Erika entra en la habitación.
¡Naaaaaaaaaaat! Al verla se acerca corriendo a ella y se sienta a su lado, contenta. Cuanto tiempo... Sonríe.
Hola, preciosa - la mira y sonríe con ternura, le da un beso a la frente - Te he cogido el cuaderno y los lapices... es que tenía ganas de hacerte un dibujo; antes te pusiste tan contenta...
Le muestra el dibujo:
No sé si te gustan los gatos, pero pensé que te quedaría bien - saca la lengua y espera su reacción.
Erika vuelve a mirar a Natasha con verdadera admiración.
Vaaaaaaya, Nat... eres genial... has adivinado que mi animal preferido es el gato... Sigue con la mirada fija en ella, aunque la baja al dibujo de vez en cuando. Que chuuuuuuuuuuuuli...
Se ríe.
Me alegro de que te guste... en mi casa no me dejaban dibujar, ¿sabes? - se abraza a sus rodillas y observa a la chica, es muy guapa... lástima que vaya siempre vestido con tan horribles atuendos. Sonríe. Pero esto también la hace mona.
Anda, ponte el pijama que iremos a dormir
Erika asiente, buscando el pijama en el armario...
Saca un pijama de pantalon largo y camiseta de tirantes, ambos azules claros, y se desviste para ponérselo delante de Nat, sin ningún pudor. Cuando termina, deja la ropa tirada en el suelo.
¡Ya está!
Arquea una ceja y mira la ropa que está al suelo.
¿Está sucia? - le pregunta a Erika, sonriendo.
Erika se encoje de hombros...
No se... Mira al suelo... tiene las puntas de los pies juntas y las manos detrás de la espalda... como cuando un niño sabe que ha hecho algo mal...
o.0
¿Cómo que no lo sabes? ¿Hoy es el primer día que te la pones? - le pregunta, sin dejar de sonreir con ternura y amistosamente.
Erika se queda pensando, mirando al techo un momento... luego asiente, sonriendo a Nat.
Sí. Es el primer día.
Y... no sé, ¿te has revolcado por el suelo? ¿Te has ensuciado? - sigue sonriendo, intentando que sea natural, pero una gota recorre su frente. ^^U
Erika vuelve a levantar la mirada, pensando... después de un rato, señala a Nat.
Te tiré al suelo. Se la queda mirando, aún señalándola.
._.U
Finalmente, Natasha se levanta y se dirige a la ropa que llevaba Erika, la mira, por delante y por detrás, le quita el polvo que pueda tener y asiente.
Está limpia aun, podrás ponerte este vestido otra vez - le sonríe y con el dedo índice le toca la nariz - Pero la próxima vez tendrás que hacerlo tu sola.
Erika asiente, sonriente.
Vale. Luego se queda mirando la ropa. ¿Y qué hago con ella? Pregunta, sin saber qué hacer realmente...
o_oU
Po-ponerle una percha y colgarlo al armario, como has hecho con los otros vestidos... - responde, sin saber exactamente qué decir.
Aaaaaaaaaaaaaaam... Erika parece pensarlo unos segundos... pero finalmente sonríe. ¡Vale!
Coge el vestido y lo lleva al armario, colgándolo con cuidado... aunque se tira bastante tiempo para hacerlo.
Lo has hecho muy bien, Erika - le dijo, acariciándole el pelo y sonriéndole.
Alguien llamó a la puerta y Natasha se giró para mirar quién era.
¿Hmmmm...? ¿Quién será a estas horas?
Se dirige a abrir la puerta, con su camiseta de tirantes negra mostrando bastante carne, y con los pelos tan cortos.
Jake Murray, el director del colegio, está delante de la puerta. Se queda un poco parado al ver a Natasha, pero una sonrisa aflora en su rostro enseguida, aunque... no sabes distinguir verdaderamente si es de alegría o de amabilidad...
Nat... ¿Puedo hablar contigo un segundo? Pregunta, fijándose en la herida de la mano de la chica.
O////////////////////////////////O
El rostro de la chica se enciende por completo al ver al director, pero intenta mantenerse firme, cómo siempre.
Er... sí, claro... - hace ademán de salir de la habitación, tras girarse para mirar a Erika - Ahora vuelvo, Erika, ponte a dormir, ¿eh? - se gira para mirar al director de nuevo, y lo mira a los ojos - ¿Vengo con usted?
El director sonríe a Natasha y la invita a salir de la habitación, intentando no mirarla fijamente.
Después de que Natasha ha salido, cierra la puerta tras ella.
No será necesario que vayamos a ningún lado... La coge la mano del corte y tira de ella, haciendo que Natasha quede rozándole... pero él sólo mira la mano. ¿Vaya corte, eh?
Ahora sí, teniéndola tan cerca, dirige su mirada hacia ella, esperando respuesta.