Partida Rol por web

Way to Eden

Escenarios

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02/01/2018, 23:25
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Sólo para el director

Post reservado para la historia

 

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02/01/2018, 23:25
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Sólo para el director

Escenario 1: Lucasville (la cárcel)

The Southern Ohio Correctional Facility (comúnmente denominado como "Lucasville"), es una prisión localizada a las afueras de Lucasville, Ohio. La prisión, que fue construida en 1972, se clasifica dentro de las llamadas "prisiones de máxima seguridad". En sus mejores años podía albergar hasta 1625 reclusos, de entre los que se contaban los más violentos y peligrosos de todo el Estado, algunos de los cuales podían padecer incluso enfermedades mentales.

Durante sus años de funcionamiento, eran habituales las noticias de asaltos, peleas y un uso desmedido de la fuerza, tanto por el personal de seguridad como por los prisioneros. Sin embargo, dentro de sus muros operaba una zapatería donde los convictos podían labrarse un futuro, así como clases de educación básica para adultos, los medios para obtener el GED y cursos de formación profesional. Además, en sus alrededores se había habilitado un pequeño huerto dedicado a la agricultura.

Sin embargo, en el último año un fuerte terremoto ha acabado debilitando las estructuras que habían quedado descuidadas por el abandono del gobierno, desaparecido tras la ferocidad del virus. La torre de vigilancia se desplomó sobre el pabellón 2, donde se encerraba a los delincuentes más peligrosos, y destrozó los terrenos de la huerta. El único lugar que, aparentemente, no se vio afectado, fue el pabellón principal, de dimensiones algo más reducidas e instalaciones más modestas, pues todavía mantenía la distribución original de los '70.

En el momento de llegada de los protagonistas, Lucasville estaba tomada completamente por los presos. Habiéndose hecho con el control de la armería, y con los guardias más ocupados en regresar con sus familias que en contenerlos, estos rápidamente se dieron cuenta de que el lugar más seguro del Estado era entre los muros de la prisión de la que tanto tiempo soñaron con escapar. Aun así, muchos siguieron a los guardias huidos, buscando pasar con sus familias sus últimas semanas de vida. Los pocos que quedaron dentro de la cárcel, lucharon entre sí para alcanzar el control del grupo, de la prisión, de los alimentos y de las armas. Las muertes se contaron por decenas, hasta que finalmente los asesinatos, las fugas y las enfermedades acabaron dejando una población de tres reclusos. Sin embargo, esta soledad fue efímera, y pronto comenzaron a llegar supervivientes que necesitaban abrigo y amparo de los elementos, y Axel Marsalis, el prisionero que se había alzado con el control del lugar, fue el encargado de repartir deberes, tareas y muy pocos privilegios.

El poco mantenimiento durante estos cinco años, los primeros riots que tuvieron lugar cuando los presos tomaron el control de la cárcel, y el embiste constante e implacable de los elementos han dejado Lucasville como un lugar seguro pero insalubre. La comida de la cocina se acabó hace años, y sin el huerto que había abastecido las reservas alimenticias de los habitantes, pronto el hambre se hizo palpable entre ellos.

  

 

 

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02/01/2018, 23:29
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Escenario 2: La carretera

No ha sido fácil para las construcciones humanas sobrevivir a la implacable fuerza de la naturaleza. En cinco años, terremotos, tornados, y la acción del sol han agrietado las carreteras, hecho brotar las plantas por donde los hombres trataron de crear territorios yermos, y se han desplomado árboles y postes del tendido eléctrico, creando puentes accidentales de lado a lado de las calzadas. 

Al amparo de las señales de tráfico descoloridas, los cadáveres de los coches abandonados sustituyen a los animales salvajes de antaño, que agonizaban, atropellados, a un lado de la carretera. Parece que, efectivamente, lo único que ha muerto con los seres humanos ha sido la tecnología y el avance a costa de la naturaleza. Pareciera que en el mundo sólo reinara la quietud de esta última. Animales salvajes y perros cimarrones campan a sus anchas, mientras los árboles y arbustos se ciñen sobre la carretera como único amparo de los caminantes. 

