Partida Rol por web

¡Muchas gracias por avisarnos! Dice Kami francamente agradecido por la recomendación de la fragata que está por llegar. Mientras estamos aquí, ¿podemos hacer algo por ayudaros? Parece que estaremos quince días aquí, ¿hay alguna forma que tengamos de recompensar vuestra amabilidad?

Quince días -pensaba el pelirrojo mientras intentaba comer algo- Bueno, si son las fiestas supongo que habrá eventos y estaremos entretenidos, al menos... pero siempre podríamos ayudaros en algo.

Mientras Miriam se acaricia la tripa, escuchas vuestras peticiones y sonríe.

Seguro que podréis ayudar en algo, pero quizá os venga bien antes descansar, ¿no creéis? Según habéis contado, vuestra aeronave se ha estrellado, no tenéis que estar del todo bien. ¿Queréis ir a descansar a la posada o preferís hacer otra cosa?

Bueno, yo prefiriría terminar de comer, y que termine la fiesta del hoy. Cuando todo acabe sería de agradecer que nos llevarais a algún tipo de posada o alojamiento. Sinceramente me siento francamente agradecido por la hospitalidad que no están ofreciendo. Dijo Kami con convicción, aunque de pronto, su paranoia empezó a fluir, pues allí todos parecían excesivamente majos y simpáticos, era muy probable que no fuera tan bien como esperaba, por lo que lo mejor sería permanecer atento el máximo tiempo posible.

Linette se habia mantenido callada todo el tiempo mientras comia ya que es una chica bastante timida en general y preferia que el peso de las comversaciones la llevasen sus compañeros que parecian mas dados a ello, ella simplemente comio algo, lo suficiente para saciarse, aunque no demasiado ya que nunca habia sido una persona comilona, ante el comentario de la mujer embarazada dice:

- Yo si agradeceria poder descansar, me encuentro un poco cansada

Miriam asintió ante las palabras de los náufragos y se sentó.

Bien, esperemos que terminéis de comer algo y os llevaré hasta allí. La gente se quedará hasta muy tarde, pero vosotros debéis ir a dormir.

La fiesta y el ambiente divertido continuó. La comida no paraba de llegar, al igual que la bebida. La gente, aunque os seguía preguntando cosas, terminó por dejaros tranquilos. Cuando ya os saciasteis de todo, hablasteis con Miriam para que os llevara a la posada.

Ella, amablemente, abrió el camino. Salisteis de la plaza del pueblo y notasteis la tranquilidad que allí se respiraba.

Está al final de esta calle, allí dijo señalando un cartel, donde ponía "El Pequeño Castillo", una posada de tres plantas en la que todas las luces estaban apagadas.

Al entrar, pudisteis ver varias mesas y sillas, al igual que una barra. Seguramente, allí se servían los desayunos, comidas y cenas. Al fondo, estaban unas escaleras que subían a los pisos superiores.

Vuestras habitaciones están en la primera planta, subiendo por esas escaleras. Al fondo del pasillo, las tres últimas puertas dijo señalando.

Espero que no os moleste que no me quede, pero aún puedo aguantar un rato más despierta. Descansad dijo dedicándoos una sonrisa mientras se marchaba.

Os habíais quedado solos después de toda esa situación.

Mientras comíais en esa gran mesa, donde la gente no dejaba de miraros y preguntar cosas, pensasteis cómo habíais terminado en la Isla de Corvinus.

No había pasado ni un día, o eso pensabais, desde que habíais embarcado en la Dama, ese gran zepelin que parecía desafiarlo todo. Habías conseguido el pasaje, de una manera u otra, pero eso no importaba, porque podíais entrar y disfrutarlo.

Todo en su interior era lujo. El pasillo estaba enmoquetado en rojo, que llevaba hasta el enorme salón central. Estaba decorado de un modo lujoso y llamativo, con varias estatuas de mármol de conocidos escultores adornando el lugar, junto a una carísima moqueta y una gran lámpara de araña en el techo. Había tres filas de cómodos sillones que dejaban paso a dos amplios pasillos laterales. Lo más curioso de la situación era la presencia de soldados, dos en la entrada y dos al fondo, guardando otras dos puertas recias de roble tallado.

