Partida Rol por web

Septimus estaba orgulloso,con un gesto se acomodó aún más en su asiento con una sonrisa de oreja a oreja,sus palabras habían tenido el efecto deseado en su audiencia y pronto muchos de los presentes le siguieron en su declaración de intenciones, la casa Tremere y él eran lideres, tal como debía ser ... .

Su mirada expectante cayó sobre Atalantios, esperando que se pronunciase al respecto.

Todos los magos se ofrecen en avalancha para ser examinados y eliminados de toda culpa, mas Atalantios niega con la cabeza.

-Sodales, esa sería sin duda alguna la solución a este problema, pero como bien nos ha recordado el joven Excelsius durante su juramento-comienza a recitar-"No usaré la magia para manipular a otros miembros de la Orden de Hermes, ni la usaré apara indagar en sus asuntos". Y aunque los acontecimientos de hoy sean de tanta importancia, no puedo autorizar la ruptura del Código. No, debemos encontrar otra manera-afirma convencido.

¿Y si simplemente lo dejamos al azar?-su voz destaca entre el gentío, pues hasta entonces había estado callada-Si no podemos saber quien es el responsable, que una mano inocente escoja a un grupo de magos que se encargue de investigar y atrapar a Magnus. Podría ser un grog o uno de esos pueblerinos ignorantes de ahí fuera, tanto da-con una sensual sonrisa, se recuesta de nuevo en su sitio, creyendo haber sido mas lista que todos los demás.

Atalantios estaba en lo cierto, su sonrisa se esfumó limitándose una vez más a asentir sus palabras.De pronto la maldita bruja habló, sabía muy bien lo que tramaba, tal vez hubiese considerado sus nulas posibilidades de salir con bien de un certamen contra él.

-Sodalis Alisandre, querrás decir dejarlo a tu azar ,¿o acaso crees que somos estúpidos?- dijo levantándose enérgicamente  de su asiento, su mirada no ocultaba el desprecio que por ella sentía-el azar, propio de duendes y simpatizantes,guárdate tus artimañas,no son necesarias- dijo señalándola con el dedo con evidente enfado.

-Yo, Septimus ex Tremere- dijo solemnemente mirando a los presente -con la venía de los quaesitores me presento voluntario para dar caza al culpable- dicho esto volvió a sentarse.

-Mmmm que curioso Septimus ex Tremere, que hasta hace unos instantes te sometieses a los Quaesitores y ahora que se proponer un forma justa e imparcial de elegir a un grupo para la investigación, quieras formar parte con urgencia de ellos. Cuanto menos, curioso- dijo el Criamon lanzándole una dura mirada al Tremere- Si hay que votar yo estoy con Alisandre pero supongo que de este asunto se ocuparán los Quaesitores e intentarán alejarse de la influencia externa de otros magos que puedan influir en su veredicto.

Tenía sus dudas sobre el Criamon, quién apenas habría la boca, ahora sabía por qué, definitivamente era idiota y no sabía distinguir las palabras de una vulgar simpatizante de duendes de las de un quaesitor, sostuvo desafiante durante largo rato  la mirada del Criamon, una vez cansado se limitó a negar con cara triste, como si este le hubiese defraudado de alguna manera.

Aquel mago le estaba empezando a tocar la moral ¿Como que NUESTRO azar? Una mirada fria fue lo que le dirigio a Septimus.

- Personalmente me opongo a que se presenten voluntarios -sabia que no tenia mucha fuerza en el Tribunal, pero al menos estaban obligados a escucharla- como bien ha dicho Atalantios cualquiera somos sospechoso y si a juicio del Praeco no se nos puede sondear la mente, pese a la invitacion de ello, el azar es un buen metodo para cuanto menos, reducir las probabilidades de que un traidor entre en el grupo de busqueda.

Ahora se gira hacia Atalantios.

- Sin embargo, Praeco, le pediria que reconsiderara la opcion del sondeo. El juramento es como el Aegis de nuestra mente, estamos protegidos por el, pero del mismo modo que puedes invitar a alguien a tu Alianza y el Aegis no le afecta, supongo que se podra invitar a alguien a tu mente. Ademas, y que me corrijan los quaesitor presentes porfavor si me equivoco, el juramento dice "manipular" lo que implica una connotacion de resistencia, cosa que ninguno de nosotros haria y al mismo tiempo dice "indagar en sus asuntos" cuando ahora mismo parece que el asunto es comun y publico. Los quaesitor estan mas duchos que yo en esta materia, asi que pediria porfavor su dictamen.

