Partida Rol por web

Vientos de invierno

Odessa

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14/08/2014, 21:26
Hombre sin rostro

Los rayos de sol que se van colando entre las rendijas de la ventana de madera de tu habitación te indican que  ya va siendo hora de levantarse. No te sientes con mucho ánimo esta mañana pues alguna corriente nocturna no te ha dejado descansar como quisieras. Lo peor es que puede que hayas cogido algo de frío y eso para ti puede suponer un problema.

"Demasiados resfriados, demasiadas recaídas, parece que solo tiene fuerza para cantar y tocar canciones. Yo necesito a alguien que cuide de mi hija, no a quien haya que cuidar."

Las palabras de la Reina Cersei aún retumban en tu cabeza, nunca fuiste muy de su agrado y tampoco se molestó en ocultarlo ante nadie. Que el mismo Rey Robert te escogiera como pupila es tu bendición y maldición al mismo tiempo. En Desembarco del Rey tienes lo que siempre habías soñado, los mejores maestros y oportunidades para seguir perfeccionando tus artes y un clima un poco más amable que tu hogar natal en las Marcas de Dorne, por eso tu hermano accedió a la petición del Robert, pero a cambio debes formar parte del séquito de la Reina Cersei que rápidamente te desvió al servicio de su hija Myrcella.

El carácter de la reina, de por si difícil, parece intensificarse en tu presencia no sabes muy bien por qué. Al menos la niña es un encanto y sigues teniendo todo el favor de su padre, que parece maravillarse cada vez que cantas o tocas para él. Esperas que la situación se mantenga por mucho tiempo, y ojalá con la reina resulte más favorable, pero para eso debes intentar causar la mejor impresión posible y una de las maneras es ocuparte de que tanto Myrcella como Jeoffrey. Ambos podrían aprender algo del talento musical que tienes, ese es otro de los motivos por los que Robert te trajo a Desembarco del Rey.

Jeoffrey tiene un carácter tan fuerte como su madre, y además no profesa ningún interés por tus lecciones. Solo acude obligado y se dedica a hacerte la vida casi imposible, sabiendo que además su madre se lo permite aunque teme que sus malos modos puedan llegar a oídos de su padre. Crees que ese es el único motivo por el que más o menos permanece en unos límites casi dentro de lo razonable para alguien como él, aunque a veces se pasa de la raya. Esperas que hoy esté de buen humor porque a veces crees que podrías sacar algo provechoso del muchacho si se dejara guiar algo más por tus consejos. Si pudiera dejarse llevar por la belleza y paz de la música...

Acudes a tomar el desayuno con otras doncellas y damas de la corte. La familia real lo hace en privado y normalmente algo más tarde, pero vosotras debéis estar listas para cuando ellos despierten. En la mesa escuchas algunos cotilleos que te resultan irrelevantes y cuando terminas te diriges a la habitación de Myrcella, y al llegar ves que una doncella está ayudando a peinar a la princesa. Generalmente se encarga una sirvienta llamada Kailyn, que al igual que tú tiene cierto beneplácito del rey. En principio todo parece ir bien hasta que te encuentras la primera sorpresa desagradable del día: Cersei está en la habitación y te mira con desdén.

-Vaya... Parece que "el pajarito" ha llegado. Dice mientras el resto de las doncellas le ríen cualquier gracia, como siempre. ¿Ha tenido buena noche, Lady Odessa?

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15/08/2014, 00:27
Odessa Caron

- Tan buena como habría deseado y la mitad de buena de lo que os he deseado a vos, majestad -la reverencia fue perfecta, la sonrisa afable, muchos (si no todos) dirían que sincera- ¿"Pajarito"? -sonrió de nuevo, mirando a Myrcella y haciendo con las manos y los labios un truco para parecer la llamada de un pájaro, casi perfectamente. Sabía que aquellos trucos hacían sonreír a la princesa, y adoraba a esa niña. Hizo una reverencia y le mostró una sonrisa cómplice, luego miró a Cersei- Majestad, quisiera hablaros sobre el príncipe Joffrey y sus lecciones, creo que os interesaría.