Comenzó la comida y la bebida, y también el despegue. Todo era nervios y alegría, pero siempre hay algo que estropea esas situaciones. Un quinto guardia irrumpió en el salón, con la espada desenvainada y una ballesta cargada en la otra. Os ordenó silencio y que permanecierais en vuestros asientos. Informó a todo el mundo de que su capitán había tomado el zepelin y que todos los presentes en el lugar serían ejecutados por traición.

Antes de que vuestros instintos os permitiesen actuar, un grupo de personas se encaró a ellos y los derrotaron. Decidisteis manteneros al margen, ya que siempre es mejor contar con un as bajo la manga que mostrar toda la mano.

Tres de ellos decidieron investigar el resto de la Dama, mientras que los otros tres se quedaron allí, intentando normalizar la situación, sacando los cadáveres,... Pero ya no se podía hacer nada. El gran viaje de la Dama había sido ensuciado, ya nada podía ir peor.

¿O sí?

La Dama comenzó a caer. Al mirar por la ventana, visteis cómo se estaba precipitando al mar. ¿Qué diablos pasaba con el maquinista? Pero eso no era todo. Como si surgiera de las mismas sombras, una risa maligna retumbó por todo el lugar, haciendo que la gente gritara y se asustara, si no lo estaban ya lo suficiente.

Acompañado a esas risas, una frase estremecedora:

¡YA ES TARDE, LA PUERTA A LAS TINIEBLAS HA SIDO ABIERTA! JAJAJAJAJAJA.

Pero, pocos segundos después, la risa terminó, y la misma voz comienzó a hablar, con asombro y rabia.

¡¡NO!! ¡NO ES POSIBLE!

Ya era tarde, no se podía hacer nada. Instantes después, la Dama se estrelló. El agua entró con furia y os zarandeó a un lado y a otro. Pensasteis que era vuestros últimos momentos, que era el final...

Pero el sonido de las olas os despertó. Estabais en una playa, con trozos de la Dama por todos lados. Parecía que los únicos supervivientes erais vosotros. Antes de decidir qué podíais hacer, unas campanadas graves llegaron a vuestros oídos. ¡Si había campanas, habría gente! Con la ilusión y la esperanza en vuestro corazón, caminasteis hacia el origen de lo que os parecía una maravillosa melodía.

Tras caminar un buen rato, llegasteis a la aldea. Una entrada abierta con casas a los lados desembocaba en lo que parecía la plaza del pueblo. Había una gran cantidad de gente, os atreveríais a decir que era todo el pueblo. Parecen estar preparando algo, pues hay mucho movimiento y muchos gritos.

La gente empezó a miraros y a gritar. ¡Más náufragos! La gente os rodeó y os hicieron muchas preguntas.

¿También se ha caído vuestra aeronave? ¿Hay más personas? ¡Ya han llegado cuatro!

Se acercó un hombre, Raymon, presentándose como el alcalde. Os informó que os encontrabais en la Isla de Corvinus, una pequeña isla del mar Interior. Estaban celebrando las fiestas de su fundador, Corvinus, y todo el pueblo estaba ayudando. Os sentaron en una gran mesa donde os sirvieron comida y bebida. Raymon os contó que era una isla dedicada a la agricultura y a la ganadería. Apenas tenían visitantes, pues las bravías aguas impedían que sus pequeñas barcas llegaran a ningún sitio. También os anunció la llegada de una fragata comercial en un par de semanas, donde podríais embarcar para ir a la costa.

Y ahora estabais allí, comiendo todo lo que quisierais y dando gracias por no haber sufrido ninguna herida en ese accidente.

Tras unos minutos, una joven y hermosa mujer, embarazada de unos cuantos meses, se acerca hasta vosotros sonriente.

¡Vaya, vaya, más náufragos! dijo con un matiz de sorpresa. Mi nombre es Miriam Moonflow. Regento "El Pequeño Castillo", la única posada que hay en la ciudad. Supongo que estaréis cansados y querréis tumbaros un poco, así que sería un placer para mí teneros como clientes. Allí ya están cuatro de vuestros compañeros añadió con una sonrisa.

