Partida Rol por web

Ey haya paz!! la pistola la coge Adam, pero no hace falta violentarse, todo se puede decir con buenas maneras... y si las buenas maneras no funcionan pues ya actuaría yo xD

A la otra pregunta, solo veis la salida lateral, la que da al exterior y a los zombies.

(mágicamente la pistola desaparece de la mano de Alain y éste se vuelve a ver desnudo)

Entro a la cámara frigorífica otra vez a por algo de ropa. Toda la que hay o está andrajosa o llena de sangre o me queda pequeña, además de estar congelada. Sólo encuentro unas botas de trekking, entre zapatilla y bota de montaña, que me quedan de mi talla. Toda esa sangre... en cuanto se empiece a derretir el hielo va a atraer a todos los zombies... no puedo llevar nada de eso puesto... me quejo. Cojo un puñado de nieve congelada y me froto el cuerpo en las zonas donde tengo sangre seca. Si no lo hago... voy a ser un faro de zombies.

Antes de salir de la sala, recojo un pié algo más grande que el anterior, para usarlo de arma temporal mientras esté congelado. Y si no, pues lo tiro.

Las botas me van bien, están algo frías pero van bien. Al igual que el pié. Me reuno con mis compañeros, desolados ante la cantidad de zombies que hay en el exterior. Nuestro vagón, a pesar de las armas, no parece que forme parte de todo un tren, sino que es una parte aislada en la estación. No sé muy bien que hacer, pero unas palabras que dije justo antes me dan una idea.

Gente, el vagón es una máquina de guerra preparada para pulverizar a esos zombies. Podemos concentrar a todos en un punto sacando los cadáveres de la sala. Tanto olor a humano muerto seguro que les atrae. Una vez concentrados... lo dificil sería fallar algún tiro.

Empezais a vestiros como podeis, con un pantalón de aquí, una camisa de aquí, más de una vez os quedais con un brazo o una pierna en la mano al intentar quitarles la ropa.

Vestidos como pobres con ropas que casi se caen a trozos, salvo Bruce que al llevar las ropas del tipo enorme parece un carnicero con sus ropas que en algún tiempo fueron de colores claros y ahora representan todas las gamas de grises y rojos.

Hechais un vistazo más detenidamente al exterior y os percatais de algo que os deja en shock.
Entre la multitud de zombies (casi todos refugiados aunque entre ellos veis también lo que una vez fueron ciudadanos, estos últimos en peor estado que los primeros)a unos doscientos metros hay uno que os llama la atención... lleva una especie de capa de camuflaje llena de dedos, orejas, narices y manos atadas a la misma.

Y anda en línea recta hacia vosotros, camina muy lentamente y lleva una mano levantada en la que os muestra un arco.
Sube por las escalerillas del tren intentando no empalarse con todos los hierros a tal efecto y entra por el pequeño espacio que habíais dejado en la puerta corredera.

Mira hacia ambos lados observando a la niña insconciente y al grandullón que está idem.

Al momento se quita la capa que hace una peste espantosa y la deja sobre unos asientos del vagón.

Buen trabajo

Genial. La única mujer en el grupo y es más masculina que todos nosotros juntos. Ni en el Apocalipsis consigo ligar.

Doy un par de pasos hacia ella, manteniendo siempre la distancia de seguridad, y procurando que me sea fácil saltar tras los asientos en caso de que tenga que esquivar una flecha. A primera vista, parece de los buenos, curtida por estos seis largos años de predumbre, y con algún que otro truco en la manga.

- Hola, soy Gregory Cox - mi voz es apenas un hilillo intimidado - ¿Estás herida o algo? Lo digo porque quizá pueda echarte una mano...

Me estoy entreteniendo en banalidades, afortunadamente, no nos ha pillado a todos en pelotas. La suciedad es un mal que ya no puede esquivarse.

- Hemos escapado hace ¿cuánto? ¿Cinco segundos? - miro a mis compañeros, buscando algo de apoyo - Dime, ¿estás con nosotros o con ellos?

No puedo estar mas chocado, por ver la manta de trocitos zómbicos. Es asqueroso, repugnante, inmoral... y lo peor, no se me había ocurrido nunca que pudiera funcionar!

Disimulando, como si aquello, salir de una nevera rodeados de gente que ha muerto a nuestro lado congelados y que un par de caníbales nos coman para desayunar, fuera lo mas normal del mundo

-Gracias, la verdad es que nos ha salido bastante bien. Digo mientras recoloco mis aplastadas pelotas dentro del pantalón del muerto.

Tienes idea de que está pasando aquí? si no llega a ser por tu arco ahora tendría un nuevo agujero por el que respirar. O mear...

