AUTODESTRUCCIÓN EN 15 MINUTOS. EVACUÉN EL REFUGIO.
La voz de Peligro escuchándose con reverberación por el acople de los distintos altavoces que había por los alrededores, mostraron que Bryna había presupuesto bien. El androide mutante tenía intención de acabar con su vida antes que caer bajo el influjo de Siniestro y revelar cualquier secreto.
—Marchaos ya—ordenó sin pararse a responder preguntas—. Sólo os queda una oportunidad. No perdáis el tiempo.
Me giré en redondo aún con las palabras de Peligro, resonando en mi cabeza como un eco difuminado.
- Ha sido un placer, vieja.- Dije sin mirar a la mutante.
No miré a los demás. Unos querían salvar a todo el mundo. Yo solo quería salir de allí y ... Estallar, si pudiera. No era lo recomendable, claro.
-El resto habrá tomado medidas en cuanto han oído la voz de Peligro. Espero que los que puedan salvarse hayan llegado hasta las cápsulas de salvamento. - Me paré un segundo para mirar atrás a mis compañeros.- Yo me voy. Y esta vez no esperaré a nadie.
Comencé a andar, cada vez más rápido, en dirección al hangar y nuestra nave de salvamento.
El aviso de autodestrucción era más que suficiente respuesta a la pregunta de Brynja. Amy miró a Peligro, con algo de tristeza en el rostro. A pesar de lo a veces cabrona que había sido, ella siempre los había ayudado y protegido. Este sacrificio era la última prueba de todo eso. -Muchas gracias por todo, Peligro...-le dijo a modo de despedida y con algo de tristeza en su voz.
Brynja ya se había ido cargando con el cuerpo de Cosmar. Amy miró a Nick y Azarah. -Bien, con suerte podremos encontrar supervivientes por el camino y podremos evacuar todos juntos-les dijo Amy. Era mejor darse prisa y salir de allí rápido.
Depredador ya se imaginaba algo así. Después de todo Peligro siempre había sido muy pragmática. Si la solución al problema era la autodestrucción estaba claro que no iba a dudar en hacerlo.
Pero a pesar de que en el fondo extrañaría a su antigua profesora, lo que en verdad le daba rabia era el no poder salvar a más. Sí, el aviso de peligro haría que los supervivientes, que serían pocos, se dispusieran a abandonar la estación espacial. ¿Pero luego qué? ¿Saltar en capsulas y esperar a ver qué llegaba antes, si la muerte normal o que fueran encontrados por las tropas de Siniestro?
Ellos tenían todavía un propósito, pero los demás perdían su único refugio.
Sacudió la cabeza.
-Adiós Peligro. Yo...Adiós.-
Como siempre su don de gentes salió al paso. Volvió a sacudir la cabeza y se marchó de allí detrás de los demás. Con algo de suerte Sirena tendría razón y encontrarían a alguien de camino a la nave.
El grupo de ancianos mutantes dejó la Sala del Consejo Uni-Cardinal y comenzó el descenso hacia el hangar. Las calles del RIP estaban desiertas así que eso sólo había tres posibilidades para la población del lugar. O habían muerto en el ataque inicial, o habían huido en las cápsulas de escape o bien estaban escondidos y sin intención de moverse. Por desgracia para ellos, los líderes del refugio tampoco contaban de mucho tiempo para salir del lugar así que tampoco tenían ocasión para buscarlos.
Peligro había vuelto a activar el armamento, lo cual implicaba que en el exterior todavía estaba la nave enemiga... y que no tardarían en ser invadidos por los teleportadores. Por suerte, la estación estaba más desierta, lo que hacía más difícil cualquier búsqueda. Así que sin muchas dificultades, el cuarteto de mutantes llegó hasta el hangar donde vieron la nave de la que su mentora les había hablado. Pequeña y ligera, seguramente podría pasar desapercibida entre todo el fuego. Nada más poner un pie en la misma, el vehículo se activó y salió a toda prisa de la estación espacial. Desde allí vieron la cabeza gigante de Peligro intercambiando fuego con la fragata invasora. La potencia de fuego de ambos sistemas era similar y en circunstancias normales se autodestruirían mutuamente. Podía considerarse una intento de asalto con pocos recursos, pero también era cierto que los invasores contaban con doblegar a Peligro. No necesitaban más. Si no contaban con Cosmar claro.