Piros se encaminó hacia la habitación que supuestamente le correspondería y se despidió de sus compañeros con un gesto de la mano. Buenas noches, dijo mostrando una sonrisa y un firme rostro de cansancio. Estaba agotado, había sido un día tan largo que le habían parecido meses. Aquello no había sido nada de lo que esperaba, todo se había complicado demasiado, ahora solo tenía que esperar a encontrar el barco de vuelta a casa.

Necesitaba descansar y arreglar sus pensamientos, tenía que pensar cuales serían sus planes si es que algún día volvía a casa.

Recordaba como habiamos llegado allí.

Habiamos llegado a ese Artefacto tan lujoso y en esa ocasión me había puesto mi traje de gala para la ocasión. EL lujo y la comida excentría era algo normal. Todo Iba bien hasta que unos guerreros armados decidieron tomar el control y decidir supuestamente ejecutarnos por traición. Cuando iba a saltar a la acción, algunos pasajeros le hicieron frente y al ver que alguien de ellos era usuario de magia me quede calmado, pero al mismo tiempo alerta. La situación se soluciono, pero ahora sagre y muerte maracaba el viaje, cualquiera esperaria que todo hubiera terminado alli, pero no fue así.

Esa voz extraña resono en todo el zepelin, y unos segundos luego, la aeronave se estrellaba en el agua. Pensando que morir de esa forma era lo que menos se imaginaba. Pero al sentír el golpe de las olas, desperté. Me levantaba y mientras miraba mi traje costoso humedecido, me percarte que estaba en una especie de isla, mirando a mi lado; una dama a pocos metros de mi se despertaba. ME acerque a ella para ayudarla a levantarse a pesar de ser una guerrera y la sencillez adornaba su rostro me impacto lo hermosa que era. Yo un poco menos alto y menos musculosa que ella pareciamos una pareja algo dispareja. NOe presentamos... se llamaba Ariadne... muy agradable y sencilla en su trato nos empezamos a preguntar donde estabamos y que haríamos ahora. 

Pero unas campanas resonaron en ese momento, dandonos a entender que estaba habitada corriendo ambos. Nos conseguimos con un pueblo y su alcalde quien nos invito a su Festival. Nos conto que estaban en un celebrando en nombre de su fundador, Corvinus. Al parecer una pequeña isla del mar interior. Trate de buscar entre mis conocimientos de historia o ocultismo, para ver si había algo que pudiere saber de Corvinus. Nos dijeron que venía una fragata comercial dentro de dos semanas, mientras estaríamos atrapado en esta isla.

Mientras comía meditaba en la voz que escuchamos anteriormente y sabía que algo sobrenatural pasaba aqui. UNa chica embarazada se nos acercó ofertandonos una estadia en su posada, lo que me pareció gratificante esta ropa mojada era incomoda.

- Señora Moonflow. Un placer Me llamo Light Farworth word. Nos encantaría pasar la noche en su posada si no es problema y igualmente conocer a los otro naufragos, tengo que preguntarles algo... dijo en tono sereno aunqeu mi mente trabajaba a velocidad sacando conclusiones y pensando descubrir que estba pasando ... ¿que le parece la Idea, Dama Adriadne? miro a mi compañera con confianza.

Me levante de la mesa luego de comer lo suficiente y esperando por Adiadne empecé a caminar con la Señora Moonflow guiandonos a la posada, yo sin embargo escudriñaba en busca de la presencia de magia, conjuros y usuarios del don.

Lo que había comenzado como un tranquilo y cómodo viaje se había torcido sobremanera. Tras haber viajado hasta Gabriel casi sin descanso acompañando a un mercader con prisa por cerrar un negocio, Ariadne esperaba poder descansar en el viaje de vuelta cuyo billete le había tocado casi por casualidad.

Al cansancio se le había sumado el balanceo del movimiento de la nave y la comodidad del lujoso butacón en el que se había sentado para superar por un momento a la maravilla que suponía el prodigio de la ciencia. Y apenas fue un momento lo que necesitó para caer en los brazos de Morfeo. Lo siguiente que recordaba era despertar a duras penas oyendo una pelea de fondo y, aún en brumas como en un sueño, lo que siguió.

