Partida Rol por web

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Escena de juego

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26/06/2019, 13:59
Director

El joven Emetrio, siempre preparado y dispuesto para cualquier evento, sacó su candil después de que el caballero Fernán comenzara a disponer el lugar para asentarse, aprovechando quizá los bancos allí dispuestos para hacer una hoguera. Su gran espada en su sitio parecía tranquilizarle. Tras acomolar a su bestia, Emetrio tomó el candil y acompañada de la curandera Nieus, la cual ya había tomado una antorcha y había dejado a su animal con el del siervo, ambos marcharon hasta la primera sala, justo al lado de la entrada. El caballero entonces tomó vino, reconfortando su alma y su garganta, y traquedar a un lado sus pertenecias junto a una pared, el cazador Manciego quedó en la sala de culto (aún a oscuras).

Nieus y Emetrio, seguidos entonces por el calatravo, abrieron la puerta desvencijada que guarecía dicha sala. Ambos con sus focos de iluminación por delante, vieron que en tal sala, que era realmente minúscula y cuadrangular, no había sino unas escaleras en caracol, muy toscas, con escalones de piedras, las cuales subían al campanario de la ermita (que estaba a ese lado del templo). Y poco más.

Notas de juego

Aunque no hayáis ido todos, os pongo visible la parte descubierta. La sala de culto sigue oscuras.

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26/06/2019, 16:35
Nieus

Habían abierto la puerta de la estancia cuando una voz resonó tras sus espaldas, era don Fernán de Pitanzos pidiendo que le esperasen, y a decir verdad, tampoco era mala idea del todo que tan noble caballero deseara controlar el lugar, al fin y al cabo sabría esgrimir la espada con habilidad, algo de lo que Emetrio y ella carecían. Pero el siervo era valiente, y llevaba consigo el cayado y si lo pensaba fríamente, ¿quién osaría a hacerles frente en terreno sagrado? o incluso era mejor preguntar, ¿quién saldría de su propia casa con tan mal tiempo?...

- Sois audaz Emetrio, a la vista está... - dijo ella conforme mientras miraba la escalera que se encontraba en aquel espacio reducido -... es evidente que en este sitio no podemos pernoctarpues no tenemos espacio suficiente con esta escalera que asciende al campanario..., y no creo que sea buena cosa subir puesto que los techos caen y ahí fuera hace frío. No es el mejor lugar para que descansemos... Si os parece bien podemos mirar otro sitio para acomodarnos... ¿dónde sugerís ahora que vayamos?... - le pregunta al siervo con amabilidad y cediendo a él la toma de decisiones, quizás al caballero le diera tiempo a alcanzarles en ese proceso si aún deseaba acompañarles.

La joven curandera miró las escaleras desde la distancia, lo que sí controlaba mucho era el suelo con su antorcha, más que nada para que las alimañas no le sorprendieran.

- Quizás en el otro lado encontremos cuatro paredes más adecuadas..., si vos consentís os sigo... - le dice con amabilidad a Emetrio, casi deseando encontrar el sitio perfecto para tomar una tisana caliente y descansar, todos  necesitaban calentar el estómago, quizás la hiciera con valeriana y manzanilla, la primera hierba era adecuada para relajar y la segunda para dar buen sabor, ambas con algo de carne en salazón les repondría para el día siguiente.

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26/06/2019, 20:40
Manciego

Torcí el gesto al ver como se encontraba el ansiado refugio pues la ermita más parecía que se fuera a caer de un momento a otro, así de destrozada se encontraba, pero al menos, si encontraban un pequeño hueco al abrigo del viento, podrían pasar la noche de manera más confortable que a la intemperie.

Adentreme junto al resto a lo que parecía la sala principal, la de rezo, y alegreme al comprobar, una vez mis ojos acostumbráronse a la oscuridad, que por lo menos madera tendríamos para una buena hoguera, aunque un poco húmeda podría aportarnos un poco de calor. Aunque lo primero era lo primero y tal y como decía la moza, había que registrar todas las salas pues quizás en alguna de ellas las paredes aún estuvieran más firmes que allí en la grande.

