Salgo de mi cuarto tan aseada como puedo. Había dormido prácticamente desnuda, colgando mi ropa a los pies de la cama. Vestida con la misma ropa del día anterior, me sentía incómoda. Necesitaba una ducha y ropa limpia. No había dormido, así que no me había dejado el maquillaje en la almohada, pero sinceramente, necesitaba discos desmaquillantes.
Me acerco al cuarto de Ian y llamo a la puerta.
- No es porque quiera interrumpir la relación entre dos cadáveres y tú, pero me gustaría entrar a examinar los cuerpos.
entro
Jamel se levanta de la silla donde ha estado descansando estos días y queda horrorizado ante el fino hilo de sangre que salía de la habitación de Ian y de McDoma.
-El juego ha empezado.-pensó.-y realmente la gente está dispuesta a jugarlo. Creo que debería intentar conocer a mis vecinos.
Saca de la pequeña cajetilla guardada en su bolsillo interior de la gabardina un cigarro que enciende y se lleva a la boca antes de decidirse por moverse a otras habitaciones, específicamente a la de Steven Hyde. Antes de tocar a la puerta, saluda con la mano a la señorita Meyers
Toco la puerta de la habitación de Steven en espera de respuesta
Al abrir la puerta de su habitación una gran humareda sale de la estancia con un fuerte olor a buen hierba quemada. -Hola tío, ¿Que quieres? -Pregunto ocultando sus ojos detrás de sus gafas ahumadas.
Montserrat salió de su habitación con los restos de lo que parecían patatas fritas (todo 100% vegano, por supuesto) en su bigotillo, otra parte de su precioso cuerpo a la que no estaba dispuesta a renunciar. Negar su bigote era negarse a sí misma.
Sin embargo, dejando de lado el atractivo de su mostacho, se acercó a Vanessa, a la que ya reconocía como a la única aliada que tenía ahí dentro. A ella y a su riñonera, ¿qué haría sin ella en las fiestas del pueblo en la que lo daba todo?
— Vanessa, quiero hablar contigo... — Hizo silencio, cerró los ojos por unos instantes y la miró con toda la determinación del mundo. — ¿Tú el coño te lo depilas o qué? — Sacudió la cabeza y se centró en lo que verdaderamente importaba ahora. — Digo... Eres la única en la que confío de este sitio. Así que quiero decirte cual es mi rol y que tracemos un plan para la siguiente noche. Soy la vigilante y por las noches puedo observar la habitación de alguien para saber quien entra y quien sale. Ayer por la noche fui a casa de Daniel McDona, no es como si quisiera ponerme a tono con esos músculos cincelados por los dioses o algo así. El caso es que ya has visto como ha acabado y cual era su rol. Dime cual es el tuyo y de quien sospechas. Yo te diré que es lo hace en la siguiente noche... O que es lo que le hacen.
Y luego se rascó el sobaquillo, tanto drama la ponía de los nervios, y con los nervios venían los picores en las zonas íntimas.
Miro a la muchacha que necesitaba una ducha, cepillo de dientes y cuchillas de afeitar.
-Pues eres una vigilante muy ineficiente si no le viste salir de su cuarto. Lo que me hace pensar que lo que has dicho es mentira. Porque yo sé que salió de su cuarto. No murió en su habitación, si no en la de otra persona. Así que discúlpame, pero creo que mientes.
Camino hacia el bar donde probablemente encontrase a Henry.
- Si sobrevives una noche más, serás mi principal sospechosa.
Salgo.
Entro en mi habitación.
Salgo de mi habitación y salgo de le escena.
Atravieso en dirección a mi habitación y me meto dentro
Entro y salgo
-Buenas noches gentes de bien. -Saludo con la mano a quien pudiera oirle.
Entro a mi habitaculo
Salgo de mi cuarto con la ropa arrugada y hecha una furia.
- ¡Steven! ¡Maldito camello! Si has sobrevivido a esta noche te juro que te mato.-Golpeo la puerta de su habitación dando gritos.- !¿Como te atreves a drogarme, desgraciado?¡
Salgo del cuarto alertado por los gritos, aún poniéndome la camiseta.
¿Qué narices ha pasado aquí?
Salgo de mi habitación
Me giro hacia Henry, estaba muy enfadada y tenia el maquillaje por toda la cara. El rimel se había corrido con mis lágrimas.
- Anoche, cuando llegue al cuarto, nada más entrar, se me nubló la vista y perdí la consciencia. Alguien me drogó y estoy segura de que fue él. A saber que me hizo anoche mientras no podía defenderme. - Me detengo a leer el mensaje del móvil.- Si no ha muerto nadie... ¿No deberíamos morir todos según la primera regla?
Niego con la cabeza.
Si no estamos muertos es que han intentado matar a alguien pero no han podido.
Cuando abre la puerta Steven le saludo con la mano y me rasco la cabeza sobre el sombrero.
-Hey, perdona, estoy intentando conocer a todos un poco más, creo que si cooperamos podremos encontrar una solución. Estos días han sido muy locos y todavía no nos hemos presentado debidamente. Soy Debbouze, Jamel.
-Se gira para saludar a los demás.
-Jamel escucha el teléfono de su habitación sonar con una vieja melodía y se mete en su habitación para al rato salir.
-Señorita Meyers, ¿verdad? -dice mirando a Vanessa. -Sé que he estado bajo sospechas; pero necesito hablar con usted de asuntos importantes, ¿puede venir a mi habitación? No desconfíe de mí, sólo quedan dos asesinos y si acaba usted muerta por venir a mi cuarto todos sabrán que yo lo soy, sin embargo, tengo información interesante que hablar con usted y que promete que podrá ayudarnos a encontrar a los malhechores.
Entro en mi habitación esperando que Vanessa me siga
Antes de que te vayas, deberías saber que esta noche me han intentado asesinar a mi. Dos personas. No consiguieron entrar. Si alguien te dice que la puerta de mi habitación estaba cerrada, esa persona es culpable.
Ve con él si quieres. Yo hablaré con Steve y luego te pongo al día
Llamo a la puerta de la habitación de Steve sustituyendo a Vanessa.
Cuando vuelvas nos daremos un baño en esa piscina. Necesitas relajarte.
¡Steve! Soy Henry. Ábreme.
-Ni me fío de Jamel, ni tengo la necesidad de entrar en el cuarto de nadie. Además, confío en ti Henry. Si alguien quiere decirme algo, puede hacerlo contigo delante o en cualquiera de las otras partes de la casa cuando estemos a solas. - estaba muy nerviosa por todo lo ocurrido.