Partida Rol por web

Vademécum del mal

Un extraño ejemplar - Escena de Juego

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25/05/2020, 11:22
Raúl Balsera

¿En Madrid? Pues no, señor -respondió Balsera al doctor-. El pazo y las personas enfermas en él nos tiene lo suficientemente ocupados como para estar viajando.

Notas de juego

Antes de este post hay otro (el último de la pestada 18). Que no se os pase :)

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25/05/2020, 11:22
Carlos Dato

Acto seguido, el doctor se alejó un poco, en una esquina del salón, a hablar con Dato. Éste no entendía el devenir de la conversación.

¿Pero de qué esta hablando? ¿Bilbao? -entrecerró los ojos, negando incrédulo sobre los nuevos datos que iba recibiendo-. No he estado en Bilbao, creo que no he estado nunca, de hecho. Entonces se extrañó al oir hablar de Jimena Alonso. Jimena murió hace cuatro meses. ¿Qué diantres tiene que ver ella en todo ésto? Dato estaba ya algo furioso.

Habíais irrumpido en su casa. Habíais preguntado por su hijo (que no andaba muy cuerdo), estábais acusando al padre Balsera (al que acabábais de conocer) sobre un crimen, y además ahora le citaban a la criada que había fallecido hacía poco.

Su primo Juan, el que os ha abierto la puerta... le contraté cuando ella murió -añadió-. Si no estaría ahora en la calle -le dijo a Rocavila con cierto pesar-. Espera... Fue a Jimena... a Jimena le dije que se deshiciera de los libros -entonces entendió un poco mejor sobre vuestro fino hilar de los hechos-. Ya entiendo, pero no sé qué hizo con ellos. Solo sé que se deshizo de esas hojas que sofocaron tanto a mi hijo... -ahora tenía los ojos brillantes, se veía a Dato algo emocionado-.

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25/05/2020, 11:24
Raúl Balsera

Marro escuchaba las intervenciones de sus compañeros, pensando todo con "ojo de sabueso", tratando de recomponer todo el puzzle. Finalmente Virginia habló.

Pues no tenía noticia de los hechos -confesó Balsera-. Mire, señorita -dijo entonces Raúl a la joven enojado-: no entiendo qué está insinuando, ni de qué inquisiciones o satanismo se refiere. Lo que no voy a permitir es que tachen o desprecien los quehaceres de nuestra institución. Señor Dato -dijo entonces mirando a Carlos, aún en la esquina del fondo-, si lo tiene  a bien fray Pascual y yo trasladaremos ya a don Javier. Le agradeceríamos si Juan o la enfermera nos hecha una mano para bajar la silla y a su hijo. Creo que no tenemos tiempo que perder -lanzando una última mirada a la secretaria, no muy amistosa, por cierto-.

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25/05/2020, 11:25
Carlos Dato

Sí, claro, padre -dijo don Carlos-. Discúlpeme. Venga conmigo, llamaré a Juan para que les ayude. Carlos Dato también os miró al salir del salón, pero con cierta incredulidad a todo este asunto.

Tras unos quince minutos, Javier Dato dejaba la impresionante mansión y era trasladado con mucho cuidado al vehículo que aguardaba afuera, propiedad de los dos jesuitas. Cuando pasó por el recibidor antes de salir de la vivienda vísteis que no estaba en sus cabales. Cruzó un instante la mirada con Valerio y le sonrió de cierta manera extraña. Los clérigos ni tan siquiera se molestaron en despedirse, y Dato y éstos quedaron hablando un rato en el jardín. A los pocos minutos, éste regresó al hogar.

Buscan ese... libro, maldito, ¿no? Muy bien. ¡Pues aquí no hay ninguno! -decía elevando la voz- Nos ha costado más de un año poder ingresar a mi hijo en la institución, la mejor de todo el país, para que ahora falten el respeto delante de uno de sus coordinadores -os dijo visiblemente cabreado-. No me queda más remedio que pedirles que se vayan de mi casa -decía extendiendo una mano en dirección a la puerta, mientras miraba al suelo con la vista perdida-.

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25/05/2020, 22:44
Dr. Jose Maria Rocavila

Cuando regreso Carlos Dato se le veía claramente enfadado y sus palabras no modificaron un ápice la primera impresión que el doctor había tenido a su regreso. Jose María se adelanto a sus compañeros para tomar la palabra. 

— Discúlpenos señor si le hemos ofendido. Como usted bien sabe el libro que estamos buscando es peligroso para todos, en especial si cae en malas manos. Nuestra única intención es encontrarlo antes de que haga daño a otro inocente. Espero que usted entienda las nobles intenciones que nos mueven. Sentimos si no hemos sido claros en todo momento, pero entenderá que en este asunto es mejor ser precavidos.

