Partida Rol por web

- A mis contactos de la isla. Cornellius es bastante reservado. Ni redes sociales, ni móvil, ni zaranjanadas. Si quieres contactar con él debes llamar a cierta gente de confianza y luego esa gente le pasa el aviso. Y si él quiere se pone en contacto contigo. En el fondo le envidio, así se libra de todos los brasas y aprendices de mediums que por leer un libro de Crowley ya se creen que han sacado una diplomatura en ciencias ocultas.

Le daba igual si Nick llamaba a aquel tipo o no. Sin embargo, habia cierta información que sí podrian sacar. Pedro habia contactado con Cronellius y este a su  vez le habia dicho que dejara de investigar por según que ramas. Eso era porque William sabía algo, sabía qué se encontraria Pedro.

- ¿Conoces más irlandeses que estén relacionados con los mundos paranormales? ¿Alguien en San Andres de Teixido? Creemos que Pedro hizo un viaje alli, y yo pensé que quizás tu amigo William pudiera haber tenido una casa allí. Sin embargo, me dices que cuando viene no tiene residencia y que se queda en casas de posibles conocidos. Quiero nombres, Nic.

Se rascó la cabeza.

- ¿Y por qué cojones tenias tú la llave del teatro Galán? - dijo como si de pronto cayera en la cuenta. - ¿O es que entraste por la fuerza?

La respuesta que dio Nic le pareció satisfactoria a Isabel. Le incomodaba un poco, porque luego le dolía haber sido tan inocente, pero comenzaba a confiar en el rubio. Su manera de confiar en la policía, contando todo aquello, pese a que había mentido antes de manera descarada, le dio puntos al gemelo de Sting.

Miró Isabel a Fernando cuando habló, y asintió ante sus preguntas, sobre todo ante la última.

—Forcé yo primero la cerradura, y me imagino que tú entraste aprovechando la situación— pensó en voz alta—, pero es una casualidad muy bonita que también estuvieras merodeando por allí anoche.

Se rascó el puente de la nariz, y miró a Nic de nuevo.

—Oye, ¿y podrías decirle a tu colega Cornellius que dejara Irlanda, y se viniera para acá? Para quedar y eso, como en los viejos tiempos— añadió usando las mismas palabras que Nic. 

- Como bien dice ella me lo dejasteis fácil.- asiente Nic - Pero si no fuera así debo reconocer que tampoco sería un problema abrir esa cerradura. Estoy siendo sincero, quiero que lo tengáis en cuenta. 

Luego negó con la cabeza ante el comentario de llamar a Cornelius:

- Lo dudo. Alguien como William no viene hasta aquí sólo por turismo. Tendría que haber algo que le interesase mucho. Y te diré una cosa: si estuvo en contacto con Crespo y a Crespo le pasó lo que le pasó... dudo que quiera venir a asomar el hocico. 

Se quedó pensativo ante la pregunta de Fernando sobre San Andrés de Teixido:

- Tengo muchos contactos relacionados con el mundo paranormal en casi todo los sitios del mundo. Sé que probablemente no os creeréis una mierda de lo que os pueda contar y hacéis bien. Las experiencias paranormales son como una canción pegadiza. Si trabas contacto con ellas se repiten, reverberan. Nadie sabe explicar el motivo pero es un hecho: una vez entras en el mundillo la curva de exposición es exponencial. Así que no creer en ellas es lo más saludable. También hay sitios que forman una especie de 'focos', donde las situaciones paranormales se intensifican y uno de ellos es San Andrés de Teixido. No es buena idea para un ocultista vivir cerca de algo así, salvo que seas capaz de lidiar con la Realidad - pronunció esa palabra con una entonación especial - de una forma muy intensa. Estoy seguro de que ningún ocultista viviría en un radio inferior a treinta kilómetros de esa capilla. Lo curioso es que la gente que suele vivir en esos lugares es impermeable a las experiencias paranormales. Algo así como si el propio lugar los inmunizara. No podrían ver un fantasma ni aunque estuviese delante de su cama.

Fernando meneó la cabeza:

- No entiendo una mierda de lo que estás diciendo Nic. Simplifica para los cabezas cuadradas de más de 50 años.

Gruñó la detective ante la contestación de Nic acerca de si William vendría por España. Aunque hubiera sido genial que dijera que sí, que estaría encantado, por supuesto las cosas no podían ser tan fáciles.

