna manera y conseguir su confianza. - ¿Qué tal hermano? - le digo con un tono lo más amical posible. - ¿Es usted piloto o busca alguna nave?

El hombre parece estar distraido pero al cabo de unos segundos se gira hacia ti.

- ¿Qué tal hermano? - te dice en un tono amistoso. - ¿Es usted piloto o busca alguna nave?

¿Tiene naves en venta...? - pregunta un poco incrédulo y sarcástico - ¿ o esta buscando piloto?
Todo depende señor, explíquese - termina sonriendo un poco, divertido por su broma.
Toma la jarra de cerveza pide un vaso al camarero y lo llena con cerveza, la poca que quedaba, luego se lo pone enfrente al hombre.

- ¿Tiene naves en venta...? - pregunta el tipo con un tono entre incrédulo y sarcástico - ¿ o está buscando piloto? Todo depende señor, explíquese - termina sonriendo un poco, divertido por su broma.

Después, toma la jarra de cerveza, pide un vaso al camarero y lo llena con cerveza, la poca que quedaba, y por último te lo pone frente a ti en la barra.

Le sonrío mientras cojo el vaso y hago un trago de la bebida.
- Es buena - digo después de un resoplido causado por el gas de la bebida. - Pues vender no vendo, no tengo naves. Y buscar un piloto, pues lo buscaría si sabe como llegar a Coromir.
Apuro la bebida, dejo el vaso en la barra y hago señas al camarero para que sirva otra ronda, mientras miro de reojo a mi nuevo amigo, esperando ver alguna reacción a ese nombre.
- Por cierto, me llamo Bruce Lightman, viajero ocasional de este planeta.

Sonríe mientras coge el vaso y da un trago a la bebida.

- Es buena - dice después de un resoplido causado por el gas de la bebida. - Pues vender no vendo, no tengo naves. Y buscar un piloto, pues lo buscaría si sabe como llegar a Coromir.

Apura la bebida, deja el vaso en la barra y hace señas al camarero para que sirva otra ronda, mientras te mira de reojo.

- Por cierto, me llamo Bruce Lightman, viajero ocasional de este planeta. - te dice.

En tal caso señor Lightman creo que no puedo ayudarlo, desafortunadamente  no soy piloto y no se en donde se encuentra Coromir.- le dice, hace una pausa y luego continua.

 Pero tal vez pueda ayudarle a conseguir información, dígame ¿es un planeta el que esta buscando? - frunce el ceño al preguntar - no recuerdo haber escuchado el nombre antes.

- En tal caso señor Lightman creo que no puedo ayudarlo, desafortunadamente  no soy piloto y no se en donde se encuentra Coromir - dice el humano. A continuación hace una pausa y continua - Pero tal vez pueda ayudarle a conseguir información, dígame ¿es un planeta el que esta buscando? - frunce el ceño al preguntar - No recuerdo haber escuchado ese nombre antes.