Partida Rol por web

En la puerta del restaurante en el que habíais quedado, 20 minutos tarde, das el nombre de tu padre. El jefe de camareros asiente al comprobar que hay tal reserva.

-Correcto, Señor Carusso e hija, mesa 12, 21:30.-

Te guía hasta allí.

-Menos mal que te conozco como si fueses mi hija y reservé para más tarde.- sonríe antes de darte dos besos.-

Pide un buen vino en cuanto te sientas, y te mira detenidamente.

-Estás preciosa hija. ¿Estás segura de que el incesto es tan malo?- bromea...casi seguro.

nada especial, no tengo problema en esperar un poco

me has puesto a mi de destinatario del padre de Jackie

Siempre que hacía esos comentarios, mi cara se teñía de rojo de pies a cabeza, era raro porque consideraba a mi padre un hombre demasiado atractivo y seguramente si no fuera mi padre...

-¿Qué estoy pensando?

-¡Papá! Claro que es malo, bueno... ¡Basta! ¿Qué vamos a cenar?

Lo besé antes de sentarme frente a él poniendo el bolso a un lado.

-Me conoces porque soy igual que tú, apuesto que también llegaste tarde-le dije y le mostré la lengua bromeando con él.

-El que paga nunca llega tarde, ni pronto. Llega exáctamente cuando se lo propone.-

La comida transcurre normal, animada, él se pide un enorme chuletón de 800 gramos, coninado a la piedra, con guarnición de verduras frescas al vapor y guarnición extra de patatas cortadasen forma de parrilla, fritas y crujientes.

Cuando pide su postre, una copa de helado grande y muy elaborada, te mira de otra manera.

-Estás callada hija...¿Estás embarazada?-

Solté una carcajada que se escuchó en todo el restaurante, el acento italiano de Enrico me mataba, era genial el modo que tenía de preguntar las cosas.

-¡No! ¡Pero qué cosas se te ocurren! Si lo estuviera, te lo diría a ti primero... Además, no he conocido al hombre que sea capaz de soportar una cena contigo como para dejarme embarazar por él-sonreí y comencé a tomar de aquel hermoso y enorme helado.-¿Quieres que engorde? Es eso, ¿verdad? ¿Me ves tan mal?

Lo tomé de la mano, amaba entrañablemente a mi padre. A mí madre no la había conocido de nada y él se había encargado de que no quisiera extrañarla, aunque a veces me hacía falta.

-Bueno, hablemos de algo más serio ¿De acuerdo? Tengo 3 temas que discutir contigo...los tres son delicados. Bastante delicados.-

Por eso ha elegido la mesa más apartada. Pide copas de licor para los dos, y te da a elegir.

-¿Tema delicado número 1, número dos, o número 3?-

-Hija, sabes que confío en ti, y si te cuento cosas que no tendría por que contarte, es por que te quiero, y quiero que disfrutemos juntos, y nos ayudemos juntos.-

Enarqué una ceja, aquello era más serio de lo que pensé.

-Bueno, no me tengas así. No me importa el orden, sólo dímelo... Quiero saber qué está pasando y obvio que puedes confiar en mí, como si necesitaras que te lo dijera, padre.

-Bueno...como sabrás, siempre se todo lo que te ocurre...en que andas y tal...me he enterado que andas acostándote con cierta mujercita...menor de edad. No es que eso me escandalice en ningún sentido...pero ten cuidado, frente a denuncias...chantajes y demás...-

Sigue comiendo su helado.

-Ese es el menos delicado.-

Me quedé de una pieza.

-¿Padre, me vigilas? Bueno, yo...-no sabía qué decir, si sabía lo de Frannie, sabía lo de Alan.-Lo siento, está bien. Si, me acosté con Frannie un par de veces, la primera no sabía que era menor de edad... La dejaré... Lo prometo.

Comí otro poco de helado, no me imaginaba qué podía ser lo demás.

-Siempre te he vigilado, hija. Me enteré de cuando perdistes la virginidad casi antes que tú. Y siempre te vigilaré.-

Acaba su helado.

-El segundo motivo, es ese tal Alan. Más concretamente, su novia. Esa que hace un año te derramó cerveza en la camiseta. Bien...no se si sabes que su verdadero trabajo, es como escort. Chica de compañía, que no puta.-

-Bueno el caso es que...le tendí una pequeña trampa, no una trampa en realidad, si no más bien trucos de perro viejo....total, que ella me pertenece un fin de semana de cada tres. Si no me obedece...bueno, su casa es de mi propiedad, yo le permito vivir a ella, y a su novio, en ella.-

Te mira serio.

-No sé si es pasajero o no, pero me han comentado que pareces encaprichada con él. Ella tal vez no te caiga bien....no sé, solo quiero que sepas que ahi la tienes para descargar frustraciones...o lo que sea. Debo añadir, que el contrato está revisado por un notario, es perfectamente legal. Ella está contratada por mi como "ayudante" no especifico de qué.-

Sonríe entre preocupado y divertido, esperando tu reacción.

-Ese era el asunto más delicado, tranquila.-

Me quedé de una pieza, jamás me habría imaginado aquello; no tanto de Enrico sino como de Elena y que Alan soportara aquello pero no, no era así como quería que Alan viniera a mí.

-También lo dejaré de ver, no me interesa la vida de Alan y de Elena-dije un tanto contrariada.-De hecho quería avisarte que quiero irme de viaje con Roy, quiero ir a Venecia y llevarme a Roy... Sé que lo recuerdas, sabes más de mí que yo misma...

