Partida Rol por web

Me volví a sentar el la mesa junto a Xartas, a quién ofrecí una garra de hidromiel.

-No te tortures. Sabes que no valdrá de nada que lo hagas. Lo hecho hecho esta, aunque nos duela, hay que aceptad nuestras acciones. El perdón que deseas es algo difícil de obtener pero, tus palabras y disculpas son sinceras por lo que tal vez te perdone.- le hablo amablemente todo el tiempo y después le dedico una sonrisa.

Al entrar contemplo la escena, la presencia de Odín es imponente. -Los guerreros elegidos por Odin están aquí, y yo soy uno de ellos.- Sigo a los guerreros frente a mi y consigo un lugar donde sentarme, saludos a los que me rodean y les acompaño brindando con ellos.

Ahora que estoy en mi puesto doy una mirada sobre la mesa e intento conocer a todos estos valientes que ahora serán mis compañeros de batalla.

 Observé la peculiar situación. Sin duda, era el destino el que había querido que esto pasase. No debería entrometerme en la discusión. Pero yo tenía otra forma de ver el choque.

- En mi tierra decían que con los actos se consigue el perdón.

Tomo dos copas con hidromiel, le ofreci una a Lenneth que tan amablemente se sento a mi lado e intento ayudarme con amables palabras y de consuelo, su sonrisa se me contagia, no lo puedo evitar -Tienes razon...debi darle mas tiempo lo hice muy mal, pero no esperaba que me recordara de esa forma...- tomo un trago de la copa -por lo menos ella tiene recuerdos yo solo un par de claros entre cientos de nubarrones, gracias por animarme, me encantaria por una vez ser consciente de mis acciones en batalla, al menos...las aceptaria mejor- le sonrio intentando bromear para empezar a olvidar

Acepte la copa de hidromiel que tan amablemente me ofrecía Xartas.

-Gracias-

Me gusto haber podido ayudarle en ese desafortunado encuentro.Escuche las palabras de Saetos por lo que le mire afirmando con la cabeza.

-Y así es. Las palabras quedan ensombrecidas por los actos-

Seguí comiendo y bebiendo junto a mis compañeros con una sonrisa, pues me hacía feliz poder descansar del peso de mis espadas. Al menos un día.

El resto d ela noche tan solo comi y bebi, no me centre en nada mas solo escuchaba las palabras d eaquellos hombres y de aquellas mujeres describian lo que habian vivido felices y tristes momentos que tubieron en vida, luego miro a Grendel -Gracias a ti tambien Grendel por intentar apaciguar las cosas, espero que no pienses que soy un asesino....es solo cuestion de....familia, dejemoslo ahi- continue comiendo y bebiendo sin darme cuenta y sin importarme mucho las consecuencias de la hidromiel, aquella noche la necesitaba, aunque por ultimo vienen a mi memoria las ultimas palabras de Grendel -En cuanto a los que dejaste a tras, son afortunados, siempre seran afortunados, al menos asi me gusta pensar a mi- le dedico una sonrisa que se pierde en otro trago de hidromiel

-Pero ahora, no nos martiricemos más y compartamos la mesa que Odín nos brinda.

Quiero apagar las llamas del rencor que Gariam había avivado con su repentino recuerdo. 

Con la cabeza dando tumbos y los sentidos agudizados por culpa del alcohol, escucho, entre el tumulto de voces la de Xhartas ofreciéndose a acompañarme a mi habitación. ¿Mi habitación? ¿dónde quedará eso?

Estoy buscando en mi cerebro la manera de contestarle que no tengo ni remota idea de dónde se supone que debo ir y que creo que puedo llegar por mis medios cuando Grendel y Xhartas intercambian un par de palabras acerca de que si podrá entrar o no en mi habitación. Y dale con mi habitación. ¿Qué lugar es ese? La risa borracha está por volver a aflorar cuando percibo, como en cámara lenta, que Gariam se levanta e intenta escapar del caballero tan amable. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no tengo mi espada? ¿Es éste un lobo disfrazado de cordero? La borrachera me impide levantarme en su auxilio, pero Grendel interviene para tranquilizarla y Xhartas de muestra cada vez más apenado.

