Partida Rol por web

Objetivos comerciales, competencia entre mercaderes, negocios florecientes... un mar de posibilidades de negocio para una pícara como ella. La cosa pintaba bien. El joven le aconsejaba discreción. Bueno, si los comerciantes se enfadaban cuando alguien hacía tratos con la competencia, mejor hacerlo anónimamente.

Pan comido!

Bien, pues la próxima vez que nos encontremos recuerdame nuestro trato y te haré volar. Hoy estoy un poco cansada. Jejeje. Le chocó la mano al modo callejero, con los antebrazos elevados y firmes y no lacios como una flor mustia, como hacían los comerciantes y los funcionarios. 

Por cierto, qué comerciantes son los que tienen más riquezas? 

Así que estamos en un enorme tazón boca abajo… curioso, pero podemos ver a través… Qué mundo extraño. Por qué mis ancestros me habrán enviado aquí.

Ryosei sigue los pasos de Stiven mirando a su alrededor sorprendido de cada nueva experiencia y quedándose mirando (algunas veces de modo incomodo) a algunos de los seres con los que se cruza.
 

Stiven… ¿Cuantos más han llegado junto a mí? ¿Qué aspecto tenían? De pronto Ryosei pensó que aquellos que habían aparecido junto a ‘el podrían tener su misma misión o quizá ser compa ñeros enviados por sus ancestros.

Estoy segura que sera un grupo singular, pero eso es lo que menos me intriga.

Pareces conocer bien el sitio, seguramente todos te tengan en consideracion a la hora de consultar acerca de los asuntos de aqui, asi que imagino que hago bien en suponer que sabes quien es Leikon y para que necesita un grupo de gente. Si es asi, ya sabes mas que yo y agradeceria que arrojases un poco de luz a mi desconocimiento. Y de antemano, he de advertir que me puedo mostrar muy colaborativa o no, dependiendo de las circunstancias.

Dicho sea pues, quien es Leikon y para que me necesita a mi y a un grupo?

Esa es la actitud, señor. No creo que pudiera encontrar mejor compañero salvo un seguidor de Pangrus como yo. Lekion me ha comentado algunos encuentros con extrañas criaturas, la aventura está servida, solo falta encontrarla antes de que nos encuentre a nosotros.

Vaya, lamento tener que dejaros, pero hemos llegado a los barracones, Lekion está dentro y más me vale volar de vuelta al trabajo o me ganaré unos azotes merecidos. Entra y veras a dos hombres y un gnomo.

Stiven sale corriendo por donde has venido. Una vez se alejado, se para en seco y se vuelve.

¡¡OS ESTARÉ ESPERANDO PARA QUE VOLEMOS!!

y vuelve a salir corriendo por las calles empedradas de Aglate.

Extrañamente Ryouta solo ve a humanos por todas partes, en las calles empedradas, en las ventanas de algunas casas, salvo algún ser de otra raza humanoide que es acompañado por uno o dos hombres de armas como Stiven. Nada comparado a la galimatía que había en las dependencias de registro donde lo que más abundaban eran elfos, medianos, gnomos, enanos... no humanos a fin de cuenta.

Pfff, pues no se decirte, hay tanto que ha entrado. Lo de la luz esa no hace distinción ni nada, a lo que pilla lo mete, eso desde luego. Cuando entré yo hubo mucho revuelo, sobretodo de gente rica que había heredado grandes fortunas pero que no sabían hacer nada ¿sabes?, se vieron sin tierras y sin saber que hacer. Algunos desaparecieron. Cosas que pasan.

Ya me gustaría que me tuvieran en cuenta para las cosas. Solo soy un correveidile, pero desde la traición de Muenir hacía falta jovenes fuertes como yo para que ayudaran a poner orden ¿sabes?. Lo que pasa es que soy simpático, o eso dicen, y me gusta hablar con la gente y eso hace que me entere de bastantes cosas ¿sabes?.

Stiven se rasca la cabeza mientras piensa sobre Lekion.

Bueno, Lekion es un hombre duro, ya sabes, de los que nacen con una espada en vez de con una barra. Lo que pasa es que ya ha luchado mucho y quiere tener algo más tranquilo, se empieza a hacer mayor, pero eso no quita que siga repartiendo que da gusto. Sin ir más lejos, hace unas semanas consiguió acabar con una pareja de osos no se que ¿sabes?, lo que pasa es que el resto de su grupo cayó y creo que no lo ha superado.