Dejé el helado a un lado, de pronto me sentía enferma. Odiaba a Elena un poco más cada vez.

-Seguro que no quieres disfrutar de la sensación de poder que te da humllar en todos los sentidos que se te ocurran a una mujer bella y que aún tiene orgullo? Deberías probarlo, de verdad. Alan es un tema aparte...-

Sin duda tu padre va a disfrutar horrores de Elena, incluso demasiado si no se controla. Si hay ago que le excita, es el poder.

-El último tema, es más un favor. Verás tengo un socio, que tiene un hijo, cumple 22 este sábado. Su padre está muy preocupado por que Kevin sigue virgen, teme que sea gay...Me ha pedido que  te ordene que lo seduzcas...bueno, yo no haré eso...pero si te lo planteo, tu eliges si hacerlo. Ven a la fiesta, lo conoces...y lo que tú quieras.-

Se encoge de hombros, el tema le da bastante igual.

-¿A venecia con ese Roy...el dibujantucho de comics? Cariño...es muy poco hombre para ti...no lo digo por que, encima, sea pobre pero...puedes aspirar a más, sin duda. Apenas parece un adolescente ese Roy...-

-Padre, si Alan deja a Elena, que lo haga por él mismo. Si tú te la quieres tirar y a él no le importa, me da igual, no es mi problema-dije bajando la voz, realmente no me importaba lo que sucediera.-Respecto a tu amigo o socio o lo que sea, a ver si les haces ver que tú no me ordenas, soy tu hija, no tu esclava... Estoy tan cansada de esos idiotas...-lo miré con displicencia.-No quieres que vaya con Roy a Venecia porque parece un adolescente y me mandas a meterme a la cama con uno que si es un adolescente... En fin, iré a la fiesta, lo conoceré y si se da, se da porque finalmente, contrario a lo que crees: no me estoy acostando con Roy, somos sólo amigos... Pero si me enamoro de él, no me importará que sea un dibujantucho de cómics como tú lo llamas-le sonreí por fin y tomé sus manos entre las mías.-Padre, no quiero estar enojada contigo y menos por líos de sexo... Roy es importante para mí, ¿lo entiendes, verdad?

-No me estás entendiendo. Alan no sabe nada de mi, y si le importa que "un viejo rico" haga algo o no con su novia, poco me importa a mi. No me interesa eso. Y no te ofrezco a Elena para que la uses para tener a Alan, no te hace falta hija, lo sé. ¿Pero no crees que sería divertido?-

Se encoge de hombros.

-Con ese niño, haz lo que quieras, solo te pido que vayas a la fiesta y, al menos hables con él. Así dejarán de darme el coñazo.-

Cierra los ojos levantando las manos.

-Hija...no digas palabrotas...por favor...enamorarse dice...uien te escuche, que pensará...-

-Está bien, entiendo lo de Alan... No hablemos más de él, creo que necesito quitármelo de la cabeza y no estás ayudando, Carusso...

Encendí un cigarrillo.

-Está bien, iré a la fiesta. Parece que tienes más interes que otras veces, padre. A veces no te entiendo. ¿Realmente no te importa con quién me acueste?

Me recargué sobre la mesa, haciendo más notable mi escote.

-Enamorarse no es una palabra tan mala como el incesto, Carusso-le sonreí.-Roger es buena persona, venga...

-Enamorarse lleva a tener hijos...y yo no quiero nietos, me harían sentir mayor...-

Paga la cena y os levantáis.

-Ese Roy...está bien, sabes que puedes hacer lo que quieras...menos niños...pero a cambio consigueme a esa amiga tuya, Laura.-

Rie, por una vez no sabes si habla en broma o no.

-¿Laura? ¿Estás hablando en serio, padre?

Me quedé pensativa un momento.

-No, yo no creo que ella... En fin. Como si necesitaras que te consiguiera a alguna mujer...

Me colgué de su brazo y comencé a caminar junto a él, éramos una pareja que obviamente llamaba la atención y algunos hasta comentaban, creyendo que éramos en realidad amantes. A mí eso me divertía y hasta creo que a él también.

-No te metas con mis amigos, Enrico... Puede terminar todo mal y no quiero, los quiero pero te quiero más a ti y descuida, sé cuidarme para no embarazarme. Como sea, no me he acostado con él pero imagino que eso significa que financiarás nuestro viaje... ¿No?

-Como si no te financiara todo lo que quieres...claro que si, hija.-

Sigue andando, pero pasa su brazo por tu cintura, casi por donde la espalda pierde su nombre, simplemente para dar mas comidila a los observadores.

-Bueno cuentame algo de tu vida que yo no sepa.-

Sonreí, se me hacía muy difícil creer que hubiera algo de ella que Enrico no supiera y notó la mano de él en su "cintura".

-Me parece que lo sabes todo pero bueno, te contaré algo que creo sólo sé yo. Estoy indecisa, Alan me encanta, nos entendemos en la cama pero no quiere dejar a su novia y por otro lado, Roy me gusta mucho pero no sé si esté con Amy... No sé, siento que las chicas no me quieren como antes, ¿entiendes? Y si se sabe lo de ambos chicos, puede que me traten como a una cualquiera... Aunque a Roy aún no lo metí en mi cama... No sé qué hacer, padre.

-Pues hija, eso de llevartelo a Venecia, muy alejado de meterlo en tu cama no está digo yo. Si no es tu intención...al menos déjaselo claro al pobre chaval, que estás- te coje el escote de la ropa y tira hacia abajo un poco- nos pierden a todos. Y a algunas, seguro.-

-¿Qué te apetece hacer ahora?-