Partida Rol por web

Soon Hee se mantuvo en silencio escuchando lo que se iba diciendo y observando, aunque no demasiado lo que iban haciendo, sobretodo le llamo la atención que aquel chico que decía que no era especial, que no tenía poderes, pero que dijo que podía comunicarse con el amigo de la doctora y de Mística estaba ayudando:

Sera alguna clase de doctor supongo… no sé, bueno, supongo que si la doctora Moira le ha decjado que le ayude es porque realmente sabe hacerlo.

Pensaba mientras miraba distraídamente el lugar. No le gustaban los hospitales y mucho menos los objetos que en ellos había, pero tenía que estar allí. Cuando llego su turno se sentó, estaba un poco nerviosa ya que no le gustaban las agujas, aunque se imaginaba que no podrían sacarle sangre. Al principio no noto nada, no hasta que la doctora dijo que no podía penetrar su piel, ella miro curiosa y pudo ver cómo era cierto, sentía la aguja, pero no le dolía y no era capaz de sacarle sangre.

Lo siento, no es que no quiera, pero mi cuerpo es muy resistente… supongo que no poder hacerme esa prueba

Se apartó un poco y se fijó en las chicas nuevas mientras veía como Nathan se marchaba de allí parecía que no terminaba de gustarle aquel sitio, lo cual era comprensible, ella por su parte se quedó a la espera de lo que le dijeran que tenía que hacer.

Miro a Laura con una sonrisa mientras me dice que no debería sentarme a su lado, riendo ligeramente.

- No te preocupes, no creo que la doctora se queje. - y hago una pompa con el chicle.

Pero lo que realmente me parece más, más divertido de todo es ver como la otra chica, Kitty, se queda mirando embobada a Bill. Observo la escena, ladeando la sonrisa. Interesante, muy interesante.

Habiendo sacado ya mis muestras de sangre, la verdad es que tampoco hay demasiada razón para quedarme allí y cuando Nathan dice que sale, me levanto para ir con él. Aunque sea poco, lleva algo más de tiempo aquí que el resto, igual puede contarme algo interesante.

- Ey, Nathan. - le digo cuando ya estamos fuera - ¿Qué tal son las cosas por aquí? ¿Algo interesante?

Se puso los guantes de látex, y se agenció una de esas batas blancas sin saber muy bien nadie de donde la había sacado. recogió los utensilios que le cedió Moria. Comprobó antes de nada el material y se acercó al primer voluntario. - Será un pinchazo de nada, antes de que te des cuenta habremos terminado. Si te mareas, avísame ¿vale? - Preguntó con esa amabilidad y seguridad suya. Estaba claro que sabía que estaba haciendo, y que visto la soltura con que lo hacía, no era la primera vez que estaba en un puesto como aquel.

Él se encargó de Izumi y Ethan, en primer lugar. Nathan parecía más nervioso y él prefería que Moria, quien ya lo conocía y tenía más experiencia. Él prefería jugársela a quemarse las cejas con el japones, y Ethan le había caido bien. - Vosotros ya estais... la mala noticia es que se me han acabado las tiritas de dibujos animados. - bromeó, mientras se encogía de hombros sin darle más importancia.

Después se acercó a Kitty, dedicándole una amplia sonrisa. - Ey. - Saludó a la chica, situandose junto a ella. - Soy Bill, seré tu doctor esta mañana. Son unos análisis para determinar de que punto partimos para nuestras habilidades. También acabamos de llegar. - Señaló a su alrededor con la mano derecha mientras le pedía el brazo para sacarle sangre. - Será un momento de nada. Si te hago daño, avísame. Si te mareas, también. - Comentó con diligencia y amabilidad. El pinchazo solo due un momento, y antes de que Izumi pudiera prender algo más, ya había acabado. - Aprieta el algodón durante un rato. - Después se hizo a un lado, para probar suerte con Soon.