Sin embargo, caminar por terreno asfaltado tiene sus peligros: los grupos de carroñeros todavía los utilizan para desplazarse con facilidad en medios de locomoción customizados para paliar la falta de gasolina, neumáticos y aceites refinados. Estas personas han regresado a la vida nómada de sus antepasados, exprimiendo cada nuevo territorio que encuentran en busca de supervivientes, víveres y lugares en los que resguardarse de los temporales. 
Por otro lado, no hay que menospreciar la amenaza de los Croat. Hace tiempo que sus ataques son más que fortuitos, pero siguen ahí fuera. Al fin y al cabo, basta con que uno solo de ellos infecte un asentamiento para que vuelva a haber un buen grupo deambulando, con el único objetivo vital de expandir el virus.

  

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03/01/2018, 15:22
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Escenario 3: El parque de caravanas

El parque de caravanas podría parecer perfectamente salido de la serie Me llamo Earl. Un lugar inhóspito, sin asfaltar y con una hilera de caravanas alargadas de aluminio como única señal de presencia humana, amén de la cantidad de basura acumulada contra las mismas casas. Aquí y allí aún se puede apreciar el esqueleto de algún vehículo que antaño serviría para transportar los hogares con ruedas, pero ahora han quedado sólo como carcasas oxidadas y vacías, testigos mudos del declive de la civilización, cuyos neumáticos se han deshecho por el sol.

Cada caravana tiene una apariencia rectangular, con ventanas a ambos lados y un pequeño porche con escalinata de entrada. Todas se encuentran elevadas del suelo por unos improvisados cimientos de bloques de cemento, para evitar que las alimañas se cuelen en el interior. Dentro, las decoraciones son tan variadas como sus ocupantes, aunque todas mantienen el mismo estilo redneck que se correspondería más a un pueblo sureño que a un parking de caravanas en el norte de Estados Unidos. Sin embargo, la extensión de la enfermedad fue tan virulenta, y hubo tantas migraciones, que la idea de un poblado sureño en Ohio simplemente resulta anecdótica.
Así pues, aunque resulte extraño a ojos de un superviviente acomodado, hay personas viviendo en este parking. A pesar de que las casas están, en su mayoría, oxidadas y en muy mal estado; a pesar de la basura que rueda por el suelo con cada cambio de viento, o la maleza creciendo salvajemente en mitad de los caminos: hay evidentes signos de vida. Entre ellos, un cartel a la entrada que reza:

"Gente viva dentro"

Luego, el sonido inconflundible de un instrumento de cuerda, quizás una guitarra. El llanto de un bebé. Perros ladrando. Sí, sin duda, a pesar del aspecto desolado del lugar, hay gente que ha conseguido encontrar allí un hogar.

    

 

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03/01/2018, 15:23
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Escenario 4: La granja

Ver una construcción humana durante los años posteriores al virus no era extraño. Lo extraño era encontrarla en pie, en condiciones decentes, y con signos de vida humana en su interior. 
La granja era pequeña en comparación con los terrenos vallados que la circundaban: casi dos hectáreas de campos sembrados y arados, listos para la recolección tardía de finales del otoño. La siega del trigo había dejado un campo dorado y plano, pisoteado por máquinas y animales, y el otoño comenzaba a dar sus frutos en forma de hortalizas como cebollas, apio y remolachas, todas brotando tímidamente del suelo con sus ramas verdes al sol. 

Al fondo, un montón de árboles de marple desecaban sus hojas marchitas, olvidados ahora que los dulces azucarados no eran una prioridad en la alimentación. Obviamente, alguien sabio había planificado un cultivo inteligente para alimentar a, al menos, una pequeña familia, desechando el cultivo que antaño habría dado dinero al fondo familiar.
A pocos metros de la casa principal, una pequeña construcción de madera con contraventanas atrancadas pero el porche aseado y recién barrido, un granero se alzaba con un aspecto igual de viejo pero cuidado que la casa. Este albergaba vida animal, ya que los relinchos irritados de los caballos, y los mugidos lastimeros de las vacas se podían escuchar antes incluso de atravesar el cercado que delimitaba la propiedad.

   

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03/01/2018, 15:23
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Escenario 5: La cabaña

La desaparición de los seres humanos ha traído muchas consecuencias: peligro de fisión nuclear en todas las centrales abandonadas; la proliferación de la flora y la fauna salvajes, y el descenso de la temperatura en la tierra, entre otras. Cuando parecía que los veranos iban a ser cada vez más calurosos, y los inviernos menos cruentos y más húmedos, la naturaleza había conseguido reconducir su curso hasta encontrar el orden natural de sus ciclos. Por este motivo, a mediados de noviembre el cielo comenzó a cubrirse de un manto de nubes grises, y el viento serpenteaba gélido por entre los árboles. En pocos días, los supervivientes apenas podrían recordar la bonita tonalidad azul que tenía el cielo sobre sus cabezas, pues el blanco y el gris invadieron la paleta de colores de la naturaleza.

