Partida Rol por web

- Señora Hemmens... debo decirle que toma usted una sabia decisión... pero también me gustaría explicar el porque de los cargos de homicidio. - El detective le pega un casi finiquitorio trago al vaso de Whisky, para vulgarmente limpiarse con la manga a posteriori - Soy padre... soy padre y no puedo ver a mi pequeña... mi vida era y es un jodido desastre... en realidad sólo ella me impulsa a vivir y a no dejar que este cabronazo de Irving se salga con la suya... 

Hizo otra pausa, dirigiéndose de nuevo hacia aquella lujosa botella, y desenroscando aquel cristalino tapón del escocés, prosiguió: - Llevaba detrás de aquel bastardo mucho tiempo. Sólo Dios sabe que soñaba con él, noche tras noche... nunca le puse cara... pero sí a la maldad de sus actos, sí a sus víctimas: Paul Jr, Laura, Rachel, Marina, Carl... todos en una edad comprendida entre los 6 y los 11 años. Todos, vejados, violados, usurpados, asesinados... - Se sirve algo de whisky aprovechando para tragar saliva y deshacer el nudo de su garganta... - Sí, lo reconozco... me pudo la furia... cuando atrapé a aquel tipo no pude evitar golpearlo hasta matarlo... y ello conllevó la expulsión del cuerpo... ¡Maldita sea! Lo reconozco... no actué como un defensor de la ley, pero sí, como un defensor de la justicia... 

En cuanto termina de hablar el mayordomo carraspea y emite un simple

"No"

Por la expresión de su cara parece evidente que no ve inteligente darle un arma a alguien claramente desequilibrado.

La voluptuosa doncella se levanta y acaricia la mejilla del rudo policia de forma juguetona antes de separarse de él

"Ooooh, que historia más triste inspector...." dijo fingiendo una solidaridad que la sonrisa burlona de sus labios desmentía. "Bueno" dijo dando una alegre palmada "Yo voto que sí, los hombres armados siempre me han parecido muy sexies y estoy segura poder hacer algo por el cuerpo..... de policía, por supuesto"

Greg miró al arma como si estuviera mirando una serpiente asesina de 3 cabezas y negó vigorosamente con la cabeza

"No. Las armas son malas y es amigo del podrido mentiroso. Si le damos el arma nos robará señora Hemmens..."

Estaba hablando Greg cuando desde el vestíbulo les llegó el sonido de un pitido y las voces de un grupo de personas que estaban subiendo o bajando las escaleras.

La cocinera se muerde los labios de forma nerviosa mientras mira de reojo a Sir Gustave, esperando que este emita su voto y tomarlo como consejo.

Mi voto es no. Un arma no supone ninguna solución para el problema que nos afecta y sí supone un problema añadido. Sabríamos a quién le damos el arma, pero no en manos de quién acaba. Definitivamente No

Nate sonrío levemente cuando Gustave se negó. Con el semblante del jugador de ajedrez que ya conoce los movimientos del rival. Aquello acrecentaba su sospecha sobre el decadente playboy.

- Muy bien... como dije soy un hombre justo... y como tal acato la decisión... No estoy de acuerdo en que un arma no arregle nada. Espero no tener que llevarle la contraria con hechos... Señor Cavanough. De verdad, que así lo espero. Si tienen la mínima esperanza de que cubra la espalda de alguno de ustedes, no esperen que lo haga con un rodillo de cocina o con una mano en el bolsillo - Y levantó el pulgar y estiró el indice simulando una pistola, que introdujo en el bolsillo de la chaqueta.

La señora Hemmens paseo la mirada entre ellos como lo haría un contable ante una pila de informes, con los labios fruncidos al escuchar la opinión de alguien que no estaba de acuerdo con ella y sonriendo apreciativamente la cordura de los que eran sensatos para pensar igual que ella.