Armand, que tras las palabras de Julia simplemente había asentido, y había mirado a los ojos a ambos, mostrando auténtica compasión, vuelve a su sitio y, al escuchar a unos y otros, carraspea y observa a los presentes, pero primero mira a Atalantios, esperando que le conceda la venia para hablar. Al fin y al cabo era el quaesitor encargado, y este era su tribunal

¡Que me aspen! ¿Acaso no están hablando sobre todo los más jovenzuchos?

-A ver, a ver, a ver, a ver... Es *su* libro, *su* bibliotecario, un asesinato en *su* Alianza. Si no desean usar la magia para indagar en el asunto es *su* problema, ¿no? El único que tendría potestad para comenzar una investigación "de oficio" es el Quaesitor del Tribunal, aquí presente. ¿Cuándo se ha visto que unos jóvenes magos ajenos a la Domus de Flambeau y sede del Tribunal, el que probablemente sea el lugar más seguro de la Orden de Hermes (o peligroso para un asesino) puedan meter baza en semejante asunto? En todo caso el Tribunal nos podría ordenar investigar el asunto, si así le pareciera al Quaesitor...

Bueno, si después de toda esta retahíla de sugerencias para quitarse el muerto de encima -oh, vaya, he hecho un chiste sin darme cuenta- el Quaesitor no lo pilla es que es retrasado mental.

Y una vez más, sin darle mayor importancia, con toda la naturalidad, Excelsius abría su bocaza para liarla parda...

Armand levanta las manos

- Aunque las palabras de Papagena no sean ofensivas, y pudiera haber quaesitor que aceptasen meditar en ellas, a nadie se le debe ocultar que todo este asunto está bajo la sapiencia y autoridad del muy noble Atalantios. Lo que quiera que él decida, estará bien decidido. En todo caso, y si la oferta de Papagena fuera aceptada, también yo doy mi consentimiento a que se lea mi mente sobre lo ocurrido aqui. Pero como dije... es algo cuya decisión debe quedar en manos de Atalantios. Sin embargo niego, y disculpadme maestro Atalantios, que todos tengamos culpa. De este hecho terrible - dice mirando el difunto- Solo es culpable el asesino y quienes le hayan ayudado

Tras unos momentos de indecisión y escuchadas las opiniones del resto de magos, Atalantios, claramente incomodo, toma una importante decisión:

-Estimados sodales, no negaré que las palabras de la sodalis Papagena han sido claras y bien construidas, sin embargo no creo que eso sea suficiente como para violar uno de los pilares fundamentales del Código. Y haríais bien en domar vuestra lengua Septimus-apunta dirigiéndote una mirada inquisitiva-esas acusaciones sin fundamento sobre la sodalis Alisandre no son propias de la sensatez de la que hace gala vuestra Casa.

Pero ante esta situación-continua una vez ha terminado con el arrogante Tremere, para satisfacción de Alisandre-y en vista de que mas de uno comparte sus opiniones, mi decisión es que se lleve a cabo una votación. Aquellos que estén a favor, que se pronuncien ahora.-el resto de quaesitores se miran entre sí, incrédulos. No todos los días se crea un precedente tan importante en un juicio y todos sin excepción toman nota.

Uno a uno, los magos expresan su voto y antes de que se llegue a la mitad ya parece claro el resultado, pues muchos magos desean librarse de todo atisbo de culpabilidad y concretamente los Flambeau parecen muy contentos de poner su granito de arena para rozar el incumplimiento del Código, pero sobre todo porque este incidente ha ocurrido en el corazón de su Domus les ha calado hondo y los deseos de dar caza al asesino los unen para tomar una decisión unánime sin compartir siquiera una palabra.

Terminada la votación y ante la abrumadora mayoría, al anciano mago no le queda otro remedio que rendirse ante la evidencia-Yo, Atalantios, Praeco de este Tribunal, declaro válida esta votación. Me encargaré personalmente de que se cumpla, si nadie tiene nada que objetar. Que se adelante el primero que quiera probar su inocencia.