Aquella zorra hacía bien en temer a todas las doncellas de la corte, se preguntaba cómo alguien por muy rey que fuera, podía soportar a tamaña víbora por más oro que tuviese. Pero qué demonios, había que reconcerle cierta astucia y estilo. 

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18/08/2014, 19:13
Cersei Lannister

Cersei no dejó de sonreír, aunque maldita gracia le hacía, la presencia de aquella muchacha se le hacía poco más que insoportable y aunque había conseguido apartarla de su servicio inmediato no podía evitar tenerla pululando por la corte mientras su marido consintiera en tenerla allí. Más de una vez se había preguntado que había visto en aquella muchacha frágil y enfermiza. ¿Era algo más que su voz y su habilidad para tocar algunos instrumentos de música? La muchacha no era fea, al contrario, y a Robert le gustaban demasiado las mujeres como para descartar otras cosas, claro que su marido ya no era el joven vigoroso y fuerte con el que se había casado y solo pensar en él yaciendo con la muchacha le hizo sonreír.

La aplastaría.

Le hizo un gesto para que la siguiera y salió al pequeño balcón de la habitación, no quería que la joven pudiera decir algo contraproducente delante de Myrcella, y cuando se trataba de Joffrey...

-Eres muy amable, querida. Dijo con corrección mientras miraba hacia el mar. Dime, que querías decirme del Príncipe Joffrey.

El balcón no era muy grande, y a pesar de la inmensidad de las vistas a las dos mujeres se les hizo un espacio demasiado pequeño si tenían que compartirlo con la otra. Cersei se acercó a una jaula de pequeños pájaros y abrió la portezuela sacando con una elegancia natural a una de aquellas aves entre sus manos. Cerró la portezuela y jugueteó con el pajarito entre sus manos.

-Algunos dicen que cantas mejor que los pajaritos, por eso te llamo así. Era la reina y podía hacer lo que le diera la gana, nadie le iba a decir lo que tenía que hacer ni ella ni nadie de su familia. Su rostro siguió perfectamente sereno, aunque por dentro era un hervidero de sensaciones.

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18/08/2014, 19:49
Odessa Caron

Alzó una ceja y asintió. Hizo una apuesta consigo misma: Que el pobre pájaro iba a ser asesinado antes de que acabara la conversación. Aquella mujer era capaz de eso y de mucho más, y lo que quería demostrar era su inmenso poder. 

- Sólo canto para la familia real, majestad, sólo tenéis que pedirlo si queréis, pero prefiero componer -mantenía una postura correcta: Manos sobre el regazo, cuerpo encarado hacia la reina por si ésta profería órdenes... El protocolo perfecto- Mi reina, antes que nada, no estoy aquí para causaros irritación alguna, y me parece encontrar que así es. Me pregunto si hay algo que pueda hacer para evitarlo, no es mi deseo en absoluto que mi presencia os importune. Si es por mi flaqueza de salud, en verdad os digo que de tener remedio sería la primera interesada en resolver un asunto tan incómodo. Sé que palacio no es un hogar para gente delicada, pero mi familia ha enfermado otras veces y al recuperar fuerzas han servido fielmente durante toda la historia a la casa Baratheon, y eso es lo que pretendo -hizo una pausa mirándola, no le miraba con súplica ni con prepotencia, le hacía saber lo que había- Respecto al príncipe Joffrey, mi reina, creo que se aburre, y que desperdicia sus muchos talentos en su formación como monarca delante de mis partituras. Myrcella encontrará en mi enseñanza mucha utilidad, pero mi señor príncipe, como futuro rey de los Siete Reinos, puede hacer traer al músico que quiera del confín del mundo que le plazca si es lo que le apetece. Le agrada la música, pero le interesa poco crearla. Es mi humilde opinión, mi Reina, por supuesto vos sabéis lo que concierne o no a la formación del joven. Si creéis que la precisa, seguirá siendo un honor ser yo quien se la inculque.

