Partida Rol por web

Tras un vistazo rápido, todos coincidís en que lo mejor es seguir adelante. Georgi asiente a Jeremy, y más como un autómata que como una persona, se acerca de nuevo al cubo y carga con casi todo el peso. El hombre parece ajeno completamente a la realidad, capaz de responder órdenes sencillas, pero incapaz de actuar por cuenta propia o de mostrar humanidad alguna. Al lado vuestro, Smith ayuda a Helen a andar, aunque la mujer, incapaz de hacer cualquier esfuerzo, os retrasa bastante en el camino. En más de una ocasión trata de insistir que la misión es lo primero y que ella es prescindible, pero tanto Smith como Jeremy niegan con la cabeza. Abandonar a Helen no es algo que puedan contemplar ahora mismo.

Una vez salís de la sala, el cubo vuelve a reflejar los tonos apagados de la lejana luna, que se cuela y refleja en las paredes y las caras del objeto. Siguiendo el camino que os marca, avanzáis por el pasillo, con cuidado de no dejar caer el objeto dado el estado de salud de Jeremy. Georgi le mira el brazo y dice:

- Está roto, como si Jeremy no fuera consciente de ello. No añade nada más, sino que continúa avanzando por el interminable pasillo. 

Después de unos minutos que se os hacen interminables, veis una luz diferente al otro lado del túnel, como si estuvierais llegando a otra sala. Antes de que lleguéis allí podéis ver que el lugar está iluminado por alguna fuente de luz. Los destellos que surgen desde allí se desplazan por el pasillo atenuados, y al golpear contra el cubo que transportáis incrementan la luz que este emite, haciendo que ilumine con más intensidad el camino que recorréis.

Antes de que Clive tenga opción a replicar, El hombre fija la vista en la entrada por la que habéis llegado. A lo lejos se escuchan unos pasos, y una luz danzante se refleja en las paredes del pasillo. Alguien con una fuente de luz se aproxima por el mismo lugar por el que habéis llegado. Hace ya varios minutos desde que escuchasteis el último disparo, y desde entonces todo había sido silencio. Los pasos que se aproximan solo pueden significar una cosa: quien haya resultado victorioso del encuentro, se acerca hacia vuestra posición.

El hombre da dos pasos y se oculta tras las sombras que proporciona el pasillo por el que llego, resultando imposible verle desde vuestra posición. Probablemente fuera allí donde estaba antes de que entrarais en la sala, y por ello no le escuchasteis acercarse a vosotros, sino que pareció salir de la nada. Mientras veis al desconocido ocultarse, los pasos se acercan más y más. En este lugar hay pocos rincones donde esconderse, puesto que la sala está vacía y el cubo que portáis no deja de emitir luz.

Cuanto más se acerca quien sea que viene hacia aquí, más brillante se vuelve el cubo. Es como si la luz que llega desde el pasillo se refleje en sus caras, de allí vaya a chocar contra las paredes de la sala y estas reflejen la luz de vuelta al cubo, incrementando la casi imperceptible luz que llega desde el pasillo.

Jeremy seguia llevando el cubo junto con Georgi. de tanto en cuando iba girando la cabeza y mirando tanto detrás de ellos, por si alguien aparecia, como a Helen. sabía que habían muy pocas posibilidades, pero tenían que seguir adelante.

Cuando la luz rebota en el cubo e ilumina el espacio, Jeremy tiene que entrecerrar los ojos, ya que se había acostumbrado a la penumbra. Su mirada resigue toda la nueva sala en pos de sus compañeros o de algún signo de donde pueden estar.

Ya no hace falta volver atrás -piensa Raf al ver acercarse la luz por el pasillo- para saber si hubiésemos puesto el cubo en peligro...

En breves instantes conocerán el desenlace de lo que ocurrió en la sala anterior, para bien o para mal. Cansado por la tensión, la falta de sueño y el agotamiento de ir de aquí para allá, el indio piensa en quedarse quieto allí donde están, y que sea lo que Dios quiera. Si huyen con el cubo no tardarán en ser alcanzados y, con la intensa luz que emite, imposible esconderse o pasar desapercibidos.

