Partida Rol por web

El camino por la ruta hacia el norte ha sido largo a pie, han pasado dos días desde que te enfrentaste a esa elfa y no ha sido fácil cargar con el peso de ese encargo y el de tu estomago vacío.

No sigues la ruta, no. El camino continua hacia Hardcastle, un lugar hecho por y para los comerciantes. Sin embargo, tú, tienes otro negocio entre manos.

En tus manos tienes las indicaciones que te dio aquel misterioso hombre en la taberna ya tan lejos de aquí.

Te desvías, el camino continua hacia el oeste mientras tú continuas hacia el norte, hacia las montañas.

El páramo se vuelve pedregoso y las montañas se logran ver en el horizonte. El sol de la mañana corre por encima de ellas dejándote un largo haz de resplandor que te hace marchar con una mano en alto, dando sombra a tus ojos.

Una señal te indica que vas por buen camino, o mejor dicho, vas en el camino indicado. Un palo con cuatro cráneos clavados es una señal de peligro, pero la esperabas, aunque en el mapa en tus manos solo había un cráneo clavado dibujado para indicar que pronto llegarías a destino.

Tras camiar varias horas por el páramo ves a las montañas lentamente acercarse.

Sientes un leve olor a humo en el aire y crees que puede haber un campamento, justo donde se supone que debes hacer la entrega.

Una carreta con un caballo, una pequeño fuego ya casi apagado y empalado junto a este el cuerpo de un hombre calcinado, sin ojos, la piel quemada y los muslos destazados.

Sobre una roca detrás de la carreta un individuo de piel verde se encuentra sentado. Te observa como te acercas a su pequeño campamento. 

Sobre una roca, sentado, movía su cabeza lentamente siguiendo tu movimiento. Sus manos estaban sobre sus rodillas y un gran y brutal hacha reposaba en su regazo.

-Valiente hombre. ¿No viste la señal, eh? ¿O acaso eres tú a quien estaba esperando?-

El camino por la ruta hacia el norte ha sido largo a pie, han pasado dos días desde que se enfrentaron a esos elfos y no ha sido fácil cargar con el peso del estomago vacío.

El camino continua, hacia el oeste, hacia Hardcastle, un lugar hecho por y para los comerciantes. 

El páramo se vuelve pedregoso y las montañas se logran ver en el horizonte, a su derecha. El sol de la mañana corre por encima de ellas dejándote un largo haz de resplandor que les hace marchar con una mano en alto, dando sombra a sus ojos.

En esos días de viaje, más de una huella en el camino han logrado ver. Suponen que aquel misterioso individuo debe de seguir delante de ustedes.

Mire al Orco me mantuve calmado y sin mostrar hostilidad, pero aun no debía revelar la existencia del cargamento hasta estar seguro.

- Podría ser que después de este largo viaje llegara a mi destino? -

- Vengo desde un pueblo llamado Tres Espadas, hice un largo viaje, estoy buscando a alguien que me espera al este del fuerte, ¿Podrías ser tu?. - Le dije y le pregunte.

Con solo una repuesta de un "si" no seria suficiente para saber si era él y con curiosidad le pregunte...

- ¿A quien estas esperando? -

El sol me estaba molestando muchísimo, no me gustaba mucho la luz, pero tampoco estaba a gusto en la total oscuridad, por la corta visibilidad mas que nada, un punto medio era lo ideal para mi y quizás para el resto de mi raza.
No me llegaron a matar los elfos pero casi que me muero de hambre, ¿que te parece parar a comer un poco? tengo provisiones de sobra, al menos para unos pocos días. Le dije a Brisennya que venia caminando a mi lado, supuse que ella también tendría hambre y me quede parado de golpe al recordar que el individuo de antes aun podría estar cerca.

Y a juzgar por las huellas, es bastante probable que la persona del otro día aun ande cerca, debemos tener cuidado, al menos un poco. Continué diciendo mientras observaba un poco mejor el camino.

