Partida Rol por web

 Las llamas devastan todo a su paso, la tierra retumba, las grietas serían imposibles de no ser localizadas. El mundo se resquebraja.

La muchedumbre que trabaja como comerciante, vendedor, buscadores, busca-grietas...todos.

Solo algunos valientes dan un paso hacia delante hacia la búsqueda de una posibilidad a la que aferrarse de que el mundo no acabe ahí. Hay que buscar una solución. La alianza, manda a cuatro héroes de la guerra contra Exánime para enviar un notificado muy importante, tanto que hay que enviar a los mejores, en caso de emboscada. Viajan raudos en un avión de transporte, diseñado recientemente por los gnomos. Un fallo, un problema, como quiera llamarse da lugar en el avión, comienza una caída en picado y caen en las suaves arenas de Tanaris, en medio de la ciudad. Tal devastación no era ninguna sorpresa, ya había muchos tipos de grietas que no se sabía donde llegaban.

La horda, en cambio, deciden no arriesgar a ir en zepelin, debido a que el cielo es controlado por la alianza, con sus nuevas naves de batalla, que daban lugar a la desesperación en el ambiente. Tampoco podían ir en mar hasta Rasganorte, el frío y los icebergs de sus aguas entorpecían la entrada, tanto que sus cuatro valientes enviados para pedir refuerzos no serviría absolutamente de nada.

Ellos decidieron no dar pié a hundirse en el mare magnum, y decidieron ir a pié y al borde de azeroth, sobrevolar a ras del mar.

Llegar a la Tundra les iba a costar, pero había que arriesgarse.

 Una voz lejana y bastante tenue musita un susurro - Vosotros, héroes y heroínas, debéis entregar el mensaje al mismísimo acomodador que os dejará en las puertas del rey, una vez leído, el acomodador os devolverá la nota y se la daréis a un gnomo situado en el bastión de la Tundra Boreal, una vez allí, os indicaré quién es.

MISIÓN : A ver, éste principio no es divertido, vosotros debéis darle ese picante necesario para ponerle emoción al punto de cocción. Os iré guiando y haré haciendo lo posible para hacerlo ameno, os encontraréis dificultades, todos lleváis unos acomodadores que llevan unas bolsas en la espalda, al igual que vosotros, entre el usuario y el mayordomo, hay víveres para tres semanas, si decidís no comer un día, no pasará nada, pero no ahorréis víveres durante unos cuantos días seguidos por que podéis desfallecer. También tenéis vendas y vuestras armas y habilidades respectivas.

Suerte, la vais a necesitar y cuando se llegue a Tundra, empiezan los líos, dificultades, y más delante, la batalla es divertidísima. Por cierto, hablad solo entre alianzas, no le pongáis destinatarios a los hordas

Los hordas, deben pedir refuerzos en el bastión de Tundra Boreal. La llegada por aire sería imposible, y por agua, los submarinos goblin chocarían con los iceberg.

Desde la mismísima Orgrimmar deben llegar a pié, y poseen unas monturas, que van con tres semanas de víveres, imposibilitando la tarea. También disponen de vendas, cosas para primeros auxilios, y el arma respectiva.

La misión parece fácil, el sol hace que las pocas glándulas sudoriparas que me quedan hagan su función a todo trapo. Sigue avanzando a galope en su de su destrero de la  muerte cabalge a galope. Sus pensamientos abarcan solo una cuestión que es : Que él no necesita tantos víveres y que deverían avanzar mas raudos para poder aguantar con lo que tienen. Fekhtz agita más duramente las riendas del caballo, intentado hacer entender a sus compañeros que deben ir mas rápido.

 Dawi, subido a su chopper de mekingeniero, construida por él mismo, lleva cargado en el sidecar los víveres y todo lo que le han dado para sobrevivir. Su velocidad por las arenas es muy lenta, y intentan salir de ella por el estrecho camino que llega a desierto de sal, y intenta no hacer evidente el calor que se respira en el ambiente, con su mini-metralleta-escopeta iba quitando las dificultades del camino cuando se presentaban a tiro, y miraba a sus compañeros ansiosos, sabían que estrellarse les había bajado la moral, pero eso jamás podía hacer a Dawi más tristón, ya que eso era algo que nunca había ocurrido, y menos cuando pensaba en la ingeniería. Gracias a las monturas prestadas en el mismo Tanaris para continuar la misión, todo se hizo mucho más llevadero. - Eh, Shel, necesitaría saber cómo te aventuraste con nosotros, alguien que podía haberse quedado gozando de las buenas compañías, la cerveza y el oro en la nueva Stratholme...

