Partida Rol por web

El peligro no le gustaba, pero huir sin dar oportunidad a justificarse no estaba bien, tenía miedo, no le gustaba la sangre, pero le gustaban menos los fantasmas y había visto uno, que sin importarle lo miedica que fuera, daba mucho miedo.

Las apariencias podían engañar y más en un mundo de monstruos, pero,... ¿que no estaba en la casa de Toriel? ¿Le había teletrandportado otros monstruo hasta allí? Además estaba solo, y eso siempre asusta más...

-po-por favor, di-dime po-porque me sigues,... n-no te he he hecho na-nada,... - ¿estarían los libros embrujados? Se parecía mucho a la caperucita roja en versión peli de miedo - ¿q-que quieres?

Una y otra vez aquel lugar intentaba aterrarle, cuando no eran monstruos que le atacaban eran extrañas voces que pretendían engatusarle y cuando no... laberintos extraños en lugares oscuros.

A cada paso que daba su nariz se iba llenando cada vez más de aquél extraño olor. No entendía por qué sabía que era olor a cuervo. Nunca había olido ninguno, pero estaba seguro de que eran cuervos, negros y malvados cuervos...

Echo mano al bolsillo buscando la bolsa de polvo amarillo, quizá podría utilizarlo para trazar un camino de vuelta a la salida mientras intentaba llegar hasta sus compañeros en el interior del laberinto. Con esa idea dio unos pasos titubeantes hacia la entrada y asomó la cabeza al interior de la oscura estructura.

El interior del laberinto es inquietantemente silencioso, aunque la imaginación de Fancoz lo había pintado poblado de horrendas criaturas y terribles monstruos. De estas pesadillas, ni rastro, solo ominosos caminos vacíos que parecen llevar a ninguna parte. Tras poco andar el pequeño se percata de que no recuerda donde está la salida.

Sin embargo esto no es problema. Él ha entrado allí buscando a sus amigos, no debe pensar en salir todavía.

Rumiando estos pensamientos Fancoz dobla un recodo y... ¡qué susto! Casi se da de bruces con algo. Con alguien más bien.

Es un gato, un gato tan grande como él, y está de pie bloqueando el camino. Tiene una sonrisa misteriosa, casi burlona, y un pequeño palo al que lleva atado un paño con sus posesiones dentro.

Antes de que Fancoz pueda reaccionar escucha algo... ¡un grito! Es el grito de Miki, seguro... Viene del pasillo detrás del gato, pero este se encuentra justo en medio y no parece querer apartarse. ¿Qué hacer? ¡El tiempo urge!

El ser levanta su mano y la oscuridad parece arremolinarse a su alrededor formando una ominosa hacha enorme... ¡la cual baja con gran fuerza hacia Suzi!

¿Por qué está haciendo esto? ¿Acaso es de verdad su padre, que ha vuelto para atormentarle?

El arma va a impactar en cualquier instante, todo parece moverse a cámara lenta...

[Esquivar] [Disparar] [Conversar]

La chica, de la misma altura que Miki aproximadamente, se mantiene en silencio inicialmente ante las palabras del niño. Solo el lúgubre viento de invierno puede escucharse entre los árboles, gimiendo como si presagiase un aciago destino. Sin embargo, nada malo per se parece ocurrir por muy tétrica que sea la situación.

La chica se mantiene callada, oculta bajo su capa roja, pero Miki percibe algo: parece que levanta su mano levemente bajo su capa, aunque no llega a sacarla del todo. De sus labios brota una muy muy tenue brizna de aliento que se condesa debido al frío que les rodea. ¿Ha dicho algo? Miki juraría que ha tratado de decir algo, aunque apenas era un susurro...

Aún no puede ver su cara, y la sensación de que es peligrosa persiste pero... la curiosidad ha guiado siempre al pequeño. ¿Qué quiere? ¿Por qué está allí? ¿Por qué no habla claro?

