Partida Rol por web

Con mucho cuidado le doy un abrazo a Ayina y le digo: Muchas gracias amiga mia, de igual manera si necesitas mi ayuda pidemela, saldremos de esta juntas, cuenta con ello...

(Al abrazarla escuchas que se queja de las molestias)-Au...au...au...yo también, pero sin querer parecer nada borde me duele cuando me tocas, ¿sino te molesta puedo dormir un poco?, es que me vendría bastante bien la verdad...(dijo la chica en un tono suave y calmado).

Oh... lo siento. Me separo de ella para dejar de presionarla y digo: Esta bién, terminaré con esto y me iré a dormir tambien. Una vez termine de curar las heridas de Ayina, la ayudaria a taparse para que pudiese dormir mejor y despues iria a descansar.

(A la mañana siguiente ves que Ayina continua durmiendo y ves que en la celda de al lado hay una mujer sentada y pegada a la pared, parecía llevar una camisa de fuerza que le inmoviliza los brazos, sus cabellos son rubios, pero tiene algunos mechones con quemaduras, y el rostro algo deshidratado).

(Las puertas se tornarón y entraron dos soldados llevaban a un chico a cuestas, estaba igual que la chica con una camiseta de fuerza, pero además llevaba una mordaza, era un chico jóven de unos 25 años, pelo castaño, algo atractivo y delgado, los soldados le dejan en el centro de la celda con la chica y tras esto ser marchan mirando atras un solo instante).

Tras esperar a que los soldados se marchasen me acerqué de forma precavida a los barrotes que separaban mi celda de la de ellos y manteniendo una distancia de un metro con respecto a los mismos dije: ¿Hola, podeis oirme?. Esperaba en silencio una respuesta mientras miraba de reojo si Ayina seguia descansando bien o le pasaba algo malo.

(Ayina realizaba suspiros y respiraciones propias de una persona dormida, la chica de la celda contraria estaba grogi y no se mueve, el chico por su parte de pone de rodillas y se incorporá para clavarse de rodillas delante de los barrotes, en ese momento mueve la cabeza con gesto afirmativo, dado que no puede hablar con la mordaza).

Um... un momento. Me fijo en la mordaza que lleva y en todo los detalles de la misma, material, tipo de enganche/amarre, etc. Miré al chico de arriba a abajo para comprobar el estado en el que se encontraba y le dije: Oye... ¿Podrias despertar a tu compañera?, intentaria ayudarte pero... Le enseño mis grilletes. No podria quitartela bien con los barrotes de por medio...

(Miró un instante a la chica y nego con la cabeza a Mónica, al ver tus grilletes su expresión no cambia, en ese momento entra un soldado distinto, era un guardia carmesí, pero no lo habías visto aún, entra en la celda de al lado y se coloca tras el chico amordazado).

Me quedo mirando al guardia en silencio y totalmente quieta manteniendo la distancia prudencial previamente dicha, no sabia de sus intenciones pero no queria llamar su atención mas de lo que ya estaba haciendo, creo que lo mejor sea que actue fuera de la vista de cualquier guardia.

(El soldado escarlata se retira el casco y lo deja en la puerta de la celda, era un chico de la edad del prisionero de cabello rubio algo largo, se arrodillo tras el preso lo pegó contra él y comienza a besar su cuello, sus mejillas y su cabeza, el preso cierras los ojos gustoso mientras lo hace, el soldado ve que le estas mirando y mientras sigue con estas muestras de afecto hacia el jóven)-Se que es ilegal...si quieres delatarme y que me maten hazlo...pero no me arrepiento de este amor...

Extrañada, le pregunto al guardia: ¿Como?, no entiendo. Despues de ver de que al preso no le disgustaba el trato del guardia si no mas bien lo contrario, me atrevo a formular mi pregunta: ¿Porque es ilegal, acaso hay una ley absurda y retrogada que impidan a dos personas amarse? y... Mire un momento al joven amordazado y segui: ¿Que ha hecho el para acabar aqui?