Nadia, montada en su zancudo púrpura, siguió a sus compañeros la mayor parte de tiempo callada. No parecía demasiado habladora; tenía clara su misión y no tenía porqué hablar. En cuanto el no-muerto hizo la señal de aligerar, lo miró desde su montura y asintió con la cabeza. Debían llegar lo antes posible a Tundra Boreal.

Aunque siempre podemos cazar... -pensó Nadia mirando al cazador que los acompañaba- Cazar animales salvajes o... quienesquiera que nos encontremos en nuestra travesía.

Shel era joven e inexperta, pero la pérdida de sus padres la hizo madurar rápidamente.
Efectivamente ante el accidente estaba algo decaida y cogio sus pertenencias como pudo y acompañada de los acomodadores y el resto de heroes se poso en marcha hasta su destino, sabía que a partir de ahora empezarían los peligros, cuenado el alegre gnomo le habló.

Sonrió levemente y dijo:

jeje...pues verás Dawi, soy huerfana y he sido adiestrada desde muy joven, a pesar de mi joventud tengo un corazón lleno de ansias de aventuras, por ello decidí enrolarme en esta misión. ¿y tu?

- Bueno, Shel, si te soy sincero no tengo explicación, no tenía nada mejor que hacer que entrar en una aventura, y se me ofreció estar en ésta. Por cierto, habrá que racionar los víveres, si no, acabaremos muy mal. - Dawi sabía que sus palabras eran muy ciertas, y necesitó volver a recordar a sí mismo en que misión estaba, y que era de un nivel muy alto. Mientras montaba en la chopper hecha por él, pensó que los de Tanaris fueron generosos a regalarle los materiales para hacerla y creyó que tendría que devolverle el favor, y Dawi solo propuso mirar el lado bueno y éste era pelea.

 Frekhtz mira a todos los presentes y con cierto esfuerzo logra hablar con Nadia.- Debo decirte que no suelo hablar mucho con la gente ¿Pero... por qué te has enrolado en este viaje?.- Fekhtz sigue observando con atención a los presentes. Con una mano sujeta la riendas de su destrero de la muerte y con la otra saca de una calavera que hay prendida en su cinto un cuchillo un tanto extraño por su curvatura y empieza a moverlo con sus dedos de una forma peculiar y animada. Comienza a musitar unas palabras en una variación del arcano.

A Nadia no le venía de nuevo que de pronto se dirigieran a ella. Además, era normal que el no-muerto quisiera saber porqué estaba con ellos. Tenía que ser de confianza.

- Pues verá... -dijo Nadia mientras se erguía sobre la montura- En el lugar de donde vengo ya no hay esperanza para mi. Lo perdí todo hace años, y tenía que salir de allí antes de que me convirtieran en una magister o algo peor. -para Nadia, sus maestros magos eran unos carcamales. Sabios, desde luego, pero al fin y al cabo, carcamales. Ella tenía que viajar. Tenía que encontrar a su hermano.- Y vos, sir Fekhtz, ¿por qué ha decidido emprender este viaje?

 Frekhtz observa a nadia mientras habla escuchando cada palabra de lo que dice y formulo una respuesta a la pregunta que nadia le abía propuesto. - Por que lo perdí todo, mi familia y me convertí en lo que ahora soy. Solo buscaba alguna aventura.- Mientras Fekhtz pronunciaba esa frase recordó su vida anterior, a su familia y lo que mas añoro fue a su novia.- Avancemos que el sol esta cayendo.- Fekhtz guarda en la calavera que lleva colgada en el cinto el cuchillo y agita duramente las riendas del caballo.

 Y unas horas después la noche hacía que el más peludo abrigo no servia para resguardarse del frío. La primera noche al raso, y no sería agradable. Empezaban a construir  sus refugios con lo que encontraban.

