Partida Rol por web

Aletheia pone ojos como platos cuando Nehifile se aproxima a ella amenazante y, al parecer, bastante cabreada. ¿Adivina del tres al cuarto? ¡Ay! Eso le había dolido. Sin embargo, la sacerdotisa guardó la calma. Lo poco que conocía a la elvariel le parecía impulsiva y barriobajera. Trató de hacerla entender que había sido un malentendido.Después de todo iban a pasar tiempo juntas, a formar un grupo de aventureros, y por su propio bien debía llevarse bien con ella. Pero eso sí, manteniéndose firme y sin achantarse ante sus modales tan ordinarios.

- Relajate querida. ¿Por qué antes de arremeter contra mi me dejas explicar lo que ha pasado?- La sacerdotisa se econtraba desnuda sin la compañía de los sacerdotes del Débl que la habían llevado siempre entre algodones. Muy calmada continua hablando.- Supongo que te refieres a Stiven. Sí, yo también me he fijado en él. ¡Qué chico tan amable! - ¡Y qué brazos!- Pero reconocerás que no es tan avispado como tú. Me parece que ha sido todo un malentendido.- Alétheia sonría cándidamente a  la impulsiva Nehifile.- No seas tonta. Como tú dices yo no te conocía.  Él me dijo que iba a volar. Yo le dije que debía tener mucha confianza en la persona con la que fuera ya que ,si se descuidaba, podía hacerse daño. Ni siquiera sabía que se refería a ti. Eso fue todo. No había tenido ninguna visión, ni sueño, ni la más remota sensación. Fue tan solo una conversación banal.

Alétheia mira a la joven alada como si fuera su hermana menor que hubira cogido un berrinche por causa de celos con un chico.

- No te preocupes. Si no me crees, cuando volvamos podemos ir a hablar con Stiven y ya verás como fue así. Hablaremos con  él para que no se preocupe. - La señala con un dedo acusador.- Pero la próxima vez no me vengas como si fuera una zorra cualquiera a la que pudieras tirar de los pelos, pues te aseguro que no lo soy.- Su pelo era de fuego y el fuego quema.

El ceño fruncido y el gesto retador de Nehifile no desaparecía a medida que escuchaba los parloteos de la pelirroja hasta que dijo lo de que no era una zorra cualquiera. 

Jajaja, veo que no eres una estirada del todo. Jijiji. Vale, te creo, no sé porqué. Aunque si te gusta, no seré yo quien se interponga. Pero sepas que me cae bien el chico y se que quería saber qué se siente al despegar los pies del suelo, ya sabes... Bueno, yo lo sé. Así que hablemos con él y arreglémoslo. Y luego, según se lo tome, igual le subo o igual le mando a tomar viento fresco. Jajaja.

Le puso un brazo sobre su hombro y, a la que se daba cuenta, estaba "dirigiéndola" sutilmente fuerte hacia el lugar donde llegó a la ciudad por primera vez. Seguro que aparecía por allí en algún momento. 

Alétheia no estaba acostumbrada a que la trataran de esa manera. Cuato más la apremiaba Nehifile más tardaba ella.  Usaba todo el peso de su masa corporal para resistirse a la no tan sutil forma de dirigirla de su nueva compañera. Tampoco es que se resistiera a ir, puesto que no tenía nada que ocultar. Simplemente no quería ponérselo fácil. Al parecer  la palabrería la molestaba, así que  Alé no para de parlotear, puesto que en eso era una experta. Así al menos la espera para ver si Stiven aparecía sería menos aburrida.

- Pero hija, ¿tú de donde sales?.Tuviste que darle un buen parto a tu madre si empujabas de esa manera ya en su vientre. ¿A qué hora naciste? Seguro que de madrugada ¿no? Eso lo explicaría todo.¿Cuando cumples años?. La posición de las constelaciones en el momento del nacimiento marcan mcho el caracter de una persona, ¿eh?. O te conservas muy bien o pareces una chiquilla comparada conmigo. Y con lo que comes, ¿cómo puedes estar tan delgada? Debes ser un terremoto, ¿no?.  Supongo que volar te consume muchas energías. ¿Qué pesos puedes levantar cuando lo haces? Así podría tranquilizar a Stiven. Hablando de Stiven, a mi también me pareció un chico majo. Si al final será un rompecorazones jaja.

Thessaly aparece entre sudores y con mala cara. Parece no haber dormido en toda la noche.
Empieza a mover a la cabeza de un lado a otro, buscando a alguien, hasta que se encuentra con Aletheia.

