Partida Rol por web

Sonrió ante las palabras de aquel impresentable. Nos estaba ofendiendo en nuestro propio paraíso. No se como llego a Valhalla pero seria digno, pero sus palabras… SI estuviéramos aun vivos, dudo que tardase en abrirle la cabeza con mi mazo. Después de oír las palabras y la canción de Fenrir, me tome unos tragos ahí parado.

Pero estar de pie no era productivo así que me dirigí a la mesa donde vi que se sentaban los hijos de Odín, había espacio libre y no veía por que no pudiera sentarme. Me senté al lado de una mujer de gran belleza, rubia y con larga cabellera. Salude a todos con gran respeto y una sonrisa en la cara.

No pongo en duda a quien esta en el Valhalla ni quien elije a los que merecen este honor, pero eso fue una ofensa directa hacia nuestra cultura y tradición… - Dije a la mujer.

La chica te sonrie señalandote la silla para que te sientes.- Llegan gentes con formas de pensar muy diversas, la educacion de ese hombre fue tal y aunque le oigais hablar asi murio defendiendo un grupo de mujeres a las cuales les esperaba un final desagradable, a manos de sus propios compañeros.- Te dedica una gran sonrisa mientras en susurros te confiesa.- Vereis intenta molestarla, provocar un combate para que pueda liberar su ira y asi comenzar a respetarnos como la hermana nuestra que es ahora. Dejarla que se defienda sola, disfrutad de la fiesta y divertios, tal vez incluso podamos ver un duelo interesante.

La peliroja mira a Harald y sonrie.- Os agradezco el cumplido señor. Aunque si creeis que soy la mujer mas bella posiblemente sea porque no habeis visto muchas en vuestra vida. Mirad, estais rodeado de mujeres mucho mas hermosas. Mi nombre es Elga.- Confiesa mas cuando habla la mujer del rostro pintado se calla y su rostro se muestra mas serio.

Bueno, si no pudo defenderlas, la culpa es toda suya. Que culpe a otros de lo que ella no pudo hacer… es bastante triste. – Sonreí con una sonrisa un tanto extraña – Pero desde luego disfrutar de este banquete no es difícil. No me gustaría pelear contra ella, por que dudo que sea un rival para mi. Pero si sigue así, sin duda acabara mal, puesto que no solo yo me sentí ofendido. – Bebe unos tragos de su hidromiel.

Pero bueno, no es el momento de hablar de cosas así. Yo me llamo Stein y en vida fui clérigo - guerrero de Tyr. Viajamos a ultramar y ahí morí a causa de veneno de los guerreros de ahí, sucios trucos. Pero el veneno no me mato, me adentre a su pueblo, sabiendo que moriría por el veneno y decidí morir con honor, supongo que por ello me gane un lugar para estar aquí… - le decía Hundra.

Cuando Gariam invita al guerrero a acompañarnos, asiento con la cabeza. Parece un buen combatiente y será bueno empezar a hacer amigos en este lugar.

- Soy Fenja Larsdother. Gariam, ya nos hemos conocido hace un rato. Valiente guerrero, ¿te importuna decirnos tu nombre? -

Luego, comienzo a disfrutar del banquete y escucho las canciones que entonan los guerreros, alzando mi copa y brindando con ellos cada vez que acaba una melodía.

Ya llevo bebidas tres o cuatro copas, cuando la mujer tatuada lanza su perorata.

Está borracha pienso entre asqueada y divertida. Se está volviendo muy temeraria, puede ganarse enemigos facilmente.

Gariam, en susurros expresa lo mismo que me encuentro pensando.

Luego, oigo la respuesta del guerrero y algo cambia en mí. Me pongo rígida y apuro la copa. Mi mirada se endurece. ¿Qué sabrás tú de violaciones? De fortalecer la raza, de no defender lo que es tuyo... Si ese hijo de puta hubiese dejado su semilla en mí...

Casi sin pensarlo, con la mirada perdida, hablo en voz alta.

-No todos buscan el honor. No todos pelean como hombres. Hay muchos gusanos que atacan a traición, que pelean contra hombres desarmados y mujeres y niños y se jactan de su "victoria"-

Me siento en un lugar de la mesa junto a Gariam y otro guerrero y disfruto de la comida y la bebida mientras las horas pasan.

