Partida Rol por web

Con cada paso que das el edificio se vuelve más y más grande, una enorme puerta doble se encuentra abierta de par en par. Cuatro guardias armados con estoques y con el simbolo de Gabriel cosido en los ropajes rojos y dorados se encuentran apostados en la gran puerta, dos a cada lado.

Cuando entras al interior del edificio, llegas a una sala muy bien decorada con muchos cuadros lujosos que estan por todas las paredes. A ambos lados de la sala se encuetra una mesa con una larga cola de gente. Te quedas observando una de ellas y ves que el hombre sentado en la mesa revisa unos billetes dorados, mientras otros dos compañeros con trajes rojos y dorados se llevan el equipaje por la puerta que esta detrás de la mesa.

En la pared que tienes justo en frente tuyo, un largo pasillo por el que continua la alfombra roja por la que llevas un buen rato caminado prosigue el recorrido hacia donde tu supones que esta el zepelín.

Entiendo la mano y tomo el billete que me entrega el revisor. Lo inspecciono y rápidamente veo las palabras "billete de embarque" escritas de forma llamativa para no variar con el resto de decoración.

Voy a preguntarle por mi camarote cuando se me adelanta y me informa de que ya está escrito en el billete.

Bien, muchas gracias.

Me dirijo hacia la alfombra roja con la intención de seguirla hasta el zepelín mientras reviso el billete para ver todo lo que pone y por supuesto el número de mi camarote.

Observas tu billete y tras un breve vistazo te das cuenta de que solo pone "BILLETE DE EMBARQUE" en grande y el número de camarote. El número de tu camarote es el 20.

Regresas otra vez a la alfombra roja por la que habías entrado al edificio, pero esta vez para continuar el trayecto hacia la sala donde te aguarda el viaje de tu vida. El pasillo aunque es un poco estrecho en comparación con la gran sala donde escasos segundos te encontrabas, es lo suficientemente ancho para que varias personas caminen juntas. En las paredes hay cuadros con bellos parajes, lugares exóticos y paisajes urbanos.

Al final del pasillo ves otra puerta doble, más pequeña en comparación con la que se haya en la entrada del edificio, pero igualmente grande. Dos guardias se encuentran apostados en ella y muchas personas que van por delante tuyo en el pasillo atraviesan la puerta con tranquilidad.

Algún que otro niño le pide con entusiasmo a sus padres que se den prisa, que tiene ganas de ver ya el zepelín; los padres con suma paciencia le dicen que espere, si ya ha esperado varias semanas, un poco tiempo más no será nada.

Continuas el trayecto por el largo pasillo, se te hace eterno, entre el nerviosismo que tienes encima y la curiosidad por ver la maquina voladora.

Te acercas a la cola de la izquierda y esperas que sea tu turno. Todos los que hacen cola son burgueses o nobles con sus familias, lo deduces por los ropajes que llevan.

-Siguiente en la cola, por favor.

Tardas unos segundos en darte cuenta de que se refiere a ti. Ya que estabas concentrado en la gente que te rodeaba. Al acercarte hasta donde se encuentra el guardia/revisor, lo más característico de aquél hombre era una pequeña cicatriz en la comisura del labio inferior. Este te analiza de arriba a abajo con la mirada.

-¿Va a viajar solo?

Levanta un poco la mano hacia donde estas tu, a la espera que le hagas entrega del billete.

 Ignora la primer tirada (xD)

Acercándome al guardia  saco el boleto y se lo entrego:

-“Si, viajo solo”-

Ante la presencia de la guardia Lilith se pone un poco más nerviosa, sin embargo este sentimiento no se refleja en su rostro. Al entar dentro del edificio admiró su rica decoración, y aunque había estado antes en una casa dotada de los mayores lujos, aún le seguía sorprendiendo tanta ostentación. La fila avanza y Lilith intenta percatarse de todo lo que ocurre a su alrededor.

-¿Se llevan nuestras maletas? ¿ Y mi daga? ¿Dónde la puse?-Lilith comprueba que la lleva consigo palpando por encima de sus ropas de forma disimulada.- Uff, sí, está ahí. Con esto en su sitio, ya estoy más tranquila.

La joven sigue el recorrido marcado por la alfombra roja, con el billete preparado en la mano hasta que por fin llega su turno.  Una vez enfrente del revisor Lilith entrega su billete intentando que su aspecto y gestos no difieran demasiado de los del resto de pasajeros, dentro ya no habría tanto por lo que peocuparse, y podría disfrutar del viaje.

Era un ambiente nuevo para ella estar entre gente de buena posición. No conocía muy bien las normas de etiqueta pero tampoco tenía por qué. Durante el trayecto seguramente permaneciese en su camarote la mayoría del tiempo o  quizás saliese a explorar discretamente por su cuenta los rincones del zeppelin. Cuando no fuese así, intentaría tener el menor contacto posible con aquellas personas, no le apetecía aguantarles más de lo necesario y así no notarían tanto su desconocimiento de las costumbres propias de la clase alta.

