Partida Rol por web

- En verdad tengo un poco de prisa y me gustaría almorzar algo. ¿Ya has almorzado? - miro mi reloj contando el tiempo.

-Pues no ... no he almorzado todavía ...

Se notaba que Melba tenía prisa ... seguramente era por la llamada que había recibido antes ...

-Entonces ... mmmmmm ... ¿vamos a almorzar algo? ... Podemos ir al Bar del Hotel ... está aquí mismo y no perderás demasiado tiempo ... una sonrisa acompañó mis palabras ...

Si, claro - esa era la idea que yo tenía en mente, ha quedado muy bién en dcírmelo - ¿Tú sabes dónde está?

De pronto me acordé que esa misma mañana James también me acompañó a la zona de reunión. ¿Casualidad?

-Me ha parecido verlo ayer cuando llegué al Hotel ... le dije mientras empecé a tomar el camino hacía el Bar del Hotel Heimburg ...

Hasta el momento no me había dado cuenta pero al mencionar el almuerzo mi estómago empezó a rugir ya que desde la mañana que no había tomado nada sólido ...

-La verdad es que se me ha abierto el apetito ... dije una vez llegados al Bar ...

Me dirigí hacía una de las mesas vacías que había y aparté la silla para que Melba se pudiera sentar cómodamente ...

Normal, mi estómago ya me está hablando desde hace un buen rato - me acaricio suavemente el estómago.

Sigo a James hasta el comedor, hasta encontrar una mesa:

Gracias - James me había apartado la silla para que me sentara - hay muy pocos que hacen esto hoy día, es agradable ver que gente como tú no pierde esas costubres caballerosas.

Sé que hoy en día daba igual, de echo, no creo recordad que me apartaran la silla para que me sentara en la vida. Si es que....guapo y muy detallista.

-Jajajajaja ... dije sonriendo tomando el asiento una vez Melba ya estaba sentada ...

-Tienes razón ... hoy en día se han perdido muchos valores de antaño ... espero que no sea el último de la especie ...

En ese instante el camarero nos vino con la carta del Hotel ... la cual abrí y empecé a leer con detalle ... pero por mas que leía no sabía que pedir ... por lo que opté por la opción mas fácil ...

-¿Que vas a tomar Melba? ... no porque decidirme ... ¿que me aconsejas?

En ese momento, los ojos atentos del Doomtrooper se fijaron en una mesa situada en el Restaurante. Eran cuatro hombres comiendo y charlando, pero su actitud delataban que no estaban tramando nada bueno, asdemás, tenían toda la pinta de militares, no por su ropa, sino por sus formas. De pronto, uno de ellos, el que parecía el mandamás de la mesa, se giró y miro en su dirección. Esa mirada... por un momento se cruzaron las miradas...

¿Y esos? pensé al ver como me miraban fijamente ... ¿Que traman?

Al notar la mirada del que parecía el jefe de los de la mesa se la mantuve y se la devolví sin ningún tipo de miedo ni duda ... no me iba a acobardar ... pero entonces recaí en Melba ...

La miré de reojo sin perder de vista la mesa de esos tipos ...

Mi rostro había cambiado por completo ... ya no denotaba la alegría que hacía unos instantes ... ni la sonrisa que le había mostrado al acompañarla con la silla ...

Mi rostro no estaba clavado en Melba ... sino en una mesa cerca nuestro ... pero desvié levemente la mirada hacía Melba y le dije en un tono serio y flojo para que nadie me oyera salvo ella ...

-Melba ... vete a tu habitación ... ahora mismo ... pero no vayas corriendo ... disimula y haz vez que vas al baño ... luego te veo ...

Mis ojos seguían sin mirar a Melba ... pero por el tono de voz de mis palabras quedaba bien claro que no iba a permitir ningún tipo de respuesta que no fuera una afirmación por su parte ...

Que agradable es estar con él... James parecía pasárselo bien conmigo y yo estaba contenta. de repente su rostro de enfrió y me dio señales claves de que tenía que salir del restaurante.

Pero... - digo sin más, levantándome de la mesa lo más disimuladamente posible y dirigiéndome hacia la salida del restaurante.

Vaya...¿qué le habrá pasado?me entró miedo al verle la cara, estaría ocurriendo algo malo del cual nome he dado cuenta...

No tanto por egoísmo, si no más bién por la incertidumbre de no saber a qué me enfrento prefirí irme del restaurante a mi habitación. Supongo que un policía se las sabía apañar bien.

Una vez me hube asegurado que Melba se había ido seguí con mi mirada fija en los cuatro tipos de la mesa ... pero ahora aparte de la mirada segura que les transmitía se notaba un pequeño ápice de tranquilidad ...

Me quedé esperando a su reacción dejando la carta encima de la mesa ...

El único de la mesa que al parecer había recabado en vuestra presencia. No le pasó desapersivido el hecho de que Melba abandonara el lugar.

Pero al parecer, prefirió seguir con la mirada a ella. Su mirada era la clásica mirada de un hombre que desea el cuerpo de una mujer para una noche. El hombre siguio en la mesa, bebiendo tranquilamente y alternando miradas a los compañeros mientras seguia en apariencia el culo en movimiento de Melba. Aunque de reojo intentaba observar al hombre que iva con ella.

Miraba su andar, su ropa, su actitud. Todo lo fue mirando con esmerado descaro y sublime disimulo.

Las intenciones del hombre de la mesa quedaron bastante claras al notar su mirada sobre el cuerpo de Melba al irse ...

Me lo quedé mirando ... para ver si había otras intenciones en esos hombres ...

El hombre se levantó de la mesa, tras hablar unas breves palabras con el grupo, que no consiguó escuchar Ryan. Seguidamente se dirigió hacia el baño, pasando por algunas mesas, sin levantar la mirada y sin mirarle. Otro hombre de la mesa se levantó como por un resorte, y parece, por sus gestos, que estaba preocupado, e increpó al que había abandonado la mesa. Un tercer hombre, se levantó también, y tras despedirse, colocarse bien la ropa y meter sus manos en los bolsillos, se dirigió fuera del Restaurante. El cuarto hombre, permanecía allí sentado.

Melba abandonó el restaurante, y se dirigió a coger el ascensor para su cuarte. Tenía una cita ahora con el hobmre que le quería dar un trabajo, pero aún no había comido. Todo se le estaba complicando.

Algo raro estaba sucediendo allí ... tres de los cuatro hombres se habían ido justo después que Melba lo hiciera ... y eso me preocupaba de sobremanera ...

Me levanté de la mesa sin mirar a la mesa que había a mi lado ... lo hice con gestos lentos y sin denotar ningún tipo de nerviosismo ... y seguidamente me dirigí hacía la salida del Bar ... con pasos lentos y prestando atención a cualquier movimiento extraño que se sucediera ...

Debía ir a buscar a Melba ... algo me decía que esos hombres iban tras ella ... y no podía permitirlo ...

Mientras se levantaba de la mesa, en la otra, donde cada vez quedaban menos hombres comiendo, el que aún no se había movido, se levantó, saludó al que permanecía junto a él, de pie, y se dirigió hacia fuera del Restaurante, detrás del otro hombre que ya se había perdido de la visión de Ryan. El primer hombre cerro las puertas del aseo detrás suya. Y el único hombre que estaba allí de pie en la mesa, se quedó  mirando a Ryan con los ojos fijos.