Mientras los otros tres descargaban sus bestias y se iban a explorar, yo quedeme a encender una de las mis antorchas y, en una esquina que encontré más seca, dejé el mi zurrón mientras me adentraba en una de las puertas de la izquierda, justo al lado de donde debía estar el altar. No dije nada cuando unos y otros propusieron elevar rezos y cánticos en honor al Altísimo pues no tenía intención de enemistarme con Dios, pero tampoco sería yo el que iniciara tales agradecimientos.

Mientras me dirigía a la puerta escuché al resto que regresaba, dándome a entender que aquella sala que habían estado explorando no debía revestir demasiado interés.

Podéis mirar esa de ahí —dije señalando a la sala de la izquierda cercana a la puerta de entrada, pues ellos estaban más cerca—. Yo miraré aquí —y sin más, adentreme, antorcha en mano, en la sala que había dicho.

Notas de juego

Enciendo una antorcha, dejo mi zurrón en una esquina y entro en la sala amplia

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26/06/2019, 21:47
Emetrio de Ribadena

una gran escalera hallabase en la estancia explorada, la de la campana le precio logico a Emetrio.

Tiene razon mi señora, que este sitio no bueno cobijo nos prestaria debido a su pequeñez y peligro, volvamos pues y probemos a ver las siguientes estancias-determino el joven

Cuando volvian la voz de Manciego llego a sus oidos.

—Podéis mirar esa de ahí —dije señalando a la sala de la izquierda cercana a la puerta de entrada, pues ellos estaban más cerca—. Yo miraré aquí —y sin más, adentreme, antorcha en mano, en la sala que había dicho.

 

 
-Bueno entonces con esta nueva y pequeña sala probemos , si usted va a la otra maniego, yo solo espero que no sea tan estrecha y ruinosa como la anterior que solamente contenía la maltrecha escalera al campanario, la verdad vendríanos bien un sitio más cobijado que la sala principal pero el estado de desgracia del lugar no ayuda mucho
-Emetrio se preguntó por un momento otra vez como podía ser que terreno sagrado estuviera tan descuidado y fuera llevado aquella ruina, parecía ser que su buen señor había estado pensado en realzar aquello y mucho bien le haría al lugar que nunca debio caer en tal disidia.

Notas de juego

bueno pues a la sale que dice manciego nos vamos

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27/06/2019, 12:59
Fernán de Pitanzos

Mi solida formación militar no aprueba con buenos ojos tales idas y venidas por los viejos y oscuros pasillos de la ermita abandonada. La prudencia es fiel compañera, nunca cansabase de repetirlo el viejo maestro de la Orden, el cual ya descansa en paz. No se sabe quien o que se puede esconder en este tipo de lugares, ni sus motivos para hacerlo, y tristemente ya había visto morir anteriormente amigos por imprudencias parecidas. Quedome mirando un punto perdido en la oscuridad del pasillo, mientras mi mente se llena de dolorosos recuerdos. Entonces Nieus y Emetrio pasan por mi lado sacándome de mis ensoñaciones e iluminando a mi alrededor. Observo la determinación de los jóvenes por seguir abriendo puertas y no tengo mas remedio que admirar su valor a pesar de hacérseme nudo en el estomago, pues no tengo buen presentimiento sobre esta, nuestra noble misión. Toda precaución y toda ayuda divina sera de agradecer, por lo que decido celebrar una pequeña misa a la mayor brevedad posible, con el fin de purificar de nuevo este lugar, un tanto alejado del mundo y algo descuidado de la mano de Dios. Soy amigo del orden, de la táctica, he sobrevivido a batallas contra los infieles y enemigos de los reinos cristianos, he matado en nombre de Dios y portado su cruz y necesito que ahora vuelva a traer su luz a este lugar. Ademas no estoy dispuesto a perder a ninguno de estos muchachos por un descuido o mal hacer.  — Emetrio, tened cuidado, ser prudentes y no dejes que la moza sufra percance alguno — Digo mientras estos pasan junto a mi. — Explorad y reuniros conmigo en la sala principal, voy a oficiar la eucaristía para obtener toda ayuda y protección posible, no os demoréis en demasía — Lo digo en voz alta para que tanto Manciego como Osván puedan escucharme pues veo andan cerca. Regreso a la sala principal — Osván acompañame, pues necesito tu ayuda, necesito que enciendas fuego mientras preparo la misa.