Supongo que por aquí debo dirigirme para abordar- digo tímidamente formándome en la larga cola,  es increíble cuanto equipaje llevan y mas viendo que el mío es tan pequeño, pero que le vamos hacer, acostumbro viajar ligero.

Espero que el paso del tiempo fluya para que se mi turno en pasar a que revisen mi boleto y me indiquen que es lo que debo de hacer, aunque la verdad me impacienta tanto esperar.

Miro continuamente las paredes para entretenerme pero el hastió me está matando y la fila me sigue pareciendo tan larga como al principio, casi estoy a punto de gritar por lo aburrido, si tan solo tuviera algo con que divertirme o hacer más entretenido, así que solo puedo hacer algo, charlar con las personas delante de mí.

¿Este, disculpe que bonita camisa donde la compro?- pregunto curioso como cualquier zorro que se ha aburrido, se que el tema es bobo pero es mejor charlar de algo antes de que termine por hacer alguna tontería peor que esta.

El hombre de la cicatriz en el labio coge el billete un momento y tras revisarlo, vuelve su mirada hacia ti.

-¿Nombre y apellidos?

De la mesa coge una pluma y la coloca dentro del bote de tinta para poder escribir en el papel que tiene justo delante suyo.

-Deje todo el equipaje aquí, nosotros nos encargaremos de llevarlo a su respectivo camarote en el zepelin.

Te observa de nuevo y añade unas palabras más.

-Supongo que no hace falta que le recuerde la normativa número 14 por la cuál esta prohibido llevar ningún tipo de arma encima al entrar en el zepelín. Puede dejarlas aquí y serán también llevadas a su camarote junto con el resto de su equipaje.

Te acercas a la cola de la izquierda y esperas que sea tu turno. Todos los que hacen cola son burgueses o nobles con sus familias, lo deduces por los ropajes que llevan.

-Siguiente en la cola, por favor.

Tardas unos segundos en darte cuenta de que se refiere a ti. Ya que estabas concentrado en la gente que te rodeaba. Al acercarte hasta donde se encuentra el guardia/revisor, lo más característico de aquél hombre era una pequeña cicatriz en la comisura del labio inferior. Este te analiza de arriba a abajo con la mirada.

-¿Va a viajar solo?

Levanta un poco la mano hacia donde estas tu, a la espera que le hagas entrega del billete.

Te acercas a la cola de la derecha y esperas que sea tu turno. Todos los que hacen cola son burgueses o nobles con sus familias, lo deduces por los ropajes que llevan.

El hombre de atrás tuyo te mira con desconfianza y cuando parece que va a decir algo se lo calla.

-Siguiente en la cola, por favor.

Tardas unos segundos en darte cuenta de que se refiere a ti. Ya que estabas concentrado en la gente que te rodeaba. Al acercarte hasta donde se encuentra el guardia/revisor, lo más característico de aquél hombre era una pequeña cicatriz en la comisura del labio superior. Este te analiza de arriba a abajo con la mirada.

-¿Va a viajar solo?

Levanta un poco la mano hacia donde estas tu, a la espera que le hagas entrega del billete.

-Jajajajajaja, - suelto una risa tonta al darme cuenta que es mi turno – si viajare solo,- digo mostrando el boleto al encargado y entregándolo para poder abordar la nave, ahora miro fijamente al sujeto, no es con mala intención pero en Alberia no solemos confiar mucho en los habitantes de otras tierras.

-¿Todo bien? – pregunto algo intrigado, debido a que desconozco por que hay que seguir tanto protocolo y ceremonia, aunque debo admitir en Gabriel sabe hacer las cosas a lo grande, mira que un precioso edificio para su nueva nave, hay que admitirlo demuestra  mucho el nivel económico y cultural del principado.

Tras revisar el billete y comprobar el número de mi camarote lo guardo en el bolsillo interior de mi abrigo, junto al corazón.

Una sonrisa se dibuja en mi cara al escuchar a los niños, aunque en parte me siento como ellos, estoy deseando llegar y ver el enorme aparato volador, pero no por eso voy a caminar más deprisa.

Con la mano izquierda en el bolsillo y caminar tranquilo sigo la alfombra roja, ya me enteraré donde está exactamente mi camarote una vez que por fin haya subido al zepelín.

El hombre de la cicatriz en el labio coge el billete un momento y tras revisarlo, vuelve su mirada hacia ti.

-¿Nombre y apellidos?

De la mesa coge una pluma y la coloca dentro del bote de tinta para poder escribir en el papel que tiene justo delante suyo.

-Deje todo el equipaje aquí, nosotros nos encargaremos de llevarlo a su respectivo camarote en el zepelin.

Te observa de nuevo y añade unas palabras más.

-Supongo que no hace falta que le recuerde la normativa número 14 por la cuál esta prohibido llevar ningún tipo de arma encima al entrar en el zepelín. Puede dejarlas aquí y serán también llevadas a su camarote junto con el resto de su equipaje.

Cuanto más te acercas al final del pasillo más gritos de asombro escucháis procedentes de la sala continua.