En cuanto terminó de hablar Nate levantó ambas manos y dijo

"Un momento. Si no me fallan las matemáticas somos 3 a favor: el señor Vincent, la señorita Simmons y yo misma y tres en contra: los señores Cavanough, Carter y Butler. Eso nos deja con empate y una persona pendiente de votar" La mirada inquisitiva se dirigió hacia la señorita Rennard mientras le dirigía una mirada explicita sobre lo que debía votar "y bien señorita Rennard. Que decide usted? No nos tenga sobre ascuas. Se sentiría más o menos segura si le devolviera su arma reglamentaria al señor Wallace?"

La cocinera empalideció mientras recorría con la mirada a los presentes. Ella tenía el voto decisivo y sobre ella recaía la responsabilidad de dar un arma de fuego a un digno representante de la ley que podía protegerles, o a un asesino sediento de sangre con predilección por las bebidas alcohólicas, y si su mirada no le engañaba por las mujeres guapas.  El lenguaje corporal de la sala era claro, Hemmens la colgaría de los pulgares, la expresión del mayordomo prometía cosas peores y la mirada de Sir Gustave le pedía que hiciera caso a la lógica de sus argumentos. Catherine empezó a hablar dubitativamente

"Monsieur Wallasse, Crgreó que usted es un buen hombgré que cometió un eggror al tomagsé la justiciá pog su manó. Honestamente no sé que espegán de mi, diga lo que diga voy a seg la culpablé de lo que pase....." con un débil suspiro y mirándose los pies desnudos dijo "C'est bien, mi voto es...."

Pero no le dio tiempo a acabar puesto que el resto de los invitados no atrincherados, es decir Wallace, Nadia, Vanessa, John y Dylan hicieron su entrada en la habitación.

La señora Hemmens bufó con rabia ante la decisión de la cocinera mientras daba la bienvenida, a su manera seca y distante, a los recién llegados.

"Oh queridos, me alegra que estén bien. Les pongo al día brevemente. Hemos encontrado el cadáver del señor Jenkins en su habitación atravesado por una lanza y estamos debatiendo en devolver su arma al señor Wallace para una mejor protección de todos nosotros. El señor Wallace es policía y ha admitido haber matado a un violador de niños. De momento la votación está igualada... Sí quieren dar su opinión es el momento, sino pasaremos a otros temas que también deben ser hablados"

Hallard se sintió desconcertado. ¿Pretendían devolverle un arma de fuego al detective alcohólico?

-Me importa bastante poco que el señor Wallace haya matado a un pedófilo -sentenció el británico, de mala gana-. ¡Como si ha matado al mismísimo Bin Laden! Quiero recordar a todos la teoría de Sir Gustave de que el señor Dark podría ser uno de los que nos encontramos aquí, por lo que no me parece en absoluto aconsejable que ninguno de nosotros tenga a mano un arma de fuego. Cualquiera podría estar fingiendo un papel. Además, ya estamos lo suficientemente sugestionados como para que el señor detective tenga en sus manos la posibilidad de matar a cualquiera.

El británico los recorrió a todos con la mirada, pensativo.

-Sugeriría que fuera la propia Miss Hemmens quien llevara el arma encima y que sólo la entregase a alguien si fuera estrictamente necesario -afirmó, convencido de su idea-. Su reacción en el comedor después de escuchar el mensaje fue real. Sabemos que ella conoce personalmente a Dark, lo que, de entrada, la excluiría de ser quien ha llevado a cabo toda esta encerrona.

La señora Hemmens sonrió a John y adoptó un tono cargado de indulgencia, el tono que emplearía una institutriz con un niño obtuso que no acaba de aprenderse la lección

"A mi juicio el momento ha llegado. Han muerto tres personas y aunque el señor Relish puede haber muerto por causas naturales, me inclino a pensar que no ha sido así. Puede ir a la suite Dublin y ver el cuerpo del señor Jenkins si lo desea pero dado que murió sin ropa puedo decir que era fuerte y grande, así que no nos enfrentamos a una amenaza etérea sino a alguien capaz de hundir una lanza en el pecho de un hombre. De todos modos anotamos su opinión y con eso tenemos 4 votos en contra y 3 a favor. Alguno más quiere dar su opinión?" dijo paseando la mirada entre Dylan, Wallace, Nadia, Vanessa y la indecisa señorita Rennard.