Registro el cuerpo del grandullón, o mejor dicho sus ropas que llevo puestas, y las ropas de la cría; cuando nos percatamos del arco flotante sobre las cabezas de los zombies... Claro, se trata de un arco sostenido por un brazo perteneciente a una mujer... Vaya, una mujer... hace tanto tiempo. Mi mirada se centra en ella, mirándola de arriba abajo no una sino dos veces, deleitándome con ella hasta que vuelvo a la realidad que nos acontece.

Agito la cabeza y doy un suspiro... que mala es la necesidad. Doy un par de pasos hacia delante y me coloco frente a ella.

- ¿Y tu quien eres? ¿Y ellos? ¿Porqué estábamos encerrados en pelotas en un vagón congelador?

Demasiadas preguntas... por ahora dejaré solamente esas tres; el resto a su debido tiempo...

Se sienta pesadamente en uno de los asientos del tren con un plof y os mira...

Se perféctamente que esta pasando aquí... de hecho yo os inyecté el contenido de las jeringuillas

Se frota el cuello. Joder caminar entre esos hijos de puta es lo más estresante del mundo. Bueno lo que iba diciendo, hace unas doce horas estabamos apunto de salir de aquí con los refugiados hacia nuestro nuevo mundo, y en la última comida muchos de ellos empezaron a vomitar sangre y intentar comerse al de la silla de al lado. Todo se fué a la mierda y esta pequeña puta me dijo que la acompañara. Se levantó y le dió una sonora patada en el estómago a la niña inconciente. Me dijo que me qeudara fuear del vagón cubriéndola y así lo hice hasta que oí unos gritos dentro del vagón... así que entré por si necesitaba mi ayuda y vi la peor carnicería de la história. Fué el momento en que caí en la cuenta de que había estado comiendo durante todo este tiempo. Aún así guarde la compostura y dije que si quería que la ayudara y me dijo que sí, que tenía mucho trabajo en los otros vagones. Así que cogí a los cuatro únicos tipos a los que ella no había anestesiado y yo misma les pinché... dejando la mitad del líquido en la jeringuilla y esta clavada en vuestros brazos para que pudierais usarla. Nada más hacerlo salí para cargarme a esta hija de puta pero ella se había ido, pues la bici que suele llevar no estaba.

Se pone en pié y va caminando hasta el grandullón, al momento le ha clavado dos flechas (cogidas con la mano) en el cuello y por la oreja. Este tiembla un momento y muere.

Me fuí a buscarla hasta la estación pero me dió esquinazo en algún lugar, algo no demasiado dificil estando todo lleno de zombies. Así que nada más pude volver la esperé en aquella caseta os indica una pequeña caseta ue teneis a unos 500 m delante, un poco a la derecha.Suponiendo que volvería a por vosotros, pues tras el incidente de la estación deben de haber quedado sin ningún tipo de alimento.

Guardó sus flechas y os miró, luego miró a la niña. ¿Que pensais hacer con ella?. Yo se la tiraría a esas cosas para que sepa que es lo que siente al ser devorada.

La chica los tiene bien puestos...

Mientras habla me siento en la fila detrás suya y me apoyo en los respaldos para mirarla, como un quinceañero siguiendo con la mirada a la chica que le gusta.

- Eh, eh, sin acelerarnos. - trato de no parecer tan nervioso como lo estoy - A la niña mejor no tocarla, puede saber cosas importantes. Tú también puedes aclararnos muchas cosas, como a cuántos tendremos que enfrentarnos y por dónde ir - señalo a la arquera con un ademán que quizá haya quedado con demasiadas florituras - Eso sí, no me importaría encadenarla, pero sin necesidad de drogas. Por cierto, ¿podría saber qué usaste? Quizá me sirvan más adelante si tengo que hacer alguna operación menor a modo de anestesia. - siento que la mente me va a mil por hora - Y ya que estamos con la medicina, la navaja servirá de bien poco contra los podridos, pero para sacar balas suele venir bastante bien, ¿os importa si me la quedo? Y las metralletas y demás cachivaches del vagón ¿se pueden desensamblar y usar "en mano", por así decirlo?

Hago todo lo posible por no temblar, pero estoy cagado de miedo, las pelotas se me han encogido al tamaño de canicas. Conforme hablo, consigo centrarme en un objetivo, analizar las cosas más o menos fríamente, quizá hasta resultar útil. De repente, me asalta un recuerdo funesto al ver de nuevo a la mujer. A mí,d e pequeño, las niñas solían pegarme...

- Por cierto, si no es molestia, tu nombre es...

Miro a la mujer algo incrédulo, su historia es demasiado... ¿simple? para este puto infierno en el que vivimos. No se si creer lo que dice o estamparla el pie helado en la cabeza y quedarme con su arco y su capa de camuflaje. Como en los viejos tiempos... en los felices tiempos de la juventud...

Al final descarto la idea, quizás convenga darle una oportunidad.