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22/08/2014, 19:14
Cersei Lannister

-En tu tiempo libre puedes hacer lo que quieras querida, siempre que no faltes a tus obligaciones, no olvides la generosidad del rey al acogerte aquí, lo menos que puedes hacer es servirle con dedicación, tu no tienes la culpa de haber nacido en una familia tan... ¿Débil? ¿Insignificante? ¿Enfermiza? Eran muchos los calificativos que se le pasaron por la mente durante la pequeña pausa en su voz. ...Delicada. Al menos los Lannister trazaban su propio destino y no tenían que depender de nadie, a cambio tenían que aguantar a muchos advenedizos que se acercaban a ellos por un trozo de gloria o por el dinero de su familia, la casa Caron entre ellas.

Cersei siguió sonriendo mientras acariciaba la cabeza del pajarito que tenía en la mano. Por supuesto no le gustó escuchar lo que Odessa tenía que decirle, y si su pequeño Joffrey no estaba asistiendo con interés a las lecciones era seguramente por culpa de la muchacha. ¿Acaso quería hacer solo lo que a ella le gustaba? El Rey Robert le había dispensado un gran honor acogiéndola en la Fortaleza Roja y poniendo a sus hijos bajo su cargo en el tema musical y ahora ella no quería colaborar, incluso dejaba entrever que la culpa era del pobre Joffrey. ¿Como podía tener la cara tan dura? Apretó imperceptiblemente la mano en la que tenía al pajarito agarrado hasta que sintió un leve crujido. Siguió sonriendo, si bien esta vez había un tinte de sinceridad en su mueca.

-No te preocupes. Se volvió hacia el exterior y estiró su brazo a la par que abría su mano dejando escapar al pajarito. Algunos aprenden a cantar antes que a volar, otros no. Casi le daba la espalda a Odessa y desde el balcón ambas observaron como el pajarillo se alejó unos centímetros pero de repente comenzó a perder altura, tenía una de sus alas rotas y se precipitó inevitablemente contra el suelo del patio. Unos gatos aprovecharon la ocasión para completar su desayuno. Cersei se volvió de nuevo, seguía sonriendo y habló con voz comprensiva, como si entendiera la situación de la muchacha y quisiera aliviar sus pesares. Hablaré con el Rey, es comprensible que una muchacha tan joven como tu no esté preparada para la responsabilidad de educar a un futuro heredero, no es culpa tuya. Posó una mano sobre su hombro y apretó un poco, un gesto de cariño o el mismo que había partido el ala del pajarito, quien sabía. Todo se arreglará. ¿Querías algo más querida?

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22/08/2014, 20:21
Odessa Caron

Odessa asistió en silencio a la muerte del animal. Tal y como había previsto. La reacción de la reina también fue, en general, tal y como había previsto. Cuando ésta le dio la espalda, la muchacha no mutó su rostro. Sencillamente no le importaba. Nada lo hacía. Conseguiría su venganza desde palacio, desde las calles, desde el mundo de los vivos o más allá de la muerte, ninguna otra cosa le inquietaba.