La miró, y le sonrió. - Claro que se hacerlo. - comentó mientras cambiaba la aguja y se disponía a probar con la coreana. Lo intentó dos veces, en la segunda llegando a doblar la aguja. - Tan fuerte como resistente. - le mostró la aguja doblada. - Tendremos que pensar otro método. No te preocupes, supongo que por aquí esto es normal, pero confesaré que es nunca había visto algo así. - entonces se giró, remangándose él mismo el brazo derecho para que Moria le sacara sangre mientras los demás se marchaban.

- Hasta luego. - les despidió a los que marchaban, centrando su atención entonces en los que habían quedado allí.

Cuando me empezo a atender, le repudio: Acaso estas licenciado en medicina? Prefiero que alguien autorizado me saque la sangre.

Pero ya era tarde cuando se acerca con los guantes colocados y la jeringuilla preparada. En un momento la note como se introducia en mi carne y me aguante un pequeño gritito. Ayy, solte, cuando me explica lo de las tiritas de dibujos.

No somos niños ya. Alli en Japon no las ponen tras colocar un poco de alcohol, y no directamente como tú.

Me sentia enfadado por la forma en que me la habia colocado. Pero en parte casi lo agradecía. Mejor no enterarse, por si mis poderes se volvían a activar. No creo que resultara muy adecuado en lugar como este. Tras levantarme, me salgo de la enfermería a airearme un poco. Las jeringuillas no era algo que me gustara mucho. Mi madre me las ponia de pequeño y le cogí cierto terror, por que me hacía daño al no saber hacerlo bien.

La joven observaba a Ethan sorprendida por su actitud pero estando cansada permaneció sobre esa camilla. Miró alrededor.

- ¿No os parece extraño todo esto de los poderes? ¿Porqué de repente surgen? ¿De dónde vienen?

Se llevó las manos a la cabeza.

- ¿Es que no queréis investigarlo siquiera? ¿Lo asumimos así, tal cual? Tiene que haber un motivo detrás de su existencia.

Laura parecía un poco alterada. Sus preguntas se escuchaban desde fuera aunque no por Raven que estaría alejada.

- Yo creo que sucede algo. Y si aquí hay orientales y norteamericanos, entonces es algo que afecta a todo el mundo. Y por tanto... ¿y si es algo que ha venido del cielo? Digamos, un cometa.

Había dirigido la mano hacia vosotros como haciéndoos querer reaccionar ante sus palabras.

Moira había asentido a Soon entendiendo que sus poderes hacían difícil la extracción.

- Si hace falta buscaremos la forma. Hay partes del cuerpo menos resistentes.

Cuando la joven afroamericana comenzó a cuestionarse tantas cosas la doctora la miró.

- En realidad no sabemos de dónde vienen pero parece algo genético. Hay más casos en el mundo de lo que pensamos. Y claro que queremos saber si hay algún factor común pero eso puede llevar tiempo descubrirlo.

La alusión a que la respuesta podía tardar hizo que Laura negara con la cabeza, aturdida, como si necesitara la respuesta cuanto antes.

Soon Hee sonríe levemente ante el comentario de William sobre su resistencia y dice:

Lo descubrí porque me dispararon y bueno… fue como si nada…

Asiente a lo siguiente que le dice mientras espera a que se le ocurra algo a la doctora, y escucha lo que dice la chica de color, parecía bastante preocupada por lo de las habilidades, tras lo dicho por la doctora ella le mira y dice:

No se… a lo mejor fue por otras cosas, pero si la doctora dice que es por cosas gene… ticas será por eso, y bueno… yo creo que seguramente no sea nada que se pueda quitar, así porque no es mejor intentar acostumbrarse a ello…

Soon Hee mira a la chica y le sonríe amablemente y añade:

Supongo que lo mejor es intentar aprender a usarlo y que no afecte a la vida diaria… al fin y al cabo somos como los demás menos porque podemos hacer unas cosas y si no las enseñamos podemos estar como los demás

Ella veía su habilidad o poder como en realidad algo bastante útil, era cierto que podría tener ciertos problemas si no controlaba su fuerza a fin y al cabo no sería la primera vez que cogía algo y lo rompía por agarrarlo con demasiada fuerza, pero aun así pensaba que compensaba la resistencia que tenía y esa súper fuerza podría serle de alguna clase de utilidad.