Durante el trayecto Ryouta no pregunto nada mas. Se limito a observar lo que pasaba  a su alrededor atento y alerta.

Vaya, parece que nos han traido a otro valiente para dejarlo a mi cuidado. Comenta a Bohemundo y a Karpat

Lekion hace un gesto hacia la mujer con alas que está en las puertas de los barracones.

No seas tímida, pasa y presentate. Soy Lekion Bredga y estoy seguro de que te han dejado a mi cargo.

La elvariel había atado a Pegaso cerca de la puerta del edificio. Abrió la puerta y encontró a tres hombres. Uno era Lekion.

Nehifile. Gracias. Me han dicho que estáis formando un grupo para explorar la región. Dijo sonriente mientras revoloteaba despacio hacia el grupo. Su voz era armoniosa. Ni tan aguda como la de las hadas duende ni tan grave como la de una humana. Sin duda, parecía grácil. Vestía ropas ajustadas, que no impedían los movimientos. Portaba un arco y un par de espadas cortas, aunque no una armadura. Su pelo rubio, recogido, dejaba ver unos ojos vivaces, quizá demasiado frenéticos en contrataste con sus palabras suaves. Lo que más llamaba la atención era su altura. Era más alta que la mayoría de los hombres humanos, así que no era una hada duende normal. 

Tengo habilidades interesantes, señor. Puedo esconderme, tengo una vista estupenda y una buena puntería. Ah, y puedo volar tan alto como un pájaro. Además, me han dicho que para tener el pase hay que ganárselo. Es así, señor?

La elvariel intentaba causar buena impresión, pero le salió un tanto forzado. Se notaba su ansiedad en su tono. 

Bohemundo intentó ocultar un carraspeo o risa bastante poco respetuoso tras echarle un vistazo de arriba a abajo a aquel ser. Aquello parecía una mezcla impía entre una inútil hada duende y un habitante de las tierras altas con su burdo porte y altura.

- ¿Que diablos eres, muchacha? ¿A que brujo has enfadado para que te haga sufrir con esas abominables alas?

Los barracones donde os encontrais es un edifico firme de piedra con la sala principal espaciosa. tiene estanterias con diversas armas en las paredes, una especie de gimnasio. En sus laterales hay puertas que llevan a otras habitaciones. Desde la puerta en la pared opuesta por la que has entrado se deja ver un pequeño patio donde hay unos estafermos colocados.

Lekion es un humano curtido, lleva una cota de mallas encima, se puede ver que tiene alguna que otra cicatriz de pequeños cortes hace ya mucho tiempo.

El otro humano (Bohemundo) es bastante más joven, lleva una armadura de cuero y ropa normal. También lleva una espada colgando del cinto.

El gnomo (Karpat) lleva una armadura de cuero. Ropas sencillas. En su cuello se puede ver un colgantge de plata a la vista.

Nehifile se detuvo a unos veinte pies y miró de arriba a abajo al humano desde abajo, haciendo notar su altura volando y ascendiendo casi hasta el techo. Su rostro no escondía su indignación. 

Acaso tratas a las damas como lo haría un patán? Ni siquiera te has presentado y desprecias mi raza nada más verme. Dicho comportamiento es digno de un cenutrio, además de un ignorante. Espero que no lo seas y te disculpes ahora mismo. 

Bohemundo titubeó unos instantes al percatarse de que aquel engendro correspondía a algun tipo de raza magica que jamas había visto en el mundo del que provenía, y por tanto quizas existiesen otros individuos como ella. Tras fruncir el ceño un par de instantes, habló. - Disculpeme pues, doña. No sabia que existiesen gentes como tú, al menos en el reino del que provenia. El forrajero hizo un tosco gesco con la cabeza, quizas era algo parecido a disculparse.

No se lo tengais en cuenta, doña. No se suelen ver seres de su raza por aquí, y menos, mezclados con los humanos. Si no fuese porque ya he visto a otra de vuestra raza me veriais espada en mano.

Lekion hace una pequeña pausa para ver que se ha calmado el ambiente.

Soy Lekion, y voy a ser vuestro responsable en los siguientes días.