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Venatrix

ACTO IV: EL LABERINTO DEL MINOTAURO

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01/08/2012, 00:11
Crispia

Por su parte, Crispia ni se inmuta cuando sacas el cuchillo. Os mira a ti y a Lucetia muy seria, con esa expresión suya tan peculiar que recuerda a un depredador. Abre la boca para decir algo...

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01/08/2012, 00:11
Iniciador

...Pero no llegas a oírlo, pues tu mente se ve sacudida repentinamente por un molesto latigazo que te alerta de que algo va mal. Al instante, te giras hacia la entrada de la caverna, lugar de donde intuyes que proviene el peligro. Solo te da tiempo a ver una silueta armada con un arco, del cual en este mismo instante va a salir disparada una flecha hacia donde os encontráis.

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01/08/2012, 23:04
Quinto Casio Dánico

Más rápido que una flecha, resuena en mi cabeza. ¿Qué es más rápido que una flecha sino el pensamiento? Ojalá mi cuerpo lo fuese porque, al tiempo en que me doy la vuelta para tirar a Lucetia al suelo y que quede fuera del alcance del arma, una sucesión infinita de recuerdos, temores y sensaciones cruzan ante mis ojos. La perspectiva de morir se manifiesta de repente  tan sólida como la roca, acompañada de pánico y temor. Y ese temor, no nace tanto del peligro que yo corro como de la posibilidad de que la corta vida de mi hija acabe en ese mismo instante. Con todas las cosas que uno puede vivir... y las pocas que habrá visto ella.

En ese instante en el que cruzo la mirada con sus ojos oscuros se me ocurren mil cosas que contarle, historias que me gustaría que supiera, momentos que desearía poder recordar con Flavia... Pero sólo soy capaz de soltar la daga y alzar la mano hacia su hombro con una expresión de terror impresa en el rostro.

"¡Al suelo!" grito.

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02/08/2012, 01:13
Lucetia / Titiana

Tu rápida reacción pilla totalmente por sorpresa a Lucetia, que aún le daba vueltas al hecho de que te hubieras referido a ella como tu hija; caes con ella al duro suelo justo cuando la flecha atraviesa el espacio que ella ocupaba, rebotando en la pared de roca; ese flechazo la habría matado.

Preocupado por el bienestar de la niña, enseguida intentas incorporarte para cubrirla y preguntarle si se ha hecho daño, pero cuando vas a hacerlo, su rostro lívido por el terror te obliga a mirar atrás, hacia donde ella dirige la vista como si estuviera observando a la mismísima Parca.

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02/08/2012, 01:14
Dómina

Entonces miras al lugar de donde provino el disparo, y observas que la silueta da un paso adelante y se deja ver. Es una mujer, desconocida para ti, armada con un arco y un carcaj a la espalda. Pero no es una mujer corriente: es la más grande que has visto en tu vida; debes llegarle más o menos a la altura de los hombros. ¿Acaso es una amazona que se ha escapado de la Ilíada de Homero?

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02/08/2012, 01:16
Iniciador

De pronto, la visión se te nubla y te trasladas a las cercanías de tu casa. Estás corriendo desesperadamente; notas tu propio jadeo, tu corazón acelerado, tus fuertes pulsaciones en la garganta. Junto a ti corre Lucetia. Llegas a la puerta.

"¡Rápido, rodea la casa, ve a la parte trasera, y aléjate si la oyes acercarse!" le ordenas, pero ella se queda clavada en el sitio, mirándote con ansiedad. "¡Haz lo que te digo!"

Te obedece, y entonces tú te acercas corriendo al portero.

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02/08/2012, 01:19
Portero

"Señora, ¿qué te ocurre?" inquiere este; reconoces en él a tu criado, al que hace poco encontraste muerto.

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02/08/2012, 01:20
Iniciador

"¡Llama a tu amo, rápido!" gritas.

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02/08/2012, 01:22
Portero

"El amo no está, se acaba de..."

Sin dejarle terminar, le das un empujón y accedes al interior.

"¡Pero, señora...!" le oyes protestar, pero no haces caso y te diriges al peristilo a toda prisa. Ahora tu única preocupación es despistar a la venatrix*, desviar su atención para que no encuentre a tu hija; tu vida no te importa lo más mínimo.

Notas de juego

Venatrix significa "cazadora", pero intuyes que Flavia utiliza esa denominación para referirse a algo relacionado con su culto, y no a una cazadora normal y corriente.