Pero en el último instante, parece tomar una decisión distinta.

- Dejémos el cubo en el suelo y ocultémonos, Clive. -y le hace señas para que vayan a esconderse a la entrada del próximo túnel, junto al extraño individuo. Si los que están a punto de llegar son sus perseguidores, quizás tengan una mínima posibilidad de sorprenderlos saliendo rápidamente de entre las sombras.

En su fuero interno, el científico sabe que, de todos modos, da igual lo que hagan. Si Helen y los otros han caído, sólo un milagro podría salvarlos.

Clive analizó la situación con rapidez. Este no era su campo, esto si acaso era tarea para Helen o Smith, pero no para el científico y el escritor. La primera reacción de Clive iba a ser cargar con el cubo y huir de allí. Seguir adelante y tratar de esconderse. Sin embargo, Raf tenía razón. Tratar de huir cuando el cubo parecía una bola de discoteca era una estupidez, puesto que no tardarían en dar con ellos siguiendo los destellos del objeto.

Hasta ahora el cubo les había ayudado. Había permanecido en silencio cuando no era necesario y les había advertido antes de que el peligro llegara hasta ellos. "Con un poco de suerte..." pensó Clive, "ahora simplemente esté "alegre" porque nuestros compañeros han conseguido salir airosos del enfrentamiento".

- Tienes razón - dijo en un susurro, mientras Raf y él se escondían junto al hombre en el recodo del camino.

"Pero si son nuestros compañeros... Si el cubo está celebrante... Por qué se ha escondido el hombre tan rápidamente?" El temor se apoderaba a cada segundo de Clive, y su corazón parecía estar a punto de salirse del pecho durante una espera que parecía eterna.

La iluminación se acrecenta cada vez más y más. El cubo refleja con más fuerza la luz que proviene desde el otro lado del pasillo,y esto a su vez parece hacer resonancia en la fuente de luz más allá. De una ligera penumbra que iluminaba el área hace poco, ahora casi parece que estéis en el exterior, en un día iluminado por la más intensa de las lunas llenas. Los pasos del grupo que se aproximaba por el pasillo hacia la sala se escuchan cada vez más cerca hasta que entran a la sala que quedaba al final del pasillo, donde reposa el cubo en una sala vacía.

- Vaya, aquí está el otro - dice Georgi cuando entra en la sala -. Pero no están los demás. Probablemente hayan muerto también - dice con una frialdad que nadie le había escuchado antes.

Georgi deja el cubo que transporta junto con Jeremy al lado del otro para descansar un momento. La sala está completamente vacía, salvo por el cubo que refleja la luz de su gemelo, que a su vez le devuelve los destellos ligeramente alterados. La actividad que presentan ambos objetos es increíble, como si la cercanía hubiera activado algún tipo de comunicación entre ambos. Vuestro reflejo en el cubo original parece avanzar unas décimas de segundo por delante vuestra, mientras que el reflejo en el cubo que transportaban Georgi y Jeremy parece incluir en su interior una réplica exacta del entorno, donde pequeños reflejos vuestros actúan según os movéis.

Smith ayuda a Helen a apoyarse contra una de las paredes, y la mujer trata de acallar un gemido de dolor. El agente observa a la mujer, y luego a Jeremy. Su rostro muestra preocupación. Georgi se gira hacia Smith y Helen. Su reflejo en ambos cubos se mueve imitándole, aunque en uno de ellos parece anteponerse a el propio Georgi.

- No pierdas más el tiempo - dice a Smith -. Déjala aquí. Alguien tendrá que cargar este otro cubo, ahora que los demás han muerto, ¿no?

Sus palabras salen sin desprecio alguno, sin ningún sentimiento. Solo la frialdad de un autómata que lee una frase programada podría aproximarse al tono de voz que el médico acaba de utilizar.

- No nos entierre tan rápidamente, doctorr... -Raf sale de entre las sombras, aliviado de que la voz que se oye sea la de su malcarado compañero y no la de sus perseguidores.- Me alegro de verlos vivos de nuevo, al oir el disparo nos temimos lo peor. Nosotros cargaremos con el cubo otra vez.