Mientras aún asustado piensa en esto la brizna de aliento vuelve a brotar de sus labios. Y de nuevo, Miki está demasiado lejos para escuchar qué ha dicho. Tendría que acercarse mucho para escucharla...

[Huir del lugar] [Mantenerse en el sitio] [Acercarse más]

La pistola le llama. "Soluciona esto rapido. Solucuonalo otra vez"

Pero... no. Eso esta bien. Asi no. Eso no es justicia. Es un asesinato en lygar de otro.

En lugar de ello, se queda mirando con serenidad (con toda la que puede tener un niño) y conteniendo las ganas de abrir fuego.

"¿Y esto es lo que buscas, asesino? ¿Seguir un baño de sangre, uno que no termine jamas?"
"¿O es que buscas alguien que te mate a ti, y siga tu legado de sangre?"

¿que haría si necesitara ayuda? Tan tétrico y tan asustadizo ambiente,... de nuevo pensó en huir pero no quería que si era inocente aquella niña se sintiera insultada. Entonces pensó en Toriel y en su injusta caída, no pudo evitar, no por curiosidad, esta vez por desear poder ayudar a alguien acercarse a ella un poco más.

- disculpa, no te oigo, estás bien?

Oh, no... Espero que no sea la energía malvada de la que nos habló Fancoz. Puede que intente tentarme y arrastrarme al lado malo. No puedo dejarme. ¿Quién sabe como funcionan los sueños en realidad? ¿Y si el ser malvado es ese payaso metálico? Al menos no le tengo miedo a los payasos como la mayoría de niños. Tengo que aprovechar esa ventaja y descubrir qué sostiene en su mano antes de aceptarlo o rechazarlo.

Centro mi atención en el payaso, le miro a los ojos, le sonrío amistosamente, señalo su mano y digo: Hola, amigo. ¿Eso que tienes en la mano es para mí? ¡Muchas gracias! ¿Qué es? ¿Puedo verlo?

Una vez superados los temblores iniciales y darse cuenta de que, si no sólo, al menos no estaba siendo molestado en el laberinto, por lo que, de alguna manera se relajó un poco.

Relax que le duró unos instantes, pues, al girar un recodo se encontró cara a cara con un ¿gato? Parecía un gato, pero era enorme. Su aspecto en general, a parte del hecho de ser un gato gigante, era inquietante. Llevaba un hatillo como si se dedicase a viajar y no tuviese casa, y su cara... bueno, sonreía, pero no era una sonrisa amable, o al menos al niño no se lo parecía.

Iba a saludar, o intentar comunicarse con la criatura cuando un grito que sin duda era de Miki, llegó a sus oídos. Era cierto que no hacía mucho que se conocían, pero aquellos chicos eran lo único que tenía en aquel extraño mundo, por lo que no dudó en echar a correr, intentando pasar por un lateral apartando al gato, sin resultar agresivo, pero con bastante urgencia. Si sus amigos se encontraban en peligro tenía que ayudarlos.

El extraño payaso se mantiene inmovil e impasible ante las palabras de Alex. Curiosamente sin embargo, el chico percibe que aunque está quieto del todo hay alguna especie de... extraño movimiento en él. Quizás en su interior, quizás en su mirada... es muy extraño y difícil de decir.

Entonces capta algo por el rabillo del ojo.

¡Es otro bufón mecánico, y exactamente igual! Alex no sabe como se ha situado detrás de él sin hacer ningún ruido, pero ahí está. Su patrón de colores sigue la misma disposición que el de su "gemelo", pero invertido. Además, al contrario que el anterior, este no parece poder estarse quieto: todo su cuerpo se mueve aquí y allá, como si estuviera bailando o temblando de frío (lo cual no tendría sentido, ya que es un robot). Al igual que antes, este payaso ofrece algo en una mano cerrada a Alex.