Se acerca andando a ella lentamente, quitándose de su rostro el pelo mojado en sudor que le entra traicioneramente en los ojos. Mira fijamente al oráculo y sonríe.

Yo también he sido iluminada, oráculo. Lo que antes creía se ha confirmado.

Posa su mano sobre el hombro de la mujer.

Nuestro camino va a ser más entretenido de lo que todo el mundo piensa. Dice la bruja Y mucha, mucha gente va a morir.

Lekion, partamos rápido. Estoy impaciente por ver que nos han preparado ellos.

Y por ver quien muere... Dice en voz baja para ella misma.

Las dos mujeres fueron hacia donde surjieron desde el destello. Allí tuvieron que esperar unas pocas horas hasta que por fin, Stiven aparecio. Iba cargado con algunos papeles que llevaba celosamente sujetos para que no se le volases. Concentrado en su trabajo se dirigía hacia el edificio de los escribas y no se percató de las dos mujeres que le miraban fijamente.

Lekion dice en voz baja, como hablando para si mismo.

Yo solo quiero unas tierras para vivir tranquilo lo que me queda de vida. ¿Es mucho pedir?

Recuperando la compostura.

Debemos seguir el mismo camino que la otra vez, hacia el norte. Esta vez llevaremos un mozo para que se ocupe de los animales. Toma, Thessaly dice mientras le da una daga. Está vez prefiero quedarme con la mia. Parece que mis manos ya no aguantan el peso de mi espada como antes.

Dicho esto, el grupo termina de hacer los preparativos y parten hacia su destino.

Después de esperar un buen rato Alétheia empezaba a ponerse de muy mal humor. Cuando finalmente vio al joven se tranquilizó un poco. El pobre iba enfrascado en su trabajo , cargado de papeles. Se imaginó a Nehifile llamádole con esos modales tan barriobajeros y pegándole tal susto que los papeles volaban por los aires. Así que decidió dar ella el primer paso.

- ¡¡Tchst!! Stiiiveeenn. Aquí - Levantó el brazo saludando al chico. Le sonrió con una sonrisa cálida y sincera.- ¿Cómo va eso? ¿Tienes un minuto?Tenemos que hablar y ...y despedirnos.

Alé se cubre las mejillas con las manos pro si la bruja petende apretujárselas de nuevo entre sus dedos. Saca un pañuelo para secar el sudor que perlaba la frente y labio superior de la bruja.

- Pareces cansada. ¿Has pasado mala noche?- Alétheia sabía lo que era eso.  Pesadillas y sueños inundaban las noches de la sacerdotisa del Débil. - Qué augurios más funestos...- Parecía que entre las dos mujeres iban a acabar con el pobre Lekion que parecía realmente deprimido, así que Alétheia trató de animarlo un poco. Le cogió del brazo mientras caminaban.

- Tonterías, aún tienes un brazo poderoso, como para desperdiciarlo en el campo.

Nehifile se dio cuenta de la resistencia pasiva que ejercía la pelirroja, lo que le hizo gracia. Fue un camino entretenido jugando a empujar y resistirse, distraer con parloteos, a los que no podía dejar de atender por lo divertidos que sonaban.

Los elvariel nacemos de un huevo, no lo sabías? Jijiji... Sí, como más que vosotros, pero siempre tengo hambre. Me gusta comer, pero veo que a ti también. Jijiji. Y le hizo cosquillas en las pequeñas lorzas que, ahora en contacto directo, ya no disimulaba el vestido. 

Entre empujones, risas y cosquillas llegaron al lugar. Allí la espera fue larga y aburrida, lo que aprovechó para comer algo, pero al final apareció el joven. Alé le llamó y Nehifile esperó sonriente. Le dio tiempo a sacudirse las migas de la ropa. 

Nehifile estaba deseando ponerse en marcha. Ya tenía sus cosas cargadas en su querida montura hacía horas. 

Ante la conversación de las dos brujas, la elvariel no podía más que torcer el gesto.

No sabéis que da mala suerte hablar e imaginar la muerte? La cabeza se llena de esas cosas y hay quien se vuelve loco. 

Lekion estaba desanimado y la pelirroja aprovechó para seducirlo.

Vaya, vaya... y parecía tonta. Jijiji.

Stiven se acerca a las dos mujeres con cara sonriente.

Buenos días. Por lo que veo has sobrevivido, Nehifile, menos mal, había oido que estabais todos graves y que era un milagro que hubieseis vuelto. Menos mal que ahora tendreis en el grupo a esta bella mujer, da unos consejos muy sensatos.

Nehifile estaba impaciente de tanta espera. 