En poco menos de un par de semanas, comenzó el invierno. La nieve caía en gruesos copos que no tardaron en cuajar sobre la biomasa del bosque, dificultando cualquier movimiento, enfriando los ánimos y empeorando el dolor de las heridas. La ropa se empapaba a los pocos pasos, los alimentos conservados se hicieron tan duros que las mandíbulas se resentían al masticar, y por las noches se hizo prácticamente imposible dormir sin un equipamiento adecuado contra el frío.
Decían que el calor era insoportable, pero eso es porque nunca se habían enfrentado a una ventisca sin estar preparados.

Así pues, como venida del cielo, en el peor momento y cuando las fuerzas parecían flaquear más que nunca, una cabaña abandonada salió al paso: pequeña y humilde, pero con los cristales protegidos por contraventanas de madera, y el tiro de la chimenea en pie, parecía que Dios mismo la hubiese depositado allí para los helados supervivientes, justo antes de la hipotermia. Rodeada de un espeso bosque, esta pequeña cabañita había sido construida en el último siglo, por lo que aún mantenía ciertas comodidades: un baño relativamente funcional, una estufa de leña y una cocina de gas, con algunas bombonas escondidas en alguna parte. No era mucho, pero desde luego era mejor que perecer de frío en mitad de una tormenta de nieve.

  

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03/01/2018, 15:23
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Escenario 6: La autopista

No fueron pocas las personas que trataron de abandonar el país a toda costa. De pronto, comprendieron que sus vidas valían más que todas aquellas cosas que antes habían considerado esenciales: móviles, portátiles, televisión, ese espejo antiguo o el armario lleno de ropa. Con su vida en peligro, cualquier bien mundano había recuperado el valor que siempre había tenido: ninguno. Pero para cuando la humanidad se dio cuenta de ello, ya era tarde. Con los aeropuertos cerrados, y el transporte público fuera de servicio, el coche se convirtió en el único medio para salir del país. 

Durante el primer brote del virus las carreteras y autopistas se colapsaron, aunque las personas huían de un mal invisible. Era imposible saber cuándo alguien se había contagiado mortalmente, imposible conocer el alcance del virus. Imposible huir de él.
Durante el segundo brote era más fácil ponerle rostro al mal, pero más violento caer presa de sus garras. Si durante la primera etapa se abandonaron coches en las carreteras para poder huir a pie, en el segundo las personas los usaron como bloqueos contra ataques, o, peor aún, se vieron forzados a detenerse debido a un gran atasco causado por una marabunta de aquellos infectados.

En cualquier caso, el destino de los dueños de los vehículos, aunque desconocido, no pareciera que fue halagüeño. Ocultados entre los restos oxidados de los coches, aún pueden verse desechos cadavéricos: huesos, amasijos de carne infectados de moscas, rastros de sangre negra. Lo único bueno de este lugar, además del camino relativamente recto por el que circular, es que parece que el último ataque ocurrió hace mucho, mucho tiempo...
 

 

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03/01/2018, 15:23
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Escenario 7: Alcantarillado

Cuando el virus alcanzó una escala de pandemia, la primera advertencia de las autoridades fue clara: evitad los núcleos urbanos. El riesgo de contagio en un lugar con una densidad de población medianamente grande crecía exponencialmente, por lo que las ciudades se vaciaron a una velocidad vertiginosa. Si es que quedaba alguien en pie con las fuerzas necesarias para huir.
Cuando el virus mutó, no había autoridades que advirtieran del peligro de quedarse en un lugar poblado, pero los supervivientes aprendieron pronto: a veces la soledad es la mejor aliada. Nunca sabías si esa sombra en la oscuridad era un amigo en busca de la linterna o un Croat dispuesto a abalanzarse sobre ti.

Con el paso de los meses, sin embargo, los vivos se convirtieron en un agente aún más peligroso que los muertos; grupos de carroñeros, cazadores de humanos y saqueadores se movían por las ciudades como pez en el agua. Al fin y al cabo, eran el mejor lugar para encontrar recursos... y supervivientes.

Por lo tanto, atravesar un antiguo núcleo urbano era mucho más fácil a través de la red de alcantarillado: la posibilidad de encontrar a alguien, vivo o muerto, descendía. 