Papagena da un paso adelante.

- Dado que fui yo la que ha parecido dar pie a esta sentencia, yo sere la primera.

Septimus se levantó de su asiento -yo seguiré a nuestra sodalis, espero que con ello repare mi falta- dijo con tono contrito.

Aunque lo cierto es que no había nada de lo que se lamentase, los allí reunidos no conocían a Alisandre como él la conocía, -dejar asuntos de suma importancia al azar, que estupidez, vergüenza debía sentir ella y todos los que como ella opinaban, un mago no deja nunca nada al azar- pensó para si -el criamon debería haberse tatuado un cerebro en esa cabeza calva, y en cuanto a la mercere que se puede esperar de una cabeza loca como ella, aunque le reconozco que al menos en esto ha sido útil aunque se este atribuyendo mi mérito, dejemosle que siga pensando que ha sido idea suya ... ilusa- sonrío dandole vueltas a la cabeza.

No dice nada, y da un paso al frente, aceptando igualmente la lectura mental para ese fin

Con una sonrisa doy un paso al frente. No tengo ni idea de lo que está pasando, pero bueno, allí donde fueres haz lo que vieres... Aun estoy esperando a que alguién me explique por qué ese diario es tan importante como para robarlo y cargarse al bibliotecario. Dicho esto, espero que ahora se pruebe mi inocencia. Sonrío al Tremere. Siempre me gustaron los Tremere. Mientras en las otras casas hay gente que te puede sorprender, en la Tremere no, o eres un arrogante manipulador o no es tu sitio, así de fácil. No engañan a nadie.

A Remiel no le hacía gracia la medida de que alguien andara indagando en su mente, pero la medida ya había sido tomada y no quedaba de otra. 

-Yo seré el siguiente. Esperaba que todo esto se resolviera por medio de la investigación ya dudo que una medida como esta fuera a ser efectiva en absoluto, pues como bien se ha dicho, si el asesino es lo suficientemente listo como para saber de que es capaz la magia de la Orden, probablemente ya habrá huido y no estará aquí esperando a que le lean la mente salvo que pueda borrar el mismo sus recuerdos. Hacer hablar al cadáver hubiera sido mil veces mas efectivo. No obstante acataré la voluntad de los Quaesitores, pero espero que solo se lea lo que este relacionado con este caso y nada más. Ni siquiera por accidente. Quiero que esto se resuelva tanto como el que mas, pero no estoy dispuesto a que otro mago se meta en el resto de mis asuntos y el Código me ampara- dijo con voz severa mostrando su disconformidad con todo este asunto.

Las palabras del Criamon lo cogieron por sorpresa, la estupidez iba en aumento, dudar de la integridad de un quaesitor, más aún del praeco airando de nuevo el código periférico con la mera esperanza de dar peso a sus palabras, más propias de la rabieta de un niño que no se sale con la suya que de un mago hecho y derecho.

-Ojalá se cumpliese el código en su totalidad , de ser así no habría cabida entre nosotros a los malditos simpatizantes de duendes, una cosa es tener sangre de duende y otra muy diferente congraciar con ellos-pensó dedicando una mirada agría a Alisandre, aunque nada dijo, pues no deseaba volver a llamar la atención sobre este tema y recibir una nueva reprimenda de manos del praeco.

-Mucho desconfías de los demás sodales, y más aún temes, tanto que incluso pones en juicio la integridad de aquellos que velan por el cumplimiento del código- dijo negando con la cabeza rechazando la conducta del Criamon -ahora entiendo el por qué dabas tu consentimiento a una idea tan descabellada como solo puede serlo dejar las cosas al azar, la idea de nuestra sodales Papagena es mucho más sensata, ¿pues acaso no queremos llegar al fondo de este asunto?- preguntó mirando con cara de inocente al resto de magos -mucho supones y mucho subestimas a aquellos que te superan en conocimiento,sodales- dijo volviéndose a sentar.

-¿Qué ocultará?, ¿qué temerá este insensato?, ¿acaso su búsqueda de lo que llaman el enigma le ha sorbido los sesos hasta dejarlo en tan lamentable estado?, o será otra cosa ...- pensó rascándose la barbilla -ahi de ti si estás metido en algún asunto turbio ... - se compadeció de él en su fuero interno.