Una nueva mujer se nos une al grupo, ella parece conocer a los recién llegados. También intercede, intentando calmar los ánimos.

Gariam, presa de la furia se va a su habitación. ¿Donde están las malditas habitaciones? Aún no comprendo del todo qué es lo que ocurre entre ellos dos. Posiblemente ellos sean fantasmas de cada uno de sus pasados. Al final, el Valhalla no está resultando ser el lugar soñado. No es muy atractiva la idea de pasar la eternidad junto a quién te provocó tando daño, tanto dolor.

Xhartas luce desesperado, la culpa se nota en sus ojos. Saetos y la mujer de rojos cabellos ¿Dijo su nombre? ¿Ya lo he olvidado? No estoy tan alcoholizada como para olvidarlo... ¿o sí? intentan calmarlo.

De a poco todo está volviendo a la normalidad.

Me doy cuenta de que ya no quiero estar en este banquete. Espero que se termine pronto así puedo encontrar mi codiciada habitación.

Con mucho esfuerzo, en un tono triste, saludo a la recién llegada.

-Bienvenida... guerrera roja. Soy... Fenja- y señalando a Grendel agrego - El es Grendel, el afortunado. Y... nuestra compañera..., la que se fue, es Gariam-

Nuevos rostros arribaban.... la gente en estos dias moria cada vez mas rapido, seguramente cada uno te contaria sus proesas y desventuras a lo largo de sus años hasta que quedo parado frente a las imponentes puertas del Valhalla, Ulfur sonreia con amplitud... tanta gente reunida... viejos recuerdos de su pueblo volvia como aguas rapidas.

Abrio los ojos mas y mas hasta qeu pudo formular solo una palabra - Bienvenidos -

Estaba un poco mareada a causa de el alcohol y mis parpados se cerraban por el cansancio. Ahora que recuerdo, llevo por lo menos un largo tiempo sin dormir por culpa de los perros malnacidos que mataron a mi familia. Este recuerdo me hizo que mis ojos se humedeciera he muerto sin llevarme las vidas de los hijos de ... de repente mis pensamientos son interrumpidos por una voz de mujer.

 Observo a la mujer rubia quien me saluda con es fuerzo.

-Gracias Freja, yo soy Lenneth, encantada de conoceros- Dijo mirando primero a Freja y después a Grendel.

Fenrir sonreía a la Valquiria, hasta que ambos entraron en una de las habitaciones.

Espero que mi hombría pueda satisfacer a tan hermosa Valquiria -decía mientras sus manos acariciaban la cara y largos cabellos de Hagrid -

También espero luchar codo con codo con tan ilustre Valquiria el resto de mis días inmortales -decia deslizando sus manos suavemente por las sinuosas y bellas curvas, de la Valquiria de la que se había enamorado en muerte -

¿crees que reuno tus expectativas a lo que deseas tener? -decía dando un apasionado beso a Hagrid -

¿Qué me dices? -decía sonriendo esperando las palabras de la hermosa Valquiria -

Xhartas, no soy quien para juzgarte...pero en nuestro clan teníamos a una familia cuyos miembros varones sufrían una trasformación en combate. Nosotros les llamábamos Wulfen...vosotros parece que bersekers...tanto da. El caso es que tras unos cuantos casos de muertes de miembros del clan a sus manos, fueron exiliados ya que eran incapaces de controlarse, y terminaban haciendo daño a su mismo clan. Considero que padeces una maldición, así que no de juzgo indigno ni asesino...pero desde luego, si en combate eres como ellos, prefiero dejar una distancia entre ambos.

Luego le miro largo rato.

Por Odin hombre...crees que es tu amada, que la mataste tu mismo y aun así aun quieres hablarle y hacer que sufra mas?.

Luego callo de nuevo, sintiéndome melancólico al ver cuan desgraciados eran ambos, aun en el salón de banquetes de el Gran Padre.

Se suponía que este era un lugar de placer y fiesta sin fin.

