Partida Rol por web

Su presencia hace que aun se encoja más... está enfadado, ¿con ella? Ella... ya lo avisó de Carl... ¿la creería ahora...? Si había tomado la decisión de deshacerse de Carl era porque había hablado con su madre pero... miró al director, sus ojos se empañaron en lágrimas de nuevo y volvió a llorar, sentándose al suelo.

Lo... lo siento... no quería meterte en problemas... he intentado deshacerme de él... pero... no sé si me dejará en paz... lo siento...

Ni siquiera sabía si Jake comprendería de qué le estaba hablando, pero por tal y cómo él tenía a ropa rasgada... adivinaba que lo habría visto todo.

Jake suspira mientras te ayuda a ponerte en pie y te abraza.

No llores... no es contigo con quien estoy enfadado. Su voz vuelve a ser suave y aterciopelada... amable. Quien no quería meterte en problemas era yo. Por eso no quise impedir que te alejaras... pero... él ha ido demasiado lejos... ¿Porque ha sido él, verdad? No... Jake sólo te había visto a ti volando en el centro del remolino.

Venga, vamos a la enfermería.

Diciendo esto último, te toma de los hombros y te va guiando hacia la casita que hace de enfermería del colegio. Pero... algo llama tu atención.

Junto a un árbol, al pasar... puedes ver la figura de Carl... que sonríe con dulzura. Ni siquiera cuando estaba vivo parecía tan feliz. Se despide de ti con la mano y... poco a poco se va desvaneciendo. Una suave brisa cálida acaricia tu rostro y susurra unas palabras a tu oído....

Ahora sí sé que estarás bien... cuidate y sé tan feliz como yo no pude hacerte...

Ahora sí... parece que Carl ha vuelto a su sitio.

Observa su figura... su sonrisa... y sus ojos se empañan de nuevo... volvía a despedirse de él, por segunda vez... y ahora no lo volvería a ver jamás, pero esta vez, ella lo había echado de su lado... se agachó al suelo y volvió a llorar, de tristeza, rabia e impotencia... la despedida del primer amor... siempre deja un gusto extraño en la boca, un sabor entre amargo y agridulce... un sabor que crees que jamás en la vida volverás a experimentarlo, o más bien, que quieres no volver a tenerlo...

Perdóname...

Le había dicho palabras fuertes, palabras que no sentía para echarla de su lado, para que entendiera que ella estaba bien allí... y que había encontrado otras personas en las que apoyarse. Pero siempre estaría el recuerdo de Carl y... su foto.

Se quedó allí agachada y llorando por un largo rato... hasta que Jake la ayudó a levantarse de nuevo, ahora ya no haría falta que le respondiera la pregunta, imaginaba que si él no había visto la figura de Carl... almenos intuiría lo que había sucedido, y a Natasha le dolía decirle que sí.

No quiero ir a la enfermería... - lo miró a los ojos, sonreía levemente... cansada y triste, pero liberada - Me gustaría... que me curaras tú las heridas...

¿Demasiado pronto...? No... Natasha estaba enamorada de antes de Jake antes de que el fantasma de Carl apareciera... y las heridas que se aparecen... siempre habrá alguien que te ayude a curarlas con el tiempo.

Jake se queda parado un momento, mirándote... pero sonríe con dulzura.

Claro... Cambia de dirección y empieza a acercarse al edificio principal... aunque al llegar a la puerta de Hall, sus manos se separan de tu cuerpo y camina a tu lado.

Ha comprendido como te sientes... y prefiere sacar un nuevo tema de conversación mientras pueda haber alguien que los escuche.

Tenemos que hablar del club de teatro. Mañana mismo aparecerán carteles por todo el instituto.

Aun iba pensando en sus cosas cuando Jake habló, por eso tardó algo más en reaccionar, ya no lloraba por eso. Lo miró, alzando la cabeza... y esbozó de nuevo una leve sonrisa.