Sin embargo, no era un paseo agradable. Aunque el residuo de aguas fecales había descendido abruptamente desde el fin de la humanidad, aquellos pasillos húmedos y oscuros aún recogían los restos de aguas pluviales, cadáveres de ratas ahogadas y un sinfín de alimañas que preferían ampararse en la fétida oscuridad. Los derrumbamientos debido a la falta de uso eran habituales, pero lo peor, sin duda, era el olor. El olor es penetrante e indescriptible: moho, descomposición, desechos... Afortunadamente aún restaban en pie algunos tramos modernos por los que se podía pasear sin tocar el agua del fondo, pero no siempre era así, pues había canalizaciones tan estrechas que era necesario hundirse hasta las rodillas para poder avanzar. Sólo las personas con el estómago fuerte podían atravesarlas sin náuseas. La falta de luz natural, y por tanto, de visibilidad, tampoco ayudaba.

Pero ¿quién no se ha endurecido en todo este tiempo?

 

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03/01/2018, 15:23
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Escenario 8: Iglesia

"Y había un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco (...) Y salió otro caballo rojo, y al que montaba sobre él se le concedió quitar la paz de la tierra (...) Y había un caballo negro, y el que montaba sobre él tenía una balanza en la mano (...) Y había un caballo parduzco, y el que montaba sobre él se llamaba Muerte, y le acompañaba el Infierno".

(Apocalipsis 6, 1-7)

El apocalipsis había llegado, pero no de la forma en la que los Evangelios habían predicho. Había habido una peste, sí, y una hambruna en consecuencia, pero nada en forma de caballos o seres divinos dispuestos a repartir justicia y levantar a los muertos o raptar a las almas vivas para llevárselas al cielo. Muertos y vivos habían quedado en la tierra, a merced de la naturaleza. Polvo eres, y en polvo te convertirás.
Por aquel entonces, tres años después del primer brote del virus, hasta el más cínico había rezado en alguna ocasión: algunas veces para pedir un día más de vida, y otras para morir rápidamente y poder así reunirse con su familia. 

Por muchos rezos que expresaran, ninguno de ellos esperaba encontrar una típica iglesia rural en mitad de aquel prado dejado de la mano de Dios. De un sola planta y sin más protección que sus paredes de madera, parecía casi un milagro que hubiese sobrevivido al paso del tiempo, pero salvo por la pintura desconchada de la fachada, apenas parecía maltrecha. A unos pocos metros, un modesto cementerio con lápidas de piedra señalaba el lugar donde habían sido enterrados los personajes del lugar, desde colonos del siglo XIX hasta ancianos granjeros del siglo XX. Sólo unas pocas rudimentarias cruces de madera sobre tierra recién removida señalaban que aquel cementerio todavía se ocupaba de sus muertos.

 

 

 

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03/01/2018, 15:24
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Escenario 9: La ciudad

A pesar de que todos tenemos en mente los típicos barrios de rascacielos de la cultura popular estadounidense, lo cierto es que, a la hora de la verdad, una gran parte de la población prefería huir de las grandes urbes y criar a sus hijos en pequeñas ciudades con una sola avenida principal, y casitas dispuestas en calles cul-de-sac

La disposición más frecuente de estos centros urbanos es el plano en damero, con un modelo concéntrico, nacido de los mismos albores de la fundación de América: una calle principal como centro de negocios; unos barrios intermedios formados por inmmuebles relativamente antiguos y poco elevados; y la periferia, donde vivían los ciudadanos de clase media-alta. Es en este lugar donde se pueden encontrar la mayoría de servicios de centros comerciales, industrias de tecnología punta, y parques residenciales. 

La ciudad de Kent, en Ohio, no es diferente. Cercana a un río y con una antigua estación de tren como todo centro histórico, lo que más destacaba de ella era la universidad, arrasada por el último tornado -por otra parte, bastante comunes en la zona-. Hoy por hoy, esta pequeña ciudad, aparentemente despoblada, se enfrenta a desafíos comunes al resto de ciudades en el mundo: la degradación de los equipamientos urbanos debido a los daños naturales y los saqueos previos al apocalipsis total; la invasión de la naturaleza sobre la construcción humana; y, en general, la sensación de colapso de la civilización que se ha podido ir observando en cualquier lugar que antes hubiese estado ocupado por el hombre.

