Partida Rol por web

Consciente de que le esperaban el Hotel fue el primer destino y objeto de esa noche que prometía ser tan larga o más que la anterior. Durante el trayecto mantuvo conversaciones banales con sus chicos, sin prestar mucha atención a las emociones que brotaban de los rostros de sus acompañantes, pues parecía que había pasado algún tiempo desde su último encuentro. Una vez habían abandonado el vehículo para caminar hasta el hotel como anoche, retuvo un instante a Nathan para ofrecerle una dolorosa verdad, como si de un cálido gesto se tratara, transmitido desde una punzante frialdad. Ey chico, déjame darte un último consejo… sus mano tapo un segundo su boca para estirar con sus dedos su mandíbula hacia abajo desde la comisura de sus labios. Ahora que estas metido en esto, no confíes en nadie si quieres sobrevivir en la oscuridad, algunos incluso se llenan de ella para soportarlo, tras percibir la incertidumbre de sus ojos le golpeó levemente en el hombro para concluir de amablemente. Bienvenido y buena suerte… vamos. Recuperó su seriedad para dirigirse decidido hacia el hotel.

Tras entrar en la sala con cierta desgana y portando el orgullo de haber realizado su parte con éxito, incluyendo el nuevo añadido de involucrar de forma accidental al resto de personalidades presentes, sus pasos le llevaron a sentarse en el primer sitio que pudiera mirar de frente sin problemas a Nathan, para poder transmitirle una confianza permanente. Asintió al saludo de Gino a modo de respuesta y dejó que fluyera la reunión. Para su desgracia aquel guaperas tenía interés en meterse en sus asuntos, por lo que pensó que era una buena oportunidad para provocarle aún más interés. De forma despreocupada le contestó, no hemos venido aquí para dar explicaciones, sus ojos terminaron en Gino desviando fácilmente la atención consciente de una réplica inmediata.

En el trayecto desde que bajásteis el coche hasta el interior del Hotel... John retuvo un instante a Nathan para ofrecerle una dolorosa verdad, como si de un cálido gesto se tratara, transmitido desde una punzante frialdad. Ey chico, déjame darte un último consejo… sus mano tapo un segundo su boca para estirar con sus dedos su mandíbula hacia abajo desde la comisura de sus labios. Ahora que estas metido en esto, no confíes en nadie si quieres sobrevivir en la oscuridad, algunos incluso se llenan de ella para soportarlo, tras percibir la incertidumbre de sus ojos le golpeó levemente en el hombro para concluir de amablemente. Bienvenido y buena suerte… vamos. Recuperó su seriedad para dirigirse decidido hacia el hotel.

Tras entrar en la sala con cierta desgana y portando el orgullo de haber realizado su parte con éxito, sus pasos le llevaron a sentarse en el primer sitio que pudiera mirar de frente sin problemas a Nathan, para poder transmitirle una confianza permanente. Asintió al saludo de Gino a modo de respuesta y dejó que fluyera la reunión. De forma despreocupada le contestó, no hemos venido aquí para dar explicaciones, sus ojos terminaron en Gino desviando fácilmente la atención consciente de una réplica inmediata.

Todos los ojos de la sala se posan en Gino para observar su reacción ante las palabras de John...

El rostro y el cuerpo del italiano permanecen imperturbables durante un segundo que se os antoja eterno...

En ese momento las puertas de la sala vuelven a abrirse y una Lori cubierta de polvo, suciedad y sangre hace acto de presencia...

Cohen te pasa un número de teléfono... te das prisa en marcar y te contesta una voz varonil y profunda al segundo tono:

- Buenas noches, ¿Teresa, verdad? Cohen me avisó de que me llamarías. ¿En qué puedo ayudarte? -

Intentando hacer el mínimo ruido posible, me deslizo hasta ponerme a la vera de Frederick. El recuerdo de cómo me salvó la noche anterior aún está fresco y creo que puedo confiar en él. 

Por lo menos de momento. 