Rio abiertamente y a carcajada ante Grendel -Y lo es....JAJAJAJA....solo a sido un inafortunado momento, habra cientos que sean buenos y agradables y borraran por entero los malos....Grendel, mira a tu alrededor....tal vez sea cosa de la hidromiel...peor estamos con los mejores combatientes...acepto qu ete alejes de mi en combate, demuestra que eres un hombre d elogica y sentido comun....-otro trago mas cada vez la vision era mas dificil, todo parecia ir mas acelerado para Xhartas, queria alegrarse disfrutar d eaquello y olvidarse de lo sucedido y la hidromiel estaba dando sus frutos -....fijate estamos rodeados de bonitas mujeres y de abundante comida y bebeida- miro a las que me acompañan en la mesa -No mal penseis- miro nuevamente a Grendel -Disfrutemos de lo que Odin nos ofrece-

 -Y así sería, si dejaseis de hablar de ese tema, estamos aquí como protectores del valhalla, mientras tanto, comamos a salud de nuestro anfitrión.

Respondo sin ningún pelo en la lengua, me parecía que el tema estaba zanjado. A continuación agarro una ermosa pata de jabalí, y comienzo a comer ávidamente.

Animado tal vez mas de la cuenta por la hidromiel -Saetos sois buen hombre no os conozco, pero lo pareceis....- miro mi copa y sigo bebiendo -...¿conoceis alguna cancion?-

La tensión se va diluyendo.

Al escuchar la última observación de Xhartas no puedo evitar sonreirme y lanzarle una chanza.

-¿Que no... mal pensemos? ¿Es que acaso... no somos bonitas? ¿O es que... lo somos... en demasía?- y comienzo a reir.

Toda la situación anterior, la adrenalina y mi abstinencia posterior están colaborando con que, de a poco, pueda volver a conversar sin demasiada dificultad.

-Saetos, creo que tienes razón. Hay que disfrutar... mientras se pueda. Ya volveremos... al campo de batalla. Disculpen que no brinde... por nosotros..., o lo que ha quedado... de nosotros, pero mi cuerpo ya no... resiste un trago más de hidromiel-

Me sentía un poco, tal vez demasiado mareada por el alcohol. Coloque mi mano en la mesa recostando mi cara en ella. Escuche las palabras de Grendel hacía Xhartas, quien tenia razón en sus palabras, pues mi mismo padre me dijo los berserkts son hombres llenos de ira hija, ellos mismos son sus demonios.

En mi rostro se reflejo una pequeña sonrisa de resignación por las ultimas palabras de Grendel. Pero mi largo pelo la tapaba.

-Parece que nuestro pasado nos seguirá hasta la muerte...-Me quede en silencio durante un pequeño momento.

-Cambiando de tema. ¿Alguien sabe donde esta el baño?-

Sonrio sosteniendo mi copa a Fenja -¿Una ultima con migo? Por lo menos dejadme contar por ahi que he brindado con una mujer de extrema belleza y mantengo mi palabra de acompañaros a vuestro aposento...sin nada mas que cortesia-

-Pues no. Tampoco sé donde están las habitaciones, algo que me ha estado preocupando la última media hora, no sé por qué- Agrego con una sonrisa. -Supongo que tendremos que hacer como en los campamentos- y guiño un ojo, antes de reprimir un bostezo

 -Hombre, me halagas demasiado- respondo sonriendo; luego, pensativo, me rasco la cocorota- Ahora estoy recordando una, Así que esperad, dice así- me levanto de mi silla, y con la voz más alta, comienzo a recitar.

Mucho irritóse Vingthor al despertar:

pues echó de menos su buen martillo

se mesaba la barba el guerrero, y los cabellos;

comenzó a tantear al hijo de Jörd.

2 Y estas palabras dijo primero:

«Escúchame Loki, lo que ahora diré:

nadie la sabe en la tierra o el cielo,

al As le han robado su hermoso martillo».

3 Raudos fueron ellos al recinto de la hermosa Freyja,

entonces dijo primero Loki;

"¿Querrás, Freyja, prestarme tus plumas,

para volar y poder encontrar el sagrado martillo?"

..... 

-¿alguien continúa?