- Debe ser asqueroso. Muchas veces veo vuestro rostro y me pregunto por qué no tendréis un amante que dignifique lo poderosa que os sentís y sois, si es que no lo tenéis -no la miraba. Si quería apuñalarle por la espalda, ahí estaba. En lugar de eso observaba las fauces de los gatos- . Alguien como yo debería llorar y suplicar: "Oh, mi reina, perdonadme, haré que vuestro hijo se convierta en el mejor músico del mundo", pero sé que lo que os interesa no es eso, sino atormentarme o atemorizarme, como a todas las demás jóvenes del servicio. ¿Qué antigua noche morará en vuestra alma para sufrir humillaciones que no deberían concerniros? -frunció el ceño un instante. Era una frase genial para una canción: "¿Qué antigua noche mora en vuestra alma?"- El rey no me ha tocado. Mi falta de vigor, carezco de encantos... Ni lo sé, ni me importa. No soy un instrumento para vuestra humillación, majestad. No soy un instrumento para nada y para nadie, pero una mujer debe luchar como considere. Si mañana no estoy aquí, entenderé vuestro error y agradeceré el tiempo de acogida, pero lo lamentaré profundamente -no era una amenaza. Cersei Lannister sencillamente se equivocaba con ella. Se equivocaba con demasiadas cosas, a su parecer, como por ejemplo entorpeciendo el camino del sádico de su hijo a hacia los oscuros fines que el chiquillo deseara. No era su problema. Todos, incluso los sanguinarios, incluso los cerdos como Frey, tenían su lugar en el mundo. Incluso con el cuello en un tocón y una espada acercándose en picado. Un cuello como el de Odessa, estaba seguro, se cortaría como mantequilla. 

Pero en lugar de interesarse por esa posibilidad, el pentagrama se salpicaba de notas en su mente. 

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25/08/2014, 21:27
Cersei Lannister

Unos delicados dedos alzan tu barbilla y giran tu rostro apartándolo del almuerzo de los gatos. El patio está vacío, excepto por algunas plumas sueltas y manchas pequeñas de sangre que más que ver supones.

- Y ahora, pajarito, repite lo que acabas de decir mirándome a los ojos. Repite a tu reina las mismas palabras que con osadía y falsa valentía acabas de decir mirando el vacío. Repítelas, pajarito...

Dicho eso apartó sus dedos y fijó la mirada en la tuya. Su semblante estaba dividido entre la incredulidad, la furia y una determinación que sería capaz de acabar con todo Poniente si así se lo propusiera.

- ¿Haces esperar a tu reina?

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27/08/2014, 22:35
Odessa Caron

La reina seguía sin comprender. No era cuestión de valor, sino de un sentido de autoconservación nulo y nada que perder. Si le cortaban las manos y no podía componer, se tiraría por una altura considerable. Si la encerraban, sabía que no duraría mucho. Se giró hacia ella con su mirada real. Unos abismos azules, vacíos y sin ninguna clase de intención. Ni de osadía, ni de nada. 

- No he memorizado mis propias palabras, mi reina. Pero tampoco tendría ningún reparo en repetirlas mirándoos a los ojos si me acordara de ellas. Añado: Os equivocáis. Me estáis malinterpretando si creéis que lo pretendido es la ofensa. 

No se mostraba altiva, de hecho su naturalidad podía ser quizá lo más irritante de todo.

Notas de juego

Qué poco me va a durar el pajarito XDDDDDDD

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03/09/2014, 18:25
Cersei Lannister

- Vaya tenéis una memoria tan frágil como vos, si la forzáis quizás se rompa. Tan solo espero que podáis recordar una cosa: Un Lannister siempre paga sus deudas.

Cada vez le resultaba más insoportable la presencia de la muchacha y tras lo que acababa de suceder aún más. Se dio media vuelta y dio la espalda a Odessa para acercarse a Myrcella y el grupo de damas que la acompañaban.

-¡Guardias! Gritó, y unos segundos después un par de guardias reales aparecieron por la puerta. Acompañad a Lady Odessa a sus habitaciones, hoy se encuentra indispuesta.

Los guardias parecieron dudar un instante pero enseguida se giraron hacia la muchacha, no sabían muy bien como interpretar las órdenes de la reina, pero las cumplirían de todas formas. Esperaron a que Lady Odessa se acercara a la puerta mientras la reina pareció perder todo interés por aquello y fue a susurrarle algo a su hija. Sabía que no tendría que repetir su orden, los guardias no eran tan estúpidos como aquella muchacha para imaginar que podían decidir lo que la reina tenía que hacer, decir o pensar.