Me acerco a los barrotes que separan mi celda de la suya y hablo con Ayina, en un intento de que pudiera contestarme. Ayina... Ayina, ¿Estas bien?. La observo un poco para ver si reacciona un poco ante mi pregunta. ¿Porque no usaste tu habilidad? ¿Acaso era porque igualmente te harian lo mismo?... Me quedo un momento pensativa y digo con temor. Tambien me haran a mi lo mismo, ¿Verdad?...
-Si la uso, estaría cediendo...esa es la realidad, te he dicho que sino te puedes resistir a lo que te hacen...entonces no puedes tener esperanzas...hubieran parado, pero entonces no serviria de nada...(se acercó al cubo de agua y se lo arrojo por la cabeza, para poder limpiar su cuerpo asqueada)...lo más probable es que si, todo depende de lo que hagas...
Si, quizas sea verdad lo que digas pero... Bajo mi mirada hacia abajo un momento y la miro de nuevo. Yo voy a intentarlo, entre estos barrotes no puedo hacer nada salvo esperar palizas, humillaciones, violaciones y torturas... Suelto los barrotes y miro hacia la puerta de la habitacion por donde salieron los soldados. Tengo que probar, seguirles el juego, hacerles creer que lo han conseguido, pienso que desde fuera en al menos una limitada "libertad", tendre mas posibilidades de ayudar o de escapar, que encerrada aqui cual pajaro en una jaula. Camino hasta los barrotes de mi lado izquierdo. Si mi dueño me sacase de mi jaula con una cuerda atada a mi pierna, podria intentar volar un poco, y alli se vislumbran mas posibilidades que dentro, volando de un lado de la jaula a otro sin saber que mas podria hacer. Me giro de vuelta hacia la muchacha. ¿Que opinas Ayina, mereceria la pena una vez fuera picotear la cuerda que me ata a mi señor, o esperar a que meta su zarpa en mi jaula para hacerme sufrir tanto como le plazca?
-Sin metaoforas Mónica, sin metaforas, que te aseguro que no estoy de humor para ellas...si crees que eso es una solució adelante, me imaginaba de que no eras tan fuerte...pero no puedo obligarte a nada...(se mete en la cama, aún empapada)...buenas noches...(dijo con algo de brusquedad).
Buenas noches y... perdoname si he dicho algo que te molestara. Digo con un pequeño tono de pesar, acto seguido me acuesto en mi cama para dormir, estaba claro de que lo mejor que podia hacer era descansar, era normal que Ayina estuviese de mal humor, a nadie le agrada recibir semejante trato. Mientras me acomodaba para dormir, pensaba:
-Quizas deberia de hacer mas oido a lo que ella dice, voy a hacer el intento por lo menos, no puedo dejarme manipular como un titere sin autoestima ni dignidad.
(Apenas pasarón unas cinco horas cuando los soldados abrieron la puerta)-Mónica, vamos...(los soldados te cogieron y nuevamente te llevarón a la sala en la que habías estado horas antes, pero en esta ocasión a través de la ventana viste que era de noche, en cuanto entrais en la sala y cierran la puerta te quitán las cadenas de las manos)...bueno, quiero que te desnudes...(dijo con decisión).
¿Q... que?, ¿Aqui?... ¿Ahora?... Digo mirando fijamente a los soldados. ¿Delante de ellos?... Miro nuevamente a la mujer. V... vale. Siguiendo las instrucciones de la mujer, me quito toda la ropa poco a poco en el siguiente orden: Guantes, botas, calcetines, camisa y finalmente pantalones, dejandome la joya del cuello y la "ropa interior". Despues, desvio la mirada, me daba vergüenza hacer esto y mirar a alguien a la cara tan tranquila, pero tampoco queria que me destrozasen como hicieron con mi compañera de celda.
-Salid de la habitación soldados...(los soldados cumpliendo la orden salen fuera, cerrando la puerta tras ellos)...nadie te ha dicho que pares, sigue hasta que no quede nada, Leo esta despierto, haz todo lo que te digo y te dejaré verle, a solas completamente...tienes un minuto para pensarlo.
Dejo escapar otro grito ahogado a la vez que miro de repente a los ojos de la mujer y digo: ¿Que?, ¿Leo esta despierto?... Tras un momento de silencio asiento seriamente con la cabeza y me quito la ropa interior, nada mas quitarmela me tapo con la mano izquierda mis partes intimas y con mi brazo derecho y mi mano, mis pechos, aun siendo una mujer lo que tenia delante, me daba vergüenza mostrarme desnuda ante otra persona, incluso si era Leo.
-Bien...pero...yo quiero ver esto mejor...(Endicia te retiró el brazo derecho y palpo con delicadeza tus pechos)...no esta mal...(luego se ciño a ti, y palpo tus nalgas, y posteriormente te toqueteo tus genitales)...no siempre serás joven...(te cogió con algo de fuerza de la parte de atrás del pelo y se lanzo a besarte los labios con fuerza y luego te suelta hacia atrás)...ya puedes vestirte...
