Partida Rol por web

Descripción: La velada llega a su fin con la presentación del ultimo novato, un corpulento luchador que llega directamente de las montañas de Austria, para enfrentarse al actual campeón y luchador de mayor envergadura de la marca hasta el momento. El rookie tiene una dirá montaña que escalar si quiere demostrar sus habilidades y salir victorioso.

Tipo de Combate: 1 vs 1

Cinturón en juego: NO

Expectación: Popularidad: 1d6 para el ganador +3 punto para cada luchador

¡Y aquí llega T-Rey!

Ataviado como el Rey del Carnaval Boliviano (no tan exhuberante como el brasileño ni tan siniestro como el mexicano) y acompañado de una hermosa mujer (contratada para la ocasión) el campeón  hace su aparición en lo alto de un enorme carro dorado que lanza chorros de purpurina en todas direcciones. La música está tan alta que nadie oye las toses del público.

Todos los focos enfocan a la mole ataviada de lentejuelas de oro, al Titán del Ring, al Coloso Enmascarado, la Vorágine Destructora...

-¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!!

El carro se acerca al ring por un pasillo especialmente ensanchado (seis metros que mide esa barbaridad, hacen falta cuatro motores fuera borda para arrastrarlo). Los T-fans (bastante más numerosos desde que el gordo se hizo con el título) levantan una pancarta en la que se lee... 

"ALL HAIL T-FUCKING-REY!"

...en letras rojas. El grandullón les dedica una reverencia y sigue lanzando besos y saludos a la multitud.

-¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!!

El campeón baja del carro acompañado de la señorita que le ayuda a quitarse su aparatoso disfraz revelando sus abundantes carnes ceñidas, eso sí, por el cinturón del campeón.

T-Rey da su tradicional vuelta al ring recogiendo vítores y aplausos mientras da estruendosos pisotones y vocifera su propio nombre al ritmo del público:

-¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!! ¡¡¡T-REY!!!

Finalmente, un micrófono baja de las alturas hasta la mano del enmascarado:

-¡Muchas gracias por haber venido! ¡Yo no podría estar aquí sin el apoyo de todos vosotros!

Ovación.

-¿¿¿Habéis venido a ver una pelea???

Ovación (se supone que afirmativa pero con el follón que hay lo mismo podrían estar pidiendo socorro).

-¿¿¿Queréis ver un auténtico combate???

Ovación de nuevo.

-¡¡¡T-REY OS DARÁ TODO ESO Y MÁS!!!

Enorrrrme ovación.

-¿¿¿QUIÉN DESAFIARÁ A T-REY???

La hermosa polka cantada por el grandísimo y eterno Franzl Lang resuena en el moderno coliseo donde un nuevo combate presentará al luchador llegado de Austria.

El Alegre Tirolés hace su entrada acompañado de dos bellas y altas tirolesas, dos hermosas austríacas primas del luchador. El enorme y musculado luchador no duda en echarse a cantar siguiendo la hermosa voz de su ídolo Lang, mientras lo hace avanza con un rostro alegre y desenfadado, feliz de poder estar aquí, en su primer combate público.

Las primas lo acompañan luciendo una bonita sonrisa y dando cerveza austríaca al público que, sorprendido por el ofrecimiento, comienza a aplaudir al feliz luchador.

¡iroloiolroiooo, liolililiroiliooo, iruerierierierielerieee!

El Alegre Tirolés es consciente de que se trata de un completo desconocido para el público por lo que viene a poner toda la carne en el asador, aunque sabe que no hay nada en juego, bueno, algo si, su prestigio como luchador.

El luchador sube agilmente al ring, sus 2,10 metros de altura impresionan aún más desde la alta tarima. Una vez en el ring se dirige al centro sin sacar ojo de su rival y sin dejar de entonar la canción tirolesa con su melódico y potente chorro de voz. En ese momento se pone a bailar una polka, palmeando ritmica y agilmente codos, rodillas y pies.