Sin añadir nada más ofreció su mano al señor de la casa con claras intenciones de abandonar la casa. No quería que aquel hombre sufriera mas. Aquello no era prudente para sus intenciones, además no estaba seguro de que no se acabarán de poner mas en peligro ante aquellos hombres. 

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26/05/2020, 00:48
Virginia Echagüe

Entiendo que la estrategia de golpear con un palo al panal de avispas no sea del gusto de todos, pero, qué demonios. Se podrían estar llevando al chico para silenciar toda pista del libro.

En fin. Punto en boca.

Los curas no encuentran oposición, ni duda por parte del señor Dato, que no pide ninguna explicación, aunque sea para quedarse tranquilo. Pienso que está vencido. Que quiere que se lleven a su hijo y olvidarse de todo. Lo entiendo. Me da pena.

Tampoco parece tener ninguna curiosidad el señor Balsera por sus hermanos muertos en Madrid.

Me encojo de hombros. No me sale disculparme. Nos vamos. Pero cuando encuentro la ocasión de hablar con mis camaradas les sugiero un plan de acción.

—Señores…. ¿Qué posibilidades hay que sea otro R.B, también cura? ¿De verdad que creen que la teoría del secuestro se puede desechar sin más que la palabra de un cura? Aunque sea por precaución… ¿No les parece que podríamos seguirlos a ver dónde se llevan al chico?

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26/05/2020, 08:36
José Alfonso Marro Gambin

No podían hacer otra cosa que marcharse. Virginia y sus preguntas tan directas habían sido ofensivas para Dato y para el ministro de Dios. Demasiado incisivas para lo que podían llegar a soportar. Por desgracia, no habían servido de nada. No habían propiciado una confesión, ni una reacción extraña que les pudiera dar una pista de que dirección seguir. No obstante, sólo quedaba una. El pazo donde internaban a los enfermos aquellos jesuitas. Dónde estaba era una completa incógnita.

Muy bien señor Dato. - Dijo el sargento ofreciéndole la mano. - Siento haberle importunado. - Se disculpó. - Nos marcharemos enseguida. - Se dio media vuelta para irse y entonces se detuvo y volvió a mirar a Dato. - ¡Oh! - Exclamó. - Y espero que su hijo se recupere en ese pazo de la montaña. - Le dijo. - El aire de la sierra es siempre bueno para la salud.

No esperaba que le diera la ubicación exacta del lugar a donde estaban llevando a su hijo, pero al menos si esperaba que le contradijera si no estaba en lo correcto y ese pazo no estaba en la montaña, o que aportara algún dato extra para poder localizarlo. Los jesuitas y Javier eran ahora las últimas pistas que tenían para seguir a aquel maldito libro.

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26/05/2020, 11:07
Carlos Dato

Carlos Dato no dijo nada al Doctor Rocavila, tan sólo se limitó a asentir las disculpas que aceptaba de buena gana, sí, pero que tampoco le importaban demasiado (al ser de alguien que acababa de conocer). Virginia comentó por lo bajo a sus compañeros su opinión, reafirmando la identidad de Raúl Balsera como el autor de la nota firmada días atrás como R.B. (cosa que le implicaría con el accidente de los tipos de Madrid). El caso es que antes de cruzar el jardín para salir de la propiedad, el inspector Marro le dedicó unas últimas palabras a don Carlos.

No es en la sierra... -hablaba con los ojos entrecerrados, como quien habla sobre algo de manera indiferente, apenada, desasosegada y compungida. No está tan lejos: en Laracha, a veinte kilómetros al sur, en el Pazo de la Oca. Mi hijo estará bien allí, y yo... espero que encuentren ese volumen y lo quemen, no querría que nadie pasase por lo que está pasando esa familia. Adiós -dijo despidiéndose con solemnidad-. Y entonces cerró la puerta.

Juan Garay os acompañó a la entrada y os invitó a salir, cerrando también la verja. Luego desapareció y quedásteis allí, en mitad de la calle. Los Jesuitas se alejaban en su sedán negro, perdiéndose en la ciudad.

Notas de juego

No hay posibilidad de seguirle, Virginia, ya que no tenéis vehículo para ello ;)

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26/05/2020, 17:11
José Alfonso Marro Gambin

Bueno... - Marro se encogió de hombros. - Al menos sabemos dónde ir. - Comentó. - Supongo que solo nos queda ese hilo del que tirar. Así que, bueno, vamos a por el coche y cambio al pazo ese de la Oca.

Aquella carta que su viejo amigo Ramiro le había enviado le estaba llevando mucho más lejos de lo que nunca hubiera esperado. Se había metido hasta el fondo en el fango y ahora solo podía salir si descubría lo que estaba pasando en realidad. Casi deseaba llegar a un punto muerto y poder volver a Barcelona de una pieza. Se estaban adentrando en terreno pantanoso. 