Isabel apoyó su barbilla en la palma de su mano, y contempló al rubio cómo seguía hablando.

Terminó arqueando una ceja, escéptica, y miró Fernando, compartiendo una mirada cómplice. ¿Realmente Nic se creía todo lo que decía o simplemente era su impresión? Fantasmas, cacofonías, ver el futuro en las cartas, y demás parafernalia era algo que a Isabel no le importaba. De hecho, lo miraba con algo de rabia, como si la gente que creyera en eso fuera débil. Poco lista. Ingenua.

—¿Sabías qué hacía Pedro en ese lugar?— preguntó Isabel, aunque no recordaba si de aquello ya se había hablado—. ¿Documentarse para su libro?— se respondió a sí misma—. Oye, ¿nos acompañarías en una excursión a San Andrés? Será mega divertido, Nic. Como en el cole. 

- No sé que se le podría perder a Pedro en ese sitio. Su estudio iba sobre sectas y dudo que ninguna secta se establezca en un punto de poder. Es muy arriesgado.

Se giró hacia Fernando:

- Es simple. Imagina que el mundo que estás viendo tiene otro superpuesto. El mundo oculto, otro plano, otra dimensión... llámalo como quieras. Nadie sabe exactamente que es, pero está ahí. Los dos mundos están separados por una membrana que los mantiene separados. Y cada mundo tiene sus habitantes, que no se enteran de la existencia de los del otro lado. ¿Lo entiendes? Pero hay momentos en que la membrana se rasga por motivos diversos. Si entras en contacto con el otro mundo digamos que quedas... infectado. Tienes una tendencia natural a rasgar la membrana y encontrarte con más cosas del otro mundo. Hay gente que rasga la membrana intencionalmente y gente que simplemente estudia ambos mundos. Ocultistas, magos, mediums... llámalo como quieras. 

Hace una pequeña pausa para que Fernando lo digiera todo. Con calma, sin prisa, muy serio, como si fuera un profesor de física explicando la ley de la gravedad:

- Ahora piensa que hay sitios donde esa membrana está tan rasgada que la conexión entre los dos mundos es casi continua. Los motivos pueden ser de todo tipo: rituales antiguos, sucesos especialmente catastróficos que provocan fuerzas paranormales, entidades del mundo equivocado que viven allí... Una persona normal que nunca se haya rasgado la Realidad puede estar tranquilamente allí porque la membrana, aunque esté muy rasgada, no le afecta. Es más: está demostrado que alguien normal que haya nacido o vivido mucho tiempo cerca de un sitio de poder desarrolla una especie de 'invulnerabilidad' hacia el otro lado. Como una vacuna. Has estado tan expuesto sin darte cuenta que ya no puede afectarte. Pero un ocultista crea perturbaciones capaces de provocar la reacción del otro lado. Atrae los sucesos paranormales como una lámpara atrae a las polillas. Y créeme... hay cosas del otro mundo que es mejor no atraer.

Luego se vuelve hacia Isabel:

- De lo cual puedes deducir que sólo iría a San Andres por motivos muy específicos. Y ahora mismo no me los estás dando. Pedro fue allí ¿y? Igual fue a visitar la capilla. Miles de turistas lo hacen. Y si no fue por eso ¿para qué fue? Esa es la pregunta. Sigo vivo porque me tomo estas cosas muy en serio y nunca voy a un sitio a ciegas. Mucho menos a un sitio de poder.

Se recuesta en su asiento:

- Sé lo que estáis pensando. Que o bien soy un tarado o bien un mentiroso. Me da igual. Pero empiezo a pensar que Crespo tocó donde no debía y alguien o algo lo quitó del medio. Tengo curiosidad, creedme, mucha curiosidad. Porque además el chico me caía bien. Pero si os voy a ayudar deberíais considerar la posibilidad de que lo que os estoy contando tiene una base cierta. Y entiendo que ese salto de fe es bastante improbable.

Fernando seguía apuntando cosas.