A mi me parece bien la idea de arrojársela a los zombies, junto con el resto de cadáveres. Así tendremos una distracción para salir de aquí.

Miro a todos mis compañeros, aún estamos jodidos por el frío. Al ver al cirujano me acuerdo de que nos pidió presentarnos antes a nosotros también. Por cierto, me llamo Alain. Y sí que es buena idea intentar desmontar una ametralladora.

Si vais a poneros a disparar en plan rambo avisadme para que coja mis trastos y me marche

Dijo la chica mientras tensaba su arco sin ninguna flecha puesta, como comprobando su estado.

Mi estilo es el silencio, y aunque subais ahí arriba y os pongais a disparar lo único que haréis es llamar a más de esos. He venido a intentar ayudaros, pero tengo a más gente esperándome a la que me gustaría llevan con vida al sitio de evacuación.

Niega con la cabeza

Hombres, siempre intentando machacar cosas. Esa niña de ahí ha llegado hasta aquí con su puta bici, desplazándose casi como un fantasma. La he visto moverse entre esas cosas esquivándolas y, sabeis lo más extraño, incluso cuando alguna de esas mierdas la ve y se gira, no intentan ir hacia ella. Es la única que he visto que consiguiera hacer eso. Hasta hoy la admiraba, hasta saber como conseguían la carne.

Se pone de pié de un salto cogiendo la manta
Vosotros decidis, yo tengo muy poco tiempo. Ah! me llamo Layla, aunque casi todos me llaman Lay asecas.

La niña empieza a abrir los ojos frotándose el costado... aún parece medio ida.

Que... que ha pasado.

A nadie le pasa por alto la mirada glacial que Layla le hecha.

En cuanto escucho la voz de la niña dejo de prestar atención a la arquera, la que cada vez me gusta menos por cierto. Como vuelva a darse aires de grandeza la tiro a los zombies y me quedo con su equipo... como si nosotros no hubiésemos sobrevivido también durante seis años a los zombies...

Me abalanzo sobre la niña, inmovilizándola.

Bien pequeña, cúentanos cómo logras pasar inadvertida y á quién nos sirves de alimento.

en esta ocasión no haría falta tirar dados, pero como ya os he dicho, ante la duda tirad, que no os voy a cobrar por las tiradas que hagais de más xD

- ¡Quieta, quieta, por favor! - le suplico a Layla tratando de agarrarle el brazo, con lo que únicamente consigo caer del asiento - Sólo necesitamos orientarnos un poco, ¿vale? Es raro que ninguno estemos en estado de shock o hipotérmicos perdidos, sólo necesitamos un minuto.

Mientras me levante agarro el bolso de la niña, quien no supone ninguna amenaza ya que Alain la tiene firmemente sujeta. De normal los bolsitos con forma de oso no son de mi agrado, haré una excepción hoy. Meto dentro la navaja que nadiea a reclamado y, mientras le hago señas a Layla de que se quede quieta en el vagón un poco más, me asomo al congelador y cojo tantas jeringuillas con droga y en buen estado que encuentro. Las envuelvo en una camiseta raída, para proteger las agujas.

- En fin, espero que ninguno de nosotros tenga alguna mierda en la sangre... Veamos, entre vosotras dos, ¿qué podéis contarnos? ¿Es viable tomar el tren y hacerlo funcionar? ¿Habría que luchar contra mucha gente mucho mejor preparada que nosotros, lo cual, armamentísticamente, no es especialmente difícil? Y sobre esa gente que te está esperando, ¿en qué consiste ese plan? Mientras estemos aquí dentro calladitos no creo que haya problemas.

A no ser que venga un nuevo grandullón preguntándose a dónde ha ido a parar la carne para el estofado...

-Luego te puedes quedar la cuchilla, ahora va a hacerme falta.

Es horrible como las personas se acaban volviendo bestias.

Pasé mucho tiempo reflexionando sobre eso, pero ahora ya, hay poco que quede de ese hombre que era antes. El mundo en el que vivíamos ahora era el infierno, y en el infierno, solo hay dos cosas, condenados y diablos. No pienso volver a ser torturado, y haré lo que haga falta para salir de aquí.

Abro el filo de la navaja y lo pongo contra el cuello de la niña.

-Mas vale que no grites ni hagas nada raro, empieza a contárnoslo todo

La niña mira desafiante a Adam y su única respuesta es un escupitajo en la cara de este.

Sus únicas palabras son para Layla.
Traidora hija de puta.

Se sienta sobre el respaldo del asiento observando la situación.

