Partida Rol por web

Stiven se quedo perplejo ante las palabras de Thessaly. Su habitual cara alegre se cambió por completo por una cara de duda. Miró absorto como acaricia al zorro hasta que por fin consiguió balbucear.

Bueno, será mejor que sigamos, creo, digo ¿sabes?, no se que pensar, puede que tengas razón, ¿no?

Si, debemos ir conociendonos un poco. Este lugar es extraño para todos y es mejor saber de alguien al que poder acudir. Más adelante solo los dioses sabrán que haremos pero por ahora es mejor que nada.

Bohemundo se aclaró la garganta con su sempiterna brusquedad.

- ¿Y cual es la misión que se nos encomienda?

Se formó un pequeño aserradero al noroeste de aquí. Hace dos días que no se tiene noticia, siempre había por lo menos un mercader que iba y venía. Con la vuestra llegada se comenta que habrá llegado alguna terrible criatura y se haya comido a todos. Nosotros iremos a investigar lo que realmente ha pasado.

Nehifile estaba un tanto aburrida de la espera. El recién llegado no hablaba y los demás... bueno, no lograban mantener su atención. 

Alguien sabe dónde hay buenas costureras? Una chica necesita ropa variada. Aquí se entrena? Me gustaría lanzar unas flechas. No tenéis hambre? Yo sí...

Luego habló Lekion y comentó algo de un aserradero y una criatura.

Bien, y a qué esperamos? Cualquier cosa menos soportar el tedio un segundo más. 

Están preparando las provisiones para el viaje. Iremos a Gabros y desde allí directos hacia el aserradero. Además, prefiero que salgamos al amanecer, hay un día de viaje hasta Gabros. Y ya que te prestas voluntariosa, hay fuera, en el patio de atras hay unos maniquies donde puede demostrarnos a todos tu punteria.

Stiven vuelve a aparecer por la puerta acompañado por una mujer. Extrañamente la cara alegre y resueña que suele llevar ha desaparecido.

Señor, le traigo a la última para su grupo. Jalip me ha dado estó para usted.

Stiven le entrega un portarollos a Lekion.

Me ha dicho que ya no recibirá más miembros, con estos debería bastarle. Bueno, debo irme. Le dejo con mmm, Thessaly.

Stiven vuelve a marchar, esta vez sumido en sus pensamientos.

Stiven deja a Thessaly en unos barracones sencillos. Una amplia sala con algunas armas colgadas de estanterias en las paredes. En la pared oeste, puertas cerradas dan lugar a otras estancias y en frente, una puerta abierta a paso a un patio donde se ven unos maniquies seguramente para entrenar.

En su presencia se encuentran tres humanos, un gnomo y una mujer alta y con alas.

Buen, perfecto. Lekion abre el porta rollos y lee unos papeles que hay dentro.

Nuestro estará formado pues por Bohemundo y Kitsu-san como los luchadores, que conmigo hacemos 3, los tres hombres. Nehifile, por lo que dices, arquera y si puedes volar serás de gran ayuda. Karpat, el buen gnomo, clerigo de Pangrus, espero que veles porque no muramos ninguno y Thessaly, aquí dice que sabes hacer muchas cosas, esper oque puedas demostrarme tu valía.

Ah, estupendo! Dijo entusiasmada ante la idea de probar un rato con el arco. 

En esas entró Stiven con mala cara junto a una mujer.

Bienvenida, Thessaly. Qué cosas puedes hacer? El comentario le había dado curiosidad. Pero no se esperó a la contestación y voló hasta el patio. Habla, te escucho. Sacó su arco y disparó un par de flechas. La primera era de prueba, pero la segunda fue un buen tiro.

Eh, no está mal, verdad? Pero lo puedo hacer mejor. Sólo estoy calentando. 

Thessaly avanza lentamente hacia el patio, en silencio, con la compañía de su pequeña zorra rojiza a su lado y observa a Nehifile.

Tras ver la demostración de arco tuerce su boca esbozando una pequeña sonrisa y realiza un salto mortal hacia atrás de 3 metros para saltar de nuevo unos 2 metros quedando de pie en el marco de una ventana.

Conozco los secretos que yacen detrás de la materia. He visto fornicar al Vacío y a la Nada para dar nacimiento al Mundo y árboles me susurran sus más oscuros secretos mientras sueñan. He curado ancianos al borde de la muerte y he hecho que se enamoren jóvenes que provocaron matanzas entre sus familias enemistadas.

Abrazo el conocimiento que hace llorar a sabios y adivinos para utilizarlo a mi capricho. Las gotas de rocío mañanero son palabras escritas en un libro que sólo yo comprendo.

Thessaly baja de la ventana y anda hacia Nehifile lentamente hasta quedarse un paso.

Las llamas que prenden fogatas y pueblos son mis amantes, mis padres y mis hijos. Soy odiada, amada y temida por lo que conozco.

Thessaly pasa el dorso de su mano por la mejilla de Nehifile. Se gira hacia Lekion.

Y por el equipo reunido aquí sospecho que necesitas gente que sepa asesinar. Ahora sólo falta saber a quién y por qué.

Lekion avanza de manera pausada hacia el patio.