- ¿Por qué iba a negar que lo que tu dices es verdad? - dijo Fernando sorprendiendose a sí mismo. Y la verdad es que estaba convencido de lo que decía. En cualquier caso, Pedro creía en ello. La persona que le asesinó seguramente estaba relacionado con eso. ¿Queria eso decir que fuera verdad lo de los dos mundos? No, no tenia nada que ver. Pero si quería seguir las pistas de Pedro tenía que pensar como él. Asi que no sería Fernando quién le dijera a Nic que estaba loco, por mucho que pudiera pensarlo. Trataria de aprender lo suficiente como para que le guiara hasta el lugar donde averiguar quién habia sido el tipo que le habia clavado aquellas agujas.

La visión de Pedro en su imaginación le hizo llenarse de determinación. Tenian que llegar hasta el final del asunto. Y parecía que necesitaran la ayuda de aquel tipo.

- Si aquel mundo es una "puerta" como tu dices. ¿No querría Pedro cruzar al otro lado? No entiendo que motivos podrían llevarle alli. ¿Quizás estaba escribiendo sobre aquel otro mundo? O lo que estoy diciendo no tiene sentido. Tendrás que hacer de guía.

En cualquier caso, el resultado fue que volvió y después le asesinaron. ¿Por qué? ¿Habria molesado a alguien en Teixido?

Se quedó un poco decepcionada con la respuesta de Nic. Creía que San Andrés sería un lugar importante para Pedro, pero, quizá, sólo había sido algo esporádico y sin transcendencia para el muerto.

Sin embargo, Isabel no pudo aguantar la risa mientras el rubio explicaba a Fernando acerca de los mundos de yupi, y se le escapó desde el fondo de la garganta un ruido entre gutural y una risa ahogada. Carraspeó, y negó con la cabeza, disculpándose por interrumpir.

—O sea esos lugares son como mágicos, ¿no? Como El Escorial en Madrid, que dicen que su ubicación es mágica, y que se consultaron a astrónomos, alquimistas y no sé qué gentuz… qué expertos más para tener contento a Felipe II. También dicen que tapa una entrada al Infierno— arqueó la ceja, de nuevo, escéptica, pero, siguió escuchando a Nic con atención.

Aquel caso era excepcional. Y, aunque Isabel no llevaba mucho tiempo en el cuerpo, sabía que era raro. No eran simples frikis de esos que se juntaban con un libro de normas y creaban personajes raros. No. aquí había gente que realmente creía en eso. Que creía en esos mundos de los que hablaba Nic.

—Já— soltó Isabel tras escuchar a Nic—. ¿Me estás diciendo que Pedro murió porque no se tomó lo suficientemente en serio todo esto?— preguntó, algo enfadada—. ¿Murió porque no le dio el respecto adecuado? ¿Porque investigó sin ser cuidadoso con este “mundo oculto” del que hablas?

Isabel miró a Fernando, encendida, y soltó el aire por la nariz ruidosamente, sólo le faltaba bufar.

—Yo no pienso nada, Nic, pero tú vas a venir con nosotros a San Andrés— prometió la detective tras escuchar las palabras tanto del rubio como de su compañero—. Nos vas a hacer de guía— añadió, copiando las palabras de Fernando. Sólo le faltó incluir un “por mis cojones”. 

- Isa - dijo Fernando - tenemos que tranquilizarnos. No vamos a hacer un viaje como ese si no seguimos una pista real. A perder el tiempo no he venido. Y Pedro murió aqui. Podemos intentar pensar como él, pero seguir sus pasos puede ser una tontada. Y no lo descarto porque si, solo digo que tenemos mucho que investigar antes de irnos a hacer turismo - sonrió, no lo decía con malicia, pero trató de demostrar con cierta sorna que quizás no era la mejor idea. Isabel era una mujer con una cabeza maravillosa, pero cuando conseguia sobreponerse a sus emociones y pensar con tranquilidad. Tenia que buscar eso de ella, pues era capaz de encontrar pistas donde nadie más lo hacía. Solo tenia que tener la mente fría.

Nic asintió ante la intervención de Fernando:

- Gracias.- le dijo a Fernando. Luego se giró hacia Isabel - Pero quisiera dejar algo claro: yo puedo investigar esto por mi cuenta pero, siendo sincero, prefiero hacerlo con apoyo oficial. Lo que no voy a hacer es fingir que me importan tus amenazas porque realmente todos sabemos que no tenéis nada contra mí. ¿Qué vas a lograr? ¿Una orden judicial para que te acompañe a San Andrés de Teixido? No creo que ningún  juez te la conceda. ¿Retenerme en comisaría? Ya lo han hecho otras veces y conozco a todo el mundo a un lado y a otro de los muros, seguramente mejor que tú misma. No tengo nada que ver con la muerte de Crespo y quiero colaborar en su resolución así que no la fastidies practicando tus movidas de chica dura conmigo. Puedes ahorrártelas.

