Partida Rol por web

I went down to the Crossroads, fell down on my knees,

I went down to the Crossroads, fell down on my knees,

Asked the Lord above for mercy, save me if you please.

Crossroads, Ry Coder.

Entraron en el túnel alumbrados por las linternas. Los que tenían un arma la prepararon. ¿Hacia donde iban? ¿Cuál era su destino final? Brandon avanzaba rápidamente por el amplio túnel de hormigón. A los pocos metros vieron que había una especie de corredores laterales de cemento, estrechos, pero su guía los ignoró avanzando por el medio del fétido río que les llegaba a los tobillos y parecía ganar altura. Estaba claro que avanzaban más rápido así aunque fuera más penoso para su ropa u orgullo.

La oscuridad reinante trajo recuerdos a algunos de ellos sobre recuerdos sucedidos en Londres. Todavía creían escuchar aquellas voces que les susurraban un destino incierto. ¿Cuánto era real? ¿Cuánto mentira? ¿Hacia donde iban? La sensación creciente de que eran meras piezas de un juego de ajedrez resultaba casi asfixiante.

- Si tenemos suerte - anunció su guía - estaremos en nuestro destino en menos de media hora... y quizás nuestros enemigos no nos encuentren antes. Si llegamos a nuestro destino podremos acogernos a sagrado.- dijo con un leve tono de sorna en su voz.

La sensación asfixiante la estaba volviendo loca. En realidad todo esto era ya una locura y podría perfectamente ser una invención de su cabeza chiflada, después de todo había tenido una vida muy difícil, una infancia atormentada y suficientes echos traumaticos en su vida para estar completamente chiflada.

Si, si... todo esto podría estar en mi imaginación. Pero entonces este maldito tufo no estaría atormentandome hasta los huesos.

Apreto su mano ligeramente sobre la de Garfield y tropezó, probablemente de forma intencionada para que este le ayudase un poco más durante un tramo.

- Me gustaría, señor Carvey- dijo jadeante la preciosidad anacarada mientras se desprendía de los brazos de Garfield - que compartiese con nostros su opinión al respecto de dos cuestiones... ¿Que posibilidades cree que tenemos de salir de aquí con vida de esto? ¿y que posibilidades tenemos de recuperar nuestras vidas como las conociamos?

Brandon continuó avanzando sin mirar a Robinette mientras contestaba:

- Sinceramente querida: no tengo ni idea ni curiosidad al respecto. Se me encomendó que los condujese sanos y salvos a un destino. Una vez lleguen a él...- se encogió de hombros. 

Sin embargo debió de compadecerse un punto por el tono de voz de Robin y se detuvo unos pasos después girándose hacia ella esta vez.

- Llegados a este punto su vida como la conocían ya no tiene sentido.- alumbró con la linterna las paredes del túnel - Esto podría ser un túnel de Nueva York o de Tunez. Pero ustedes han visto lo que había arriba ¿verdad? Y vieron a los Cazadores. ¿Creen que podrán regresar a su mundo, volver a mirar la oscuridad y pensar que los monstruos son invenciones del cine o la literatura?

Se giró de nuevo y continuó caminando:

- Una vez llegados a este punto la gente toma decisiones. Y no son pocos los que deciden quitarse la vida voluntariamente... aunque no se lo recomiendo. Según tengo entendido la muerte es sólo el principio.

Las recientes palabras de Carvey, no hicieron si no confirmar algo que Keith, al igual que muchos de sus compañeros, temía desde hacía algún tiempo: que su vida tal como podía recordarla había dejado de ser importante para ella. Sus experiencias, sus recuerdos, sus decisiones a lo largo de tantos años, la habían convertido en quien era, pero a pesar de ello no podía dejar de pensar en que no habían tenido ninguna trascendencia por tratarse de una... mentira.

Un mundo mucho más inquietante y con unos intrincados acontecimientos, había cobrado mucha más importancia y conexión con la realidad que lo que ella consideraba su pasado. Aquello fue demoledor para el espíritu de la anciana, pero una vez descubierto eso, si se podía considerar que su "falsa" vida carecía de importancia, la única alternativa con un mínimo de interés para ella era seguir hacia delante,continuar su andadura en el descubrimiento de alguna de las respuestas que desde siempre había anhelado conocer: ¿quién era en realidad?, ¿tenía su identidad alguna relevancia?, ¿cuál era el propósito de su existencia? el camino hacia ellas seguía la estela del misterioso guía...

Harlan seguía al grupo en silencio y prestando atención a las palabras de Carvey, pensando en todo lo que había sido su vida y en que había sobrevivido a todo lo que le había sucedido, como si hubiera estado un paso por delante siempre, pero la muerte le pisase los talones.