"Toma, una manzana", sonreí a Laura extendiéndole una fruta grande y roja en la mano. La otra chica, Kitty, me saludó con una mueca rara, seguramente una costumbre de su tierra. Así que intenté imitarla, y luego le sonreí de nuevo. "Puedo hacer frutas, si quieres en algún momento sólo tienes que decírmelo", asentí mientras me subía en una camilla vacía.

Le pedí a Ethan un chicle extendiendo la mano, (yo no sé hacer chicles), y mientras mascaba y miraba las cosas que había por allí los demás empezaron a pincharse. Resultó que Willy sabía cosas de medicinas, y se puso unos guantes de goma y empezó a pinchar a todo el mundo. ¿Dónde habría aprendido a hacerlo?. Una a una, las personas que había conocido pasaron por la aguja. A Soon la jeringuilla le rebotaba en la piel, y aquello era tan increíble que cuando volvió a intentarlo me bajé de la camilla y miré bien de cerca cómo se doblaba la jeringuilla. "Uaaau, eres súper dura... ¿cómo haces para depilarte?", la miré extrañada. Al final tuvo que venir Moira pensando en alguna forma de sacarle sangre, espero que indolora.

El último fue Izumi, que no parecía nada contento, no sé porqué. Yo me puse detrás de él, y acerqué bien los ojos cuando me pinchó para no perdérmelo. Seguí las instrucciones y vi la sangre subir por aquel tubito de plástico hasta aquel vasito de cristal ridículo que parecía un dedo. Cuando terminó me apreté como me dijo. "¿Seguro que no tienes tiritas de dibujos animados?", pregunté mirando el montón de tiritas a ver si había suerte.

Cuando Ethan salió de la enfermeria, Nathan estaba con los ojos cerrados y respirando sonoramente. Pero poco a poco se fue calmando y cuando abrió los ojos por la pregunta del joven parecia ya relajado.

Ey. ¿Yas estás tú también?
Pues la verdad es que la mansión es enorme. El primer par de días me las pasé explorando. Y también los alrededores. Hay bosques y puedes volar entre ellos. Es muy agradable.

El resto del tiempo lo he tenido más o menos libre, pero ya me habían dicho que en cuanto llegara más gente la cosa cambiaría. Como han dicho vamos a tener que ir a clase. A varias de hecho. Y una de ellas la de entrenar con nuestros poderes.

Por cierto. Aunque la casa está un poco alejada de la ciudad, hay un pueblo aquí cerca. Por lo que no estamos aislados ni mucho menos. Creo que hasta tienen un cine.

Cuando Dahlia me pide un chicle, se lo paso sin problemas.

- Si quieres más, sólo tienes que decirmelo.

En la enfermería, Laura empieza a preguntar sobre lo de los problemas. Y me hundo de hombros.

- La verdad es que me da bastante igual. Aunque, claro, también es verdad que mis poderes son bastante tranquilos y calmados. Yo con no ser el único, me doy con un canto en los dientes. Sea genética, radiación, un meteorito o voluntad divina... La verdad es que me da igual.

Ya en el exterior de la enfermería veo como Nathan se va tranquilizando paulatinamente.

- Si, ya he acabado. Una aguja como esas es un mero trámite. Si hubiera venido con una botella rota... Eso hubiera sido otra historia. - le cuento riendo y, es que, lamentablemente, hablo por experiencia propia.

Tras eso, escucho a Nathan hablar un poco de esta mansión. Lo de los bosques no pinta mal, un lugar tranquilo apra ir con la guitarra. Mi gesto vuelve a agriarse ligeramente cuando dice lo de las clases, pero mi rostros se ilumina con una enorme sonrisa con sus últimas palabras.