Al parecer al fin tus ojos podrán ver la máquina con la increible capacidad de poder volar por el inmenso cielo.

Solo faltan unos pocos pasos más antes de traspasar la puerta, tras la cuál el mundo tal y como lo conoces cambiará, aunque de eso eres desconocedor aún.

-Mi nombre Kael Cormac- digo tranquilamente y con una profunda muestra de orgullo, si de algo puedo alardear es de llevar el apellido de mi padre, en la tierra de las eternas lluvias conocer la historia de tu familia es tan importante como conocer la religión de los Lilums.

- Con respecto a mi equipaje es poco,-  digo mostrando mi bolsa de viaje,- y entiendo bien sus reglas así que descuide también dejare mi espada- me quito el cinto y la funda y los entrego de manera calmada, aunque no estoy muy de acuerdo a las costumbres de estos mercaderes pomposos, pero es mejor no llamar la atención de la guardia después de todo mi atención se centra en disfrutar de tan magnánima experiencia.

Vaya con estos comerciantes dejan a los hombres desprovistos de un arma para su defensa, afortunadamente no saben que acostumbro llevar mi daga escondida.

Los dos hombres con ropajes rojos que con anterioridad habían recogido el equipaje de otros pasajeros que habían estado por delante tuyo en la cola regresan y se llevan tus pertenencias.

El revisor abre un pequeño cofre que tiene al lado suyo, tras revisar varios papeles saca de el un billete y te lo entrega. Al recogerlo puedes ver que pone "billete de embarque" en unas lentras doradas bastante grandes.

-Muy bien todo en orden, Kael Cormac.

Baja la mirada al documento que tiene encima de la mesa y tras leer algo, levanta la cabeza para tenerte a la vista de nuevo.

-El número de su camarote viene indicado en el billete, allí encontrará de nuevo sus pertenencias. Siga el recorrido de la alfombra roja para llegar hasta donde se encuentra el zepelín. Que tenga un buen viaje.

Muchísimas gracias- realizo una pequeña reverencia al sujeto mientras me dispongo a abordar tranquilamente, es bastante grato que después de la espera al fin pueda ver la majestuosa nave, así que camino tranquilamente mientras me dispongo a examinar con detenimiento el camarote, me pregunto cómo será el interior o si compartiré cabina con alguien más y si fuera así que maravilloso  seria que mi compañero fuera una chica linda.

Observo con detenimiento el boleto para encontrar el lugar que se me ha designado, así como también quiero ver el interior de la nave.

Observas tu billete y tras un breve vistazo te das cuenta de que solo pone "BILLETE DE EMBARQUE" en grande y el número de camarote. El número de tu camarote es el 13.

Regresas otra vez a la alfombra roja por la que habías entrado al edificio, pero esta vez para continuar el trayecto hacia la sala donde te aguarda el viaje de tu vida. El pasillo aunque es un poco estrecho en comparación con la gran sala donde escasos segundos te encontrabas, es lo suficientemente ancho para que varias personas caminen juntas. En las paredes hay cuadros con bellos parajes, lugares exóticos y paisajes urbanos.

Al final del pasillo ves otra puerta doble, más pequeña en comparación con la que se haya en la entrada del edificio, pero igualmente grande. Dos guardias se encuentran apostados en ella y muchas personas que van por delante tuyo en el pasillo atraviesan la puerta con tranquilidad.

Algún que otro niño le pide con entusiasmo a sus padres que se den prisa, que tiene ganas de ver ya el zepelín; los padres con suma paciencia le dicen que espere, si ya ha esperado varias semanas, un poco tiempo más no será nada.

Continuas el trayecto por el largo pasillo, se te hace eterno, entre el nerviosismo que tienes encima y la curiosidad por ver la maquina voladora.

Ante la pregunta del guardia/revisor Lilith responde con una respuesta  simple y clara:

-Sí

Acto seguido le tiende el billete, mientras su mirada se fija atentamente en cada gesto del hombre, alerta por si algo no va como debiera. Quizás su persistente y minuciosa mirada en la cara ese hombre se podría mal interpretar, dando a entender que lo que realmente observaba con tanta dedicación era la cicatriz de aquel hombre, nada más lejos de la realidad.  Luego simplemente esperó a que le devolviese el billete o le dijese si ya podía pasar o que debería hacer.

El hombre de la cicatriz en el labio coge el billete un momento y tras revisarlo, vuelve su mirada hacia ti.

-¿Nombre y apellidos?

De la mesa coge una pluma y la coloca dentro del bote de tinta para poder escribir en el papel que tiene justo delante suyo.

-Deje todo el equipaje aquí, nosotros nos encargaremos de llevarlo a su respectivo camarote en el zepelin.

Te observa de nuevo y añade unas palabras más.

-Supongo que no hace falta que le recuerde la normativa número 14 por la cuál esta prohibido llevar ningún tipo de arma encima al entrar en el zepelín. Puede dejarlas aquí y serán también llevadas a su camarote junto con el resto de su equipaje.