Partida Rol por web

Me sentiría mal si ahora le dijera no al tomar algo... Después de lo que ha hecho... Pero tengo prisa...
Está bien... ¿Dónde ayer?
Espero que todo esto sea rápido.

No. Comentó efusiva.

Hay otro sitio que me gustaría ir, ponen unos perritos calientes muy buenos y bastantes baratos. ¿Te apetece?

Asiento con la cabeza.
Te sigo entonces. Respondo sonriendo.

Vamos!

El lugar no estaba lejos, por suerte para Bell. Era simplemente doblar el bloque de edificios contiguo al de Liz y pasar por una calleja rodeada de un jardin pequeño y allí estaba, en la esquina del siguiente edificio.

Un lugar acogedor, un bar bastante clasico de Heimburg, con un salón interior que permanecía con las luces apagadas y sólo cuatro mesas delante de la barra, donde detrás de ella se encontraba la plancha y demás utencilios para hacer los bocadillos y perritos, todo a la vista del cliente.

Aqui es! ¿Que te apetece? Yo me voy a pedir un perrito doble, hay desde de una salchicha hasta con cuatro.

Pregunto antes de sentarse en una de las mesas vacías, había sólo dos ocupadas, con sendas parejas de jovencitos, degustando algún que otro bocadillo de aquel hombre cuarenton y simpatico que estaba detrás de la barra.

Yo igual que tú, uno doble...
Miro a los ojos de Liz.
¿Podrías dejarme ver esa carpeta mientras pides los perritos... ¿Por favor?

Si, claro

Y le dejo la carpeta sobre la mesa mientras fue a pedir los dos perritos.

¿Algo de beber?

Se giro para preguntarle.

Cola, por favor.
Dicho esto, y mientras espero que la sirvan, tomo la carpeta, la abro, y miro por encima todo lo que se encuentra allí dentro.

En los papeles que componen varios folios,se puede encontrar, con un vistazo por encima, la fecha de nacimiento, algo sobre los padres y hermanos, un hisotorial sobre los delitos cometidos y su perfil psicologico.

Bien!

Liz pide los perritos y las dos bebidas y las acerca a la mesa y se sienta, mientras observa a Bell mirar los papeles que le ha entregado.

Sin decir nada, pone el refresco de Bell a su lado y abre el suyo para pegarle un sorbo.

Desde el aeropuerto, tenemos acceso a información que podríamos catalogar como confidencial, pero ya sabe, los aeropuertos son sitios peligrosos y propensos a ser objetivos de atentados terroristas y acciones paramilitares, por lo que tenemos que estar alerta sobre cualquier cosa.

¿Entonces hay más información? Pregunto sobre aquello que ella dice ser confidencial.
Ese hombre utiliza un nombre falso, pero estoy seguro que lo ha utilizado ya varias veces, por lo que los últimos movimientos, podrían ser suyos. Le digo sonriendo.
¿Cuánto te debo por la información? Le pregunto por si necesitara algo que pudiera ofrecerle.

No, no hay más información que la que tienes delante, es a lo único que tenemos acceso desde el aeropuerto.

El camarero llamó a Liz para darle los perritos, que ya los había hecho. Ella se levanto de la mesa y los recogio. Seguidamente le dio uno a Bell y comenzó a comer el suyo.

Al final pica mucho, pero están muy buenos. Comentó referiendose a los perritos.

En cuanto escucho la pregunta si necesitaba algo, no pudo reprimir una sonrisa.

Nada, no te preocupes, espero que te haya ayudado lo suficiente.

Si todo esto sale bien, te prometo en cuanto termine mi faena, llevarte de viaje al lugar que tú decidas. Digo sonriendo.
No puedo evitar tener curiosidad por leer lo que hay.
¿Te importa que lo lea?... Me gustaría poderte llevar al lugar donde me alojo... Pero no me gustaría involucrarte más de lo que estás...

No te preocupes, se que el trabajo es lo primero, además, mañana como bien sabes trabajo en el espaciopuerto y madrugo, asi que tampoco me gustaría recogerme tarde. Cuando terminemos los perritos, me dejas en mi casa y podrás descansar y leer lo que te he traido.

Comenta mientras va casi terminando el perrito.

Asiento con la cabeza y le doy un mordisco al perrito.
No me gustaría perderte... Pero es posible que tenga mucha faena a partir de ahora... Mintiendo para hacerla sentir mejor...
Nunca se sabe si necesitaré más ayuda por su parte.

Liz enarcó las cejas.

¿Como? ¿No te viene bien que nos veamos mañana?

No entendía lo que quería decir Bell, o simplemente no quería entenderlo, o quería más explicaciones.

Acaricio la cara de Liz.
Has de comprender que tengo mucho trabajo...
Digo lamentándome mientras no dejo de acariciar la cara de Liz.
Entonces le doy un pequeño beso en los labios.
Prometo, que cuando todo esto termine, volveré a por ti... Tendremos todo el tiempo del mundo para vivir... Tú y yo, solos...

Era una paranoia para ella. Ella simplemente le había ayudado porque le caía simpatica, tambien es verdad que hacía tiempo que no estaba con un hombre, y aquello estaba a punto de recuperar la virginidad, pero tampoco quería ir muy rápido, parecía un buen chico, pero ahora que le entregaba los papeles, ya no quería saber nada más de ella.

Los tios eran todos iguales, pero aquel... aquel tio no se había acostado con ella, ni tan siquiera había insinuado algo. No sabía nada, estaba realmente confundida y aquel beso la dejó aún más perpleja.

Está bien. Mañana quedaré con mis amigas, tengo ganas de verlas. ¿Que tal si quedamos pasado mañana?

Tenía que insistir.

Asiento con la cabeza.
¿Pasado mañana quieres que te pique a tu casa y damos una vuelta?
Ahora me va a tocar ser niñera de esta cría...

Liz esbozó una sonrisa.

Estaría bien, la vedad. Si puedes...

Genial entonces.
Digo mientras termino de comerme el perrito.
Tenemos que llevar todo esto en secreto... No quiero que te suceda nada; y sobretodo, nadie debe de saber que me estás dando esta información... Sería peligroso para los dos.