Partida Rol por web

Tras varios dias disfrutando del viaje, el cual se desarrolla sin ningún percanse, el destino de Bell aparece en la frontera y poco después, la nave aterriza en el Espaciopuerto de Heimburg. Es hora de desembarcar.

Salgo de la nave, con todo mi equipo, esperando a que alguien me recogiera... Después de todo, una vez allí, no tenía ninguna pista,... Por tener no tenía ni apartamento...

Al recoger el equipo, junto a su maleta iva una carpeta de tela verde, bastante llamativa y con una correa, cerrada. En su interior, encontro, un par de llaves y una nota.

Cita:

Busco con la mirada aquel coche al que hacía mención la carta, ya que como dice, me lo encontraría de frente.

Soprendentemente el coche que se encuentra es un último modelo de la fábrica Farm Static Flickr de Bauhaus, una de las marcas de coches más potentes del mercado.

Sin mostrar sorpresa, me voy acercando al coche con tal de abrirlo y situarme dentro.
Una vez dentro, investigo todo el equipo con el que va integrado el coche.
Investigar si tiene navegador GPS, ordenador, ...

Una vez dentro, ajusto el asiento, y me siento cómodo mientras indico al ordenador de abordo las coordenadas del hotel donde deberé hospedarme.

Tras más de hora y cuarto debido al espeso trafico en algunas zonas de la ciudad, Bell llega a la entrada del hotel, uno de los hoteles más lujosos de Heimburg.

Asombrado por el tamaño del hotel, procedo a entrar y buscar la recepción.

El hotel por dentro es casi más impresionante que por fuera, la entrada es enorme y la recepción se encuentra en el lado izquierdo, donde una mujer joven pero no muy agraciada, está detrás de la mesa de recepción. Un gran gato negro adorna la pared.

Al ver llegar a bell, ella saluda amablemente, con una sonrisa propia de gente de su trabajo.

Buenas.

Buenas...Saludo dejando una pausa esperando a que ella respondiera con su nombre.
¿No tendrá una habitación a nombre de Dick Any?

La señorita asiente con la cabeza, el nombre se le puede ver en la etiquita que lleva puesta sobre su pecho derecho, donde se puede apreciar que se llama Sofia. Inmediatamente, después de escuchar el nombre de su cliente, se dispone a teclear en el ordenador. Tras un par de segundos solamente, y sin dejar de sonreir, la señorita confirma su residencia en el Hotel.

Tiene usted una estandia indefinida, Señor Dick.

Se da la vuelta, busca la tarjeta de la habitación y la deja caer sobre la mesa, junto con un sobre de tamañano A-4 que contiene algunos folios.

Aqui tiene su tarjeta. Espero que su estancia en el Hotel Flickr sea de su agrado.

Bueno...Dejando una pausa hasta nombrar su nombre... Sofía... digo inclinándome en el mostrador mirando su etiqueta.
No podríamos... Quedar, para que me enseñara este lugar... Ya sabe, una guia que me muestre donde hay que ir a comer, los horarios... ¿Hay fiesta los viernes noche? Termino diciendo esto cogiendo las llaves.
En caso de no haber fiesta por las noches; no comparto habitación. Digo lanzando una sonrisa y mostrando las llaves.

Sofia sonrie ante el atrevimiento de aquel hombre que se hacía llamar Bell. No era el primero que toreaba, ni sería el último, pero su trabajo le exigía mantener la compostura y en la medida de lo posiblem satisfacer a los invitados, siempre y cuando no fuera de su desagrado. Y Bell no era de su total agrado.

Es facil, señor Bell, en el sobre extendió la mano hasta señalar el sobre que había puesto sobre le mostrador y que había dejado caer la tarjeta de la habitación que le hemos dado, le facilitamos un mapa del hotel, asi como las distintas zonas de interes y un folleto con los acontecimientos festivos-lucrativos que se darán durante este mes, para que este usted totalmente informado.

De todas formas, en nuestra cafetería puede recoger folletos de las actividades, asi como en nuestra biblioteca, teatro, cine y cualquier dependencia de nuestro Hotel.

Y si necesita alguna pregunta, puede llegarse a recepción, le seremos atendido como se debe.

Y sencillamente paso de responder a la sutileza de Bell de pasar una noche en su habitación, simplemente, esperaba que el hombre desistiera en su intento.

Bueno, quizá otro día... Digo en voz baja.
Entonces cojo el sobre y lo abro para saber donde se encontraba mi habitación; la A-4...
Adios. Digo despidiéndome de Sofía mientras voy acercándome a las escaleras.

El mapa es del tamaño de un folleto, y se puede ver perfectamente la distribución del hotel con todas las cosas que había informado tan simpaticamente la señorita de recepción. Una vez en las escaleras, Bell se dispuso a subir, miro su tarjeta y miró el número de la habitación, marcaba la 425, justo en la planta cuarta del hotel.

Seguí subiendo las escaleras... Quizá en otra ocasión cogería el ascensor; pero hoy me sentía con fuerzas.
Al llegar a la cuarta planta me salí del bucle de escaleras para cruzar el pasillo en dirección a mi habitación.
Abrí la puerta...

Nada más abrir la habitación, todo está oscuro, Bell sacó la tarjeta de la ranura y la introducto dentro de la habitación, en la otra ranura, e inmedatamente, la habitación reconoció la tarjeta y las luces se encendieron. Estaba en una especie de entradita bastante pequeña con una puerta abierta que daba a un salon bastante hermoso, con un par de muebles de adorno y un sillón en la izquierda. Un gran ventanal daba luz suficiente a la habitación.

Una puerta en la pared izquierda daba a la habitación, que contenía una cama de matrimonio enorme, y un pasillo a la izquierda que daba a un armario bastante grande y un cuarto de baño con una bañera de hidromasage, bastante imponente.

El dormiterio tenía el frente semicircular, con otro gran ventanal que daba unas vistas envidiables de Heimburg.

Debería de encontrar la forma de encontrar con aquel tipo... Supongo que en el hotel tendrán una sala de ordenadores.
Dejo toda mi maleta en el suelo, sin recoger, y me tumbo en la cama mientras abro el panfleto que me dio Sofía en busca de una sala de ordenadores.