El siguiente recuerdo claro que tenía era de despertar en la playa, sobre el ahora maltrecho butacón del que no había llegado a levantarse, que aparentemente había flotado hasta la orilla. Mientras aún despertaba, un muchacho elegantemente vestido pero igualmente mojado se acercó a ayudarla a levantase. Aún sin acabar de reponerse del aturdimiento, procedieron a una infructuosa búsqueda de otros supervivientes y, después, a las presentaciones y a evaluar que posibles rumbos de acción podrían tomar.

Como suele pasar en estos casos, la respuesta se presentó sola en forma de campanadas. Un largo paseo amenizado con la conversación del joven Light (no tan joven como había imaginado Ariadne) que les llevó hasta un pueblo en plena celebración.

Tras las presentaciones y ya sentados, Ariadne tuvo que confesar algo avergonzada que había estado durmiendo durante los sucesos en la Dama y cómo se había encontrado en la misma playa, amén de interesarse por la suerte de los demás pasajeros.

Ante el ofrecimiento de Miriam Moonflow, y la pregunta de Light, Ariadne no pudo sino devolver la sonrisa a la posadera y, contando mentalmente el dinero que había ganado en su último trabajo, asentir al aristócrata, sorprendida por el trato de dama.

- ¡Será un placer aceptar su hospitalidad, señora Moonflow! - exclamó como respuesta.

Tras acabar su último plato y agradecer a todos por la comida, la bebida y la compañía, acompañó a Miriam y a Light mientras interrogaba a la autóctona sobre el lugar, su historia, la posada y cualquier otro tema que pudiera amenizar la conversación.

Despertáis poco a poco, sintiéndoos como nuevos y con hambre. A pesar de que todo parecía normal, no dejáis de observar que vuestras pertenencias siguen en su sitio.

Bajáis las escaleras y allí está Miriam, tras la barra.

Buenos días, jóvenes. Decidme, ¿queréis desayunar?

Sigo a la mujer hacia a la Posada, al indicarnos donde quedaban las habitaciones la mire agradecido.

- Muchas gracias, Señorita Moonflow, que usted tambien descanse bien cuando le toque hacerlo. digo y esperando que me siguera Adriadne subir con ella a mi Lado y la escolte a su habitación y tomando su mano y besandola como era normal para mi al encontrarme a una Doncella  Doncella Ariadne. Que descanse bien, espero que nos podamos sentar a conversar mañana con más calma. Dulce sueños. Y con un ademam caballerezco me retiro, como la etiqueta lo demanda. Al llegar a la habitación, me quité la ropa y la guinde en la desnudo y destilando un poco de agua hasta secarme un poco me acoste asi en la cama. Mañana pensaría que hacer.

Al amanecer, me despierto con el sol entrepasando mi ropa de gala ya seca. Me asombré al ver mis pertenencias que daba por perdidas estaban en mi habitación.

  me paseo a donde esta la mochila mientras me pongo el calzoncillo ya seco y me sonrojo al pensar que alguien pudo haber entrado en mi habitación cuando estaba desnudo, saco la ropa más informal y compruebo que todo esta en su lugar.

" que diablos... como hicieron para entrar sin que lo sintiera... bueno al menos todo esta en su lugar"

Tomo mi Diario, pero ahora no tenía ganas de escribir asi que tomo la ropa de gala y la doblo,  guardandola todo lo que saque en la mochila, Y me dispuse a bajar, paso por mi mente llamar a la señorita Ariadne, pero me pareció algo indebido y baje directo hacia la barra  esperando encontrarme con la Señorita Moonflow.

- Hola señorita Moonflow. ¿como amaneció? la miro y sonrrio sentandome adecuadamente en la barra con la peculiar etiqueta que me habian enseñado  Pues si no es mucha molestia, me gustaria un Pan con queso y huevos estrellados... algo que me pueda contar sobre esta isla, ¿algo extraño pasa en este lugar? pregunto con cautela mi rostro tenia esa sonrrisa disimulada.

Tras despedirse de Miriam con la mano y una sonrisa en el rostro, Ari subió a su dormitorio y se despidió del joven aristócrata, divertida por sus curiosos modales.

A solas en su dormitorio, rebuscó en su bolsa de viaje hasta sacar el camisón. Se cambió, dejó sus ropas debidamente estiradas para que se ventilaran y se acostó. Empezó a repasar mentalmente todos los sucesos del día, pero rápidamente la venció el cansancio.