-Es bastante irónico que me moleste el sol en estos momentos, teniendo en cuenta que me asocian a un ser de fuego- pensé mientras intentaba tapar mi cara con una mano mientras intentaba utilizar la punta de mi cola como abanico.
-Genial, y lo vienes a decir después de todo este tipo que tenías
comida- me quedé viendo lo mismo que Sku estaba fijándose: huellas en el camino.
-Nuestro quizá querido acosador aún ronda estos lares- me bajé para observar mejor alguna que otra que noté -Deberíamos de investigarlas mejor. Pero tienes razón, hay hambre y el día está perfecto para un picnic. Como eres el "anfitrión" elije en dónde quieres comer- me levanté y miré alrededor.

El páramo sigue tranquilo, una vez el sol se haya alzado del horizonte ese resplandor deja de ser un problema.

Sobre la roca en la que estaba sentado mira a su alrededor, el páramo desolado, se da dos palmadas en las piernas, mira al caballo, a la carreta, a al fuego por apagarse... -Si esto es un fuerte para ti entonces debes de ser un gnomo o esos más pequeños, un mediano...-

-A quien yo espero, no le conozco...- Estira sus piernas y se deja caer de la roca, gran hacha en mano. -Pero sé que he de esperar a que me den algo. Espero lo traigas contigo, ya estoy cansado de esperar aquí... no quiero seguir esperando, esto me tiene cansado... ¿Entiendes mediano?-

- Espero que sea esta la persona que debía encontrar, solo me quedara confiar - Pensé

- Entiendo, yo igual estoy cansado, este es el paquete que has esperado... Se me prometió una paga. - Acente con la cabeza y le dije.

Lentamente saque la caja que llevaba conmigo y se la mostré al Orco esperando que sea a el al que tenia que entregársela.

El orco se acerca y ves como notablemente es varias cabeza de altura más alto y ancho que vos.

Toma la caja y la coloca en el suelo, arranca las tablas de la tapa y mete la mano dentro. -Oh, si. Nunca había tocado uno.- Saca la mano entre pajas que contenía la caja.

Lleva la caja a la carreta, de un saco saca una bolsa y te la lanza.

-Ahora es mejor que desaparezcas de aquí. No lo voy a decir de nuevo, no me queda mucha comida.- Dice mirando al cuerpo chamuscado junto a fuego ya apagado.

Al tomar la bolsa y echarle una rápida mirada dentro puedes ver unas perlas, algunas monedas de platino que valen diez veces lo que una moneda de oro y varias monedas de oro.

Las perlas suman un valor de algunas cuantas monedas, sumado a las de platino y las de oro calculas un valor de 625 monedas de oro en esa bolsa.

Casi la mitad de lo que se te prometió.

Me pare firme luego de contar la paga y ver que no era lo que me dijeron, mirando al Orco.

- Me prometieron casi el doble, si lo traía intacto y sin ser percibido, ¿donde esta el resto? - Le pregunte.

El orco que se preparaba para irse, terminando de cargar los restos del hombre chamuscado en un palo en su carreta, se para y gira su cabeza para mirarte de costado.

-El resto en mi bolsa, mediano.- Mientras con una mano palmeaba la bolsa que colgaba en su cintura y la otra firmemente sostenía su hacha.

Mire al Orco con cara de frustración y me di media vuelta y me fui, sabia que no tenia oportunidad contra el, no aun, volví por donde vine a la ruta para, de ahí, ir hacia Hardcasle. Necesitaba alimentos y descansar este largo viaje fue agotador.

- ​Maldito Orco, algún día me la pagara -

Mientras me alejaba caminado, gire la cabeza de costado lo mire.

- ¿Tienes nombre Orco? - Le pregunte mientras me alejaba.

A la final nos recostamos cerca del camino, nos sentamos a comer y también compartí un poco de lo que traía con el grandote. No sé si era por el hambre o las ganas de ver mejor esas huellas, pero comí rápido y apenas terminé me levanté bruscamente, busqué la huella más cercana que había y me puse a observarla -Ojalá mi vista no me e gañe-.

Desde su carreta ya azuzando al caballo rumbo al norte, a las montañas, alza fuerte el puño. -¡SOY BOOR´E EL DESOLLADOR!-

Prontamente el carro se aleja.