La fauna salvaje, como ciervos y osos, campan alegremente a sus anchas por el pueblo. La antigua biblioteca, antes mimada por un ayuntamiento cuyas arcas rebosaban de recaudación, ahora es sólo un edificio que alberga libros podridos tras la última inundación. El río, en proceso de descontaminación antes del virus, ahora corre libre y salvaje, portando agua limpia, vegetación, y peces de agua dulce. Kent se está convirtiendo de nuevo en lo que una vez fue: un lugar bello y salvaje, indómito y libre.

Hasta que los humanos regresen de nuevo.

 

 

 

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03/01/2018, 15:24
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Escenario 10: El hospital

Tras tantos años de declive de la civilización, la visión de los supervivientes se había acostumbrado a la herrumbe y la degradación de cualquier construcción humana. Por lo tanto, encontrar un lugar aparentemente en buen estado, sin tuberías rotas, tejado hundido y paredes recién pintadas, no sólo era extraño, sino prácticamente insólito.

Así pues, ¿cómo creer que un antiguo hospital infantil podía seguir manteniéndose en buen estado después de todos aquellos años?
Se trata de un recinto de baja complejidad, con una sola planta y probablemente construido en la última década. Un amplio aparcamiento da la entrada al hospital, antes acristalada y ahora cubierta por una maciza puerta de barrotes de metal con un enorme candado. A las afueras de un pequeño pueblo y bien comunicada por carreteras, este hospital pediátrico probablemente recibía a los niños de gran parte de la zona, pues aunque sus dimensiones no son excesivas, parece muy bien dotado de material médico.

 

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03/01/2018, 15:24
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-Camino impracticable - bosque

Cuando hablamos de bosque nos referimos a un ecosistema en el que predomina la vegetación frondosa y de gran tamaño, por lo general extendida a lo largo de grandes terrenos, adaptados a distintos tipos de clima, tierra y relieve. Estos grandes depósitos vegetales contienen buena parte de la biodiversidad del planeta y están repartidos en los cinco continentes.

En el bosque florece lo más bello una mezcla entre lo espiritual y lo terrenal

Nace un hermoso conjunto de organismos vegetales que llenan este mundo de aire y hermosura
Se extiende en grandes y pequeñas areas que sirven de hogar y protección de cientos de animales
Cuando pasas en medio de el es inevitable que su presencia no te cubra,
Te llenas de diferentes olores, olores a diferentes flores, frutas que cobran vida,
senderos llenos de cuentos, mitos e historias que surgen a partir de el.
Esto es un bosque un lugar mágico que recubre gran parte de nuestra tierra
y que poco a poco se va cosumiendo por el hambre voraz del hombre a construir nuevas ciudades
en este año, El año internacional de los bosques
debemos recapacitar sobre la importancia que es tener estos espacios en nuestro mundo
espacios que nos garantizan nuestro aire puro y un futuro menos contaminado.
 
BOSQUE: es un lugar en donde se encuentran varias especies de arboles de diferentes tamaños mayores de 10 años.
 
TIPOS DE ARBOLES: se determina de acuerdo a la región en donde se encuentren las especies endogenas.
 
TIPO DE CLIMA: se determina de acuerdo a los tipos de especies de flora y fauna en el que se adapten estas especies.
 
TIPO DE SUELO: se determina para saber la fertilidad del bosque.
 
FLORA Y FAUNA: para determinar y conocer las especies que se encuentran en la superficie boscosa.
 
UBICACIÓN: nos sirve para determinar el lugar en donde se encuentra el área boscosa.
 
LLUVIA: se determina para saber la precipitación fluvial en la región. (DEFINICIÓN POR EQUIPO).

BOSQUE: es un lugar en donde se encuentran varias especies de arboles de diferentes tamaños mayores de 10 años.
 
TIPOS DE ARBOLES: se determina de acuerdo a la región en donde se encuentren las especies endogenas.
 
TIPO DE CLIMA: se determina de acuerdo a los tipos de especies de flora y fauna en el que se adapten estas especies.
 
TIPO DE SUELO: se determina para saber la fertilidad del bosque.
 
FLORA Y FAUNA: para determinar y conocer las especies que se encuentran en la superficie boscosa.
 
UBICACIÓN: nos sirve para determinar el lugar en donde se encuentra el área boscosa.
 
LLUVIA: se determina para saber la precipitación fluvial en la región. (DEFINICIÓN POR EQUIPO).
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03/01/2018, 15:25
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Escenario 12: Paradise City.

Medinat Yisrael