Notas de juego

Regreso a la sala principal y empiezo a preparar en el altar un poco de vino en un cáliz y un poco de pan de una de mis raciones de comida. 

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27/06/2019, 17:30
Nieus

La muchacha seguía a Emetrio, siempre a un par de pasos hacia atrás de él y con la antorcha en la mano mientras recorrían el lugar, curioseando cada estancia para elegir la más adecuada a sus necesidades. Manciego por su parte hacía lo mismo sobre otro de los espacios, y es que aquel trabajo entre varios sería rápido de finalizar.

Nieus entró en la sala de la izquierda tras los pasos del siervo, mientras que el cazador, el hombre que estaba casado con una de las mujeres más amables y guapas del pueblo, se dirigía a la sala amplia. El señor de Pitanzos, noble como era, se preocupaba de que a su persona nada pudiera dañarle, obteniendo de la curandera una suave sonrisa, y es que no iba a negar de que le gustaba sentirse protegida, y todos ellos de alguna manera actuaban favoreciendo su seguridad, por tanto ella debía esforzarse en servirles y ser la mujer que atendiese sus comodidades, prepararles las comidas, caldear las estancias con el manteniendo el fuego del hogar, así como una buena conversación y asegurar ante todo, la salud de los implicados en la empresa.

- Iremos prestos a la sala principal, mi señor de Pitanzos...., comulgar con Dios será la mejor de las cenas que podamos obtener en esta noble casa.... - hacía referencia a la ermita -... si encontramos un sitio adecuado para pernoctar lo avituallaré a conciencia... - indica la mujer con buena voluntad, mientras sus ojos se centraban en la siguiente sala que irían a explorar.

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27/06/2019, 19:11
Director

Mientras Manciego marchaba con su antorcha propia en la mano hasta la sala contigua de la del culto, Emetrio y la curandera Nieus decidieron visitar, animados por el primero, la sala enfrente de la que albergaba la escalera. Por su parte, el converso Osván asentía ante el mandato del caballero de Pitanzos, y comenzó raudo a tomar maderos aquí y allá (comprobando que no fueran restos de crucifijos del lugar, ni que estuvieran muy podridos o húmedos) e hizo una pequeña montaña para prender una hoguera no muy lejos del altar. Mientras tanto, don Fernán se preparaba para hacer una pequeña Eucaristía,  y con ello pretendía convidar a los suyos y a él mismo con el Hálito de Dios, la palabra Preclara del Altísimo y el reconforte de la Carne hecha Verdad.

El caso es que el cazador Manciego, una vez accedió a la sala contigua, se encontró que aquel espacio no era sino una sala anegada; había un un templete en el centro de la misma (bueno, ahora desaparecido, y tan sólo los restos de cimientos). Era una zona notablemente más fría y húmeda que la otra sala, y un gran lodazal de barro y agua bañaba los bajos de las pocas columnas que aún conservaba el sitio. Pero lo más sorprendente era que esa zona carecía de bóvedas y techos casi en su totalidad debido a la ruina, y por ello que la nieve y el frío caían sobre la cabeza y cuerpo de Manciego con fiereza. Por último, el cazador observó que había una vieja imagen a una a gran abertura en uno de los muros, aunque ésta carecía de cabeza (cercenada por la dejadez).

Por otra parte, Nieus y Emetrio abrieron la sala a la que marchaban, y encontraron una estancia vacía y vieja, húmeda y oscura, donde sólo había un mueble a punto de quebrarse del todo. Nada había en él. Por ello, y dada la cercanía de la sala justo anexa, ambos dos accedieron ahora a otra habitación pequeña. Estaba claro que era la Sacristía, la pequeña sala de preparación del culto. Había armarios bajos en su interior, y alguna que otra silla podrida por la humedad. En dicha sacristía, una sala anexa completamente vacía era el último resquicio que quedaba por explorar (a excepción del campanario allá arriba).