El combate está a punto de comenzar y este baile además de servir de presentación ayuda a calentar y activar la circulación en el Alegre Tirolés, en cuanto termina se dirige a su rincón. Está ansioso por empezar.

T-Rey mira a su adversario de arriba abajo abajo. Hay pocos luchadores que le puedan hacer sombra.

-Bienvenido a la arena de los héroes, Tirolés-saluda con una inclinación -Has venido buscando gloria. Y el público ha venido buscando espectáculo.  

La campana da paso al comienzo del combate.

-¡Veamos quién cumple hoy con sus expectativas!

Ambos luchadores se agarran en un tenso forcejeo. Tras unos momentos de tensión en los que el público contiene el aliento parece que los anchos hombros del Alegre Tirolés le dan la ventaja y empieza a someter a T-Rey. Pero el boliviano tiene muchos años de experiencia y ha resistido décadas contra lo peor que los rings de su país podían ofrecer : con una agilidad sorprendente para alguien de su tamaño, T-Rey se arrodilla, se cuela entre las piernas de su rival, se planta en su espalda pillándole desprevenido y le aplica un supplex que arranca un trueno del cuadrilátero. 

El público ruge. 

El Alegre Tirolés se incorpora, más molesto que dolorido, y trata de ganar distancia pero T-Rey se le echa encima, lo alza por encima de su cabeza y lo tira tras de sí con un segundo estampido. 

El público pide más. 

Ahora más aturdido, el Alegre Tirolés se intenta alejar de nuevo sólo para verse lanzado contra las cuerdas. Ambos luchadores se cruzan a la carrera en medio del ring un par de veces hasta el inevitable final :

-¡¡¡Estampida Rex!!!

T-Rey choca a pecho descubierto con toda su mole contra el Alegre Tirolés con un ruido de montañas haciéndose pedazos. A pesar de su musculatura, el austriaco sale despedido contra un poste donde se derrumba sin aliento. 

El enmascarado alza los brazos al público cosechando aplausos. Se acerca a su contrincante:

-En pie, Tirolés -dice tendiéndole la mano-¡Demuestra de lo que eres capaz!

Agradecido por la muestra de deportividad de su rival el austríaco devuelve una sincera sonrisa a T-Rey. La montaña asustríaca se incorpora y habla amablemente a su rival.

T-Rey había utilizado su famosa estampida, un golpe que El Alegre Tirolés conocía por haberlo estudiado a fondo en vídeos de sus combates, estaba claro que ahora lo conocía mucho mejor.

¡Gracias, muy amable!, tiene usted una técnica muy depurada, seguro que merece ese cinturón tan bonito. ¡Pero esto aun no ha terminado! - y comienza su canto - ¡Erelerieiee, Erelerieiee, Ereleriiiiiieeeeeiiiiieeeee!.

Probablemente obnubilado por la melodiosa voz del luchador rival no esperaba la tanda de tortazos a mano abierta que comenzó a recibir y que el tirolés le propinó al ritmo de sus cánticos. Aprovechando que T-Rey se estaba recuperando, el Alegre Tirolés corrió hacia las cuerdas tensándolas, estas se convirtieron en un gigante tirachinas que impulsó con fuerza al pesado luchador. Mientras corría hacia su rival empujado por las cuerdas abrió un brazo y lo utilizó para impactar sobre la máscara de T-Rey, golpeándole la cara y tirándolo al suelo. 

Aunque el Alegre Tirolés quiso aprovechar para dejarse caer encima de T-Rey le fué imposible. El campeón era un luchador veterano, y pronto se incorporó. Así que antes de que el Tirolés pudiera seguir golpeando T-Rey ya estaba en guardia. Con una sonrisa el Alegre Tirolés se preparó para recibirle.

- Su turno señor Rey

El ancho pecho de T-Rey sube y baja. Un tic en la cabeza traiciona sus pensamientos: la torta le ha dolido.