Vaya, ¿mañana ya? Te has decidido rápido - responde, apartándose el pelo de la cara y con ello una hoja enredada - ¿De qué quieres que hablemos?

pasamos al despaxo del dire ^^

Sales a los jardines del internado. Son enormes, pero están rodeados de un muro de un metro y medio y una valla metálica de barrotes completamente lisos y verticales, elevándose hasta más de 4 metros.

Parece una carcel... vaya muros. - pienso mientras echo un vistazo alrededor. Suspiro resignado - Parece que no voy a poder salir a ver si hay algún sitio mejor que este para patinar.

Los jardines son muy amplios, con extensas zonas boscosas y toda clase de flores, sin embargo los paseos son lisos, de baldosas decoradas en su mayor parte que llevan hasta pequeñas plazas circulares. Parece que se extienden alrededor del instituto - calculo.

Reviso las ruedas de los patines, hechos de hierro y con tan solo una goma recubriendo la superficie, lo que elimina el ruido molesto y da una superficie blanda para realizar algunos movimientos. Ajusto la distancia entre cada una de ellas, reviso que los frenos estén bien colocados y limpio un poco el patín, que parece, por su forma como una bota de esquí "tuneada" con una imagen de un corazón con alas de angel atravesado por una espada, todo de color plateado, y el resto de la superficie es negro con algunas rayas -quizá relámpagos- rojos.

Me los pongo y comienzo a moverme por entre los jardines a una velocidad moderada, para coger el ritmo y apercibirme bien de los detalles de la zona, más por "sensación" que por vista.

Los jardines están completamente vacíos... enseguida distingues el edificio de la enfermería. Y también una zona de bosque, llena de árboles de todo tipo...

Entre ellos, en un pequeño claro, puedes distinguir la figura de una chica de largo cabello negro y liso. Hace movimientos extraños pero precisos, aunque tu vista no te permite reconocerla ni saber con exactitud qué está haciendo.

Atravesando el Hall, llegas a la puerta principal del edificio y con ella, al enorme jardín. Parece que no hay nadie a la vista... aunque quizás, si te internas más...

Los jardines son enormes, pero están rodeados de un muro de un metro y medio y una valla metálica de barrotes completamente lisos y verticales, elevándose hasta más de 4 metros. Hay extensas zonas boscosas y toda clase de flores, sin embargo los paseos son lisos, de baldosas decoradas en su mayor parte que llevan hasta pequeñas plazas circulares.

Doy un par de vueltas alrededor de una de las fuentes de la plaza, y sin poder olvidar que he visto a antes a una chica en uno de los jardines, devorado por la curiosidad dirijo con un deslizamiento pausado hacia los alrededores.

Como no quiero abandonar el paseo, pues sólo en estos momentos me siento con verdadera libertad me detengo al borde del jardín, esperando que desde allí pueda saber más de aquella chica.

Me quedo un rato mirándola, si me ignora, agito una mano para llamarla la atención... me escama lo que pueda estar haciendo una chica sola a esas horas.

Kael atravesó el patio fijándo en su mente cada detalle plateado que la luna arrojaba sobre el jardín, que parecía entristecer ante su propia melancolía. Los pasos resonaban en la noche vacía, que le envolvía y le inspiraba, y le recordaba una canción que aquella mujer tan especial para él le había enseñado ya mucho tiempo atrás. Buscó un árbol al que encaramarse y subió a la copa. Allí se desprendió de su camiseta y dejó la luz lunar bañar su torso desnudo. Miró a la luna con los ojos empañados en agua marina y comenzó a cantar.

La chica gira la cabeza hacia ti. Puedes ver, una mirada fría a traves de su largo cabello negro, recogido en una coleta alta. Se acerca a una toalla blanca que hay tirada en el cesped y la coge, respirando con dificultad, para secarse el rostro y colgarsela de los hombros.

Luego camina hacia ti. Parece de un curso superior, y va vestida con un chandal blanco. Se quita la goma del pelo mientras se acerca, respirando cada vez con más tranquilidad. Parecía que estaba haciendo algo de deporte cuando has llamado su atención.

