Partida Rol por web

En principio no conoces ningún sitio en la facultad. En la caseta del guardia podría estar su cartera y demás, o en algún bolso perdido que alguien haya dejado mientras va a por un café... pero hoy es que no hay nadie. Hay ordenadores en todods sitios, la biblioteca, los laboratorios... etc... pero no mucho más.

El grupo se mueve en dirección a la caseta del guardia. En un cajón creo recordar que había una maldita linterna..., piensa Wilmor. Conrad primero seguido de Wilmor que lleva a Rose del brazo amablemente. Luego Franky y Jim y en la retaguardia Oliver. Avanzan despacio aunque el espacio que han de recorrer es de unos 10 metros...

De repente, un violento sonido rompe absolutamente el silencio... El ruido viene de la puerta de entrada... Alguien aporrea la cristalera y grita desesperadamente pañabras que de momento os parecen ininteligibles... La puerta metálica con cristal de vidrio golpea ruidosamente al ritmo de empujones y puñetazos... presuponeis. ABRID, ABRID, VAMOS ABRID LA PUERTA!!!!! Ahora sí os llegan claros los gritos desde el exterior. Desde donde estais no veis la entrada, tendreis que acercaros...

Rose aprieta el brazo de Wilmor con fuerza.

Oh Dios. Quien grita de esa manera... Dios mío, que pasará ahí fuera.... son gritos desesperados, casi inhumanos... Dios mío!

¡Joder, vaya un espectáculo que se está montando a estas horas!

Corniack mira al guardia de seguridad barrigudo, al friki de la informática, al estudiante con pinta de emo y que parece aun más pasota que él mismo, a la mujer gritona que parece la pitonisa que salía en ghost y al mecánico gruñón salido del cuento de Blancanieves. Mira al suelo y sólo le sale.

Bufff, si llego a saber que iba a encajar en un grupo de freaks así esta mañana, me hubiese quedado durmiendo tan tranquilo.
¡Ey gordito!-A Wilmor.-Protege tu territorio sheriff, ya no sólo es que haya un montón de gente a estas horas en la facultad, sino que también están tratando de entrar.

Me separo lentamente, dejando que tomen la delantera y remoloneando mientras finjo atarme los cordones o algo similar. Cuando han desaparecido doy la vuelta en dirección a las mesas de jardin y la pecera, buscando cualquier objeto abandonado o algo interesante.

JOOODEEERABRID VAMOS-grita agudamente el hombre que lleva una bata blanca, como las del hospital, pisando unas palabras con otras.

Sigue golpeando la puerta, en su mano izquierda tiene un pequeño muñeco infantil, algo desgastado y sucio. Los golpes son fuertes con ambas mano, incluso le duelen. Pero no le importa.

Tras unos instantes, pega su cabeza contra el cristal para intentar ver el interior. Sin recordar que lleva gafas, golpea con ellas el cristal y se hace daño. La piel de su cara contra el cristal configuraría una mueca tétrica si no fuese por como es en general.

VAMOSHAY ALGUIEN. VEOLUUZ-sigue gritando mientras salpica de saliva la zona del cristal pegada a la boca-RÁPIDO VIENEN

NONONONONONONONO, NOOOO YO NO ME COMO A NADIE JODER. NO SOY COMO ESOS-grita esta vez más fuerte que otras veces mientras ahora ya no solo golpea con los brazos y el cuerpo, sino también con la cabeza. Intentando romper la puerta.

Seguro que caeeee, estaré seguro dentroooo

VAVAVAVAAAAAAaaahh-grita ahora ya desesperadamente, un grito que termina pronto acompañado de un espasmo general.

El hombre sigue golpeando la puerta, mientras su miedo y temblor van en aumento.

La cara de Rose es de auténtico pavor. Tenemos que abrirle a ese pobre hombre! Algo le pasa. Pobrecito como grita... que es lo que dice? No le entiendo mucho, pero me da pena.