Ya con el fuego encendido (que a pesar de ser converso, el joven Osván no era sino mañoso), que el crepitar de las llamas iluminaban la estancia de culto. Eso sí, el frío, al colarse por cada resquicio y abertura de la estructura, embravecía las lenguas de fuego como si de azogue en el estómago de uno se tratara. Ahora se veían mejor los seres antropomórficos esgrafiados en las bóvedas redondas. Cuando el caballero Pitanzos elevó la vista, se asustó un poco, pero sólo de sorpresa, porque pudo ver (y también todos cuando regresárais a esa sala), las figuras allí dispuestas. Y eran terroríficas.

Notas de juego

Para todos: con vuestra siguiente intervención, tirad por Descubrir con el 1d100 (si no tenéis tal competencia, hacedlo por PERCEPCIÓN). Ya habéis explorado toda la planta baja.

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27/06/2019, 21:53
Nieus

Tan preocupada estaba la curandera de que no le apareciesen ratas por los rincones, que todos sus sentidos estaban puestos en las baldosas húmedas y ennegrecidas que pasaban bajo sus pies. En una de las estancias había un mueble que había sufrido la malevolencia del tiempo. Ella curioseó en su interior aunque sabía cual sería el resultado de su búsqueda. Nadie dejaba objetos valiosos en lugares abandonados y antes que ellos, más personas habrían pasado por allí.

- Emetrio, justo ahí al lado hay otra sala..., cualquiera de éstas son más pequeñas y seguro que más cómodas y cálidas para pasar la noche que la zona principal donde azota el viento... ¿cuál es vuestra opinión?.... - le pregunta curiosa antes de aventurarse a caminar detrás de él para visualizar el último acceso de aquel particular sitio -... si os soy sincera, debo confesaros que este lugar a pesar de ser la casa de Dios, me da malestar..., quizás por tanto abandono..., don Álvar va a tener que empeñarse a fondo para volver a hacerlo confortable..., y estoy deseando que lo haga..., que pena de sitio..., seguro que en el pasado fue hermoso... ¿por qué lo abandonarían?... No tengo conocimiento de que las iglesias se abandonen a no ser que un incendio lo asole todo, y aquí viendo los muebles no fue el fuego lo que hizo que este sitio cayera en el olvido....

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27/06/2019, 22:14
Emetrio de Ribadena

 

Si le digo la verdad mi señora, también me causa mal estar ver el estado en que se encuentra este sitio, y en mis años al servicio de mi señor nunca había escuchado nada sobre este lugar, ni la causa de su abandono- confeso el joven - quizás la larga subida hasta estas frías tierras haya afectado al peregrinaje del lugar pero gran esperanza tengo de que mi señor pueda volver a traer el esplendor a este lugar.

Emetrio se puso a rebuscar entre los pocos desvencijados objetos de las estancias más por mera curiosidad que por otra cosa mientras exponía su opinión sobre el refugio que podrían darles - Me temo que si bien son más recogidas estas salas y el frio puede ser menos, viendo la falta de chimeneas hacer un fuego aquí podría ser poco seguro, si bien de todos modos podemos calentarnos y secar nuestros ropajes alrededor de la hoguera mientras el buche llenamos con algo para después venirnos a esta estancia con nuestros  animales a pernoctar - la sala vacía no era muy grande pero Emetrio la veía como una posible solución- puede ser que nos veamos un poco apretados pero eso favorecerá el mantenerse caliente toda la noche

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28/06/2019, 01:48
Fernán de Pitanzos