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02/08/2012, 01:24
Hýlax

Un chico sale a tu encuentro e intenta detenerte.

"¡Me persiguen! ¡Por favor!" le suplicas. Entonces, el portero da un alarido de dolor.

El chico te deja en paz y se dirige a la puerta.

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02/08/2012, 01:25
Criada

Aprovechas y llegas al peristilo, donde las esclavas, que estaban hilando, se han levantado para ver qué ocurre. Oyes más gritos que provienen de la puerta.

"Señora, ¿qué...?" interviene una de las criadas.

"¡Rápido, escondeos! ¡Os matará!" les adviertes.

Todas te miran aterradas, pero la que te ha hablado corre hacia la entrada del peristilo con el cuchillo que usa para cortar el hilo.

"¡No lo hagas!" le gritas. "¡Te matará!"

Pero ella está decidida a defenderos, y aguarda en la puerta, observando la masacre que está teniendo lugar en el atrio, donde se siguen sucediendo los gritos provocados por los mortales ataques de tu perseguidora, que avanza implacable como una Furia vengadora*. La criada comienza a temblar, tanto que parece que el cuchillo se le vaya a caer de un momento a otro.

La enorme mujer aparece en el umbral, mirando con desprecio a la criada como si fuera una diosa todopoderosa que se ríe de los mortales desde el Olimpo. Observando a su alrededor, localiza a las demás mujeres y, con una pasmosa tranquilidad y sangre fría, agarra su arco y dispone en él una flecha ante la aterrorizada criada, dando muerte, una por una, a las demás.

La criada del cuchillo encuentra la fuerza para actuar y esta aflora desde el más recóndito lugar de su miedo para lanzar un puyazo a la asesina, pero esta aferra su muñeca con la izquierda, suelta el arco, echa mano de una de sus flechas y comienza a apuñalarla con ella hasta dejarla en el suelo, ensangrentada y moribunda.

Notas de juego

Las Furias eran tres diosas vengadoras, personificaciones de la ira, que acudían para castigar los crímenes. Son más antiguas que los propios dioses olímpicos, de manera que ni siquiera se someten a la soberanía de Júpiter. Viven en el Infierno.

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02/08/2012, 01:31
Dómina

Sales de tu escondite con resignación. Sabes que tu vida acabará aquí, pero al menos esperas aguantar lo suficiente como para ofrecer a tu hija la oportunidad de escapar.

"¿La ratoncita se ha cansado de huir?" se burla la mujer, mientras recoge su arco y baja los escalones que la separan del peristilo, mirando a ambos lados en busca de Titiana.

"Busca, perra" le dices, con odio. "A ver si la encuentras."

"No me será muy difícil" dice, tocándose las venas de su brazo con dos dedos, indicándote claramente que tiene los medios para seguirle el rastro. "Pero primero me encargaré de ti."

Aterrada ante la idea de que tu hija quede desamparada y a merced de esta asesina, sacas un puñal de tus ropas y te lanzas hacia ella; pero te esquiva fácilmente y, al hacerlo, te clava uno que ella también tenía oculto. Te llevas la mano a la herida y, al separarla, la ves manchada de sangre. El dolor aparece ahora con intensidad; sin embargo, aún tienes fuerzas para defenderte. Te plantas frente a una fuente y esperas a que se te acerque, mientras concentras en ti toda la fuerza de la heimarmene* que mana del lugar, que te permita acabar con todo de un solo golpe. Ella se da cuenta y corre hacia ti; cuando la tienes ya a tu lado, sueltas el brazo y la punta del puñal roza el suyo, pero no es suficiente: recibes una rápida sucesión de puñaladas que penetran como innumerables picaduras de escorpión, y con la última caes al suelo con apenas un hilo de vida. Cierras los ojos, con la esperanza de poder engañarla y hacerla creer que has muerto, y entonces tu cuerpo cae fláccido y oyes cómo la mujer se aleja. Estás a las puertas de la muerte, pero aún no puedes morir... no, debes hacer un último esfuerzo, permanecer con vida hasta que Casio regrese. Él la protegerá... tú le darás lo necesario con tu último aliento. Descansa, reserva la poca energía vital que te queda, pero no te vayas aún. Tu hija debe vivir.

Notas de juego

Heimarmene es una palabra griega que significa "suerte" o "destino". Flavia la utiliza para referirse a una misteriosa fuerza que mana en el ambiente, la cual sabe reunir para utilizarla a su favor, aumentando sus posibilidades de éxito en cualquier empresa.