Sí, sí, estamos bien. Y le dio un codazo a Alé. Ejem, sí, consejos,... Eso, buenos consejos... Algo sobre un consejo que le diste a nuestro buen amigo Stiven. Dijo con retintín no disimulado, aunque de manera simpática, como sólo sabía hacer ella. 

Alé sonríe al joven cuando halaga sus sensatez y su belleza. ¡Cómo le gustaba que le regalaran los oidos con bonitas palabras! Además eran ciertas, al menos  una.  Era una mujer sensata, con gran sentido común, de ahí el consejo que le había dado a Stiven cuando  iban paseando por la ciudad. De pronto sintió un codazo en la cadera, en las agarraderas carnosas que a uno de sus  "amigos", un elfo bastante atractivo todo sea dicho,   le gustaba denominar "Les poignées d'amour".  Pero esta vez no era el gentil tacto de una mano de dedos largos y habilidosos, sino el áspero codo de una elvariel mal hablada.

- Sobre eso quería hablarte mi querido Stiven. Creo que ha habido un malentendido que nos afecta a los tres. - Alétheia busca la mejor manera de abordar el problema. Decidió simplificar puesto que el tema le parecía una soberana tontería. El chico ya era mayorcito para decidir por si mismo, sin que la opinion de ella tuviera que afectarle.- Nehifile está molesta porque ya no quieres volar con ella y me echa las culpas a mi debido al consejo que te di. Cuando hablamos del tema no sabía bien a qué te referías con volar ni en qué condiciones. Sólo me preocupaba por ti ... - La mirada de Alétheia, cuando se posaba sobre el poderoso cuerpo de Stiven, no era precisamente maternal.- Como vamos a partir en misión en unos días, no quería que quedaran rencillas sin arreglar entre nosotras y quería aclarar el tema.- La mujer cambió totalmente el tono de voz, a uno gutural y trascendente a más no poder.-  En una sitiación crítica una cosa así puede suponer la vida o la muerte.- De vuelta al tono normal.- Vamos que puedes volar con ella tranquilamente si es lo que te apetece.El Débil sabe que te he cogido gran aprecio. Si se le ocurriera hacerte daño yo misma aplastaría su cabeza contra mi maza. Y por supuesto te daría buenos cuidados hasta que te pusieras bueno de nuevo ...- Le guiñó un ojo al chico.- Hablad tranquilamente entre vosotros y aclarad las cosas. Yo espero  aquí por si me necesitáis. - Sin más se apartó un poco para que los dos hablaran, pero sin irse para que Nehifile no pensaba que estaba escurriendo el bulto. Ahora le tocaba a laelvariel convencer al chico, ella ya no podía hacer más.

Stiven se quedo sonrojado ante las palabras de Alétheia.

Bueno, si es así, me aseguras que no moriré entonces me parece bien. Pero ahora tengo que llevar unos papeles, son urgentes. Quiza en otro momento Nehifile.

El grupo partio de nuevo hacia el norte. Volvieron a pasar por la taberna de Joe el loco. Allí pudieron escuchar como varios cazadores alardeaban de las presas que estaban consiguiendo. Algunos de ellos se proponian a dar caza al oso por el que ya había una recompensa.

Al llegar a Gabros notaron de inmediato que la ciudad estaba revuelta, empalizadas de madera y fosos se estaban realizando a todo alrededor de la ciudad para protegerla de posibles ataques, una labor cansada y ardua que todos los ciudadanos realizaban a lo largo del día.

Aquí descansaron la noche para continuar hacia la fortaleza abandonada.

Bueno, jejeje, son cosas que pasan, ya sabes, un malentendido. Y le dio unas palmaditas de hada en la espalda. A la vuelta del viaje, entonces. Trae a tus amigos. Seguro que les encanta. 

El joven se alejó, ocupado como estaba, y Nehifile se acercó a su compañera. 

Jejeje, es un buen chico. Gracias, amiga. Me has demostrado ser "legal". Vamos, que se puede fiar una de ti. Eso es bueno.

Jijiji. Por cierto, me he dado cuenta de cómo le miras. Te gustan tiernecitos, eh? Bien, bien, bien. Eso me viene estupendo. Así no reñiremos por los hombres. A mí me gustan... "malotes", peligrosos, ya sabes. Jijiji. Si tienen cicatrices, me ponen más. El chico se asustaría de estar con una mujer como yo. Pero tú, con lo dulce que pareces, seguro que le haces salir de huevo. Jijiji. El tono de la elvariel era jovial y juguetón. 

Vaya, vaya, amiga. Creo que nos divertiremos tú y yo.