Los mutantes vieron como el RIP se iba haciendo más y más pequeño. Un hogar más que perdían. ¿Cuántos iban ya? Demasiados sin ninguna duda. Uno no podía acostumbrarse a ello y todos sintieron como se les encogía el corazón cuando la la estación espacial explosionó en un violento destello mágico. Por cada victoria acumulaban al menos dos derrotas. Esto era descorazonador.
Tras la destrucción del RIP una voz empezó a escucharse por la megafonía de la nave.
—Si estáis oyendo este mensaje es que definitivamente he conseguido autodestruirme y podéis ir a vuestro auténtico destino—todos sintieron una sacudido en la nave, como cambiando el rumbo—. Hasta ahora son muchos los planes que se han puesto en marcha para revertir el mundo en el que vivimos como ya sabéis. La victoria bélica, la fragmentación del Dominio de Siniestro, la búsqueda del Motor de Moira, reunir las Piedras del Infinito... Y todos han fracasado. Tenéis una única oportunidad, aseguráos de que sale bien. Buena suerte.
Se hizo un silencio tras las palabras de Peligro que tras un rato fue roto for Forjaplata.
—¿Qué nos aseguremos de hacerlo bien?—preguntó la mujer a nadie—¿A qué se refiere? ¿Y por qué no nos cuenta cuál es exactamente el plan? ¿Qué pretende que hagamos?
Azarah, dirigió su mirada al arcón de mysterium que tenían al fondo de la nave. ¿Qué habría en su interior?
El ruido de los motores de la nave apagaron lentamente el sonido de la explosión del RIP.
Sentí un ligero vacío en lo que anteriormente era mi estómago. Quizá se rompió un nuevo hilo de esperanza que empezaba a tejer desde hacía mucho tiempo. O quizá que parte de mi corazón atómico fuera parte de la fuente de alimentación del RIP al igual que el sistema de agua había sido parte de Chico Lluvia.
Que no pudiera llorar y mi cuerpo estuviera formado por átomos radioactivos dispersos y que no pudiera, físicamente, derramar lágrimas, no quería decir que no tuviera sentimientos. De hecho, muchos de ellos estaban ahora con la pena de Cosmar.
- Mi pobre cosa rara.- Musité volviendo la vista desde la ventana de la nave de escape hasta el cuerpo de mi mujer.
Habíamos pasado juntas por mucho y durante mucho. Pero nunca era suficiente. Nunca lo habría sido de seguir viva o de haber sido... más fuerte. Una parte de mi interior, llena de felicidad, sabía que era hora de seguir adelante.
La voz pregrabada de Peligro resonó en el habitáculo y Azarah rompió el silencio con una pregunta.
- ¿Acaso no es evidente?- Dije mirando fijamente el arcón y después girando la vista al resto.- ¿Qué es lo único que no hemos intentado nunca para parar esto?
No era una pregunta. Todos sabíamos bien qué habíamos hecho. Pero esperé unos segundos para que lo pensaran bien.
- Regresar al pasado.- Dije sin mucho afán. Era doloroso volver al pasado. Un lugar donde las esperanzas se rompían minuto a minuto. Y yo ya no era una jovencita para soportarme a mí misma con 18 años. - Esa jodida máquina mutante, de alguna manera, seguro que ha logrado la forma de hacernos regresar.
Me mordí el labio nerviosa.
- Jodida Emmett Brown mutante...
Una vez en la nave Depredador se sentó en un rincon del suelo y procuró no atender a nada. Las imágenes de diferentes tipos de animales se iban sobreponiendo una tras otra. Tenía que concentrarse para mantener una sola, cosa que no estaba haciendo ahora mismo. Era su manera de evadirse. Sirena lo había encontrado así muchas veces cuando iba de vez en cuando a verle, Forjaplata en cambio no. Aquello empezó después de que dejaran de estar juntos.
Los animos en la nave estaban apagados, como no podía ser de otra manera después de lo que había pasado, y las instrucciones de Peligro no eran demasiado claras. Sobrevivir simplemente no era una opción, no para Nicholas, si no había un jodido gran plan en marcha habría preferido explotar con la estación. Estaba cansado, muy cansado.
-Se supone que no se puede viajar en el tiempo. Todos los aparatos que podían hacerlo fueron destruidos hace años para evitar precisamente eso. Al igual que eliminaron a todos los seres que podían moverse a través del mismo. Siniestro no quería que nadie le impidiese lograr su reinado parandole antes de que empezara.-
O por lo menos eso es lo que les habían contado a lo largo de todos aquellos años. ¿Habría de verdad otra forma de viajar por el tiempo?