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02/08/2012, 01:32
Dómina

La visión termina en este punto, y de vuelta a la caverna, vuelves a contemplar a esa mujer, esa cazadora que pretende quitarte lo que más quieres, aún inmóvil en la penumbra.

"Las dóminas tenemos un asunto pendiente con esa fugitiva" os explica. "Quitaros de en medio y respetaré vuestra vida."

Ahora comprendes que esta mujer es tu Minotauro.

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02/08/2012, 01:33
Crispia

Pero antes de que puedas hacer ni decir nada, Crispia, a la que casi habías olvidado, se adelanta y le corta el paso a la arquera.

"Soy Crispia, satora* y teúrga del culto a Ceres" se presenta. "Estos son los jardines creados por mi antepasado, Cayo Salustio Crispo, y por tanto, a los ojos de la diosa son mi territorio. Y no voy a permitir que nadie cometa un asesinato en él, ni siquiera en nombre del Pacto. Así que ya te estás largando de aquí."

A pesar de la corta estatura de Crispia, notas cómo su espíritu se engrandece ante vuestra enorme rival, que la mira divertida, arco en mano, mostrándose tan segura de sí misma como cuando se enfrentó a Flavia en tu visión.

Notas de juego

Satora significa "sembradora". El nombre denota la adhesión al culto de Ceres.

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02/08/2012, 01:37
Lucetia / Titiana

"La matará..." oyes la voz trémula de tu hija, que permanece detrás de ti, atemorizada ante la mera visión de la mujer que ha venido a cazarla.

Y no son vanas sus palabras. Alguien que ha acabado con la vida de todos los criados de una casa, hombres y mujeres, ella sola y sin ni siquiera despeinarse, es un verdadero monstruo capaz de achantar a cualquiera, y además su aspecto contribuye decisivamente a considerarla como tal. Pero Crispia también es muy especial, y su sorprendente reacción, decantándose por defenderos, tal vez os ofrezca una oportunidad de sobrevivir a la terrible venatrix.

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07/08/2012, 01:39
Quinto Casio Dánico

Alzo la mirada; mi Minotauro. No me cabe duda alguna tras haber mirado de nuevo a través de los ojos de Flavia Maior. Ella ha de ser la víctima de mi espada o yo la de sus flechas, y no habrá otro resultado posible. En cualquier caso, sólo espero que sirva para salvar a mi hija, ya que la cazadora ya me ha quitado todo lo demás. Se me remueven las entrañas al recordar el terror en los ojos de mis esclavos, de Hýlax y Sira cayendo sin vida ante mí. Deseé protegerlos en vez de seguir los impulsos de Flavia por huir, y casi me abate la rabia al creer por unos segundos que podría haber cambiado el destino. Pero sé que no es posible, y verles de nuevo con vida ha sido más una tortura que un alivio. Ellos, que tan fielmente me sirvieron y que siempre fueron lo más cercano a una familia, me han sido arrebatados por esa imponente mujer. Una mujer que debe morir.

Todo mi cuerpo vibra con el fragor de la inminente batalla. Una pequeña en número, pero grande en espíritu. Me vuelvo hacia Lucetia mientras la voz de Crispia resuena de forma imponente en el lugar, declarando esas tierras como suyas.

“Déjame el pasado, por favor. Puede que sea la última oportunidad” suplico clavando mis ojos en ella un instante, con voz autoritaria y firme. Extiendo la mano y giro la cabeza hacia atrás buscando la daga mientras espero recibir el pasador.

En mi sueño el minotauro se presentaba ante mí fiero y bravo tras haberme arrebatado a mi hermano. Entonces tenía dos manos, un arma en condiciones y ganas de vivir. Ahora sólo tengo una mano, una daga y dos buenas razones por las que luchar. Mi vida y la de Lucetia. ¿Suficiente? Tal vez no, pues la guerra no se gana con fuerza de voluntad.

“En cuanto tengas la oportunidad, huye” ordeno. Y me vuelvo en busca de la daga, dispuesto a encarar mi destino.

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07/08/2012, 13:48
Lucetia / Titiana

En la mirada de Lucetia se ve que empieza a confiar en el hombre que trata de salvarla; son tus hechos, y no tus palabras, los que le están demostrando que te importa su seguridad. Por eso, cuando le pides el pasador, y después de decirle que huya en cuanto pueda, algo cambia en ella; de pronto, parece más madura, y te recuerda a su madre.