El chico escuchó lo que proponían y esperó para hablar hasta que Miss Hemmens les pidió que diesen su opinión. Entonces Dylan negó con la cabeza y dijo.- No pienso que Nate deba de tener su pistola.- El chico desabrochó el cuello de su camisa, y mostró al resto una escaldadura irritada con la forma de una mano en el cuello de Dylan, mientras que la mostraba dijo.- En el viaje hasta aquí, bastó que yo mostrase contra el la misma altanería y desprecio que el derrocha para que mi cuello acabase así sólo con sus manos. No pienso que necesite un arma tan letal para defenderse sinceramente, pues aunque el mismo no fuera Dark... sería entregar un arma muy dañina a una persona inestable, lo cuál aumentaría entre nosotros la incertidumbre desesperación que esta casa nos está produciendo.

Por ello mismo opino que tampoco deberíamos dársela a Miss Hemmens... Para mi la mejor opción es que la desarmemos, y que cada uno guarde una pieza, y así sólo pueda ser usada en el caso de que todos estemos de acuerdo.- Dylan se colocó bien la camisa y dijo mirando a Nate Wallace.- En el mejor de los casos, intentas defenderte, yo intento defendernos a todos, son lógicas ambas posiciones.

Tras bajar las escaleras con una pseudo sonrisa de victoria por no desmayarse ante los pitidos que sonaban bajo sus pies, se encontró un percal en la sala de estar que bien no esperaba.

- ¿Vino con un arma a la reunión? – Inconscientemente fue dando mini pasos hasta colocarse prácticamente detrás de Hallard, prácticamente usándolo de cobertura por si de un ataque alocado decidía abrir fuego a los presentes, cansado de tanta charla.- Si por mi fuera tiraría la pistola al mar, donde nadie pudiera cogerla.- Escuchó la propuesta de su “escudo humano improvisado” de dársela a Hemmens, negando poco después con la cabeza varias veces.- Si se la damos y ella es inocente, recordemos que estaríamos poniéndola en peligro. Dark, o uno de sus secuaces, pudo contra Jenkins en un mano a mano y él era…- Hizo una señal de músculos, recordando que el joven, aunque no visualizaba su cara, sí lo hacía de sus brazos.- Esconderla tampoco sería viable. Si Dark tiene micros, apuesto que también tiene cámaras escondidas en todas las habitaciones y sabría exactamente dónde la hemos puesto, por eso creo que lo mejor es deshacernos de ella donde nadie pueda cogerla.

Después observó las marcas de Dylan, escandalizado de que en el viaje hubiera sido capaz de intentar estrangular a un muchacho sólo por tener ideas contradictorias. Esta vez más decidido, volvió a negar.

- Definitivamente no, no le daría el arma a alguien así.

Al ver cómo Dylan se desabrochaba el cuello de la camisa y dejaba a la vista las marcas de la mano del detective, el británico no pudo impedir llevarse una mano a la boca para cubrírsela, ya que había quedado entreabierta de pura sorpresa.

-Jesús, María y José -murmuró, horrorizado, al escuchar el testimonio de O'Brien. Luego dirigió una mirada de desconfianza al detective-. Hacerle eso a un pobre chico...

"Si podría ser mi hijo" pensó para sus adentros. De haber sido el padre del muchacho, no habría dudado en lanzarse sobre Wallace para derribarle de un puñetazo. "La familia. La familia es lo más importante" escuchó John la vocecilla de su propio padre en su cabeza, recordando una de las tardes en que habían ido a pescar juntos. "Si nos quitan eso, ¿qué nos queda?".