-No está nada mal, grandote. Sabes encajar los golpes. Y darlos. 

Su adversario es una mole de músculos, mucho más grande de lo que T-Rey está acostumbrado. Después del castigo que ha recibido, el Alegre Tirolés está en pie de nuevo, sonriente como si nada. Tal vez sea un novato pero físicamente seguro que le supera. 

Adoptando una pose pugilística, T-Rey invita a su rival a intercambiar golpes. El Alegre Tirolés tiene unos brazos como piernas pero el enmascarado cuenta con el uno-dos-uno-dos-especial de sus años mozos. El público vitorea cada puñetazo. Las caras se giran a golpe de nudillo. Los estómagos se castigan.   

Después de dar un par de vueltas al ring dándose de tortas, ambos luchadores están casi sin aliento. Sus juegos de piernas empiezan a fallar. 

T-Rey entrecierra los ojos. Tiene que acabar con esto rápido. 

Aprovechando una breve pausa, el gigante boliviano arremete contra su contrincante, lo aferra por la cintura, lo alza y lo estruja con un caluroso abrazo mortal. El Alegre Tirolés, debilitado por los golpes, apenas ha tenido tiempo de coger aire y pugna por mantenerse consciente. 

Durante dos largos minutos, T-Rey mantiene en alto al luchador alpino hasta que ninguno de los dos aguanta más. T-Rey suelta su presa que cae como un fardo para derrumbarse a su vez contra las cuerdas.

El árbitro se acerca al Alegre Tirolés...

-Parece que el combate final de la noche empieza con fuerza.

-Yquelodigas el nuevo luchador es tan grande como el campeón actual, recordamos que T-Rey contra todo pronostico gano el ladder match del evento de la pasada ronda.

-Y su contrincante es nada menos que un gigante de las montañas... El ring tiembla al sonar la campana.

-¿Temblar? Yo creo que esta acojonado, entre los dos deben de estar sujetando media tona.

-Eso no viene al caso, ¿Que es ese ruido?

-Son truenos. Parece que afu...

-¡NO! Son ambos luchadores que tras el primer impacto directo T-Rey, mando a volar al Tiroles.

-Es la primera vez que vemos la estampida en directo creo. No entiendo como no lo ha usado hasta ahora.

-No importa, el combate no ha echo mas que empezar y ahora es el turno del austriaco quien empieza con una serie de chop en el plexo del luchador, eso va ha dejar marca.

-Y parece que imita la estampida del campeón, ahora el ring tiembla por la caída de T-Rey, no se si aguantara mucho mas.

-El tiroles deja pasar su oportunidad y ambos vuelven a estar cara a cara.

-Y parece que empieza la lucha de gorilas.

-EE... bueno es una forma de llamarlo. Ambos contendientes empiezan a golpearse rítmicamente.

-Es... hipnótico.

-¿El sonido?

-No sus carnes.

-Tu eres loq...

-Atención porque T-Rey aprovecha su veterania para hacerse con su rival y lo apresa.

-Vaya, hoy esta tirando de todo su repertorio.

-Creo que si hubiera echo esto mismo en sus otros combates le hubiera ido mejor.

-¿Mejor que ostentar ambos títulos?

-Tu ya me entiendes...

-...

-...

-El combate empieza a alargarse, el arbitro no parece saber que hacer, T-Rey mantiene a su presa y el Tiroles no parece querer abandonar la consciencia.

-¿Cuanto llevan ya? El publico no es el único que empieza a impacientarse.

-El arbitro insiste con el rookie y... ¡UN MOMENTO!

-Ambos han caído al ring, las cuerdas tiemblan peligrosamente.

-¿Quien sera el primero en levantarse?

¡¡1, 2, 3!!

-Y el publico parece ayudar al arbitro en contar hasta diez.

El Alegre Tirolés yacía en el suelo, derribado por unos contundentes golpes que le había propinado el veterano rival.

El árbitro comenzó la cuenta atrás pero...