Pero...que demonios es eso — digo con el corazón en un puño, cuando la luz arrojada por la hoguera muestra unas macabras imágenes en las bóvedas. Quedo un rato petrificado sin poder hablar ni apartar la mirada de esas horrendas y extrañas formas. Estoy confuso, siento un escalofrío subir por mi espina dorsal y noto como el desanimo y el temor luchan por abrirse camino en mi interior, pero no cedo ante ellos. Por fin recupero el habla — Nunca he visto nada semejante, que clase de mal es este — consigo decir al mismo tiempo que consigo apartar la vista y mirar al joven Osván — Este lugar ha sido profanado pero ¿quien es capaz de hacer algo así?, hay que darse prisa, devolvamos este lugar a Dios nuestro señor, su verdadero dueño — mis malos presentimientos crecen dentro de mi y se me agarran al pecho dejándome intranquilo. Vierto vino de mi odre en un cáliz de ceremonias y con el poquito que sobra riego unos pequeños trozos de pan y me enjuago la boca para apurar hasta la última gota. Quito de mi cuello el crucifijo y lo enrollo en mi mano quedando la cruz colgando. Elevo el cáliz al aire ofreciendoselo a Dios, recito unas plegarias y lo bendigo haciendo la señal de la cruz, repito lo mismo con el pan y quedo esperando a que lleguen los demás. 

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30/06/2019, 13:14
Manciego

Una misa ahora, lo que me faltaba, mejor dedicáramos nuestro escaso tiempo a descansar, pensé al escuchar al calatravo antes de adentrarme en la siguiente habitación la cual, para mi frustración debía ser la que en peores condiciones estaba de toda la ermita, pues el agua, que se había juntado con la tierra formando un desagradable lodazal, lo inundaba todo, así como la falta de paredes y techumbre que permitían entrar el frío y la nieve sin problemas. Las inclemencias del tiempo habían sido duras con esa parte del templo ya que parecía haber golpeado mucho más fuertemente por allí.

En vista de que no podíamos pernoctar en esa sala, dediqueme a echarle un vistazo por si hubiera algo de interés, algo que dudaba bastante, y así fue como vi la talla decapitada que aún encontrábase en pie entre los restos del muro. Quizás fuera por el frío que sentía pero estremecime al ver aquello, pensando en toda clase de malos augurios. No era persona particularmente devota pero aún así ver la imagen decapitada, con el viento ululando, la nieve cayendo y la oscuridad cerniéndose sobre nosotros, diome muy mala espina lo que hizo que saliera de allí más rápido de lo que pretendía, para volver junto al resto a la sala principal que ya encontrábase iluminada por una buena hoguera.

Pero el susto fue a mayores cuando, gracias a la luz de la fogata, pude ver lo que unas manos habían toscamente grabado en las bóvedas y esta vez el escalofrío no se debió al frío. Inconscientemente, como un gesto aprendido aunque poco practicado, santigueme al ver aquello.

Por Dios bendito —murmuré, dándome cuenta que mi credulidad divina había vuelto de golpe.

Aparteme al rincón donde había dejado mi zurrón sin poder apartar la vista de las imágenes del techo, ahora mucho más inquietantes con las sombras que la luz de la hoguera creaba.

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01/07/2019, 17:57
Director

Repasó el caballero sus plegarias, pero esta vez en modo de Eucaristía. Horas intempestivas eran aquellas, y tiempo intempestivo también, para hacer Carne del Pan, y Sangre del Vino; pero así lo hizo, consagrando las formas y pidiendo a Dios, durante una media hora, que les protegiera del frío de aquella noche. Una vez que lo hizo, don Fernán escudriñó algo brillante en unos de los laterales; algo brillante que resplandecía con el fuego de la hoguera que mantenía Osván. Tras dar un par de pasos, aún con su crucifijo en la mano, se agachó para ver qué era y descubrió un filo allí arrojado. Era un bracamante, un arma un poco más grande que un cuchillo, sin ninguna característica especial, y que parecía que llevaba allí bastante tiempo (como olvidado o perdido). Después regresaron Manciego, Emetrio y Neus tras explorar el resto de la ermita, y nada habían encontrado los tres excepto ruina; si bien había sacristía y un día pareció usarse, la sala que el cazador encontró tenía una imagen cercenada. Las acémilas y el caballo del calatravo se apretujaban unos contra otros, todos entorno a la hoguera. Por cierto, una vez reunidos que el caballero miraba con obsesión aquellos esgrafiados, esas figuras inverosímiles pintadas en los techos abovedados, las cuáles parecían vigilar constantemente con sus afilados dientes.