Lo soltó todo de carrerilla, sin la habitual sonrisa de medio lado, como si quisiera dejar esos puntos del contrato muy claros.

- ¿Qué vais a hacer? ¿Hay algo en concreto en lo que pueda ayudaros? Quizás pueda contactar con Cornellius para que, al menos, me diga de que iba realmente la investigación de Crespo o, al menos hacia donde apuntaba. Si lo logro localizar espero que hable conmigo. Si le mandáis a alguien de la Interpol, si es que eso es viable, desaparecería como el humo.

- Intenta contactar con él, y preguntale sobre las cosas que habló con Pedro. Aunque ya sé que hablaban de la interpretación de los sueños y de religiones. Lo que no sé es qué investigaba Pedro que le pudiera traer problemas y eso es lo que necesito saber.

Y quiero saber dos cosas más - dijo antes de que Nic se diera por satisfecho - ¿Sabes algo del "Pirata", y de Leviatán? Ya sé que era un bicho marino y bla bla, pero ¿sabes de alguien que se haga llamar así?

Cuando se quiso dar cuenta, estaba algo alterada, y miraba con cierto odio a Nic, aunque el pobre hombre sólo hubiera hecho todo lo posible por ayudarlos.

Miró a Fernando ante su llamada de atención, y negó con la cabeza, como si prometiera que no volvería a pasar.

Sin embargo, explotó de veras cuando Nic dijo aquello. ¿Que no tenía nada contra él? Como si lo necesitara.

—Pero, muchacho, ¿tú te crees que necesito realmente algo contra ti? ¿Que esto va de pruebas, y de polis y cacos? El mundo es oscuro en este lado del muro, como dices, y las reglas van conmigo. En los delitos de droga la carga de la prueba se invierte. Tú debes demostrar que eres inocente. Nada de eso de “se es inocente hasta que se demuestre lo contrario”. ¡Una mierda!— elevó la voz—. Consigo una cantidad de droga, no tiene que ser muy bestia, así evitamos una agravante, soy mala, pero no tanto, y te empapelo en menos de lo que tardamos en ir a San Andrés. Consigue un picapleitos para que demuestre que no eres traficante, cuando en la comisaría ya te han visto la cara varias veces.

Se mordió los labios y los carrillos, nerviosa, y miró a Fernando, sintiéndose culpable.

—Vale, vale, lo siento— se rascó la cabeza, y tragó con dificultad—. No volverá a pasar. Perdona, Nic, ¿vale? Esto de los muertos, y cosas místicas, bueno, no me llevo muy bien con toda esta mier… esta parafernalia.

Se sintió muy tonta cuando escuchó realmente cómo Nic quería ayudar. Algo avergonzada por su actitud, y sintiendo la cara caliente, escuchó más que habló.

—Sí, contacta con él, por favor— musitó, simplemente para hacerse todavía notar, pues no sabía mantenerse callada.

Nic pareció soprendido ante el repentino estallido de Díaz. No preocupado: sorprendido. Sin embargo la tormenta calmó antes de llegar al puerto y el hombre asintió. 

- Comprendo la tensión. Pero os aconsejo una cosa: andad con cuidado. Si esto es tan serio como para que Cornellius aconseje esconder la cabeza las cosas sólo pueden empeorar. Intentaré contactar con él.

Cuando Fernando mencionó a Leviatán y al pirata el ocultista asintió:

- Claro que me suena. Es el apodo que usa el líder los okupas en sus movidas mesiánicas. El Pirata es un viejo desgraciado de aquí, un sin techo con una historia curiosa. Era profesor de teología en el Seminario Mayor pero le iban las movidas ocultistas. En la época de Franco eso era jugar con fuego... un día lo pillaron con el libro equivocado y se montó un follón de la hostia. Le quitaron la cátedra. La familia, toda del Opus, lo repudió. El tipo acabó mendigando y luego perdió la chaveta a base de vino barato que derivaron en jaco. Ahora es una sombra de lo que era pero a veces recupera la lucidez y es una maravilla oírle hablar. Debe ser uno de los tíos que más sabe sobre los círculos infernales y celestiales de todos los que conozco. Lo malo es que complicado sacarlo del pozo donde su cerebro está la mayor parte del tiempo. 