Se acerca al centro de la sala y se interesa por el estado de Helen. Una vez que le cuentan lo sucedido y le refieren el estado de gravedad de su compañera no puede evitar desviar la atención hacia el cubo gemelo.

- Veo que han conseguido compañía desde la última vez que nos vimos. Perfecto. -sus ojos se maravillan con el juego de luces con que los dos hermanos parecen estar entablando una conversación- El que nos falta está en esa dirección, -señala hacia las sombras de donde él mismo apareció hace unos instantes.- sugiero que vayamos hacia allí cuanto antes.

A jeremy le duele horrores el brazo. Seguro que está roto o algo peor, piensa. Todo parece suceder a camara lenta y a la vez demasiado deprisa. La cara de Helen es un poema y Jeremy se niega a creen en lo que ven sus ojos. hay mucha sangre y no deja de salir.

Cuando gira la cabeza Raf ya se encuentra en la sala. no sabría decir ni por donde ha salido. Le escucha hablar aunque las palabras casi no forman nada coherente en su cabeza. Cuando Raf empieza a coger el segundo cubo para transportarlo mientras con la cabeza parece indicar el camino, Jeremy se agacha, como un autómata, para coger de nuevo el cubo con Georgi y dejarse llevar por la decisión de su compañero.

Clive suspira aliviado. Sus peores temores se desvanecen cuando escucha la voz de Georgi. Para él es todavía un desconocido, un extraño que ha aparecido hace escasas... ¿horas? para quejarse y ser de poca ayuda. Pero es una voz mucho más reconfortante que la de un completo desconocido armado hasta las cejas. Las palabras del hombre, sin embargo, no son nada halagüeñas.

Justo detrás de Raf sale el escritor, que dedica una rápida mirada a los compañeros antes de aterrizar en Helen. El nexo del grupo, la mujer que los ha reclutado a todos, parece herida, y no tiene buen aspecto. Clive daría lo que fuera por tener los conocimientos adecuados para tratarla, aunque si Georgi, que según Raf es un doctor, no ha hecho nada, entonces es que los medios y condiciones actuales no lo permiten.

La rudeza de Georgi (mayor todavía que la que conocía hasta ahora) y falta de tacto al hablar así de sus compañeros le sorprende, aunque por el momento evita hacer mención alguna hasta que entienda exactamente que ha ocurrido.

Ignorando las palabras de Georgi, Clive se aproxima a la mujer y al agente, y le tiende un brazo a Helen para ofrecerle toda la comodidad posible. Después, se gira hacia los demás.

- Raf tiene razón. Tenemos que actuar rápidamente. Estábamos a punto de irnos de aquí cuando habéis llegado. Que tengáis ese objeto - dice señalando el cubo que acaban de traer - significa que el final de todo esto está por ese camino. Creo que tenemos una idea aproximada de lo que hay que hacer... más o menos. Lo primero es conseguir que los tres cubos estén unidos.

Clive espera que Paolo ayude a Raf con el cubo, mientras que él se propone ayudar a Helen y Smith. Parece que Helen ha sido la única persona malparada en el enfrentamiento. "Bueno, eso sin contar a quien estuviera llevando el cubo, claro". Lo único que espera el hombre es que la herida de la mujer no sea tan grave. "Y si todo va bien, quizá podamos evitar el fatal destino que Georgi le pronostica sin necesidad de la medicina", piensa mientras observa los dos cubos y el fascinante efecto que producen entre ambos.

En grupos de dos cargáis los cubos. El cansancio pesa cada vez más, y lo que antes era una ligera carga se hace más y más complicada de llevar. Raf y Paolo cargan con menor dificultad el primero de los cubos que encontrasteis, el que ha estado junto a Raf desde la primera vez que lo vio. El segundo, recientemente hallado por Jeremy, Georgi, Smith y Helen, está en manos del médico y Jeremy. Aunque el médico parece en perfecto estado físico, Jeremy tiene algunos problemas para seguir el ritmo de los demás.