Cuando llega la respuesta del hijo de Odín, me pongo rígida y con la mirada perdida, hablo sin querer.

-No todos buscan el honor. No todos pelean como hombres. Hay muchos gusanos que atacan a traición, que pelean contra hombres desarmados y mujeres y niños y se jactan de su "victoria"-

No es mi intención que se escuche tanto, pero el silencio que impuso la respuesta del guerrero genera que mis palabras sean escuchadas por muchos.

- Os concocco, Stein, os vi morir y llegasteis a Vanhalla de mi mano pero es normal que no me recordeis... aunque vuestro instinto os a echo acercaros a mi de nuevo. Mi nombre es Hundra.- Afirma ofreciendoos una copa.

Supongo que será el destino, me sentí atraído por… no sabría explicarlo y vaya. Es una sorpresa muy grata. – Le sonreí y me lleve la sorpresa de que fuera valquiria, la verdad es que me sentí algo incomodo a la vez. Era un ser divino y me sentaba ahí como si nada. Además era muy guapa. – Es un honor que me haya traído al Valhalla alguien tan atractiva – intento hacer un cumplido, pero no soy muy dado a ello.

El hombre da un paso al frente y su rostro es revelado con mas claridad, es un guerrero que lleva bastante tiempo alli, el suficiente como para comer mas cerca de los dioses que ninguno de vosotros, parece molesto por la intromision de otra mujer.- Quien asi se comporta no llega a las puertas de Valhalla y suele perecer a manos de alguno de los elegido de Odin.- Responde escuetamente.

Acompaño a Gariam hasta la otra mujer, de aspecto mas aguerrido y devuelvo el gesto de saludo.

Mi nombre es Grendel...supongo que es un placer conoceros también, aunque sea en estas circunstancias.

Luego me siento con ellas, y pese a tener bebida a mano, es mas la comida lo que me atrae. En mi clan nunca fueron muy abundantes las cosechas, y casi todo lo que se comía era pescado. Aquí había carne por doquier.

Cuando los cantos y los comentarios comienzan, los ignoro como lo que siempre son, bravatas y tonterías de borrachos o fanfarrones.

Cuando el tipo que parece ser respetado por casi todos se planta ante Fenja, suspiro con pesar.

Vaya, parece que siempre los hay dispuestos a fastidiar a los demás. Incluso muertos.

Ante semejante falta de respeto, me dispongo a darle replica...Pero se levanta aquel hombre que me arrebata la iniciativa...<¿Sera Thor, quien habla?> Alli de pie, oigo los comentarios de Fenja, Stein y por ultimo del hombre que estaba sentado al lado de nuestros Dioses....

-¡Mujer de cara pintada! No se que pretendes con las sandeces que has vomitado...Mis puños golpean la mesa con fuerza.-¡Muestra tus disculpas... o yo mismo (con el permiso de Odin) te mando a los brazos de Hel, de una patada!....

 No me gusta como el color que esta tomando esta situacion, no quisiera que no se convierta en un enfrentamiento violento me levanto con la copa en la mano y una gran sonrisa.- Brindemos porque asi sea, porque los valientes lleguen a Vanhalla y los canallas ardan en las manos de Hela.

Aylwen tomó un trago calmadamente y dejó la copa sobre la mesa. Se reclinó en su asiento y dirigió una mirada fría a quien había hablado primero. Ignoró los comentarios airados de algunos vikingos y las palabras conciliadoras de algunas de sus mujeres. Concentró su atención en aquel que le había dado aquella larga justificación.

—¿Eres el hijo de un dios? —le preguntó y esperó un instante, antes de continuar—. ¿Puedes hablar con los muertos? … Ve y cuéntale a la sombra de mi padre el beneficio que le han hecho los vikingos. Dile a la sombra de mi hermana de siete años, cuan feliz debe sentirse porque un vikingo la convirtiera en mujer antes de destrozarla a golpes. Ve y díselos a ellos, hijo de un dios. Bien conozco yo a los adoradores de tu padre.

Se puso de pie.

—En mi tierra no es un insulto ser llamado perro. Los perros acompañan a nuestros dioses y guían a las almas al otro mundo. La misma palabra está en los nombres de nuestros héroes. Me has hecho un gran halago.