Malantdrel se arrodilla en el suelo, baja la cabeza y cierra los ojos, dejando su rostro en un tono serio. Luego de un tiempo en esa posición empieza a escuchar el viento que pasa por sus orejas y, acto seguido, empieza a murmullar en élfico, intentando comunicarse con los espíritus del viento para que lo orienten.

El hecho de que el Jefe de Guerra hubiese tenido que recurrir a una maga, un no-muerto y un forestal para pedir refuerzos en el Bastión de la Horda situado en la Tundra era, cuando menos, preocupante. La alianza había logrado el control del cielo, lo que desembocaba en una ralentización importante de nuestras comunicaciones; y mientras los ingenieros de nuestra facción no fuesen capaces de lograr la tecnología que los contrarrestase, la situación no cambiaría.

Las vestiduras del elfo bailaban al ritmo del viento que acariciaba a los tres jinetes. Por detrás, Gÿen, la pantera del cazador, controlaba los flancos mientras les seguía el paso con su imponente velocidad. La cabalgada había sido dura y prácticamente sin ningún descanso, y aunque doliese admitirlo el cansancio acudía al cuerpo de Erioth.

- Deberíamos buscar algún sitio cubierto que nos sirva de resguardo para pasar la noche. Quizá el brujo no acuse el cansancio ni el hambre, pero los que estamos vivos tenemos limitaciones. - Las palabras salieron de la boca de la elfo dirigidas hacia los demás, aunque no les acompañase su mirada. Había sido más una sugerencia que una orden, y como tal, esperaba la aprobación del resto mientras seguía al galope.

-Vaya parece que la noche será fría....Hay que encender un fuego. ¿algunos de los presentes tienen conocimientos de caza?? sería bueno que podamos disponer de algo mas de alimento...para no sufrir desnutrición.

Shel intentó ayudar lo máximo posible, pero el frio intenso no le dejaba mucha energia pues estaba entumedcida

Yo precisamente de caza no se nada... Puedo ayudar con lo que sea si lo necesitais... no se me ocurre nada que se pueda usar en un desierto para hacernos un refugio...

Si acampamos debería ser en la zona mas baja entre dos dunas, ya que el viento corre menos(va de la cima de las dunas hasta la otra cima sin pasar apenas por la U)

- Yo buscaré algo para comer, estando oscuro es más probable que haya animales vagando por el desierto, si encuentro algún árbol en el camino les avisaré.

Dicho esto Malantdrel se pone en posición y se transforma en un gran cuervo, parte hacia el cielo y empieza a rodear el campamento en el aire en busca de presas. después de unos 20 minutos de vuelo circular divisa una liebre que sale de su madriguera. el cuervo contrae las alas y cae en picada hacia el pequeño animal, que logra divisar a su cazador e instintivamente empieza a correr, pero sin  mayores resultados, puesto que el cuervo logra tomarlo por las orejas con las garras. Cuando llega al campamento posiciona con las garras a la liebre y empieza a picotear el cuello del animal para matarlo.

 Fekhtz piensa las palabras que pronunció el elfo muy detenidamente y observa al grupo viéndolos agotados y sin fuerzas. Miro a su alrededor buscando refugio y diviso a la lejanía del camino una difuminada fogata. Sube el ritmo del caballo cada vez acercándose mas a ella. 

   Los hordas se aproximan a una cabaña y observan a un tauren sentado alrededor del fuego. Fenthz se baja de su caballo y charla en privado con el tauren, le entrega unas monedas, y entra en la cabaña, los otros hordas se bajan de su caballo y entran también. 

Nadia observó al explorador mientras hablaba, fijándose mucho en su labia y habilidad por montar.

No parece un mal aliado.

Al llegar al campamento del tauren, observó toda la escena bastante desconcertada. Habían tenido mucha suerte. Aunque mejor que la primera noche de muchas que les quedaban de viaje, no fuera demasiado agotadora.

- Chicos... -dijo la elfa una vez estuvieron dentro de la cabaña, mientras miraba de un lado a otro- ¿Quien quiere hacer las guardias? ¿El no-muerto, el cual el sueño no es tan profundo como el nuestro? -preguntó mirando a sus compañeros, turnando miradas inocentes entr ellos. - Por cierto... ¡Esta cama es para mi! -acaba de pronunciar la elfa, sonriendo inocentemente y abrazando la almohada.