[Aceptar] [Rechazar] [Conversar] [Marcharse]

Superando su miedo con un deje de valentía que no está seguro de haber tenido antes de empezar esta extraña aventura, el joven Miki se acerca con precaución a la niña de roja caperuza ensangrentada para escuchar mejor qué está diciendo. Sin embargo cuando lo hace... ¡se lleva un buen susto!

No porque la niña le ataque, aunque en un primer instante es lo que piensa Miki. Cuando el niño se acerca lo suficiente como para oirla está muy cerca de ella, y la niña cae sobre él. Pero no se abalanza, literalmente cae de bruces, incapaz de sostenerse. Cuando Miki la agarra por reflejo comprueba dos cosas: la primera, que es muy ligera; la segunda, que la sangre que cubre sus ropas... es suya. La niña tiene muchas heridas por su pálida piel que la hacen sangrar copiosamente.

Mirando a Miki con ojos rojos como la sangre que pierde y dejando entreveer unos colmillos agudos, la niña solo tiene fuerzas para preguntar con voz muy débil:

- ¿P... por... qué? ¿Por... qué... hicisteis... esto?

El tiempo se detiene absolutamente esperando que el estúpido niño saque de una vez su maldita pistola y dispare de una vez al terrible ser que se encuentra ante sí y que va a matarle de un momento a otro. ¿Es que no tiene sangre en las venas? Como no reaccione rápido se muere, estira la pata, se va al otro barrio.

¡¡¡¡MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MÁTALO MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAATAAAAAAAAAAAAAAAAAAAALOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!

[Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] [Atacar] 

El gato se limita a soltar un ronroneo de aviso, bloqueando por completo el camino de Fancoz. Cuando este se acerca demasiado el gato usa el palo de su petate para mantener alejado a Fancoz, empujándole en el pecho.

Para hacer aún más tensa la situación se escuchan de nuevo dos gritos: en este caso el de Liv y el de Suzi. Las dos parecen terriblemente asustadas... y además el olor a cuervos se hace más fuerte...

El gato no parece preocuparse o percibir siquiera nada de esto. Tampoco parece hostil, simplemente no quiere dejar pasar a Fancoz por allí, aunque evidentemente es el camino más directo (quizás el único) para llegar a sus amigos... ¡Demonios! Hay que decidir con gran urgencia... quizás con medidas drásticas.

[Atacar] [Dar la vuelta y buscar otro camino] [Conversar]

"...NO!!!! ESTO YA HA PASADO!!!"

El quinto niño, Suzi, recuerda la sangre manando a borbotones, el charco creciente, y luego fluyendo como un rio.
Ya pasó antes. Ya lo hizo antes

¡Y fue un error!

Una y otra vez la misma situación. Un momento crítico, una criatura que se interponía en su camino y, aparentemente, una única opción para continuar: pelear.

Cada vez que se habían encontrado con un monstruo en aquel lugar habían luchado con él, Froggit, que resultó ser un personaje bueno y amable, Napstablook, el fantasma, que solamente estaba asustado, e incluso la propia Toriel, quien, aparentemente solamente quería protegerlos y que ahora estaba muerta... En todos aquellos casos, el niño del delantal nunca atacó, nunca hizo daño a ninguna criatura, incluso cuando recibió daño.

¿Y si éste personaje era igual? No quería perder tiempo, pero no iba a atacar tan a la ligera, por lo que se paró junto al enorme gato y, mirándole a los ojos con cara de pena y furstración, habló con él.

-Esas voces que suenan son de mis amigos. ¡Tengo que ir a ayudarlos!. Por favor, ¿por qué no me dejas pasar?- preguntó temiedose lo peor.

Miki estaba aterrado, no por la niña, si por sus condiciones, asustado escuchando esa frase, fue despertado de su quietud - ¿que te ha pasado? ¿quien te ha hecho esto? - no estaba dispuesto a dejar morir a dos personas ante sus ojos el mismo día. Las agotadoras clases de las que a veces se quejaba y las palabras de su madre diciéndole que tenía que ser abogado o doctor, pasaron por su cabeza, y tenía que pensar rápido ¿había aprendido algo que pudiera ayudar a la niña?