Helen intenta decir algo a Smith y Clive, pero el hombre la acalla con un gesto. Es obvio que el estado de la mujer retrasa al equipo, y la herida, a pesar de que Smith la mantiene presionada con un pedazo de tela, sigue tiñendo más y más su camisa de rojo. Pero todos sabéis que abandonarla ahora supone una muerte segura, sola en la oscuridad. Cualquiera del equipo está de acuerdo en que la persona que ha unido a todos los que aquí estáis merece más que eso. Si su vida tiene que llegar a término, al menos debe hacerlo acompañada por las personas que ella ha escogido. Helen aprecia el gesto, y no puede evitar que una lágrima solitaria recorra su mejilla, que rápidamente se seca para evitar atraer más atención.

Cuando empezáis a recorrer el pasillo en el que Raf, Paolo y Clive se habían ocultado, se sorprenden de no ver allí a alguien, que hasta hace poco les estaba haciendo compañía. En su lugar, ahora el pasillo produce los más variopintos destellos de luz, que surgen de los dos objetos que parecen regocijarse de su encuentro. 

No es solo la luz. Algo más profundo y misterioso, algo tangible pero invisible parece emanar de los objetos. Los que se encuentran más cerca a ellos pueden sentirlo con mucha más fuerza. Es una suerte de atracción, como si vuestros cuerpos intentaran formar parte de esas luces. Sabéis que el Georgi que conocéis se quejaría, maldeciría los objetos y sus propiedades, pero en estos momentos el médico parece en otro lugar. Silencioso, mira alrededor como si no fuera consciente de todo lo que le rodea, como si su mente hubiera buscado refugio en algún lugar recóndito donde está a salvo de un terror interior que pugna por expandirse y acabar con la cordura que todavía le queda.

A cada paso, esta misteriosa sensación se hace más y más intensa. Es como si cada segundo, el poder que emanan los objetos se volviera más y más fuerte, y esa energía contenida y silenciada durante eones se sintiera feliz de ser liberada. Vuestro destino está cerca. Podéis sentirlo en los cubos, cuya luz es cada vez más potente y su atracción mayor, pero también en vuestros cuerpos. La adrenalina alcanza vuestros agotados músculos, dándoos un último empujón para alcanzar con fuerza el destino que os ha esperado tanto tiempo. Al final del pasillo otra luz, un eco de lo que veis en los dos objetos que portáis, os llama. Como polillas, no podéis evitar sentir fascinación por aquello que os reclama a través de su brillo desde el final del pasillo, y espera ansioso vuestra llegada.

Jeremy intentaba agarrar el cubo como podía. No poía cargar mucho con su brazo herido y cada vez que el peso aumentaba notaba pinchazos de dolor. por suerte parecia que Georgi no lo notaba y que no se quejaba cuando Jeremy le iba cediendo peso. Sí que notaba el cambio del astronauta, aunque lo conociera de hacía poco, pero no le podía culpar. Su mente, otrora fuerte y segura, estaba a punto de quebrarse igual que la de su compañero. Y entonces recordó el motivo. de golpe, el rostro de Marc se presentó en su mente, y entre carcajadas guturales se fué transformando en ese horrible ser...

Un dolor oportuno en el brazo le hizo salir de su pesadilla y volver a la "realidad". sabía que debía explicar a sus compañeros lo sucedido pero no encontraba palabras ni saliva..

- Marc... Marc se presentó aquí.. disparó... creo.. creo que tocó a Helen - balbuceaba mirando el suelo mientras transportaba el cubo esperando que alguien lo oyera - .. Marc se transformó en .. eso.. en esa criatura... horrible.. nos quería matar a todos... disparó... me rompió el brazo... creo... creo... que está muerto ahora... no.. no estoy seguro..

Raf esperaba que sus compañeros les diesen detalles de lo que había ocurrido pero la prisa por continuar adelante que él mismo les había transmitido había hecho que apenas mediaran palabra.

Apenas comenzaron a cargar con el cubo y a avanzar, el indio comenzó a ser realmente consciente de la gravedad del estado de salud de Helen que se arrastraba sangrando apoyada en Smith. También observó las dificultades que tenía Jeremy para cargar con el cubo mientras que el 'doctorr' parecía haber salido mejor parado. Sin embargo se extrañó de que Georgi estuviese cargando uno de los cubos sin rechistar.