Y con mucho pesar y dolor, dejaban otro hogar. Amy no quiso mirar por la ventana cómo el refugio que tanto esfuerzo y sacrificio había costado construir se alejaba de la nave a medida que avanzaban. Ella esperaba que si había supervivientes hubiesen podido escapar en las cápsulas de escape.
Aunque habían sobrevivido, se sentía como si hubiesen perdido. ¿Cuál era el verdadero destino que Peligro había preparado? A lo mejor una vez llegaran allí, podían planear con más calma su siguiente paso. Ella escuchó a sus compañeros discutir la opción de retroceder en el tiempo.
Nicholas tenía razón. Era casi imposible retroceder en el tiempo ya que toda la tecnología o la gente con semejante poder habían sido completamente destruidos. ¿Cuál era el último plan de la antigua profesora tenía en mente? Amy simplemente a mantenerse en silencio, se sentía casi sin fuerzas para unirse a la discusión. Lo único que quedaba era esperar...
—Además viajar en el tiempo no siempre arregla nuestra línea temporal, a veces lo que hace es crear una nueva a la que nosotros no pertenecemos ni podemos viajar—añadió Azarah mientras cogía cel cofre de mysterium—. El viaje en el tiempo pocas veces ha arreglado algo. El motor de Moira era lo más parecido porque implicaría reiniciar el tiempo.
La mutante empezó a examinar el cofre de mysterium. Era sorprendente que la mutantes se comportara como si nada con las heridas que tenía. Consecuencia de no sentir dolor.
—Siempre me ha fascinado el mysterium, dijo golpeándolo con su mano metálica. El metal perfecto. ¿Qué habrá dentro?
Chasquee la lengua molesta.
No es que no tuvieran razón, es que tampoco tenía ni idea de qué más podía arreglar toda esta mierda. Básicamente, era un genocidio de mutantes "limpios" e incorruptos por Siniestro.
- Ya lo sé.- Me quejé volviendo a mirar por la ventana, y viendo cómo aún se esparcían, pequeños trozos incandescentes, polvo espacial y trozos de... vete tú a saber qué. - Pero no sé qué mierda más puede arreglar esto. Y dijo que solo tenemos una oportunidad.
Ahora si me giré al resto, cuando ya no quedaba nada... realmente nada... allí fuera.
- ¿O es que ahí dentro hay un virus que solo afecta a los clones de siniestro y tenemos que llevarlo hasta el crisol central del Mr? No sé si os habéis dado cuenta, pero probablemente seamos lo últimos mutantes.
El cuerpo de Cosmar se había enfriado del todo. Lo notaba en la poca movilidad de los átomos a su alrededor. Entonces me di cuenta de que si realmente íbamos a ir al pasado, si eso fuera remotamente posible... ¿Volveríamos a estar juntas?
- ¡A la mierda la línea temporal! No sé si será eso o no, pero... Joder, ¿no os gustaría volver a recuperar a vuestros hijos?
Ups, había tocado un tema... delicado.
- Lo siento, pero... si hay dentro hay un DeLorean yo me apunto.
Depredador se había levantado y se acercó a Forjaplata con cuidado. Las elucubraciones estaban muy bien, pero no podrían saber nada más hasta que llegaran a su destino. Así lo había preparado Peligro.
Su cuerpo se había recuperado un poco y estaba usando las habilidades regenerativas de algunos animales, pero aún así le dolía todo y sabía que había recibido mucho daño. Y que no era el único.
-Deberías descansar y recuperarte. Que no sientas dolor no significa que no estés herida. Todos deberíamos hacerlo, ha sido una pelea muy dura.-
Aquello había sido casi amable. Y era lo más largo que le decía a Azarah fuera del concilio en muchos años. Pero aquel momento, si es que había alguno, se fue cuando Powerhouse sacó un tema de lo más delicado. Nicholas se volvió a ella y las formas de animales a su alrededor cambiaban a criaturas enormes con muchos dientes y garras, incluso salió un gruñido de su garganta que no auguraba nada bueno.
Pero, con gran esfuerzo, se logró calmar. Brynja sólo estaba dolida. Acababa de perder a lo que más quería en el mundo. Conocía aquella sensación.