- ¿Un pueblo cerca? - repito mientras voy pensando en las posibilidades - Ahora sólo nos queda encontrar la manera de llegar hasta allí. Porque una moto no la puedes crear, ¿no? Y, para no pisarnos, Nathan, que vamos a ser colegas, ¿alguna de las chicas te ha hecho tilín? Parece que Kitty le ha echado el ojo a Bill.

Nathan sonrie cuando Ethan le pregunta sobre hacer una moto.

No. Me temo que ni una simple bici. Lo mismo con el tiempo puedo crear algunas cosas más móviles. Pero de momento me temo que dependo de mi mismo. Aunque para eso puedo volar.

Sonrie. Aunque cuando le comenta lo de las chicas tose un poco.

No, no. La verdad es que no me he fijado mucho en ello. No estoy aquí para ligar ni nada por el estilo. De hecho creo que ninguno estamos para eso.
Mi intención es poder ayudar a los demás mutantes ahí fuera para que no les pase lo que...Para que no les pase nada malo. Y por lo poco que he visto, eso implica enfrentarse a los que quieren hacernos daño. Y para eso quiero estar preparado.

Miro de lado a Nathan mientras responde, mientras me quedo pensando.

- Bueno, paso a paso. Podemos probar un monopatín también.

Y ya cuando responde a lo de las chicas, me lo quedo mirando y río con él.

- ¿Estar para eso? De eso se trata vivir, Nathan. - le digo bromeando - No sé, yo creo que es importante el poder tener una cierta normalidad, ¿no crees? Demostrar que pese a ser lo que sea que somos, no dejamos de ser personas humanas, capaces de amar, llorar, de disfrutar la vida,...

Kitty sonrió cuando el chico que se había presentado como Bill le pedía que tendiese el brazo. Con la bata puesta le daba un aspecto aún más interesante, pero le desconcertó la forma de actuar, sobre todos al oír sus palabras, pues él parecía un joven más ajeno a todo aquel lugar, por lo que no entendía qué hacía sacándoles sangre si él no era personal de la academia. Pero antes de que pudo decir nada ya le había pinchado y sin decir palabra obedeció a lo que le dijo.

Luego vio como se dirigía a la elegante asiática, y miró atónita como la aguja era incapaz de penetrar su carne. ¿Qué diantres estaba pasando en esa academia? ¿Era una chica superdura la sencilla niña?

Después escuchó la pregunta de la otra chica que estaba en la camilla junto a ella. Chasqueó la lengua, pues le parecía una chorrada lo que acababa de decir. Es cierto que jamás había pensado que hubiera más gente como ella, pero realmente sus poderes venían por una simple y llana razón, aunque sí que le sorprendía que una criatura como aquélla existiera de verdad y no fuera un simple cuento de los libros más terribles. Aún así no quiso decir nada, ella sabía por qué tenía los poderes, pero sentía curiosidad por saber cómo habrían obtenido los demás los suyos. Así que se limitó a esperar y a escuchar a ver qué es lo que tenían que decir los demás.

Poco después la doctora ayudada por William había dispuesto unos pequeños tubos con vuestro líquido vital en posición vertical y convenientemente etiquetados.

- De acuerdo, pues de momento ya está. Ahora ayudad por favor a Kitty y Laura. Tendríamos que ver si pueden andar pues ahora Raven os tendría que enseñar las instalaciones. Ya podéis imaginar... dónde está la cocina y todo lo demás.

Moira curvó levemente los labios hacia arriba pero sólo un momento. Laura por su parte al escuchar aquello apartó la delgada sábana que la cubría en parte. La chica vestía con pantalones vaqueros pero su calzado estaba en el suelo, como el de Kitty. Se trataba de unas botas.