Al llegar frente a ti, te mira con la barbilla alta, aunque no es más alta que tú... y te pregunta con voz igualmente fría.

¿Necesitas algo?

La miro de arriba a abajo sin verguenza alguna. No, la verdad es que sólo tenía curiosidad... te he visto ahí, sóla y me ha extrañado. - respondo ignorando la frialdad con la que me trata - He pensado que quizás podría ocurrirte algo... y necesitases ayuda. - comento no del todo correcto pues no era esa mi completa intención.

Supongo que estabas haciendo ejercicio, pensaba que por aquí habría polideportivo o un gimnasio. - señalo el chandal y la toalla.

Vuelve a secarse el rostro con la toalla, con una mano, mientras con la otra sujeta el otro extremo de la tela.

Pues no. No hay ni gimnasio ni polideportivo. Pero hay una gran extensión de jardín que para mí, es más que suficiente.

Luego sonríe de medio lado, con prepotencia...

Y yo... nunca necesito ayuda.

Busca en su cuello una fina cadena plateada, la saca y abre el medallon que cuelga de ella. Después de darle un vistazo, lo cierra y vuelve a esconderlo entre su ropa para volver a levantar la mirada hacia ti.

Tienes una hora para estar en tu cuarto. Más vale que no te vea rondando por aquí después de las 12. Buenas noches.

Sin más, empieza a andar hacia el internado.

Soy fan de otro tipo de superficies... - señalo los patines - ¿no sabrás si hay algun sitio así verdad? - tras escuchar la respuesta que me de sobre esto digo - si alguna vez necesitas ayuda, sólo dilo...

Miro el medallón y luego escucho su advertencia sin inmutarme. - Por cierto, ¿qué sucede si nos retrasamos? dicen que desconocer la reglamentación no te exime de la culpa... asi que mejor saberlo.

Jane se da media vuelta... su cabello negro ondea al viento mientras lo hace... y clava su mirada en tí.

Tendrás que conformarte con lo que ves. Levanta los brazos abarcando en un gesto todo lo que hay alrededor. Luego sonríe de medio lado de nuevo tras la segunda pregunta de Shane.

Cualquier miembro del personal del colegio o mi compañero y yo, los guardianes, tenemos derecho a castigaros si os vemos fuera de vuestras habitaciones después de las 12 de la noche... a no ser que estéis en la biblioteca estudiando para algún examen.

Se encoge de hombros, divertida, y vuelve a empezar a caminar.

Veremos lo que se puede hacer con tan poca cosa... - meneo los hombros deprimido.

Observo como se aleja de mí, y cuando mira de nuevo en mi dirección para informarme, descaradamente la miro de nuevo de arriba a abajo, deteniendome en las atractivas curvas de la chica - quizás merezca la pena que me castigues... hasta más tarde entonces.

me despido y me alejo rodando lentamente, sin esperar contestación.

Oyes como Jane ríe por lo bajo sin detenerse. Se dirige hacia la puerta del edificio principal, aunque no puedes ver si llega allí o no.

Una chica que parece de un curso superior al tuyo, camina por el camino más cercano al árbol al que te has subido. Lleva puesto un chandal blanco de deporte y una toalla igualmente blanca en sus hombros, que sujeta con ambas manos.

Su pelo, largo y moreno, aún algo húmedo de sudor, al igual que el resto de su cara, ondea detrás de ella.

Su paso es firme, aunque se detiene en el mismo camino, dándose la vuelta y mirandote directamente. Sabe perfectamente donde estás... es más... te da la sensación de que ya lo sabía antes de girarse.

¡Eh! ¡Tú! Se dirije a ti, con tono de voz frío y distante... a conjunto con su mirada, que te escruta sin reservas. Tienes una hora para volver a tu cuarto.

Parece que espera una contestación, pero está dispuesta a irse en cuanto se la des.