Al quitarme la mano y tocarme mis pechos muestro una leve mueca de desagrado, la cual se ve mas significativa cuando toco mis nalgas, pero cuando toqueteo mis partes intimas solte un grito ahogado, la sensación que tenia en ese momento fue una mezcla confusa entre gusto y desagrado, aunque poco tiempo tuve para pensar en ello cuando de repente me agarro del pelo y me beso, sus labios eran muy suaves pero la sensación de que una persona me besara de repente sin venir a cuento me resultaba de lo mas incomoda, sin embargo el impetú con el cual me beso lo encontré extrañamente gustoso, tras decirme de vestirme, cogí mi ropa sin pensarmelo dos veces y me vestí un tanto apurada, mientras recogia mi ropa y me vestia pensaba:
-¿Que diantres le pasa a esa mujer?, no me digas que a ella tambien le gusto, esto no puede ser bueno... Lo que si me gustaria saber es que diantres esta pasandome a mi, ¿Como puedo encontrar en parte gustoso esta humillación?... Sacudi mi cabeza levemente. -¡No, no Mónica!, esa no eres tu, centrate maldita sea, tienes cosas mas importantes de las que preocuparte.
Una vez termino de vestirme hablo con la mujer, me daba un poco de corte mirarle a la cara despues de lo que ha pasado y aun estaba un tanto confusa. Ahora... ¿Ahora qué?
(Cogió una copa con un líquido verde y amarillo, su aroma era muy frutal y aromático, parece que lo vertía en un plato propio de un perro y lo deja en el suelo)-Bebe...no dejes ni una sola gota...y no uses las manos...sólo la lengua.
Ignoraba que era ese liquido que me mando beber, pero mire a la mujer frunciendo el ceño, querer hacerme beber eso como si fuese un perro faldero me parecia insultante y me daba la impresión de que disfrutaba humillandome. Endicia yo... Interrumpi mi frase con un resoplido y relaje mi expresión, sabia que tenia que seguirle el juego, de lo contrario usarian la fuerza para acabar haciendo lo mismo. Esta bien, voy a ello, solo espero que esto no sepa fatal... Me agaché al plato con el extraño liquido y empecé a beber, se me escapaba casi todo el liquido que recogia, era normal, yo no soy ningun perro faldero, no puedo beber igual que uno.
(El sabor del jugo era un tanto fuerte, como a limón y menta, tras beberla y quedar manchada de forma indigna te lanza una toalla blanca)-Puedes limpiarte con eso...y a menos que tengas algo que decir, hemos terminado por hoy...tengo ganas de darme un baño y como que no tengo muchas ganas de estar perdiendo el tiempo.
Tras coger la toalla, me limpio lo que me halla manchado al beber, mientras tanto digo: Solo dos preguntas, ¿Cuando podré ver a Leo? y, ¿Que era este liquido que he tomado? una vez termino de limpiarme acabon con: Nada mas que eso.
-Zumo de limón y menta...¿que esperabas que fueses?...(tras esto se mueve hasta la puerta)...y en cuanto a lo de Leo, ahora mismo vamos...te llevaré en la ida en la vuelta volverás con los soldados.
(Al abrirte la puerta a la habitación de Leo cerraron tras de ti, y allí estaba, atado de la mano derecha con una cadena y ambos pies)-Mónica...estás bien...(trato de moverse con las cadenas, y llegó a mover la cama de su sitió, pero no consiguió nada más)...no querían decirme donde estabas, estaba muerto de la preocuopación.
¡Leo, no sabes cuanto me alegro de verte!, corrí hacia Leo y le abrazé como pude, mis cadenas me limitaban poder abrazarle facilmente, tras apretarle con un poco de fuerza empezaron a escaparse lagrimas de mis ojos y decia entre sollozos: Leo... lo siento... lo siento mucho... de verdad... todo esto es culpa mia... si y no te hubiese fallado... ahora te han encerrado por mi culpa... Leo... perdoname... separé mi cara de su torso y le mire a los ojos con la cara empapada en lagrimas, ¿Estas bien, te han hecho algo?.
(Te aparto el pelo con su brazo libre y te abrazo con fuerza)-Si, una cosa espantosa, separarme de ti...no llores...no me has fallado...te quiero...y no van a hacer que eso cambie...¿no?...(dijo con el tono menos agobiante que podía y te atrajo hasta sus labios para besarte con fuerza y pasión, recreandose)...he pensado mucho en ti...cuando nos vayamos de aqui, no quiero que te vayas...no quiero dejarte escapar...nunca...(recalcó).
Me sentí aliviada al saber que Leo se preocupaba por mi pero, cuando recalco ese nunca, un escalofrio me recorrio la espalda, le mire de forma preocupada y dije: ¿Leo, te ocurre algo? te noto un tanto... distinto. Con cierto temor y preocupación le pregunté: ¿Que te han hecho mientras te encerraban aqui?, a sido cosa de Endicia, ¿Verdad?.