Y así la encontró la mañana, durmiendo a pierna suelta en un posición un tanto indecorosa. Se sentó en la cama, bostezó y miró alrededor sin acabar de reconocer el lugar en el que se encontraba. Sólo al cabo del rato empezaba a encajar las piezas y ponerse todo en su sitio. Fue entonces cuando el olor del desayuno provocó una reacción en su estómago. Se aclaró la cara para espabilarse , se vistió como buenamente pudo y se peinó rápidamente para abrir la puerta con energía y bajar para encontrarse con Miriam y su irresistible oferta.

- ¡Buenos días señora Moonflow! - exclamó con alegría - ¡Y buenos días, señorito Farworth word! - añadió al ver al joven cuyo desayuno había olido.

Se acercó a la barra a inquirir en voz más comedida - ¿Cual es el desayuno típico por aquí? - preguntó. Las escasas veces que había viajado, Ariadne se había aficionado a disfrutar de la gastronomía local como parte añadida del viaje.

Kami bajó de su habitación mientras reordenaba de nuevo sus pertenencias y comprobaba que todo estuviera en su lugar. Algo seguía dándole vueltas en su cabeza, sentía que algo no estaba bien. Lo que había visto y sucedido en La Dama, habían sido acontecimientos sumamente extraños y ahora todo parecía demasiado normal. Y tanta normalidad, a Kami le sorprendía.

Miró a todos lados cuando pudo descubrir dos caras nuevas, por alguna razón aquellos dos individuos les resultaban extrañamente familiares, al principio pensó que sería alguno de los que les habían hablado durante la cena, pero luego pensó que no. Que a juzgar por como estaban actuando y lo que estaban diciendo a la posadera era probable que fueran extranjeros.

Entonces se dio cuenta de que, quizá ellos dos fueran dos nuevos supervivientes del zeppelin en el que viajaban. Mientras esperaba a que bajasen los demás, se acercó a la mujer con la esperanza que le pusiese algo para comer. A pesar del atracón que se había dado durante la fiesta, aquel día parecía haber amanecido con mucha hambre, y algo le decía que debía comer bien.

Y justo en el momento en que sus grandes y orondas posaderas tocaron el taburete donde se iba a sentar, murmuró con voz pastosa y algo ronca, un "buenos días" que sonaba a la madera quebrada por el viento.

Con un gran bostezo, el pelirrojo del parche bajó las escaleras hasta el salón. Vestía sus ropas de viaje algo gastadas y seguía bostezando tranquilamente. 

Cuando se acercó a la mesa saludó al gran rubio que conocía del viaje y luego miró a los dos que estaban allí- Vaya, no sabía que los lugareños también comieran aquí. Eso quiere decir que la comida es buena -y con eso se relamió.

Miriam sonrió ante la elegancia y educación de Light. Como no sabía como responder, inclinó la cabeza.

Buenos días, caballero. Aquí la gente no es tan educada como usted, así que disculpe si mis palabras o gestos parecen demasiados groseros contestó la posadera, mientras preparaba el desayuno.

Antes de servirlo, apareció Ariadne, saludando y pidiendo el plato típico.

Espero que haya descansado. Pues al estar en una isla, el pescado es típico de la zona. A mi me sale especialmente bien dijo dándolo por echo. En realidad, ningún parroquiano había hablado jamás mal del pescado de Miriam.

Pues esta isla es lo más normal, caballero, no se a qué se refiere. Es una isla dedicada a la ganadería y a la pesca respondió a la pregunta que le había formulado Light, aunque con un gesto extraño en la cara, como si no entendiera el por qué.

Kami y Aenar bajaron casi a la vez, y poco después se unió Yuudai. Todos estaban desayunando cuando la puerta se abrió de golpe.

Aparecieron tres hombres con sus armaduras. El del medio debía tener un rango superior, pues iba un poco más adelantado y sus condecoraciones eran diferentes a los otros dos.

¡Miriam! ¿Dónde están los naufragos? gritó como si no os viera.

Estás ciego contestó la muchacha. Aquí están los cinco dijo mientras negaba con la cabeza y ponía los ojos en blanco.