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27/05/2020, 12:02
Virginia Echagüe

Me atrevo a sugerirlo:

—Caballeros, si "expropiamos" un coche que pase por aquí, podremos seguirles. Quizá no vayan a donde dicen ir.

Pero entiendo que eso supone un riesgo para ellos que no estén dispuestos a asumir. Al fin y al cabo yo no soy una autoridad. Además, algo me dice que sí que van al Pazo de la Oca, y que allí ocurre algo turbio.

—También podemos ir a por el nuestro, lo que prefieran.

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27/05/2020, 18:04
Director

Notas de juego

Aventurer@s, concretadme qué hacéis (o qué queréis hacer).

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27/05/2020, 19:16
José Alfonso Marro Gambin

¿Robar un coche? - Preguntó Marro. - Desde luego que no... - Dijo sonriente. - Ya nos hemos metido en demasiada mierda, como para sumar un delito a nuestra lista. - Razonó en voz alta. - Vamos a por nuestro coche y luego al Pazo. Si nos han mentido y se lo llevan a otro sitio... - Se encogió de hombros. - ....mala suerte. Habremos hecho todo lo que estaba en nuestras manos.

José Alfonso llevaba mucho tiempo como agente de la ley y nunca se había arriesgado tanto en un trabajo como en esos momentos. El riesgo, además de físico, era legal. No quería que le acusaran de nada y perder su trabajo. No sabía sus compañeros, pero él tenía familia y dependían de su sueldo. Así que no, no robaría un coche.

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27/05/2020, 20:03
Dr. Jose Maria Rocavila

Una vez que salieron de la residencia de Dato, Virginia proponía seguir a aquellos curillas. Tenían la dirección del pazo pero aunque peligroso tener unos ojos sobre ellos era interesante. Miro a sus compañeros y en un arrebato la cogió del brazo y arrastrándola le dijo a sus compañeros.

— Vayan a por el coche y al pazo, vamos a intentar perseguirles.

Corrió hasta la puerta arrastrando a la secretaría. Cuando llegaron a la calle miro a su alrededor buscando un medio de transporte que se adaptarán a sus necesidades. Intento coger algún taxi o asaltar algún vehículo que por una propina les ayudara en su empresa.

— Virginia todavía lleva algo del dinero que le entrego nuestro benefactor. Podría ayudarnos a que alguien nos ayude en nuestro viaje.

Notas de juego

Allá vamos. Mi intención es buscar un vehículo que nos ayude, bien un taxi o algo parecido o cualquier vehículo que por una propina nos ayude. El doctor no pretende usar la violencia para conseguirlo de salida.

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28/05/2020, 12:53
Director

El doctor cogió de la mano a Virginia, y ambos corrieron a la misma vía. Miraron a izquierda y derecha y después de escudriñar la calle observaron a un taxista con su vehículo, aparcado junto a un quiosco. Y corrieron hacia él. Rocavila y Virginia se introdujeron en el vehículo y el taxista también. Luego se perdieron por las calles de la Coruña, siguiendo al vehículo de los Jesuitas. El inspector Marro y Valerio se marcharon hacia el hostal donde os alojásteis para tomar el coche, aparcado no muy lejos de su entrada.

Notas de juego

Ahora estáis separados: por un lado Valerio y Marro, y por otro Virginia y Rocavila. Postead sólo para tales compañeros con vosotros. Si alguno se despista y postea para todos, quien no debiera leer tal post que haga el favor de no hacerlo ;) (que mire para otro lado ;D)

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28/05/2020, 12:54
Leoncio Gallardo

El tipo aceptó amablemente a llevaros, aunque os veía cara de preocupación. Os preguntó la dirección, en incluso comenzó una charla que no quisísteis seguir, ni por pura educacion. Tan sólo le apuntásteis que debía seguir al vehículo que tenían no muy lejos, allá adelante, el sedán de color negro. El taxista se extrañó un poco pero no puso impedimento.

Oigan, no sé si lo saben ustedes, supongo que se habrán dado cuenta... esos tipos parecen estar dando demasiadas vueltas a la ciudad, ¿verdad? -el taxista, que os había dicho que se llamaba Leoncio, estaba extrañado-. En cierto modo habíais notado eso, como si los jesuitas dieran varias vueltas por la ciudad a propósito antes de abandondarla. Tras un rato, cruzásteis varias avenidas largas, y finalmente salísteis de la ciudad por la parte sur.

El vehículo, señores, sale de Coruña... ¿le seguimos, pues? -vosotros asentísteis, y luego siguió hablando-. La carrera les saldrá un poco más cara, pero no se preocupen, llegarán perfectamente.