-¡Ioooorolo Ioooorolo Ioooorolo Ioooorolo ioiooooo iuuuuuu!

El luchador, aún tendido en el suelo, comenzo un hermoso canto de las montañas y comenzó a incorporarse lentamente. El austríaco logró levantarse antes de que el árbitro terminara la cuenta, sacó fuerzas de flaqueza y se recompuso como pudo. Se mantenía de pie aunque tambaleante mientras cantaba forzando al máximo la agudeza de sus potentes cuerdas vocales.

- Ioooorolo ioiooooo iuuuuuu! iooolololo lolorololoro.

Trató de comenzar un baile, como siempre una polka tirolesa, aunque sus doloridos músculos no le permitían una ejecución tan rápida y elegante como en momentos anteriores.

Estaba recuperando fuerzas, el combate aún no había terminado.

El gran T-Rey se quedó asombrado al ver la capacidad de recuperación del enorme luchador austríaco. ¿O quizá estaba hipnotizado por el hermoso canto que recitaba?, el caso es que no pudo evitar que el Alegre Tirolés le rodeara con sus gruesos brazos. 

Al principio este abrazo parecía algo calido, amistoso, el Alegre Tirolés sonreía no parecía que hubiera estado tendido en el ring a punto de perder el combate hace escasos minutos.

Lo seguidores de T-Rey no salían de su asombro, y en ese momento, el Alegre Tirolés comenzó a apretar. Los músculos de sus brazos se tensaron y marcaron, su rostro se enrojeció y comenzó una nueva canción. 

Su boca estaba a escasos milímetros del oído del campeón por lo que este pudo disfrutar su alegre tonadilla desde primerisima fila. Además el alegre canto infundió una profunda sensación de alegría en los corazones de mucha gente del público que no pudo hacer otra cosa que seguirlo con rítmicas palmadas.

La presa del austríaco estaba empezando a hacer sonar algunos de los huesos de T-Rey, estaba realizando una de las técnicas que le hicieran famoso en su país El Abrazo del Oso de las Montañas.

El austríaco levanto a T-Rey en el aire, era impresionante ver como dos inmensos luchadores estaban unidos de esa forma, y su color, tanto el rostro enrojecido del tirolés como el enfermizo tono violáceo de T-Rey les hacía parecer como de otro planeta.

Cuando acabó su canción y sin abandonar su sincera sonrisa aflojó su abrazo. Había invertido muchas energías en la presa y comenzaba a estar agotado. El tirolés dejo caer al suelo con cuidado al campeón, cuyo rostro pronto comenzó a recuperar un color más natural.

El Alegre Tirolés giró mirando al público y sus cuerdas vocales le dedicaron unas últimas notas, muchos de los asistentes aplaudían con fervor, otros estaban visiblemente preocupados por T-Rey.

Cuando el Alegre Tirolés tomó aire y se recuperó del desgaste energético provocado por la eficiente presa realizada sobre su rival. Al momento comprobó que T-Rey no se levantaba lo colocó de forma que su espalda estaba en contacto con el suelo, lo agarró tratando de inmovilizarlo antes de que reaccionara y esperó a que el árbitro iniciara la cuenta atrás.

El público se debatía entre aplausos y gritos de asombro, el reciente campeón besaba la lona y un rookie era el culpable.

-Increíble, el gigante del norte, no parece a ver dicho su ultima palabra.

-O cantarla.

-Y vuelve al ruedo, hace su... ¿Grito de guerra?

-Eso parece y se abalanza sobre un sorprendido boliviano que no parece entender que sucede a su alrededor.

-Y el Tiroles decide darle una muestra de su propia medicina al dinosaurio latino con su Abrazo del oso de las montañas.

-Dirás lo que quieras, pero creo que no hace otra cosas que imitar los movimientos del campeón una y otra vez.

-Sera, pero el resultado es inmejorable, un momento que mientras lo tiene atrapado parece susurrarle algo...

