Partida Rol por web

-Si claro ... nos vemos mañana ... le dije a Melba antes de que el Profesor irrumpiera en la conversación ...

-No gracias profesor ... bueno si ... dije rectificando a tiempo ...

-Antes de partir me gustaría revisar todo el equipamiento de la expedición ... ya sabe ... que no se cuele nada extraño ... ¿sabe cuando lo van a cargar al barco? ... Y bueno ya que estamos puestos quizás podríamos ir a cenar juntos para conocernos un poco mas entre todos ... ¿que os parece? digo en global pero sobretodo centrando mi mirada en Melba ...

Gordon se levantó de su asiento y con las manos en los bolsillos paso al lado del médico, donde casi por pocos minímetros no lo empuja con su hombro.

Eso es una tontería. Yo me largo. Nos veremos a la hora de partir.

Y se giró hacia Ryam.

Ni se te ocurra andurrear sobre mis pertenencias.

Y se giró, dispuesto a avandonar el lugar.

El Dr. Dennis parecía también interesado por nuestra conversación pero yo no podía dar detalles, no sabía de qué se trataba y no quería ser tan indiscreta.

No sé si podré ir a cenar con ustedes, quizás sea mejor vernos mañana, ¿les parece? - digo preguntando a todos, aunque  Gordon estaba preparado para irse sin seguir con nuestra pequeña charla culinaria. Miro a James ya que fue él el que propuso lo de la cena:

Lo siento - le digo mientras avanzo hacia la puerta detrás de Gordon.

El Doctor miró aún más asombrado que antes a Ryam por la forma en que se despedía Melba.

No hagais caso a Gordon, es un buen tipo, pero algo estúpido. Con respecto a la cena, a mi no me viene mal del todo, por lo que podríamos asistir.

Evidentemente hablaba en plurar, ya que Miguel le acompañaría. En cuando al otro joven no había abierto la boca para nada, aunque se había dado la vuelta en su asiento para ver la escena.

-Bien pues entonces ... a las nueve en ... diga un sitio profesor ... usted debe conocer la zona mejor ... le dije mientras me giré hacía los dos que parecían irse ...

-Tranquilo Gordon no me refería a revisar tus calzoncillos ... y Melba ... si puedes asistir ya sabes ... sino .. nos vemos mañana sin problema ... ¿les parece bien a las cuatro de la tarde a la puerta de la Universidad?

Gordon levanto el dedo indice y su brazo lo extendió hacia atrás, si mirar.

Que te den.

Contesto, y salió de la sala.

Pues...

El doctor arrugo su rostro pensando.

Conozco un sitio que creo recordar que es el que más platos variados de Heimburg posee su carta. Incluso podría aventurarme que de toda Venus. Su comida es muy buena y no es excesivamente caro. Allí podremos hablar tranquilamente y conocernos. La verdad es que es buena idea que cenemos antes de partir, asi intimidaremos un poco. Aunque sea nosotros cuatro.

Y con una mirada miró al encargado de dirigir la canoa y que todavía no se había pronunciado. Era un hombre que hablaba muy poco y eso lo sabía el doctor, de ahí que no le increpaba mucho cuando estaba con élf.

Verdad, Stuart Devlin. ¿Vendrás?

Stuart asintió con la cabeza y se levantó, poniendose a la altura de los dos hombres que estaban conversando y que le habían llamado la atención. Cuando estubo allí, metió sus manos en sus bolsillos traseros y se quedó callado, mirandolos con los ojos muy abiertos.

Que borde es este tío, tendrá que ser más amable para que me haga pensar que es una buena persona...el gesto de Gordon no era del todo insultante pero su forma de hablar dejaba mucho que desear.

Mañana a las cuatro sí que de momento me venía bién, y si podría ir a la cena, cosa que me hubiese gusado mucho, aparecería de imprevisto allí. Tenía cosas pendientes como para comprometerme hoy a otra hora.

- De acuerdo James - tenía mi maleta agarrada de la mano y me dispuse a arrastrarla hacia la salida - hasta mañana a las 4 - les digo a todos y salgo de la sala en dirección a la salida de la universidad.

-Bien ... pues entonces hasta mañana a las cuatro Melba ... le dije antes de que esta se fuera por la puerta de la sala de conferencias ...

Una vez se hubo ido todo el mundo y tan solo quedábamos los dispuestos a cenar le dije al Doctor ...

-Bien Doctor Franklin ... ¿nos vamos?

Franklin asintió con la cabeza.

Si, es mejor que nos vayamos, tengo cosas que preparar para el viaje, y si hemos quedado esta noche para cenar, será importante que las prepare sin más demora. Además, ya no tenemos nada que hacer aquí.

Ayudo a moverse a Miguel, no porque no pudiera levantarse, sino porque parece que no sabía que tenía que levantarse. En cuanto Miguel estubo de pie, los dos comenzarona alejarse de la sala y salir por la puerta que minutos antes había salido Melba.

Stuart Devlin vio como el Doctor se estaba llendo, asi que con un saludo de la mano y sin decir nada, salio de la sala detrás de él.

Nada más salir de la Universidad, ves un par de taxis que estan dejando a algún pasajero en la puerta, por lo que se están quedando vacíos, perfectos para ir al Hotel y poder descansar un poco.

Eh!! taxi!! - grito a lo que bajo las escaleras por si se va alguno de los que están allí, pero no, se estaban quedando libres varios asíq ue terminé de bajar la escalera algo más tranquila y luego me dirijo a un taxi:

- Buenas tardes - dejé mi maleta en el suelo a esperas de que me hablara - está libre ¿no?

Si, por supuesto. Acabo de dejar a mis pasajeros.

Sonrió, siempre atento a sus clientes y mostrandose simpatico.

Hacia donde quiere que le lleve, señorita

James se quedó solo en la sala y fué el último en abandonarla. Cuando salió al exterior, observó como Melba cogía un taxi, que aún estaba parado en las puertas de la Universidad, y como otro taxi, justo detrás del otro, estaba parado. Al parecer, acaba de dejar a unos pasajeros, y posiblemente, esté allí esperando a recoger a alguien, pues la Universidad, parece que es un buen negocio para los taxistas.

Gracias - sonrío al agradable taxista.

Traigo una maleta, quisiera ponerla en el maletero - digo esperando a que saliera del coche o me abriera el maletero para ponerla yo.

Voy a mi hotel.

El taxista, aún con el brazo puesto en la ventanilla abierta, se asomo un poco hacia la otra ventana, donde estaba de pie Melba, y vio que tenía una maleta enorme. De un salto y con cara de sentirlo mucho, salio del taxi y abrió el maletero.

Lo siento mucho, señorita, no me había dado cuenta. Ahora mismo le ayudo, dejeme a mi

Y aún más rápido que su salida del coche, fue en busca de la maleta para poder ponerla en el maletero.

Gracias, a mi me pesaba un poco al levantarla  - cierto o no, no tuve que poner yo la maleta.

Abrí la puerta del copiloto y me subí al taxi, esperando a que el taxista se sentara.

El taxista terminó de poner la maleta en el maletero y se fue corriendo, como si hubiera prisa hacia su asiento, el del conductor.

Bien, comentó mientras se abrochaba el cinturón de seguridad y quitaba el freno de mano. ¿A donde decías que estaba tu hotel?