Hola… ¡sí! Teresa… emmm querría encontrar un lugar en el subsuelo y necesitaría tu ayuda por favor ¿me puedes decir porque parte se encuentra…. “describo exactamente lo visto, intento hacerlo con todo lujo de detalles, olor tacto, etc.”?

- Por lo que describes no puedo darte una ubicación exacta... pero sí aproximada. Creo que está en los túneles bajo la parada de metro del Smithsonian... es el refugio de Nathan... - se oye un segundo de silencio - Ah, por si acaso... Hablo de Nathan, nuestro líder; no el Nathan que estáis buscando para Vitel*. Puedo intentar hablar con él o llevarte a ti en persona hasta él pero es raro... y poco sociable... Hace siglos que no trata con nadie que no sea nosferatu. Es el vampiro más antiguo que conozco... lleva en Washington desde siempre, y conoce esos túneles como la palma de su mano. ¿Qué prefieres intentar? No te prometo que conozca la ubicación del sitio que describes... pero si alguien sabe dónde está eso... ése es Nathan. - George se queda esperando tu respuesta.

Hago un pequeño “je” cuando dice lo de Nathan… nah, ya voy yo a buscarlo, gracias.

Si la conversación termina ahí, me pongo el móvil en un lugar escondido con el GPS activado y que se suban directamente mis movimientos a una pagina web pública. Le quito el sonido, pero dejo el vibrador en “un solo toque” (que vibre solo una vez por un periodo muy corto de tiempo) y me voy directamente al lugar, cuando entre en oscuridad activo protean 1.

Quizá debido a la interrupción de Lori no hay tiempo a que prosiga la posible discusión entre Gino y John.

Todos os quedáis sumamente expectantes en silencio cuando las puertas principales por las que habéis entrado se cierran y escucháis claramente el sonido del cerrojo. Entonces la puerta lateral se abre y majestuoso como siempre entra Marcus Vitel en la habitación: un hombre que tiene el cabello negro y los ojos azul oscuro que arden con una fría intensidad. Viste el traje más caro que jamáis hayáis visto en el mercado, totalmente distinto al de la noche anterior.

El Príncipe de Washington, Marcus Vitel, descolla alto, impresionante... proyectando la imagen del auténtico poder Ventrue.

Su sonrisa casi depredadora le acompaña y comienza a andar por la sala mientras se ha hecho el silencio. Vitel sujeta la silla que normalmente usa para sentarse, la aparta un poco pero no se sienta. Al menos no de momento:

- Buenas noches caballeros. - dice mirando a todos los presentes, primogénitos y neonatos incluídos. - Hay asuntos sucedidos ayer que requieren explicación. - Su mirada no se para en nadie en concreto aunque Kipp, John y Ashley sienten un ligero escalofrío al escuchar las palabras del antiguo ventrue: - ¿Por qué ha aparecido en todas las noticias una persecución por las calles de Washington? Un tiroteo enorme... heridos, gritos... testigos en el hospital George Washington de que había tipos que saltaban por encima de los coches, gente que recibía impactos de bala y seguía corriendo como si nada... y un coche que estalló en llamas antes de que la policía atrapara a los sospechosos... -

Vitel con una fría y asombrosa calma se sienta en su silla con el respaldo dándoos la espalda... - Creía que conocían las tradiciones y que sabían lo que significa la Mascarada. -

Kipp arruga un poco el rostro. No le gustaba el cariz que estaba tomando la conversación, y eso que acababa de empezar. Pero se sintió en la obligación de decir algo para quitarle hierro al asunto.

-Bueno, verás, es que... yo no estoy muy puesto en esas cosas de la Camarilla... De todas maneras, salvando las partes de tipos saltando por encima de coches y corriendo con heridas de bala, lo demás puede pasar como un episodio algo turbio de una guerra de bandas.

Entonces se giró para mirar a los presentes en aquella sala que no parecían ostentar ningún cargo de poder, aquellos a quienes se habían encomendado dos tareas, a sus compañeros.