Acto seguido os pusísteis en carretera a campo abierto. Las pistas de asfalto pronto dieron paso a las pistas de tierra y una grava en desuso. El paisaje se había tornado natural: montes, arboledas altas y caseríos y granjas, aquí y allá.

¿A Larache? -preguntó Leoncio con los ojos abiertos cuando le confirmásteis el destino- ¡Ehm..! ¡Claro! Está a veinte kilómetros, no se preocupen. ¿Y a quién dicen que van a ver a allí? -en realidad no lo dijísteis, pero el taxista necesitaba tener una certeza en su interior por que le empezaba a resultar todo un poco extraño-.

Notas de juego

Como dije, ya no posteéis para Marro y Valerio.

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28/05/2020, 12:59
Director

Mientras se marchaban en el taxi, salísteis pues en direccón al hostal donde os alojásteis, desandando vuestros pasos. La ciudad hervía en bullicio, y tras un rato caminando llegásteis hasta vuestro vehículo. Jaime e Inés estaban en la puerta del hostal, apostado en la misma entrada. Os saludaron con la mano mientras os metíais en el coche. Luego arrancásteis y comenzásteis a conducir por la vía. Dirección Larache, a veinte kilómetros al sur de la Coruña.

Notas de juego

Como dije, ya no posteéis para Rocavila y Virginia. Si queréis hablar un poco con Jaime e Inés, los dueños del hostal, es el momento (antes de partir).

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28/05/2020, 18:06
Dr. Jose Maria Rocavila

Animado por la impetuosidad de Virginia el doctor se había lanzado a la persecución de aquel coche. Por suerte habían encontrado un transporte rápido. Estaba un poco nervioso y las vueltas por La Coruña no lo tranquilizaban en absoluto. Además aquel taxista que habían abordado empezaba a sentirse incomodo con aquella situación y el no estaba en condiciones de tranquilizarlo en exceso. Miraba intermitentemente a Virginia intentando averiguar que estaba pensando.

— ¿Ha estado usted en Larache antes? Supongo que es una pequeña y agradable aldea.

Esperaba que Virginia supiera que hacer cuando llegarán allí. Si como sospechaban aquellos tipos estaban relacionados con todo lo sucedido en Madrid sin lugar a dudas se encontraban en peligro. 

— Quizá sea mejor que nos deje a la entrada. Así podremos darle una sorpresa y pasear un poco antes de llegar. ¿Que te parece?

Cuando formulo esta pregunta miro directamente a Virginia, esperando su respuesta.

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28/05/2020, 19:21
Virginia Echagüe

Pago al taxista con el dinero que nos han dado para gastos. Le doy una buena propina. Miro al doctor y suspiro. Ha sido una muy buena idea parar un poco antes, para que no vean el coche. Pero creo que no estamos en condiciones de ir de incógnito con el taxista. Hay que dejar testigos, por si nos hacen desaparecer.

—Escuche, señor Leoncio. Sé que va a pensar usted que esto es cosa de locos y quizá lo sea, pero venimos siguiendo la pista de una secta desde Madrid, y ya van cuatro los muertos en extrañas circunstancias. Es muy posible que el Pazo de la Oca sea lo que parece y sólo hayan curas, médicos y alienados mentales. Si es así, antes de dos o tres días, le visitaremos a su parada de taxi ¿suele estar allí verdad? y le invitaremos a almorzar para ponerle al día del bochorno de aparecer por un sitio inocente con sospecha tan nefasta. Pero si no aparecemos, señor Leoncio, si en tres o cuatro días no aparecemos por su parada de taxi, es muy posible que nos hayan matado a nosotros también. Entonces, tiene usted que ir a la mansión de los Dato, en la calle del Socorro, y decirle al señor Carlos Dato, y solo a él, que nosotros hemos desaparecido y que su hijo puede estar en peligro ¿Hará esto por nosotros?

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29/05/2020, 08:08
José Alfonso Marro Gambin

Cuando lleguemos a Larache tocará preguntar por el Pazo. - Le dijo Marro a Valerio. - Espero que Virginia y el doctor no se metan en problemas. Esa chica... - Negó con la cabeza pensativo. - ¡No hace más que meter la pata! - Sonrió. - Es muy impulsiva y eso le puede jugar una mala pasada.

Sólo esperaba no perderse. La señalización no era demasiado buena y con las indicaciones que habían obtenido de Jaime e Inés, no los daba para llegar hasta el lugar indicado sin perderse o dar un rodeo demasiado amplio. Sin duda, sus otros dos compañeros llegarían mucho antes que ellos en aquel taxi. Sólo podía confiar en la buena cabeza del doctor, para que cuando ellos dos llegaran a su encuentro, no fuera demasiado tarde para ellos.

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29/05/2020, 11:09
Director

Notas de juego

Virginiaz haz una tirada de Intelecto. Luego actualizo con mi post.