Deseaba fervientemente que la suerte, su suerte no le abandonase en estos momentos, cuando más la necesitaba. El caminar por aquellos túneles le recordaba a su aventura con su otro yo en Bizancio y su horrible final, traicionado...¿Traicionado? Se preguntaba quién había traicionado a quién y si su alter ego había hecho lo correcto pero ahora no había vuelta atrás.

Vigilaba, por instinto y atentamente todos los movimientos de Tom Prescot y de Brandon Crown, temeroso no sabía por qué, pues no eran las mismas personas, pero aun así, no era capaz de dejar de hacerlo, no terminaba de sentirse cómodo con sus dos compañeros después de lo que había ocurrido.

Pensaba en ese momento en el significado de aquella carta, que no terminaba de entender....la señal ha sido dada....el alma y el recipiente....la Maquinaria del futuro....el doppleganger.....todo aquello le resultaba confuso y no era capaz de descifrar qué era lo que significaba...Quizá más adelante tendría oportunidad de descubrirlo...

Salió de su ensimismamiento y siguió adelante con sus compañeros, siguiendo a Carvey y escuchando atentamente las conversaciones que pudieran surgir.

Brandon tenía
razón; ya no tenía sentido tratar de volver a las vidas que llevaban hasta hace
unas horas. ¿Cómo podrían vivir sin volverse locos quienes habían visto, y
recordado, tanto como ellos?

Puede que
la muerte sólo fuera el principio, pero tenía la firme intención de postergar
ese principio cuanto le fuera posible. Ya lo había conseguido en el pasado, y
sobrevivir ya se había convertido en un hábito. Los hábitos son muy difíciles
de dejar, más cuando no quieres realmente hacerlo.

Así pues,
su guía tan sólo les sería útil para llegar hasta un destino, lo que viniera
después… era una incognita, pero, ¿qué otra opción tenían, salvo huir hacia
delante? Habría que cruzar cada puente cuando surgiera.

Tan sólo
quedaba avanzar en los túneles, en silencio, como era su costumbre. No tenía
tampoco nada interesante que añadir a la conversación en esos momentos.

Cada uno iba ensimismado en sus propios pensamientos hasta que el guía levantó una mano. El túnel continuaba por delante de ellos pero parecía acabar en una especie de balconada que quizás desembocaba en un sumidero mayor. No se habían percatado pero a medida que avanzaban algunas partes del túnel estaban reforzadas por planchas de metal.

Dejando a los otros atrás Brandon se asomó a la balconada agachado. Luego retrocedió hasta donde estaban los otros:

- Es un conducto de bajada. Tenemos que llegar al nivel -202. Hay una plataforma de descenso pero está vigilada por dos Aterradores. Nos aproximaremos con cuidado...

Los otros todavía no tenían demasiado claro qué era un Aterrador, ni tampoco a que se refería con lo de la plataforma de descenso, pero al llegar al borde del túnel lo comprendieron mejor.

El túnel desembocaba en un enorme foso que se perdía en la oscuridad. Era enorme, de unos veinte metros de radio. La simple visión de aquel abismo provocaba un vértigo terrible. La balconada en la que desembocaba el túnel seguía hacia la izquierda descendiendo por unas escaleras metálicas. A unos doce metros de donde se encontraba ahora el grupo asomado había una enorme plataforma pegada a la pared. Era como un enorme elevador de unos doce metros de largo por seis de ancho, que contaba con un panel de control. El descenso lo realiaba siguiendo un raíl vertical.

Sobre la plataforma estaba lo que el guía había denominado como Aterradores. A simple vista parecían humanos desnudos, cubiertos tan sólo en su rostro con una horrible máscara antigas negra de ojos brillantes... una versión menor de los monstruos que habían visto sembrando la muerte en el zoco antes...

-Oh!- Un pequeño gritito de asombro se escapó de la joven ante la visión de aquel portentoso pozo de oscuridad. No mucho menos le asombraron las criaturas humanoides que cuidaban la maquinaria de la plataforma.

- ¿Y como se supone que vamos a sobrepasar a aquellas criaturas señor Carvey? Nosotros no es que parezcamos precisamente intimidatorios. Apenas si tenemos armas o cosas con las que defendernos... ¿y que tipo de fuerza y violencia pueden alcanzar aquellas criaturas?... todo esto es una locura.

La visión de aquellos seres no le era agradable a ninguno de ellos, pero estaba claro que iban a necesitar pasar por ahí. Su guía era el responsable de llevarlos sanos y salvos, si había escogido esta ruta era más que probable que ya tuviera en mente algún plan para evitar estos contratiempos... Podría hacerme pasar por uno de esos seres, y ellos por mis prisioneros... mejor esperar a ver el plan de nuestro nuevo amigo...

- Señor Carvey, ¿cuál es su plan? - le preguntó en un susurro para no llamar la atención de aquellos monstruos. 