- Lo puedo intentar. - Comentó Laura quien no parecía encontrarse bien del todo. - La verdad es que tengo curiosidad por ver la academia.

La doctora le asintió. - Tenemos una silla de ruedas, por si alguna de vosotras lo necesita. - Comentaba refiriéndose a las dos jóvenes que parecían más afectadas. Después de decir aquello pasó la mirada hacia Dahlia. - Según dices entonces no nos va a faltar fruta. Mira, ya sabemos que la despensa no se va a quedar vacía.

Sonrió levemente de nuevo.

Miró a Izumi con esa típica sonrisa que uno pone cuando lo que esta escuchando le resbala y encima le parece divertido, como si lo escuchara en la tele entre terceros. - Pero no estamos en Japón. - Le recordó al terminar, ampliando la sonrisa y haciendose a un lado para dejarle pasar y marcharse de allí mientras le seguía con la mirada, y al volverse hacia las chicas negó con la cabeza. - No os preocupeis, se le pasará. - concluyó con una sonrisa, mientras seguía con la siguiente operación.

Escuchó a Soon hablar de como había descubierto sus poderes. Alzó ambas cejas, sorprendido. Y movió los labios articulando la frase ¿Pero estas bien? Aunque no llegó a formularla, era evidente que lo estaba. - Tengo que reconocer que es impresionante. - Acabó por decirle, sonriendole y cesando en sus intentos por pincharle y sacarle sangre. Aunque lo espontaneo de la pelirroja y su pregunta de como depilarse le arrancó una carcajada. Y porque no decirlo, también la curiosidad de como podía hacerlo. Había cosas que llamaban la atención por su lógica.

Estaba tratando a Kitty, cuando Laura comenzó a hablar, haciendo aquellas preguntas. - Bueno, yo llevo un tiempo con algunas teorías. - comenzó a decir, tras acabar con la morena, y centrarse ahora en la pelirroja, alzando ambas cejas con cierta sorpresa al ver la predisposición que llevaba por todo aquello. Normalmente, solía ser del revés.

- Quizás gente con habilidades ha existido siempre, pero simplemente no lo sabíamos. O no había forma de saberlo. Puede que... no sé, los poderes mágicos de los hechiceros del medievo fueran en realidad, cosas que hacian gente como nosotros. - Se encogió de hombros. Entonces miró a Laura y se la quedó mirando unos segundos - Pero... Yo no tengo nada que asumir. Un buen día me salió barba y un buen día me di cuenta que no era "normal". Quizás siempre estuvo con nosotros, pero no lo hemos descubierto hasta ahora. Y como dice Soon... es mejor que los controlemos, y nos acostumbremos. - explicó su teoría, mientras preparaba las cosas para la pelirroja. - A decir verdad... todo esto son teorías, yo ni siquiera quería venir aquí. - Reconoció, encogiendose de hombros. - Pero tengo que reconocer que no es todo tan malo. - Ahora se centró en el brazo de Dahlia.

- Veamos... - comenzó a decir, sacándole la sangre. La chica parecía estar fascinada con aquello, y le hizo gracia. - ...solo un poco más... ya. - Acabó por sacar la aguja, y preguntó por las tiritas de dibujos. - Uhm... Voy a ver si puedo hacer un apaño. - Comentó, cogiendo un boli y dibujando algo en la tirita.

: )

- Es una carita contenta. - Le explicó mientras le ponía la tirita. - Después ya lo revisaré todo por si encuentro las de dibujos. - Acabó por decir, quitándose los guantes esta vez y dejándo ahora que Moira fuera quien le sacara a él aquel tubito con sangre. Sin duda, la sensación no era de lo más agradable. 

- ¿Quereis que os ayude? - Le preguntó a Laura y Kitty, señalando después la silla de ruedas por si alguna la necesitaba.