Tras un rato avivando las lenguas de fuego, sacásteis algunas viandas para comer, y los animales se echaron. Aunque Emetrio recordó que había otra sala para pernoctar, lo cierto es que aquella era la más caliente, ya que la zona de la sacristía también tenía orificios por donde el gélido viento se colaba.

* * *

Tras una hora apostados todos alrededor del fuego, oísteis un crujido muy cercano... Era Osván, que roncaba apoyando su cabeza sobre su morral, y tapándose como podía el cuerpo y las piernas con una manta que no daba para las dos cosas... Tras darle un codazo y voltearse, dejó de emitir ruidos, pero la cosa no quedó ahí: Si el viento cortante silbaba ahí afuera con infinidad de sonidos y melodías al azar, vuestros oídos escucharon ahora, muy claramente, aullidos en el exterior de la ermita, a muchísimas varas a la redonda (como un lejano eco de perros, o tal vez lobos, ladrando y aullando como es propio de ellos). Afuera seguía nevando.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Fermín, añádete a tus objetos un Bracamante. Daño 1d6+2.

Todos: con vuestra siguiente intervención, haced una tirada de Descubrir, esta vez con un bonus del 25%. Por ejemplo, si mi PJ tiene 40% en Descubrir, en el hueco de la dificultad del lanzador de dados, añadiría un 65% (como véis, ya he añadido el bonus). Si no podeéis tal competencia, lanzad por Percepción (añadiendo de igual manera el bonus). Os recuerdo que para cualquier tirada podéis declarar SUERTE e invertir tales puntos en llegar a un éxito de tirada.

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01/07/2019, 21:32
Emetrio de Ribadena

Padre nuestro que estas en el cielo... que blasfemia es esa que nos muestran los frescos de las paredes- dijo Emetrio con horror tras volver de buscar en la sacristía sin éxito- permita nuestro señor que algún día tal sacrilegio sea borrado de este santo lugar gracias a la mano de hombres de fe- dicho esto Emetrio se juntó en el fuego con los demás a pasar la fría noche  mientras para sí entonaba rezos pidiendo protección para él y sus compañeros.

Bien entrada la noche Emetrio dormía plácidamente acompañado de los ronquidos de Osvan a los cuales rápidamente se había acostumbrado pero su sueño fue interrumpido por el aullar de lo que parecía una manada de lobos, aquello le preocupo  y no le permitió seguir durmiendo plácidamente por lo que arrebujado en la manta empezó a observar sus alrededores sin poder distinguir nada en las sombrs mientras volvía a entonar plegarias de protección y echaba la mano a su bordon para sentirse mas seguro.

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01/07/2019, 21:56
Manciego

Donde ya poco gustábame asistir a las eucaristías, menos lo hacía teniendo aquellas figuras en el techo bailando por los efectos de las luces de la hoguera. Parecían demonios del infierno dispuestos a atormentar nuestro reposo. Por primera vez en mucho tiempo, tanto que ya ni recordaba, púseme a rezar con fervor pues no vendría nada mal algo de protección ante tales visiones, que unido al ulular del viento y la creciente oscuridad, conseguía darme demasiado canguelo.

Una vez terminadas las oraciones y llenado la tripa con algo de comida dispúseme, al igual que hacía el resto, a descansar un poco, aunque seguía teniendo sobre mí aquellas imágenes que parecían bailar entre la sombra y la luz. Conseguí dormirme, a pesar de los ronquidos de Osván, no sin antes pegarle tal codazo que no le quedó más remedio al hombre que dar media vuelta y dejar de molestar. Pero algo hizo que me despertara, un sonido demasiado conocido para conseguir dejarme tranquilo. El aullido de lobos que, sin nada que comer, estarían buscando desesperados algo a lo que hincarle el diente, y sólo esperaba que no nos detectaran para no convertirnos en su yantar.

Intentaba volverme a dormir, pero era incapaz y paseme el resto del tiempo con un ojo abierto por si las moscas.