Rose es una buena persona. El miedo se le pasa un poco al ver que alguien tiene problemas más importantes que los de ella, ya más segura en compañía del grupo...

El grupo se separa unos metros de ti. Lo suficiente como para sigilosamente caminar en la dirección contraria.

En la penumbra no ves nada de provecho. Mientras te alejas escuchas el barullo que se está montando en el exterior. Alguien grita desesperadamente en la puerta principal del edificio. No sabes que hacer por un momento. Si volver con la gente o seguir buscando algo de provecho. De repente recuerdas... El informático. Igual se dejó la puerta de la biblioteca abierta... Quien sabe.

Se disponía Wilmor a entrar en la caseta a por una linterna, cuando escucha los golpes en la puerta principal.
Joder! Pero se puede saber que demonios pasa ahora? Mierda de noche!

Wilmor guarda de nuevo las llaves con las que iba a abrir la caseta, dejando la búsqueda de la linterna para más tarde. Primero quiere comprobar quien demonios está aporreando la puerta. Con cara malhumorada, Wilmor hace un gesto para que le sigan, y se acerca hasta la puerta de entrada. Cuando llega hasta allí puede observar al hombre que golpea la puerta. Rápidamente, Wilmor saca las llaves para abrir la puerta, antes de que rompa los cristales.

¿Pero se puede saber que haces? ¿Te has vuelto loco? ¿Acaso quieres tirar la puerta abajo?- pregunta al extraño, mientras rebusca la llave de la puerta principal-. ¿Joder, pero es que no puedo tener una noche tranquila?- la rechoncha cara de Wilmor va tomando cada vez más un color rojizo por la ira.

El grupo se acerca hasta la puerta acompañando a Wilmor y Rose. La puerta se abre dejando vía libre al individio que había fuera... Parece asustado, muy asustado. Lleva una bata blanca de hospital, manchada de comida posiblemente. Va en pantuflas y totalmente despeinado y sin afeitar.

Rose se adelanta un poco para recibirle. Vamos, tranquilo. Tranquilo...

Cuando se abre la puerta, el hombre gira la cabeza para mirar hacia atrás. Tras un segundo de duda mira al grupo de gente. Encorva el cuerpo un poco hacia delante para poder acercar la cabeza y analiza a la señora. Tras dudar de nuevo se abalanza sobre ella.

OHHHH-grita angustiado-Gracias-Gracias-Gracias.-dice casi sollozando, agarrado al cuello de la mujer.

Tiene la respiración agitada y nota como el corazón intenta salir de su lugar. Está muy pálido y con el rostro desencajado. Pequeñas gotas de sudor humedecen toda su cara y a la vez su grasiento pelo que por supuesto está sin peinar.

CIERRAAAAA ¡¡QUE HACES!! CIERRA LA MALDITA PUERTAAA-vuelve a gritar inesperadamente mientras sigue temblando todavía abrazado a la señora.

Un segundo después calla y se queda quieto. Con gestos roboticos vuelve a su posición normal, encurvado, con los brazos caídos.

MANI MANI MANI MANIIIIIIII ¿Dónde estás?-grita mirando obsesivamente hacia todos los lados, después posa la vista en cada uno del grupo-¿Habéis visto a Mani?

Tras la pregunta se lleva ambas manos a la cara como gesto de desesperación y decepción. Justo cuando iba a empezar a sollozar se queda mirando fijamente el muñeco mientras lo aleja poco a poco de él mientras pestañea, siempre, dos veces.

MIerda, esto se sale de madre...

Conrad se queda iluminando la escena, pero a una distancia prundecial, esta claro que el tipo que aporraba la puerta no está muy bien...

Eh! el del muñeco, ¿te has escapado del hospital o qué?

Sin esperar a que le conteste y jugando con el palillo en la boca dice.

Hay que poner en marcha ese generador, hacer unas llamadas telefónicas y que cada uno se vaya a su casa.