-¿En serio hicísteis eso? ¿Os pusísteis a saltar por encima de coches y a tragar balazos?- Inmediatamente después, sin dar tiempo de respuesta, se giró nuevamente hacia Vitel. -Es que en mi grupo no pasó ninguna de esas cosas. Lo demás puede que sí, pero ésas dos... ésas no. Pero perdona, te he interrumpido. Continúa...

A veces su ansia comunicativa podía más que él...

Cuando llegaste al lugar que te indicó George levantaste sin esfuerzo la tapa de alcantarilla del callejón y te sumergiste en las alcantarillas. La iluminación era escasa pero no nula... aún así tus ojos rojos te ayudaban bastante... veías perfectamente en la oscuridad.

Apenas diste un par de pasos cuando unos metros por delante tuyo, de la nada, apareció una figura. Esperabas ver a un viejo monstruo de las cloacas... ése era el mito de Nathan... el antiguo primogénito nosferatu... y te sorprendió que no fuera tan monstruoso como pensabas.

Una figura con aire cansado, con pocas briznas de pelo canoso y que caminaba ligeramente encorvada se acercó hasta ti. Sus ojos son de un blanco lechoso con pupilas azules y llorosas, pero tienen una profundidad terrorífica:

- Buenas noches Teresa. No hemos sido presentados oficialmente. Me llamo Nathan. George me ha dicho que necesitas encontrar cierto lugar. Creo que podré llevarte si me vas dando las indicaciones oportunas. ¿Puedo preguntarte de qué conoces ese lugar? ¿Y por qué quieres ir ahí? No es muy habitual que los de la superficie conozcáis esa zona. Está en los túneles bajo el alcantarillado... - el viejo nosferatu parece bastante amable... su tono de voz es suave y, no sabes si por respeto o por falta de educación, de momento no te ha tendido la mano llena de pústulas. Parece acostumbrado a que esa forma de cortesía que es saludarse estrechando la mano incomode a algunas personas.

Te percatas también de que por sus harapientas ropas asoma de vez en cuando alguna rata... que rapidamente vuelve a esconderse entre algún que otro pliegue.

Parpadeo confusa. ¿Tiroteos? ¿Coches en llamas? ¿Dónde me he metido? Miro a ambos lados, buscando en el rostros de los demás algún signo de reconocimiento. 

A medida que las palabras de Kipp de alargaban, los ojos de John se cerraban en pos de apartar los deseos de expresar sus pensamientos, por lo que le respondió pausado a continuación para que se relajara. Ahorra palabras, tío… le comentó para que se aferrara a su anterior posición, déjales hablar. Comentó a continuación como si un acto de cortesía se tratara, devolviendo su atención al Príncipe de la ciudad. Aunque mantuviera esa intención, estaba claro que en estos círculos era mejor intervenir cuando se solicitara y no cuando se deseara.

¿Mascarada? ¿Tradiciones? ¿Tipos que reciben balazos y siguen corriendo? ¿Gente que salta coches? No tengo ni idea de dónde me he metido, de eso no hay duda. Pero por fin conozco a Vitel. Este es la persona que quería conocer, y me da la impresión que también debo temerla. Tengo que tener cuidado, mucho cuidado...

Me fijo en la recién llegad@ ya que no logro saber si es hombre o mujer. Es un ser horrendo, sacado de las peores pesadillas de Friedrich Murnau.

Pongo cara de asombro ante todo esto, como si no me enterase de qué va esta situación.

Teresa se para frente a él a una distancia prudencial (prudencial para hablar no para el combate) y mostrándose sonriente y amable, como siempre, le responde a su saludo ¡Buenas noches Nathan! No le vi en la reunión del Príncipe, como bien ha dicho mi nombre es Marisa, en primer lugar quisiera pedirle perdón por entrar en sus dominios de esta manera tan repentina. Veras cuando fui abrazada se me atribuyeron ciertos poderes o dones, una de ellas es tener visiones sobre cosas… que curiosamente siempre han sido ciertas, en la ultima mi Sire y mentor se encontraba en (le describo el lugar como he dicho en anteriores ocasiones, bien detallado con olores, tacto, etc.) en peligro por lo que he venido rápidamente hacia aquí… si no lo esta actualmente, lo estará. Además no atiende a mis llamadas. En este momento miro la que era mi mano en el sueño (quiero decir cuando me narraste esto…” Entonces levantas la mano y agarras a Art por el cuello para levantarlo. Y es ahí cuando te percatas de que tu mano no parece humana... es enorme... tiene unas garras pronunciadas y es de un color rojo cobrizo que no habías visto nunca... Parece una piel muy resistente”) ¿tiene reloj? ¿Qué hora era?