"Te daré algo mucho mejor" te dice, y entonces extiende las manos hacia ti y comienza a rezar unas plegarias en un idioma extraño, tal y como hizo Flavia durante su enfrentamiento con la venatrix; gracias a tu visión sabes lo que Lucetia intenta hacer: quiere retorcer las hebras del destino, concentrar en ti la benévola mirada de la diosa Fortuna para que dirija tu ataque a un lugar certero. No notas nada especial en ti, pero sabes que gracias a esas extrañas plegarias, Flavia casi consiguió herir a su adversaria. ¿Será suficiente contra tamaña bestia?

- Tiradas (3)

Notas de juego

El efecto de las plegarias de Lucetia te darán puntos extras en la próxima tirada que vayas a hacer.

¡Madre de Dios, qué tiradón he sacado! Cuando sacas capicúa hay que repetir la tirada, por eso he hecho tres tiradas en total: 46, más 11 de su habilidad hacen 57. Esto, traducido a los puntos que te dará, son 10. ¡Qué barbaridad! Y todavía le queda otra tirada más...

No escribas todavía, que antes tenemos que ver lo que pasa con Crispia y la venatrix.

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07/08/2012, 14:53
Iniciador

Mientras tanto, Crispia continúa frente a la asesina, que no parece achantarse por sus palabras, sino todo lo contrario: le divierte la idea de que esa enana que tiene enfrente la desafíe. Ambas permanecen en tensión, listas para saltar en cualquer momento.

De repente, tan veloces como un rayo, las dos actúan al mismo tiempo: la venatrix coloca una flecha en el arco con una velocidad pasmosa, pero más sorprendente aún es lo que hace Crispia, que se lanza hacia su rival con rapidez sobrehumana, corriendo a cuatro patas como si fuera un lobo. Sin embargo, una flecha vuela hacia ella antes de que haya recorrido la mitad de la distancia que la separa de la arquera; pero Crispia desvía su recorrido justo en ese momento y la flecha queda fija en el suelo. Justo después, Crispia da un gran salto y se lleva por delante el arco, quitándoselo a la venatrix de las manos con su boca, y en cuanto toca el suelo, lejos del alcance de la mujer, lo coge con las manos y lo quiebra.

La venatrix, sorprendida y enfurecida al mismo tiempo, saca una daga de sus ropas y se da la vuelta para volver a encarar a Crispia.

- Tiradas (8)

Notas de juego

¡Tu turno!

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08/08/2012, 17:50
Quinto Casio Dánico

Cuando Lucetia alza sus manos hacia mí dudo, pero decido confiar en ella del mismo modo que está haciendo conmigo. Toda ayuda es buena y necesaria en la difícil situación que nos encontramos, y al comprender lo que pretende, todavía temeroso de esas artes que no conozco y me cuesta concebir, la fuerza se redobla en mi espíritu. Pensándolo detenidamente es como hacer trampas, pero saber que han mandado a esa venatrix a por una niña casi indefensa anula totalmente ese sentimiento.

"Gracias" logro murmurar, aunque no sé si ha llegado a escucharlo por encima del barullo que están armando en la batalla. En un gesto impulsivo, alzo los dedos para rozar su mejilla. "Vete en cuanto puedas. Yo la detendré"

Y todavía con la frase pendiendo de mi boca me vuelvo hacia Crispia y la cazadora, que parece sorprendida (tanto como yo) ante la rapidez y fiereza de la mujer-perro. Después de todo parece ser mucho más útil y hábil de lo que en un primer momento parecía. Sujeto la daga con fuerza y avanzo con grandes zancadas para encararla. Por un momento pienso que no está bien atacar a una mujer, pero cuando casi me hallo a su altura y contemplo su porte regia y descomunal dejo de sentir lástima y una furia antes desconocida por mí aflora con un grito agresivo.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Quiero centrarme ahora en ser más rápido que ella.

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08/08/2012, 20:32
Lucetia / Titiana

Lucetia continúa concentrada, tanto que incluso dudas que haya sentido tu contacto y oído tus palabras; pero sabes que es una muchacha muy lista y sabrá escabullirse a la menor oportunidad.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada: 2 (Corpus R.) + 2 (Fortuna) + 6 (Inteligencia) + 1 (Preces) + 3 (2d10) contra dif. 10 = 14 (1 éxito)

Este éxito se suma a los 10 que consiguió en la tirada anterior, lo cual te dará +11 al ataque.