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01/07/2019, 22:28
Nieus

La ermita lucía oscura y lúgubre, húmeda y mística. Era agradable reunirse en torno al fuego que en la sala principal hacía refulgir las decoraciones de los techos abovedados y casi derruidos por secciones. Los animales se apretaban contra ellos, y si no fuera por su condición de mujer, a ella bien le habría gustado acomodarse al lado de cualquiera de sus compañeros de viaje, pero no iba a ser práctica por lo indecorosa que resultaría la situación.

Era en momentos como aquellos, cuando el frío calaba los huesos, que lamentaba no haber encontrado esposo, aunque si lo pensaba bien...¿le habría permitido acompañar a aquella partida?... Pudiera ser que sí, y quizás en ese momento la abrazase transmitiéndole la calma moral que no sentía. Aquel sitio le daba miedo, y éste se acentuó cuando Osván comenzó su melodía nocturna, sobresaltando momentáneamente a la muchacha, pero al ver que tan solo eran ronquidos lo que le inquietaba, casi se sonrió, gesto que se borró de su rostro cuando los lobos aullaron en el exterior de la ermita.

- Si hubiéramos estado fuera quizás nos habrían atacado..., debemos dar gracias a Dios por tan buena fortuna de encontrar este sitio..., aunque le falte mucho para ser un lugar acogedor... - mantiene ella animando a sus compañeros justo antes de que algunos cerrasen los ojos y decidiesen pernoctar.

A ella le costó trabajo coger el sueño, se fijaba en las figuras del techo, todas bailando a la luz de la hoguera, mientras la mujer, abrigada con sus mantas, suspiraba. Jamás había deseado tanto dormirse y que llegase el nuevo día.

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02/07/2019, 01:55
Fernán de Pitanzos
Sólo para el director
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02/07/2019, 03:21
Fernán de Pitanzos

"Señor tu qué todo lo eres y tu qué todo lo puedes, cubrenos con tu manto sagrado y danos salud, protección y amor...amén" Fernán realizo el ritual durante casi media hora, con toda la fuerza de la que fue capaz. Tras fortalecer la fe del grupo, incluyendo la suya propia y habiendo arrojando algo de luz sagrada sobre aquel lugar corrompido, ahora, Fernán, encontrábase algo mejor. 

                                                     ________________________________

Siempre me ha gustado el silencio, me proporciona la calma que necesito para ordenar mi mente y escuchar a mi corazón. Siento el calor del fuego en mi rostro, su cálido abrazo me reconforta, más aún, ahora, con el estomago recién atendido. El crepitar de las llamas y su danza me resulta hipnótico. Paso largo rato contemplando tan bello y misterioso baile, el cual parece tener vida, con cientos de formas y figuras flamígeras, surgiendo y danzando despreocupadas, para acabar desapareciendo en favor de otras nuevas. Los demás duermen.

Observo y estudio minuciosamente, a la luz de la hoguera, el bracamante que he encontrado. — Que raro, ¿a quien pertenecerá?, y ¿como lo perdió? — susurro intrigado mientras acaricio con dos dedos la hoja. No tengo intención de dormirme, no me fío de este lugar, esas blasfemas imágenes de las bóvedas no dejan de mirarme y eso me esta poniendo nervioso, de nuevo. Me cubro los hombros con pieles, noto como el sueño se quiere apoderar de mi, lucho contra el todo cuanto puedo pero el cansancio es mucho y siento caer mis parpados. 

Despierto sobresaltado con los aullidos de unos lobos en la lejanía. Me quedé dormido, me pregunto cuanto tiempo habrá pasado. Estoy inquieto, el fuego casi esta apagado así que echo alguna madera mas. Me pongo en pie y me quedo de guardia junto a la puerta de la sala, en silencio y alerta.   