En todo momento me muestro respetuosa con Nathan como si de un maestro se tratase. Y procuraría decirle toda la verdad, total por su antigüedad seguro que tiene poderes y medios para saber si le miento.

- No se preocupen. Los agentes del señor Chas, aquí presente - dice indicando con la cabeza al primogénito toreador - se han encargado de tapar cualquier cosa extraña para la opinión pública. - En ese momento os percatáis de la sonrisa de suficiencia del toreador. Parece contento de haber puesto contento a Vitel.

- Pero a partir de ahora me gustaría que tuvieran especial cuidado en no mostrar a los humanos nuestra existencia. - su mirada se endurece y parece que su voz se ha tornado más dura y en cierto modo más oscura... Todos sentís la necesidad de obedecer esta petición como si os fuera la vida en ello *.

- Bien, ¿cómo va el asunto de Fuller? ¿qué novedades hay? - parece que Vitel quiere dar por zanjado el otro tema.

- Qué interesante... visiones... Muy pocos vástagos son bendecidos con ese don. No deberías comentarlo por ahí... puede resultar muy útil. - el anciano nosferatu se toca la barbilla como si estuviera mesando la barba... sólo que no tiene ningún pelo en toda su cabeza... salvo los pocos pelos grises que le sobresalen por la parte de atrás.

- Quizá deberísa conversar con Cassandra. Es una experta en el tema de las visiones... y aunque muchos vástagos de esta ciudad la toman por loca, sé de buena tinta que sus visiones suelen ser extremadamente precisas. Y con tantos años de experiencia se ha vuelto en una maestra interpretándolas. Si quieres encontrarla ésta es su dirección - dice tendiéndote un papel arrugado. - Ah, sólo porque sea malkavian no deberías tomar por locura todo lo que diga. -

El nosferatu sonríe y parece que vuelve a concentrar su mente en vuestra conversación...

- Creo que reconozco la zona de la que me hablas... Ven conmigo. Te guiaré. - el viejo nosferatu comienza a andar por las alcantarillas...

A los 10 minutos salís de los túneles asfaltados y de la zona del metro y parece que os adentráis en túneles más naturales, excavados en la roca viva, bajo la propia ciudad. El viejo nosferatu aunque no se mueve muy rápido no es tan perezoso y lento como cabría suponer al verle a simple vista... y parece que se conoce la zona como pez en el agua.

A medida que avanzáis Nathan trata de seguir con la conversación: - Espero que Art se encuentre bien, es un buen y viejo amigo mío... ¿qué clase de peligro percibiste en tu visión, querida? -

Antes de avanzar mucho te percatas que tu movil, rebasado cierto punto deja de tener cobertura por lo que la señal GPS para capturar vuestra posición va a dejar de ser útil*

Mmmm... Observé un poco dudoso, pensando en si debía o no intervenir. Finalmente, mientras giraba mi bastón sobre si mismo, comencé a hablar. Parece que poco a poco mi voz iba sonando más natural. Quizá sea solo una cuestión de costumbre.

- Yo vi a Fuller anoche, le encontramos haciendo un ritual algo extraño. La situación acabó resultando bastante peligrosa, aunque llegando cierto momento, el susodicho se dio a la fuga, y el grupo se dividió. Lamentablemente yo no fui del que se dio al de la persecución, por lo que desconozco como terminó la hazaña. A propósito de esto... ¿Alguien sabe algo de Teresa y Cohen?