(El soldado mueve la cabeza del preso para besarlo en la boca, pero la mordaza deja ese gesto a medias)-Si, es exactamente eso, señorita...(tu pregunta hace que el preso le mire y comienza a llorar)...verás él esta aquí por el crimen de amar a alguien de su mismo género, es decir, a mi...cuando se delata a una sola persona de ser homosexual se le condena a prisión...pero en el supuesto de que dos personas se amen siendo del mismo género y no se trate solo de lujuría, se captura a ambos y se les obliga a decidir, uno deberá cumplir la pena de prisión y el otro...es condenado a muerte...para que así el recluso sufra aún mayor su castigo...(se abraza a él con fuerza)...si me descubren...sabrán que no es por lujuría...y uno de los dos deberá morir...se que odias la armadura que represento...pero si me delatas es a él a quien condenas...

Yo... Miré hacia abajo. No voy a hacerlo... Aunque no esté en exactamente la misma situación que vosotros... puedo entenderos, es una injusticia al igual que en mi caso y en el suyo por lo menos. Hicé un gesto con la cara haciendo referencia a Ayina. Ademas... ¿Que beneficio hay para mi en causar dolor y sufrimiento a aquellos que no han hecho mal alguno?... seria una hipocresia, una carga que no soportaria. Dicho esto, busco en mi celda algun trozo de tela suelto y se lo extiendo a la pareja para que pudiese secar las lagrimas del muchacho amordazado.

(Tomando el pedazo de tela secó las lágrima de su amante)-Gracias...yo...bueno, te lo agradecemos los dos, jovencita...¿puedo saber porque estás ahí y tu nombre?...no comprendo que crimen has podido cometer algo tan adorable...(espetó el soldado).

Me llamo Mónica, Mónica Raybrandt, señor y... Miro hacia abajo un momento, resoplando un poco. No se exactamente porque estoy aqui, la verdad. Podria ser que alguien tuviese algo en contra de mi, chantajear a mi pareja... Miro de vuelta al soldado. Aunque todo apunta que estoy aqui por mero capricho de alguien de bastante mas arriba tuyo y simplemente sea por mi fisico, todo apunta a que los planes que tendrán conmigo seran el de disfrutar a costa de mi sufrimiento, aunque de momento... Hago un pequeño gesto con la cabeza señalando a Ayina. De momento aun no he tenido la mala fortuna de que me ocurriese algo así... aunque mi suerte no es que diga precisamente lo contrario tampoco.

-No hagaís eufemismos, sirvo a una señora como la duquesa de Yatos, no se trata de una mala persona persé el problema son el tipo de personas que tiene al cargo de sus posesiones, ella es una coleccionista de personas pero claro para que alguien sea una propiedad debe ser anulado su subconsciente...(se volvió a poner el casco mientras se recoloca el casco)...desde luego no envidio vuestra posición, aunque sería más preferible a la que padezco...(tras esto el soldado se marcha empleando la misma puerta y el chico amordazado se echa al suelo a dormir).

Tras irse el soldado me vuelvo a hechar a dormir, estaba claro de que no podia hacer nada util en ese momento. Tendre que ser paciente... Pensé mientras mi acostaba en mi cama para descansar un poco

(Los soldados acudieron temprano en tu busqueda te cogieron de nuevo como si fueras un saco lleno de patatas y te llevarón a la habitación de Endicia, te liberarón de tus cadenas y cerrarón la puerta Endicia, te esperaba sentada esperandote en una silla de madera de la cual se levanta, se coloca a tu espalda y notas como te oprime el vientre y aproxima su boca a tu oido)-A llegado el día...Mónica...¿sabes que creo?, que eres de la nobleza...y que por eso...te gusta sentirte dominada...y ahora que lo se...(sus manos desgarran tu camisa y la venda que cubría tus pechos hasta dejarte desnuda de cintura para arriba, después te agarra por el cuello para evitar que te escapes y desgarra tus pantalones por la zona genital, Endicia te muerde el lóbulo de la oreja)...¿te gusta esto...señoritinga?...

No... sueltame... no... no quie... Apenas podia hablar, me encantaba esta sensación, pero me daba vergüenza admitirlo, si Leo lo supiese no podria volver a mirarle a la cara. Intentaba forcejear para escaparme, pero apenas enviaba fuerza a mis brazos para siquiera intentarlo. Mientras me mordia el labio pensé: Leo, lo siento... te quiero...