-No os volváis locas preguntándoos qué será. Esperad a que lleguemos y ya está. Ya sabéis cómo era la profe.-
Se volvió a ir a un rincón a descansar.
Amy alzó la vista desde su asiento para mirar el cofre de Mysterium. Estaba demasiado dolorida como para levantarse de su sitio. Era casi un milagro que hubiese logrado a llegar a la nave con sus heridas. Con suerte la nave tendría equipamiento médico para que todos pudiesen atender sus heridas.
Observó a Nicholas que se acercaba a Azarah para asegurarse de que descansara un poco. Era la primera vez que los veía intercambiar más de dos palabras en mucho tiempo... Amy no comentó nada sobre el comentario de Brynja, solo lo dijo sin pensar y sin mala intención...
Por suerte Nicholas logró controlarse. -Si, será lo mejor. Podemos en un rato ver si la nave tiene equipamiento médico para poder atender nuestras heridas como es debido-sugirió Amy a modo de cambiar el tema de la conversación. No sabían cuanto tiempo les quedaba para llegar al destino que Peligro había programado. Ya tendrían algo de tiempo para ver el contenido del cofre y cómo los ayudaría en la que podría ser su última misión.
La mención a sus hijos, hizo que el rostro de Azarah se torciera. Pese a lo herida y posiblemente cansada que estaba, la mutante se levantó para dejar el arcón en su lugar. Depredador se acercó para hablarle pero esta le dio la espalda en todo momento. Sin girarse le respondió con un escueto:
—Estoy bien.
Tras un largo silencio incómodo, poco a poco todos fueron acomodándose para descansar y dormir. No sabían cuánto iban a tardar, así que lo mejor que podían hacer era descansar. Esperaban que Peligro hubiera sido lo bastante previsora como para no mandarles a un lugar peligroso, pero en el estado en el que se encontraba el universo eso era algo que no se podía asegurar.
Finalmente, uno a uno se dejaron abrazar por el influjo de Morfeo hasta que una sacudida de la nave los despertó. Perdía velocidad, lo que significaba que la nave estaba llegando a su destino. Con interés, todos se dirigieron a la cabina de mandos para ver a dónde habían llegado. Y nada más verlo todos sintieron como el estómago se les encogía. En especial Nicholas y Azarah.
Spartax. Peligro los había enviado a las ruinas del planeta Spartax.
Amy se sintió mal al ver el rostro de Azarah, se notaba que las palabras de Brynja le habían hecho daño. Lo mejor era no decir nada, a riesgo de que las cosas empeorasen más. Habían pasado por un auténtico infierno en las últimas horas y lo último que necesitaban era discutir entre ellos.
Luego mirarían con calma el cofre de Mysterium. Amy respiró hondo y trató de relajarse, con lo agotada que estaba no tardó mucho en quedarse dormida.
No supo cuanto tiempo estuvo durmiendo, pero las sacudidas de la nave la despertaron junto al resto. Se levantó para ver que en que planeta iban a aterrizar y su expresión mostró sorpresa al ver que se trataba de las ruinas de Spartax. Hacía tiempo que no había estado allí, y no fue una experiencia agradable para ninguno de los presentes. ¿Qué habría allí que podría ayudarles en la misión que Peligro había preparado para ellos?
La nave se internó en las ruinas de Spartax. Años atrás el planeta había sido quebrado tras una intensa a gran escala. La reacción en cadena posterior lo convirtió en un millar de rocas inertes que por algún motivo aunque había perdido su atmósfera conservaba bolsas de aire. Parecía un buen lugar para esconder algo.Más valía que Peligro no fuera la única que hubiera pensado en algo así.
No tardaron mucho en tocar tierra y desde la parte frontal de la nave vieron que aterrizaban en una especie de campamento. Vieron un par de barracas y tres naves más. Había un par de barracas y otros vehículos estelares. Allí había gente.
Sin que pudieran hacer nada, la puerta trasera de la nave se abrió desplegando la rampa de embarque. Con los nervios a flor de piel,, todos se colocaron con cautela preparándose para cualquier cosa.
El ruido de unos pasos acercándose encogió un poco más los corazones de los mutantes. Sin embargo quien se acercaba, lo hacía caminando tranquilamente. No parecía que tuviera intenciones hostiles contra ellos. El sonido se tornó metálico cuando pisó la rampa de embarque y entonces apareció…
¡El Capitán América!
El grupo continúa aquí.