Dahlia le dijo que era muy dura, ella sonríe y dice:

Si… la verdad que es un poco raro… antes era una chica normal que, si tenían que pincharme no pasaba nada, pero ahora no pueden… jejeje

Pero la siguiente pregunta que le hizo consiguió poner la cara de Soon Hee casi del mismo color que el pelo de la chica y casi no fue capaz de responder:

Esto… esto… yo no… no… eso no… es problema

Termino de balbucear, por fortuna parecía que la conversación se desvió en otro asunto así que suspiro aliviada, realmente no se esperaba esa clase de pregunta y le pillo por sorpresa, incluso se sentía bastante acalorada. Parecida que iban a ponerse en marcha y no sabían si las dos chicas que estaban en la camilla podían caminar o no, William se ofrece a ayudarlas y ella dice:

Esto… yo también puedo ayudaros si queréis… 

En respuesta a las palabras de William le digo mientras miro al techo con las manos sobre la nuca: Supongo que tienes razón. Pais nuevo, reglas nuevas. Deberé acostumbrarme a pensar que no estoy en Japon.

Los estiro y jadeo un poco sintiendome aburrido. Miro hacia Moira y le pregunto: Podremos descansar un poco? Tengo ganas de estirarme en la cama. Creo que me noto un poco mareado, quizas por el cansancio y la substraccion de sangre.

Tenia ganas de descansar y ordenar un poco mis pensamientos. Me costaba integrarme en lugares nuevos y mas con gente de tan diferente nacionalidad. Miraba poco a poco a todos los presentes.

Que me espera aqui? Volveré algun día a casa? Se que es decision mía el salir a EEUU para estudiar y curarme de estos poderes. Al menos poder controlarlos. De verdad estos piensan que los poderes son una bendicion? Parecen satisfechos con ellos. Yo llevaba una cálida vida hasta el torneo de Kendo. Por que tuvieron que despertar? Estaba en la final para ganarla, y no cagarla.

Mi mente divagaba entre pensamientos superfluos y de cual era mi posicion en la sociedad. Para un japones, era importante saber que lugar tendria en el mundo.

Laura observó a los que ofrecían ayuda y finalmente sonrió a Soon aceptándola, un poco cohibida por si recibía el apoyo de un chico.

- Gracias por el ofrecimiento. Pero creo que pudo caminar y con la asistencia de Soon creo que basta.

Sonrió como disculpándose. Soon por su parte podía llevar a la joven afroamericana sin ningún problema gracias a que su menuda constitución escondía una fuerza sin precedentes.

Moira pudo asentir a la pregunta de Izumi.

- Claro que podréis descansar. En cuanto veáis un poco las instalaciones. No creo que os las vaya a enseñar todas.

Un poco después teníais un reencuentro con Raven y ella se dedicó a mostraros de nuevo el recibidor, la biblioteca, un salón de estar, la cocina, bien surtida por el momento, y en la parte de arriba debían de estar lo que eran las habitaciones.

Por ahora la vivienda tenía un aspecto acogedor y a pesar de su exterior un tanto clásico su estado era muy bueno. No podríais tener quejas acerca de la calidad. La decoración sin embargo no estaba muy al día.

Os disponíais a subir los escalones cuando Moira apareció de nuevo.

- Chicos, ¿qué pasó con los viales? Es decir, no están en su sitio.

Subió las palmas de las manos mostrando su extrañeza ante ese suceso. Raven la observó.

- Quizá los cambiaste de lugar.

Pero Moira negó despacio dando a entender que no los había tocado.

Nathan no tenía ninguna prisa por ir a la habitación. Ya conocía la casa pero asistía a la visita guiada junto con el resto. No obstante esperaba con ganas poder salir un rato a "estirar las piernas".
Así que cuando Moira dijo que los viales no estaban miró a los demás extrañado. Él había sido el primero en pincharse, y nada más hacerlo salió de la enfermería, así que no sabía a qué se refería.

¿Qué pasa? ¿Acaso han desaparecido?

No podía ser. En la mansión estaban ellos sólo. Si fuera el caso tendría que haber sido uno de ellos.