-Me temo que no, lo que hace es cantarle al oído. No tenia bastante con aplastar sus costillas y el olor de sus sobacos ¡Que ademas le revienta los tímpanos!

-Eso es pasarse un poco.

-Y que lo digas.

-NO ME REFERÍA A ÉL!

-...

-...

-Atención que por fin parece soltarlo y T-Rey se desploma en el ring, ahora es el quien corre peligro de cuenta.

-No salgo de mi asombro...

Mientras T-Rey estaba en el suelo y el publico estaba del revés, uno de entre todos ellos pareció llamarle la atención, alguien que conocía bastante bien y parecía reírse de él. Alex estaba en primera fila con una lata de cerveza en la mano y parecía disfrutar demasiado con el dolor que el Tiroles le había provocado al campeón.

-No vales una mierda, hispanito.-Parecía susurrarle. Quien pudiera leer sus labios.

T-Rey respiro entrecortadamente mientras luchaba por recuperar el aliento. Notaba como si todas sus tripas estuvieran chafadas y enroscadas. Era como si una apisonadora le hubiese pasado por encima.

Lo peor es que ni siquiera he perdido tripa...

Miro lleno de aprension a aquel coloso de la vieja Europa. Se maldijo a si mismo por haber creido que aquello iba a ser un combate rapido. Las cosas nunca eran tan sencillas en el ring. Que tiempos aquellos, veinte años atras, cuando sus combates de promocion contra pringados.

Bien, aquello le enseñaria a no minusvalorar a sus oponentes. Sobre todo si median mas de dos metros de alto y otro tanto de hombro a hombro.

Se incorporo despacio aspirando dolorosamente. Para hacer aquello peor, aquel desgraciado de Hooligan habia venido a incordiar y a llevarse sus migajas de gloria. Casi deseo tener a Riot cerca para azuzar al uno contra el otro.

Maldito "atencion whore".

Se planto delante del Tiroles.

-Te concedo el punto, Tiroles: os hacen duros en esas montañas tuyas... pero esto es la UWA, chaval. Cantas muy bien...

Aferro a su rival por los hombros, forcejearon un instante y lo arrojo contra las cuerdas. Corrieron de nuevo y chocaron en el centro del ring donde T-Rey aprovecho para hacer palanca sobre su rival y proyectarlo a las alturas en un inesperado despliegue de fuerza, adrenalina y quien sabe que mas: al bajar el Tiroles le esperaba un poderoso gancho de derecha.

-iii... PERO YO SOY T-REY!!!

El Alegre Tiroles se derrumbo como un arbol. Tras varios segundos, rodo hasta las cuerdas. Buena parte del publico le animaba a grito pelado mientras la otra mitad jaleaba a T-Rey.

El boliviano dedico una agresiva mirada al Hooligan.

Sube aqui arriba si te atreves.

El golpe propinado por T-Rey dejó atontado en el suelo al Alegre Tirolés. Estaba quedando sin energías, el campeón era total merecedor del título y el público lo acompañaba. Podía oir los gritos enfervorecidos que animaban al luchador boliviano.

Con sumo esfuerzo reunió la suficiente presencia de ánimo para levantarse.

T-Rey, sin duda eres un gran luchador, pero aún sigo en pie.

Sacudió la cabeza y su cabello escupió numerosas gotas de sudor, estaba empapado. Auque estaba realmente sin fuerzas suficientes, El Alegre Tirolés trató de ejecutar de nuevo una presa sobre su rival, estos movimientos son su especialidad.

A T-Rey no le costó deshacerse del austríaco, un simple movimiento de brazos le bastó para zafars de su intento de repetir el abrazo anterior. Lo cierto es que ayudó el hecho de que el tirolés aún estaba conmocionado por el golpe que acababa de recibir.

Ooops... parece que no es mi día T-Rey

El publico jaleaba al campeón, algunos hasta se reían de la torpeza del austríaco. El combate parecía sentenciado.