Dio una patada a la mesa y la volcó al suelo con gran estruendo. De un tirón se desgarró la ropa, quedando completamente desnuda, cubierta únicamente por los intrincados tatuajes que casi no dejaban libre un centímetro de su piel. Saltó por encima de la mesa y se plantó en el centro del amplio salón.

—¡Ven aquí, hijo de un dios! —espetó con furia—. ¡Ven a probar la mordida de las perras de Escocia!

Muchos hombres y mujeres se pusieron en pie al tirar la mesa de aquella forma, algunos echaron mano a las empuñaduras de sus armas y Odin se puso en pie alzando su mano, deteniendo toda ostilidad mientras sus hijas las valquirias rodaban a la mujer.

- ¡Basta!.- dijo una de ellas saltando por encima de la mesa caida y los manjares desperdiciados concarandose con la mujer.- Aylwem, ven conmigo.- le pidio con una mezcla de amabilidad y firmeza.

El hombre que habia hablado fue a decir algo pero se quedo callado obedeciendo a la mujer, dejando claro que no era hijo de Odin, tan solo un guerrero mas.

- Aylwem, haz caso a Hundra.- te susurra otra valquiria de forma mas calmada.- Tienes que vivir si quieres vengarte.

Aylwen miraba a su alrededor con ojos desorbitados por la furia, mientras las Valkirias la rodeaban. Una de ellas le pidió que viniera con ella, hablándole en un tono tranquilizador, pero firme.

La expresión de ira demencial de la celta se fue desvaneciendo lentamente hasta ser reemplazada por una mirada siniestra y una leve sonrisa enigmática.

Echó la cabeza hacia atrás y lanzó una carcajada enloquecida, después miró a su alrededor y se dirigió a los presentes.

—Está visto que los vikingos no aceptáis una broma. —sacudió la cabeza, como intentando despejarse—. Esa cosa que bebéis sí que se sube rápido a la cabeza.

Cogió la mano que le ofrecía la Valkiria y, poniéndose se puntillas, le rodeó los hombros con un brazo.

—¿Quién diría que morir fuera tan complicado? —balbuceó con torpeza.

Aylwen se detuvo y observó la Valkliria con un gesto de curiosidad. Después negó con la cabeza.

—¿Venganza? No deseo venganza. Sólo quiero que mis dioses me perdonen y me lleven a la nueva vida, para olvidarlo todo.

Hundra se lleva a Aylwem pacificamente mientras otra de las valquirias os habla.

- ¿A que viene tanto silencio? ¡Esto sigue siendo una celebracion!.- Exclama y da una palmanda para que los musicos vuelvan a tocar. De inmediato la mesa tirada es levantanda y restablecida de manjares como si nunca hubiera caido.

Como y bebo con desgana, preguntandome qué habré echo en vida para ser maldecido tanto en vida como en el valhalla. En vida siendo asesinado, y aqui, que lo que se supone el paraiso me parezca una pesadilla....

El hidromiel me parece aguado y el jabalí seco, la musica me es desagradable, y las voces de mis Brodis pesadas. Dejo la comida con parsimonia y me levanto, dirigiendome a la salida, con paso esquivo y disimulado. Necesito aire, pensar. Alejarme de ésta sala, de la gente, de ella....

Pienso en culito pintado, y sus salidas de tono, se hubiera merecido un escarmiento, pero las Valquirias la darán una emotiva charla... Sonrio pensandolo, pero de nuevo llega a mi mente Sonja, y su daga clavarse en mi corazón....

Lanzo una mirada a la chica rubia que se preocupó por mi, con una sonrisa agradecida y abro la puerta de salida.

<¡Maldita "Perra" de cara pintada, aprende a beber...!>-Mascullo entre dientes, aun estrujando el mantel....

<Bueno Harald, que esto no te estropee la velada...>-Me tranquilizo, cojo mi copa y la levanto en un nuevo brindis....Secundando tardiamente a Gariam, que supo entender el "humor picto".

-¡Salud, hermanos y hermanas!....Que vosotros. Nuestros padres, nos guieis por la eternidad, con paciencia de aguila, sabiduria de lobo y la calma del oso....¡SALUD!

Me vuelvo a sentar y me dirijo a Elga.

-Vaya Elga, ¿Aun crees que me equivocado al elegirte?....Sonrio...-La verdad, que las mujeres de mi Clan, se parecen mas a "Cara pintada"... Incluso algunas, se dejan la barba...Ja,ja,ja...