Ah, de acuerdo... dijo mientras daba unos pasos hacia vosotros y os examinaba con la cabeza. Soltó un bufido y comenzó a hablar.

Soy Emil Zolt, jefe de la guardia del Marqués de Cavalcanti... Vosotros me llamaréis Jefe Zolt dijo estirándose mucho.

Aunque no entiendo por qué quiere perder el tiempo, el Marqués se enteró anoche, gracias a Raymon, de vuestra llegada. Me ha enviado para invitaros a una cena informal, quiere conoceros.

Su tono de voz era clara. Había ido para informaros, no para preguntaros.

Al escuchar las Palabras de Miriam, me sentí un poco anonadado, no era mi intención hacerla sentir incomoda. Así que la miré un poco más relajado.

- No se preocupe Señorita Mirian. La Etiqueta y educación es algo engravado en mi ser desde pequeño, lo practico porque la disciplina me lo inculco como un habito y aunque no tiene un gran sentido de etiqueta, Senorita Miriam; dejeme decirle que su Educación es bastante buena asi que no me Ofende. La Etiqueta no tiene nada que ver con la Educación como mi madre Risbec solía decir... que conseguiría gente con más educación en sitios menos prominentes que en los mismo palacios, hazte amigos de ese tipo de gente, Light. Miro como Adriadne se acerca a mi y Instictivamente me levanto y le preparo el asiento a mi lado.

-Sientese, Dama Adriadne. Le hago un ademán para que se siente y rodar la silla para ponerla comoda. Si se le hace dificil mi Apellido, Use solo mi Nombre, a veces la etiqueta es estorbosa si no sabes usarla. Ya sabe, Dama Adriadne, si lo pongo en sus terminos... Usted parece una guerrera asi que... sería como si un novato trate de parecer experto al usar una espada, pero se da cuenta que más bien de parece un mono agitando un palo... Mientras sonrió conteniendo el deseo de reirme a carcajadas pero no pude, perdi la Etiqueta totalmente, aunque perdi la forma no me rei a carcajadas, pero mi cuerpo se contraia ante el hecho como si tosiera ...Sea Usted misma, Dama Adriadne. Por mi parte no podría usar Su nombre solamente, usted parece como una doncella de las Leyenda, demasiado hermosa como para aspirar acercarse... Ya quisiera tener la oportunidad de acercarme... al darme cuenta que dije eso tan naturalmente me sonrroje y le di la espalda ...como sea, ¡Ujumm!... Volteo al oir a la Señora Miriam responder la pregunta ...por descontado no se preocupe por la pregunta anterior, Señorita Miriam. Es solo la curiosidad de un Investigador, despues de todo me apasiona las cosas misteriosas y pues esta isla quizas esconda un misterio u otro. Digo con tranquilidad aunque me comportaba con menos etiqueta d elo normal ya que mis propias palabras me sacaron de tono.

Cuando entran tre sujetos, al parecer todos los naufragos estabamos reunidos, si manera altanera saco lo peor de mi en esas situaciones sacaba a relucir mi caracter. Cuando soltó el bufido me molesto, pero como me habian enseñado pues tenía la capacidad de insultar a la gente sin que si quiera pudieran reaccionar. Pues les decia las cosas que los hacia Desistir.

- ¡Vaya!... Es cierto lo que dicen por ahi, que aunque intentes sacar limones de un naranjo solo dará naranjas... Parece que la Educación no es su fuerte. Por mi parte no le pienso llamar Jefe, creo que ese tipo de imposición de autoridad le hace quedar verdaderamente mal, Señor Zolt. Igualmente puede decirle al Marques que aceptarémos su invitación, pero que la próxima vez envié a alguien más dispuesto, así podremos recibir su mensaje más gratamente. Ya se puede retirar, Señor Zolt, recibimos su mensaje. La señorita Miriam nos escoltará a la Casa del Marques, si no es mucha molestia... Miro a la Señorita Miriam con una sonrisa que dificilmente disimulaba mi cabreo aunque ella deducía que no era a causa de ella ... ¿no es así, Señorita Miriam? 

"Realmente me cabrea la gente que abusa de su autoridad, si no fuera porque soy un magus lo dejará mudo para que aprendiera a ser educado"