Partida Rol por web

Abrís los ojos lentamente, podéis ver que estáis otra vez en vuestra habitación, en la de verdad, en vuestra casa. Os tocáis el cuello y veis que no tenéis el collar en el cuello. ¿Habría sido todo un sueño? Pero llega un mensaje a vuestro teléfono. Con un sudor frío procedéis a leerlo.

"¡Enhorabuena!

Y como todo juego, tendréis que ganar algo, a partir de ahora recibiréis una pensión mensual de 50.000 $, como signo de vuestra victoria. Siempre y cuando no contéis esto a nadie, no os creerán y lo único que conseguiréis es perder vuestro valioso y merecido premio, no contestéis a este mensaje, a no ser claro que queráis volver a participar y doblar vuestro premio..."

Tras el mensaje sale una lista, con los cuatro supervivientes y con sus respectivos números de teléfono. Parecía que el juego había llegado a su fin, lo que ocurriera a partir de ahora estaba en vuestras manos.

Leo el mensaje y miro los números que aparecen en mi móvil personal.

Busco a tientas un bloc de notas que suelo dejar en la mesita de noche y cuando lo encuentro, aún echado, tomo nota de un único número de teléfono.

Después extraigo la tarjeta de mi móvil y la doblo hasta partirla por la mitad.

Enciendo la luz de la mesita de noche, me siento en la cama, me paso una mano por la cara para quitarme el embotamiento y descuelgo el teléfono fijo.

¿Zack? Buenos días. ¿Cómo? Sí, he estado un par de días desaparecido, algo importante. Pero ya he vuelto. - Zack era mi asistente. Trabajaba en B.A.P. y era bueno en lo que hacía. - Por desgracia he perdido mi teléfono móvil y todos los contactos y llamadas que pudiera tener de estos días se han perdido. ¿Puedes intentar solucionarlo? Perfecto. Sí, nuevo móvil. Simple, como siempre, nada de última generación. ¿Qué? No, no. Nuevo número. Sí.  He dicho que sí. Nuevo. Totalmente nuevo. Perfecto. Vale, gracias. ¡Eh! ¡Oye! una cosa más. ¿Recuerdas la sede de Kenya, que nos estaba pidiendo apoyo de la central? Sí. Organízame un viaje para finales de la próxima semana. 4 pasajes en primera. ¿Qué? Sí 4. Sí en primera. Lo sé, siempre viajo en turista, pero dos pasajes son para niños. No quiero que hagan un viaje tan largo en turista. Sí... Niños. ¿Cómo? Jajajajaja. Sí, he vuelto bastante raro. Pero cuento contigo. A media mañana me tendrás allí y hablamos. Venga Zack. Hasta luego. Muchas gracias.

Cuelgo el teléfono y consulto el número que he anotado, después lo marco en el dial del teléfono de la mesita.

¿Hola? Soy Henry.

"Eso de que no nos creerían habría que verlo, para algo hay una investigación al respecto." La parte desafiante de Vanessa salió a la luz una vez más. Sin embargo no tardó en disiparse. Estaba en su casa, había pasado dos noches fuera. 

Se pego una ducha caliente, se quitó el viejo maquillaje. La ropa limpia le sentó como una bendición. Paseó por la casa y abrió las ventanas dejando que el ruidoso Londres entrase en su cuarto. Tras el fin de semana, sus niñas volverían ignorantes de lo ocurrido. 

Suena el teléfono

-Lo siento, no estamos interesadas en comprar biblias.- Se hizo el silencio un par de segundos.- Lo que ha ocurrido no ha sido un sueño ¿verdad?...

La conversación se extendió un par de minutos más, mientras encendía y consumía su último pitillo. No iba a acelerar su muerte, había sobrevivido sin saber bien como. No tenía miedo a lo que había dicho Foissard, su autoridad no llegaría tan lejos y nadie le apoyaría. Suspiró.

-Entonces nos vemos en el aeropuerto. Las niñas van a alucinar.- Le lanzó un beso a Henry por el auricular.

Comenzó a preparar maletas y mirar por internet los requisitos de los pasaportes, les esperaba por delante un viaje muy largo. Además, tenía que encontrar la forma de facturar a Betsy, por si acaso.