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02/07/2019, 22:17
Director

Emetrio rechazaba, al igual que el caballero, aquellos esgrafiados. Cualesquiera les hubiera dado una pedrada ya, pero hacer aquello dentro de sagrado no era cosa de razón. Turbó su paz el joven muchacho siervo de don Álvar el rugido de animales en la lejanía, y sin darse cuenta apretó su bordón, que ya lo tenía asido mientras descansaba. Y de la misma le ocurrió al cazador Manciego; si bien él no era partícipe de sermones ni eucaristías (no por blasfemo negador, sino porque su instinto le llevaban a hacer cosas más mundanas), esa vez optó por acompañar de rezos las retahílas que don Fernán ya había sermoneado; y tal que así, que la joven y bella Nieus, que a quien tampoco le hacía gracia el aspecto de aquella ermita, bien que agradecía que los desvencijados muros por el tiempo hicieran refugio para aquel viaje.

Por un momento, a su mente llegó el rostro de don Álvar, que no esque lo estuviera pasando mejor en el suyo castillo, pues la maldad estaba impregnado en él y en su enferma familia. Y de repente, esa imagen proyectada en su cabeza se tornó a una de las figuras esgrafiadas de la pared... Al mismo tiempo, el caballero de Pitanzos, que había estado observando con cierto recelo y curiosidad su nuevo juguete encontrado*, se había dormido y ahora despertado con el aullido de la fauna montañesa. E igual que la curandera, observó lo que ocurría en las bóveda: ambos se percataron (don Fernán estando de pie) que de las bocas de los esgrafiados, como salidos de sus dientes, emanaban pequeños borbotones de sangre; hilos de este líquido que caían finamente hasta el suelo, goteando y manchando el suelo sagrado. El corazón se les encogió.

- Tiradas (1)

Notas de juego

El ritural de Fe de la Eucaristía de Fernán no necesita de tirada para llevarlo a cabo, pero si se hace dicha tirada puede imbuir algo de fe (Racionalidad) en todos los que escuchen dicha ceremonia. Sin embargo, según la tirada que he hecho, no lo ha logrado ;)

*: El bracamante está algo romo, filo desgatado pero aún funcional.

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02/07/2019, 22:50
Osván

Osván entonces dió un grito. Bueno, dos.

¡¡Noooo!! ¡¡NOOOO!! -el muchacho se estaba revolviendo en su mal acomodado jergón de piedras, bajo su estrecha manta: estaba soñando-. Entonces despertó por el sonido de su propios alaridos. ¿¡Eh!?, ¿Qu....qq....qué pasa? Tanto él, como Emetrio y Manciego giraron entonces su cabeza para mirar en la misma dirección que sus otros dos compañeros. Y también vieron la dantesca escena de sangre. Era como si aquellos seres tuvieran... ¡vida!

¡¡Por amor del Señor!! -Osvaldo no acertaba a creer que lo que estaba viendo fuera real, y pensó un instante que era fruto de su imaginación-. Enseguida se retiró, pues uno de los hilillos de sangre caía ya cerca de su posición tumbada, y recogió algunas pertenencias que tenía apoyadas en el muro y estaban a punto de ser impregnadas. ¡Madre mía! -masculló-.

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02/07/2019, 22:50
Director

Sin embargo, antes de que ninguno pudiera hacer nada, algo más os alertó. Las monturas tumbadas alrededor del fuego y en las esquinas, comenzaron a encabritarse, rumiando y levantándose, traspasando una tensión de unas a otras que revolvieron un poco la estancia. Aquello os encogió aún más el corazón. Pero eso no fue lo que más pavor os causó: segundos después los esgrafiados de las figuras comenzaron a moverse y tomar distintas formas sobre la bóveda donde estaban plasmados, y parecían moverse a un lado y hacia otro, como si todos ellos danzaran en un extraño ritual infernal. La cara de Osván era un auténtico poema.

Notas de juego

Los esgrafiados se mueven de un lado a otro, es decir, no salen del lienzo de la pared, sino que se mueven sobre él de izquierda a derecha. Por esta visión incoherente e "irracional", todos vais a lanzar 1d20 para ver cuantos puntos de Irracionalidad ganáis (y cuántos de racionalidad perdéis).

La Irracionalidad es la capacidad de asimilación del mundo irracional (la magia, la visión de criaturas, demonios, etc.), mientras que la Racionalidad es el saber estár de la Fe, lo férreo que son las ideas religiosas (por llamarlo de algún modo). Cuando una se modifica, la otra también, y siempre deben sumar 100.