Tiene una hermana llamada Yvett. Su madre creo que era enfermera y cuando en uno de los primeros brotes de la enfermedad estaba preñada de unos ocho meses. La cuestión es que aunque estaba de baja se necesitaba todo el personal para la epidemia así que fue a ayudar. La obligaron a volver a casa cuando las cosas se habían puesto realmente mal... ya la habían mordido pero aún no se sabía nada sobre esta mierda. De hecho aún se sabe bien poco.
Ivette la cuidó hasta que su madre ya se convirtió en un zombie delante de sus narices, su padre se interpuso entre ellas y acabó con medio cuello colgando de la boca de su madre... que al momento se fué tras Ivette, se avalanzó sobre ella pero esta tras una dura pelea acabó aplastándole la cabeza con un televisor.
Y entonces el abultado vientre de su madre empezó a temblar bajo los golpes del bebé. Había encerrado a su padre en la cocina así que buscó su bolsa del instituto, sacó un estuche con un cutter y le abrió la barriga en dos para luego meter sus brazos hasta los codos y sacar a su hermana del vientre de su madre muerta mientras su padre aporreaba la puerta a apenas a unos metros.
Así vino esa cabrona a este mundo, algó debió de recoger de su madre porque esos cabrones la atacan solo cuando la ven con sus ojos, pero luego no saben como seguirla. Creo que no la huelen, o no la sienten como uno de los nuestros. Y lo peor es que ese brote fué encubierto al ser un pequeño pueblo. Yvette sabía que algún día saldría otro brote, este imparable, y se preparó a si misma y a su hermana para el fin del mundo.

Mira hacia Lauren...
¿Traidora? Nos habeis hecho comer personas trozo de puta... he comido a gente. ¿Ahora que me diferencia a mi de esas cosas de ahí fuera? Si teníais problemas para encontrar comida tuvisteis que decirnoslo, seguro que había otra manera...

Layla mira hacia Lauren y durante un momento aparece tristeza..
Había otras maneras

... aunuqe cuando sigue hablando su tono gradualmente va volviéndose más agresivo hasta hablar como antes.
joder todos los exploradores nos partíamos el culo creando las rutas de escape para sacar a cuantos más supervivientes mejor, todo para que vosotros decidierais que ya no había que salvarlos sino que comerselos. ¿Joder en que coño pensabais?

Luego se dirige a Adam A esa cabrona la sacaron con cutex del estómago de su madre mientras su familiar moría y ya estaba preparándose para esta mierda cuando para nosotros todo esto era impensable. Esa niña no ha conocido días tranquilos. No se exactamente que es lo que quieres que te diga, pero no te lo dirá.

Se mira el reloj y suspira.
Hay muy poco tiempo para elegir, tengo gente esperándome que la lleve al lugar de evacuación. Vosotros veréis.

Como médico que eres, su caso te parece muy curioso, salida de una madre zombificada y los zombies no la huelen como una de nosotros... curioso...

Su madre fue infectada... Ella estaba en su vientre... El parto se adelantó cosa de un mes si las cuentas no me fallan...

No, todo esto no tiene lógica... ¿O quizá sí, una lógica tan simple que parece irreal a mis ojos? Si su historia es cierta, quiere decir que lo que sea que convierta a la gente en podridos... Lo hace desde el ADN... Es la única explicación, cuando una madre se resfría no lo hace el bebé en su vientre; cuando tiene cáncer el no-nato puede morir...

En mi mente se suceden páginas y páginas de la escuela de medicina, viejas lecciones que en mi mente aparecen borrosas. Soy cirujano, hace tiempo que olvidé las partes más recónditas del cuerpo humano, tengo que agitar el poso de mi conocimiento.

Si ese virus, por llamarlo así, afectase de algún modo al ADN, o a las mitocondrias, pasaría a través de la placenta y el cordón umbilical al gestante. Pero entonces, ¿por qué no se había convertido en una podrida? Los bebés no tienen defensas, mucho menos los no-natos, una exposición tan directa al "virus" debería haberla machacado.

A no ser... Que fuese como los encantadores de serpientes, que de recibir tantas veces el veneno se vuelven inmunes al mismo...

- Layla - mi voz resuena inflexible, he encontrado un objetivo -, recuerdo poco sobre las células, pero si me das un par de libros adecuados no habrá problema. Creo que esa chiquilla es la clave de toda esta mierda. Creo que podría encontrar una cura a partir de sus células. O, como mínimo, un modo de inmunizar a los pocos que quedemos vivos, quizá incluso una bacteria que sólo devore carne podrida. Llévame contigo, por favor.

No creo que haya mucho instrumental médico hallá donde vamos, de modo que recojo más jeringuillas, ésta vez vacías, aunque me cuesta encontrar unas pocas que estén en buen estado. Las guardo en el bolso.

Tiendo la mano hacia la chiquilla. Pero no quiero ayudarla a levantarse, sólo la navaja de vuelta. Alzo la vista a mis compañeros.

- Necesitaré toda la ayuda que pueda. Sé que en el combate soy un inútil, pero si encuentro una cura no volveremos a combatir nunca más.