Para el no había diferencia, si esa niña era otro monstruo no le importaba, nadie debería sufrir "gratuitamente".

- saldrás de esta, por favor aguanta,... - una frase tan de serie de médicos y tan limitadas sus opciones - ¿como puedo ayudarte?

Doy un respingo cuando noto la presencia del segundo payasobot.

Duplicación... Me suena de una peli... Un adulto (¿Se trataba de mamá?) estaba viendo la película. Me mandaron a la cama pero fingí dormirme en el sillón, desde donde estaba podía ver la televisión, y el cojín tapaba lo justo como para que ¿mamá? no viera mis ojos entrecerrados. A través de las pestañas pude ver como el protagonista era clonado una y otra vez, y cada vez que era clonado su actitud empeoraba, se volvía más y más cruel. No recuerdo bien el final, pero si recuerdo la sensación de miedo y tristeza que me dejó aquella peli. Esa noche también soñé con clones, aunque en vez de payasos eran armadillos.

Me doy la vuelta otra vez para hablar con el primer payasobot.

¿Es tu amigo? Le noto nervioso. ¿Se encuentra bien?

- ¡STOP! - la voz grita desesperada, y entonces se percata de que el infante puede oírla - ¡Lo logré!

¿Qué es esto? No es el sueño de hace un momento. Todo es confuso. No hay lugar concreto ni formas ni colores. Todos es agobiantemente impreciso. Solo hay una cosa a la que agarrarse: la voz. La voz parece muy feliz de que por fin Suzi la escuche, y muy estresada al mismo tiempo.

- He conseguido estabilizar el puente. No durará mucho. Escúchame, debéis deteneros. No debía ocurrir así ¿por qu é es t á is ahciendo ets o? ¡No! ¡On tna pr o n t o!

La voz comienza a distorsionarse apenas ha conseguido empezar a hablar y eso parece llenarla de miedo y de angustia. Se está volviendo imprecisa como este extraño no-lugar.

- ¡ebeisd de n te eros! ¡NO LO HAGÁIS! 

- ¡STOP! - la voz grita desesperada, y entonces se percata de que el infante puede oírla - ¡Lo logré!

¿Qué es esto? No es el sueño de hace un momento. Todo es confuso. No hay lugar concreto ni formas ni colores. Todos es agobiantemente impreciso. Solo hay una cosa a la que agarrarse: la voz. La voz parece muy feliz de que por fin Miki la escuche, y muy estresada al mismo tiempo.

- He conseguido estabilizar el puente. No durará mucho. Escúchame, debéis deteneros. No debía ocurrir así ¿por qu é es t á is ahciendo ets o? ¡No! ¡On tna pr o n t o!

La voz comienza a distorsionarse apenas ha conseguido empezar a hablar y eso parece llenarla de miedo y de angustia. Se está volviendo imprecisa como este extraño no-lugar.

- ¡ebeisd de n te eros! ¡NO LO HAGÁIS! 

- ¡STOP! - la voz grita desesperada, y entonces se percata de que el infante puede oírla - ¡Lo logré!

¿Qué es esto? No es el sueño de hace un momento. Todo es confuso. No hay lugar concreto ni formas ni colores. Todos es agobiantemente impreciso. Solo hay una cosa a la que agarrarse: la voz. La voz parece muy feliz de que por fin Alex la escuche, y muy estresada al mismo tiempo.

- He conseguido estabilizar el puente. No durará mucho. Escúchame, debéis deteneros. No debía ocurrir así ¿por qu é es t á is ahciendo ets o? ¡No! ¡On tna pr o n t o!

La voz comienza a distorsionarse apenas ha conseguido empezar a hablar y eso parece llenarla de miedo y de angustia. Se está volviendo imprecisa como este extraño no-lugar.

- ¡ebeisd de n te eros! ¡NO LO HAGÁIS!