Carvey se retiró hacia atrás, hacia la seguridad del túnel:

- No son tan peligrosos como sus amos, aunque desde luego sí que son violentos. Pero no van armados... Si podemos eliminarlos antes de que alcancen la plataforma no serán un inconveniente mayor. El problema es que de cerca pueden usar sus poderes mentales para dañar nuestros cerebros. Transmiten un miedo atroz a sus víctimas para inutilizarlas y luego... bueno... los transforman en Aterradores.

Miró a los presentes:

- ¿Quienes tienen armas? Mi propuesta es que los que estén armados abran fuego. Si no los matamos tendremos que enfrentarnos a ellos en la balconada... Sugiero que quienes no vayan armados retrocedan para ayudarnos sólo en caso de que esas cosas se abalancen sobre nosotros... salvo que alguien tenga un plan mejor, claro. 

- Yo tengo una - dijo Crown, mostrando su arma. - ¿Qué tan rápido mueren esas criaturas? ¿Cuánto peligro hay de que alertemos a los demás?

Mientras esperaba respuesta, el ex marine echó una rápida mirada a lo que había al fondo, estudiando con ojos escrutadores el panorama como si tratará de formar en su cabeza una rápida táctica militar. Aún estaba impresionado por las criaturas que había visto antes, y aunque era un hombre de carácter fuerte y decidido, tenía cierto pavor a lo que podría pasar una vez que estuvieran en la plataforma.  

La chica retrocede ante las palabras de Carvey, allí adelante no serviría de nada. Observa por un momento a Gardfield esperando que reaccione de algún modo, peor parece sumergido por completo en su ensimismamiento. La chica recorre con sus ojos la cloaca en la que se encuentran, observa nerviosa la salida del túnel y se prepara para cualquier cosa.

Si es que puedo hacer algo, las observaciones de este hombre no es que sean alagueñas.

Robinette rebuscó entre los desperdicios del túnel. En otro momento quizás hubiera sentido repugnancia, ahora sólo la urgía la necesidad de encontrar algo con lo que defenderse. Finalmente lo encontró en forma de una barra de hierro. Aquello podría abrirle la cabeza a una persona y Robinette esperaba que hiciera lo mismo con cualquier otra criatura.

Carvey se encogió de hombros: 

- No tienen poderes especiales, si es a lo que se refiere. Si reciben un disparo sufren y mueren como cualquier otro.

Crown echó un vistazo: dada la distancia apostaba a que cada uno podría disparar al menos cuatro veces antes de que aquellos engendros alcanzasen el túnel. Si no fuera por el ambiente estaría seguro de que lo conseguirían... pero ahora tenía sus dudas. La otra posibilidad que se le ocurría era desplazarse sigilosamente hasta el borde de la plataforma e intentar empujar a aquellos seres desprevenidos al abismo... podría funcionar ya que los monstruos no parecían estar vigilando. Más bien parecían esperar.

La anciana, que iba siguiendo al grupo prácticamente en cabeza, se aproximó un poco más a la zaga cuando se acercaban a una intimidante plataforma de descenso vertical. Lo más parecido a eso que podía recordar, eran aquellas primeras montañas rusas que había podido ver durante su juventud allá por los años sesenta y a las que nunca se había atrevido a subir. Para más inri, al parecer estaban custodiadas por un par de seres humanoides con extrañas máscaras que poseían poderes mentales capaces de transformar a un humano en aberrantes criaturas llamadas "Aterradores".

Durante unos segundos, mientras escuchaba hablar de planes de ataque y confrontaciones con aquellos seres, la señora Hunter sólo podía pensar en lo que le costaría hacer acopio del aplomo suficiente para utilizar el elevador. Con esos pensamientos, completamente en silencio, fue como se fue separando hacia la retaguardia del grupo a instancias del guía Carvey...

Daniel negó con la cabeza. No tenía un arma y, aunque la tuviera, no estaba en las mejores condiciones para disparar. Observó las criaturas que había descrito Brandon Carvey y se quedó un instante atrapado en su visión. Realmente el nombre era bien merecido y ese poder mental del que hablaba el guía podía notarse también desde la distancia.

Como pudo se dio un par de pasos hacia atrás y se dejó caer en el suelo para no ser una carga. La herida le dolía y la inmundicia de los túneles por los que caminaban no hacía más que reforzar esa sensación de infecto dolor.

Se encogió de hombros mientras miraba a todos y cada uno de los compañeros que avanzaban hacia la plataforma sintiendo no ser de más ayuda.

El no era
un guerrero. Eso lo tenía muy claro. Lo mejor que podía hace era retroceder tal
y como indicaba Carvey, agazapado cuanto le permitiera evitar de perder de
vista toda la acción.

Si sus
compañeros no lograban acabar con aquellos seres antes de que se acercaran y
pudieran utilizar aquel terrible poder sobre sus mentes, tendría que intentar
adoptar su forma y rezar para que aquella descabellada idea de último recurso
resultara.

Aunque quizás
fuese mejor rezar para no tener que llegar a probarla…