Cuando llegaron a la entrada del túnel, se sorprendió de no ver allí a quien esperaba. El pasillo estaba ahora completamente iluminado por los reflejos de los cubos y de la luz que provenía del fondo, en contraste con la oscuridad que había apenas hacía unos momentos.

Así que cuando Jeremy rompió el silencio para dar una explicación entrecortada de lo que les había sucedido, Raf detuvo el paso e hizo detener la marcha también a Paolo. Era necesario que todos supiesen a qué atenerse.

- ¿Quiere decir que una de esas… criaturas nos ha seguido hasta aquí? -ese pensamiento y los recuerdos de vivencias pasadas  hicieron que un escalofrío le recorriese la espalda.- ¿Quién trajo el cubo, estaba Marc solo o había alguien más con él?

Raf quería saber. Si uno de aquellos monstruos adoptando la forma del contacto de Helen era quien había venido con el cubo, ¿qué motivos tendría para facilitar el reencuentro final de la Tríada? Y, ¿qué quería decir su compañero al decir que no estaba seguro de que estuviese muerto?

Uno de los reflejos del cubo que cargaba -ahora intensísimos- volvió a llamar su atención de la luz que parecía llamarles con urgencia desde unos pasos más allá. Quizás deberían darse prisa en acudir a la llamada, quizás el extraño ser del pasado con quien habían conversado y que había asegurado que los cubos se reunirían ya lo había hecho y les estaba esperando. Pero las palabras de Jeremy le habían alarmado; sabía del poder mimético de sus enemigos y eso no le gustaba nada.

Miró de reojo a Georgi, algo en su actitud no cuadraba con su personalidad y Raf tenía aún en mente la visita de los falsos astronautas al laboratorio de Helen. Aunque, por otra parte, ninguno de los cubos parecía sentirse incómodo con su presencia.

Clive se esforzaba por entender lo que había ocurrido. Al parecer, un tal Marc había tratado de atacar a Helen y Jeremy, hiriendo a la mujer de gravedad. Eso era lo que más preocupaba ahora a Clive. Notaba el peso de la mujer sobre su hombro, debilitada por la herida que poco a poco le arrebataba la vida.

Entonces Jeremy forcejeó con Marc y resultó en la muerte del hombre. Suponía que ese Marc debía estar transportando el objeto. Sin embargo, no lograba comprender por qué. Si Marc está del lado de las criaturas (o peor aún, era una de ellas, como deduce Clive de las explicaciones de Jeremy), no tenía ningún motivo para facilitarles la tarea. Quizá ese hombre tenía algo planeado, alguna estrategia para conducirles a una trampa.

La actitud de Georgi, por otro lado, escamaba a Clive sobremanera. El médico parecía tranquilo con el cubo, cosa que no había sucedido desde que le conoció unas horas atrás junto a la cápsula que se estrelló junto al lago. Los comentarios ácidos del hombre parecían haberse sustituido por una actitud fatalista, y Clive recordaba lo que había ocurrido poco antes de que tuvieran que empezar esta apresurada huída, de lo que parecía habían pasado ya años. No sabía como comunicar a sus compañeros su preocupación, puesto que si Georgi estaba dentro de la posible trampa de Marc, debía hacerlo sin que este se enterara. Por el momento, siguió con la conversación iniciada por su compañero.

- ¿Está muerta esa criatura? ¿Qué ocurrió en la sala, Jeremy? Tómate tu tiempo, descansa si es necesario - Le dice al hombre tratando de tranquilizarle. Lo que sea que haya ocurrido en esa sala, ha dejado a Jeremy realmente afectado. Describir lo ocurrido parece causarle dolor, pero Clive no ve otra opción. Hay que saber qué buscaba Marc y con qué objetivo había traído el cubo.

Llegado el momento, ellos también tendrían que poner al tanto a Jeremy, Smith y los demás de lo ocurrido con el hombre, pero descartar (o confirmar) el peligro que puede acecharles ahora mismo es prioritario para Clive.

Jeremy tiene que parar.. el brazo le grita de dolor y casi no tiene fuerzas para sujetar el cubo - Georgi. porfarvor... tengo que descansar...  - consigue comunicar casi con un debil susurro.. Aunque todo el peso, o casi todo, lo está llevando el astronauta, parece que éste le concede unos segundos al psicologo.