Dices que dominas muchas artes, espero que puedas demostrarlo. Antes de que llegaras lo estaba comentando. Nuestro objetivo es averiguar por qué no se tiene noticias de un pequeño aserradero al noroeste. Mañana iremos hacia Gabros, donde descansaremos y luego directamente al aserradero.

Lo que queda de la tarde lo aprovecharemos en conocernos un poco. Estoy convencido de que alguna criatura monstruosa ha atacado el aserradero y no hay nadie que tenga las agallas de ir allí. Por eso me envian a mi con vosotros. Portaos bien y os podré recompensar.

Bohemundo se mostraba intranquilo y algo fuera de lugar entre tanta demostración de fuerza, habilidad y estupidez congénita. Él era un soldado acostumbrado a los duros acantonamientos militares en asedios de varios meses, y todo aquella animación le resultaba bastante innecesaria.

- ¿Hay algún lugar en el que hospedarse hasta la partida? Me gustaría asegurarme del estado de mis armas antes de entrar en combate.

Lekion señala a una de las puertas de la sala

Tras esa puerta encontrareis camastros para poder dormir y descansar. Hay sitio para todos. Los animales que teneis descansarán en el patio. Mientras esteis bajo mi cargo podreis quedaros en estas estancias.

Kitsu se encuentra de pie cerca escuchando a todos. Nehile, me puedes prestar el arco?

Tras cogerlo Ryouta tambien hace alguna practica de tiro. Sin embargo su forma de disparar es curiosa, dispara medio de lado sin aparentemente apuntar mucho.

El primer tiro da en la diana y Ryouta mira el arco algo confuso.

Este arco es diferente a mi Daiyku...

Sin embargo con determinacion vuelve a intentarlo clavando su flecha en el mismo centro de la diana.

Tras esto se gira y cogiendo el arco con ambas manos comop portando una bandeja se lo cede a su propietaria. Mil gracias Nehile-sama, es un arma escepcional.

Tras eso se sienta con las piernas cruzadas y se dedica a arreglar y mantener sus armas. Su apariencia es de una tranquilidad tremenda.

Karpat se queda observando a sus nuevos compañeros. Se le ve entusiasmado. La idea de salir y buscar criaturas terribles con las que luchas le anima.

Karpat en un momento a solas con Lekion le cuenta que cuando duerme, el inmenso poder de Pangrus le domina cuando duerme, haciendo que busque pelea moviendo su cuerpo en sueños y dejándole en un extraño trance.

Nehifile se quedó patidifusa ante la exhibición de autocomplaciencia de la tal Thessaly. Había conocido numerosas charlatanas, echadoras de cartas, las que hablan con los muertos, las que venden filtros de amor y las que echan mal de ojo. La mayoría no eran más que timadoras sin habilidades manuales, pero con una gran labia. Esta parecía una de esas. Pero no podía asegurarlo. Una vez se equivocó y le lanzaron una maldición que hizo que estuviera meando horas y horas. Tuvo que pagar cien monedas de oro por unas hierbas que sólo actuaron al cabo de varias horas más. Además, se gastó otra fortuna en la taberna de la sed que tenía... Esto... de qué estaba narrando... Ah, sí, que era mejor sonreír.

Oh, vaya, qué interesante. Y su encantadora sonrisa, aunque quizá durara demasiado. 

El extranjero luchador de los ojos rasgados y nombre impronunciable le pidió el arco y, tras un tiro flojo, dio de lleno en el centro de la frente de un muñeco, justo al lado de una flecha suya, aunque mejor colocada. 

Oh, menudo tiro! Aquí no pudo disimular su admiración. Sonó su voz mucho más espontanea y, aunque no menos cantarina que con la mujer. Ha sido un placer! Cuando quieras practicar, te prestaré mi arco. 

De repente se acordó de algo...

Pegaso! Está en la calle! Salió volando e hizo pasar a un mulo totalmente blanco y cargado con unas pocas pertenencias. Luego entró en la zona de los camastros y buscó el más cómodo y resguardado de miradas furtivas. Allí colocó sus cosas.

Un rugido sonó de sus tripas. Tenía un hambre terrible. Desde que estaba allí no había comido nada. Así que cogió sus raciones, deborándolas con avidez. No pudo resistirlo y se zampó otra ración. Tras terminar, se acercó a Lekion. Su fino talle sufría un leve abultamiento por la comilona.

Señor, si tenían a un elvariel en sus tropas, sabrá que comemos un poco diferente a los demás, verdad? Tendrán provisiones para mí? Su gesto parecía el de una pobre niña desvalida. Aunque luego se acordó de la promesa de recompensas por la misión. Por cierto, de qué recompensas hablamos? Los soldados son austeros con sus gastos mientras no se les rompan las espadas, pero una señorita como yo necesita comprarse cosas, ya sabe. 

La recompensa será conseguir la ciudadania, sin ella no podreis comprar en Aglate. Es algo que se han inventado los tres nobles para seguir diferenciando las clases. Mientras no lo tengas eres algo parecido a un esclavo. Con unas pocas misiones cumplidas con éxito y moviendo algunos hilos podré conseguirosla, y así a ver si me dan alguna tierra donde pueda retirarme.

Por el momento tendreis alojamiento, comida y si os hace falta algo de equipo quiza pueda conseguirlo, además de una parte de lo que podamos encontrar allí fuera.