Ilumina al informático con la linterna.

Tu sabrás algo de "chispas", ¿no?. Vente conmigo a la séptima, hay que encender el generador y yo necesito ayuda. Creo que Wilmor esta un poco liado aquí abajo y hay que iluminar esto otra vez.

"El loco" centra la atención del grupo. El tumulto que se ha montado es importante... Dice cosas inconexas y nadie parece prestarle mucha atención. En el barullo, en medio de la oscuridad, nadie se ha dado cuenta aún de que el joven Oliver no está con el grupo...

Mani? Quien es Mani? No hemos visto a nadie más. Tranquilo. A que tanto ajetreo?

Rose intenta tranquilizar al hombre. Es como tranquilizar a Miximilian, cuando le dan los ataques... La mujer se acerca un poco más...

Aquí no hay peligro. Nadie va a hacerte daño. Ni a comerte ni nada por el estilo. Sólo se ha ido la luz. De repente, Rose, olvida que hace solo unos minutos lloraba de miedo debido a las tinieblas.

Alternando la mirada, primero hacia el muñeco y luego hacia la señora responde diciendo:
Él es Mani, pensé quese habíaperdido.-al hablar escupía una pizca de saliva, aunque nada comparado con la mancha que había dejado en el cristal.

Acogiendo de nuevo el semblante temeroso, mira al resto de gente.
¿¿No están por aquí esos canibales?? No-no me han seguido...-añade esta vez con un tono más bajo, pestañeando dos veces, como hacia unos segundos.

Joder, esos gritos! ya me parecía que eran una panda de tipos raros pero parece que viene de fuera. Durante un segundo dudo si ir a la puerta aunque ahora que estoy sólo no me esfuerzo en disimular que estoy algo asustado, mi cara me delata. Más vale tirar millas.

Recordando de repente al tio de las gafas de pasta corro hacia la biblioteca, si se hubiese dejado la puerta abierta seguro que encontraría algo interesante. Sólo faltaba haber venido para nada.

Corres raudo a la biblioteca. Tus zapatos de goma te hacen silencioso. Sientes un poco de miedo. La oscuridad y esos gritos... no auguran nada bueno esta noche. Tal vez aberme quedado en casa con una pizza y un buen comic de Ultimate Spiderman podría haber sido una alternativa... Pero ya estoy aqui...

Estas casi llegando a la biblioteca, cuando un nuevo tipo de ruido llega a tus oídos. No distingues lo que es. Viene de abajo. Una especie de golpes amortiguados. Son casi rítmicos... No sabes lo que es... Quizás sea algún generador intentando ponerse en marcha, piensas para tus adentros.

Llegas por fin a la puerta de la biblioteca. Está cerrada, pero no está echada la cerradura... Puedes acceder a ella si quieras. Dentro, la oscuridad es aún mayor.

Vaya crisis que tiene el pobre, piensa angustiada Rose.

Caníbales? No, tranquilo. No hay ningún caníbal. Nadie te ha seguido y nadie va a comerte...

Wilmor cierra la puerta en cuanto el extraño entra dentro, más por el viento que por lo que dice el hombre. Echa una mirada hacia fuera a trabes de los cristales de la puerta.
Eh, tu, chiflado… ¿se puede saber a que viene tanto alboroto?- Wilmor parece notablemente enfadado-. ¿Qué caníbales ni que… estas no son maneras de entrar en un sitio, me escuchas?

Resoplando, Wilmor se gira hacia Conrad.
Si vais a subir, antes ayúdame a encontrar la linterna que guardo en la caseta, Conrad.

Bueno, Rose, ya estamos en la puerta. Será mejor que te marches a casa y descanses.

Conrad sen encoje de hombros, se mete a la garita y empieza a revolver cajones en busca de una linterna.

¿Donde has dicho que la escondes? aquí no hay quién encuentre un carajo.