Jeremy se gira hacia Clive en respuesta a su pregunta. lo mira fijamente, como si fuera la primas vez que lo ve y no lo conociera, y luego intenta recordar. Imagenes confusas le pasan por la cabeza, como si ésta no quisiera recordar lo pasado.. pero poco a poco puede volver a retomar el control y relacionar los recuerdos en una secuencia, que al menos, parece razonable...

- no se.. Clive.. - respira mientras piensa - Nos quedamos para averiguar quien venia... y entonces apareció Marc.. no se si lo conocias.. pero creo que era uno de los jefes de investigación de donde yo trabajada... y bueno.. llevaba un cubo.. entonces... mm.. entonces - le cuesta explicarlo y de secuenciar correctamente los hechos, ya no recordaba que había sido lo primero, si la criatura o el disparo.. - Entonces sacó un arma y disparo.. creo que fue cuando le dió a Helen.. -  dice mirando de reojo a la mujer y poniendo una mueca- entonces.. creo que Georgi se avalanzó hacia él... ... ... - parece recapacitar - no, espera.. había otro hombre creo,.. o dos más.. fueron reducidos por Georgi y helen.. y luego... luego... apareció Marc y... y ... se transformó en esa criatura del otro planeta... - le cuesta recordar.. - entonces.. Georgi.. Georgi.. perdió la razón - dice mientras mira al suelo..  - y-.. y yo.. nose... no recuerdo...muy bien.. acabe encima de la criatura.. y creo que la maté.. pero.. no estoy seguro.. me.. me rompió el brazo... eso si lo se - dice mientras se lo toca y pone una mueca de dolor..

Lo que cuenta Jeremy no hace más que acrecentar la desconfianza de Raf hacia su excompañero astronauta Georgi. Escucha atentamente el relato y luego interpela a Smith por si recuerda algún otro detalle importante. También mira a Helen, pero el sufrimiento de la chica patente en su rostro hace que desista en preguntarle.

Finalmente mira al médico, con la duda latiendo en su cerebro acerca de si es el verdadero doctorr que él conoce, haciendo frente a sus propios terrores, o si algo se ha apoderado de su persona.

- Y usted, doctorrr... -le pregunta tratando de sacarlo del silencio en que está sumido, con el fin de intentar observar algún detalle significativo.- ¿Recuerda algo más? ¿Cree que ese monstruo sigue vivo?

Cuando la conversación acerca de lo que ocurrió en la otra sala termine, el indio, al igual que Clive, también tiene en mente explicar a sus compañeros su encuentro con el misterioso humanoide desaparecido.

Georgi observa fijamente a Raf, como si fuera la primera vez que le ve. Sus ojos parecen mirar más allá del indio, concentrado en algo que escapa a vuestra comprensión.

- No, está muerto. Lo vi con mis propios ojos - dice tras unos segundos -. Pero no cambia nada. Hay otros. Y pronto nos darán alcance.

El hombre, que sigue sujetando el cubo con fuerza, evitando ceder peso a su compañero herido, continúa, a pesar de no haber sido preguntado.

- Da igual lo que hagamos. No podemos acabar con ellos, y cuando nos den caza, todos correremos el destino de Ford - Georgi no parece afectado por la pérdida de su compañero en la Estación Espacial. Tampoco parece asustado, sino que para él, simplemente se está dedicando a puntualizar un detalle que parece obvio.

- Helen es la más afortunada; morirá antes de todo eso. 

La mujer intenta evadirse de las palabras de Georgi. Sabe de su delicado estado, y ella misma se ha ofrecido a quedarse atrás para no retrasar al grupo. Pero una cosa es esperar lo peor, y otra escucharlo de boca de un médico. Cierra los ojos y se aferra con más fuerza a Smith.

Georgi ni siquiera se preocupa en mirar a la mujer, y su único objetivo parece ser acarrear el cubo hacia donde sus compañeros se dirigen. Sus ojos, fijos en el horizonte, siguen sin tratar de captar detalles de la realidad. Permanece en silencio, y no añade nada más a la conversación.