- Sí. Sé que se dice a sí mismo un chamán. Supongo que se pondrá hasta el culo de todo para establecer contactos divinos. - dijo Fernando un poco cansado de la misma mierda de drogados - Me extraña que un tipo como ese, vagabundo, okupa y sin casa sea capaz de escribir PDFs. Eso sería mucho tiempo en un locutorio. O tener en posesión un portatil.

Y seguian sin saber qué habia sido del notebook de Crespo. Aunque seguramente se lo habrian llevado al asesinarle. O no. La cabeza de Fernando daba mil vueltas. Realmente poco podia sacar de Nic ahora mismo. Se le planteaban tres opciones por delante. Volver a ir al piso, por si se les habia pasado algo y revisarlo todo bien ahora que sabian más cosas. Hablar con el propietario del galán por si supiera algo. O seguir la pista del pirata y de la obra de teatro. Nic iba a ir, asi que de seguro le verian más.

- ¿Todavia no sabes cuando se celebrara de nuevo la Obra de Teatro ni donde será, verdad?

La conversación dio un giro que Isabel no pudo evitar fingir seguir en su mundo. Le interesaba de verdad, y quiso atender, por ello miró a Nic, y escuchó a todo lo que dijo.

—O sea que El Pirata es un líder okupa, perfecto, que fue catedrático— dijo Isabel, como si se lo grabara en la mente—. Qué vida tan interesante— añadió con sinceridad.

Y realmente lo veía así. Salir del paradigma donde el yonkarra era el típico nini de un barrio de los de quiero y no puedo, con familia desestructurada, y unos padres que se interesaban por la pensión del Estado a final de mes o por el fondo de una botella. No tenían estudios, y, por desgracia para la sociedad trabajadora, eran parásitos.

Sin embargo, aquel hombre, El Pirata, atrajo la atención de Isabel. Respetaba a los universitarios, así como a los profesores, y le gustaba pensar que, posiblemente, podría tratar con uno de ellos.

—¿Tuvo la cátedra en la Universidad de Santiago?— preguntó Isabel por curiosidad.

Y calló ante la pregunta que formulaba su compañero. Después, volvió a preguntar:

—¿Sabes el verdadero nombre de El Pirata?*

- Se llama José Martínez. - respondió Fernando.

-Ah, gracias, Fernando- respondió Isabel, suspirando, algo avergonzada por su falta de memoria, y su mala habilidad de recordar nombres. 

- No, no. El 'Pirata' no es el líder*. El líder de esa panda es Leviatán. Sobre el tema del portátil: no te creas que los okupas son sin-techo. Son gente organizada ¿recuerdas la Casa Encantada? Pues allí se celebró una convención de hacking antes de que la desalojaran. Y se hacían movidas culturales interesantes**. De hecho, si quieres creerme, funcionaba mejor que el ayuntamiento a ese nivel. El 'Pirata' tuvo su cátedra, efectivamente, en la Universidad de Santiago. 

Luego negó con la cabeza nuevamente:

- No tengo noticias de la nueva representación de la obra pero os avisaré en cuanto sepa algo, no lo dudéis.

- De Leviatán no sabemos el nombre, pero si buscamos un poco podemos ver quién organizó las convenciones de Hacking, y pedir una órden para registrar el ordenador del que organizara el curso. En algun lado tiene que estar este Leviatán, y creo que es una de las claves para saber hasta dónde y qué perseguia Crespo. También sabemos que posiblemente fuera de Madrid, y dudo que hubiera mucha gente de Madrid en aquellos cursos. El problema es que seguramente no esten documentados. La posibilidad B es ir a hablar con "El Pirata". Y decirle que nos lleve a ver al druida.

Fernando estaba un poco cansado, y las ganas de fumarse un cigarro iban en aumento, principalmente por el estado de pérdida que sentía con el caso. No sabía por donde tirar, se le agotaban las ideas, y como esto siguiera asi acabaria cogiendo al primer okupa que pillara, meterlo en una sala de interrogatorios y golpearle hasta que dijera lo que tenia que decir. Y esos métodos ni eran correctos ni hacía años que se practicaban.

Igual tendría que apuntarse a boxeo.