-Podríamos desarmala, sí -reconoció Hallard, asintiendo a la sugerencia de O'Brien-. Aunque si hacemos eso, puede que no tengamos la oportunidad de reunir todas las piezas para volver a armarla y poder utilizarla. -Advirtió que Bullocks se había ocultado detrás de él, asustado, aunque no lo culpaba por su reacción-. Otra opción es que cada uno de nosotros se quede con una bala, y que la pistola la lleve ella. -señaló a Nadia con su dedo índice-. Solo es una embarazada. Es poco probable que vaya a ser la mente sádica detrás de todo este asunto. Todos los demás, nos limitaríamos a llevar una única bala encima, de forma que fuera necesario entregarle la bala a Nadia para que ella disparase. Es una opción, aunque reconozco que tampoco me desagradaría deshacernos del arma. -Se llevó una mano al mentón, permaneciendo pensativo unos instantes, y después se giró hacia la cocinera-. Señorita Rennard, ¿tienen una buena freidora en la cocina? Podría poner el aceite hirviendo y dejar caer dentro de la pistola. Sin las balas, claro. Creo que eso sería suficiente para inutilizar el arma si nos decidimos a deshacernos de ella.

La pregunta es si le damos el arma o no al señor Wallace. Una vez decidido eso, yo votaría por deshacernos del arma en una nueva votación. Como ya he dicho, podemos saber quién tiene el arma en un momento dado, pero no saber en manos de quién acabará. Además, un arma no desactiva trampas mortales. Es solo un quebradero de cabeza sin ningún beneficio

Vanessa entró la última en la sala y sus ojos se clavaron en Hemmens.Dios,cómo le desagradaba esa mujer,necesitaba un polvazo como la copa de un pino

Diablo se acercó a ella y comenzó a hacer gestos obscenos antes de acabar pasándose un dedo por el cuello.Degollarla.Sí,eso estaría genial

-También podríamos hacernos con la pistola,metérsela por el coño y disparar-Diablo sonrió sádicamente mientras Vanessa se llevaba una mano a la boca,horrorizada.A veces ese hombre la sorprendía con sus retorcidas y asquerosas ideas

-Vete y déjame a solas con ellos ahora no necesito tu presencia-ordenó Vanessa a su atractivo y sádico amante

Vanessa entró la última en la sala y sus ojos se clavaron en Hemmens que de nuevo estaba dando la nota.Algo que dijo la mujer sorprendió negativamente a Vanessa pues con cara de horror se llevó una mano a la boca antes de apartar con esfuerzo los ojos de ella

Tragando saliva Vanessa se concentró en la conversación que tenía lugar.Ella no conocía al policía pero si era un alcohólico desde luego no debía tener un arma de fuego en sus manos,aunque por otro lado podría protegerles en un momento dado.La balanza apenas se inclinaba hacia uno u otro lado pero por fin se decidió

-"No creo que ninguno de ellos"-señaló con la cabeza a la Vieja Loca y a Nate-"deba tener esa pistola así que mi voto es no,para ninguno de ellos"-decidió no opinar sobre lo que hacer con el arma puesto que no estaba segura de querer que se deshicieran por completo de ella por si acaso la necesitaban más adelante

Miró al joven Dylan y al apuesto Wallece antes de dirigirse a Cavanough y a Vincent

-"¿Han encontrado algo?"-preguntó a los dos hombres

Aún con el corazón ligeramente desbocado por la dichosa escalerita se apresuró a sentarse en el mullido e impresionante cheslong. Nadia escuchaba lo que allí se estaba hablabando y varios pensamientos bailoteaban por su cabecita. Con cuidado se recostó sintiendo un gran alivio en las lumbares mientras subía los pies en el puff circular que tenía delante. Aunque no era ese el sentimiento que predominaba.

- Yo voto por deshacernos del arma y desde luego no pienso ni tocarla. Creo que sería más peligrosa que beneficiosa, pero...- clavó su mirada en Dylan con tristeza pues sabía que se iba a enfadar y él muchacho le caía bien, pero no le parecía justo que Nate quedara como un monstruo

- No porque crea que el señor Nate sea peligroso - su tono se enlentenció como si estuviera andadando de puntillas por un campo de minas - no justifico nada pero Dylan se pasó un poco. Me faltó el respeto a mi y al detective. Y sin motivo - su labio inferior comenzó a temblar al recordar la forma en la que se dirigió a ella en el helicoptero. Se llevó una mano a los labios intentando contener las ganas de llorar y maldiciendo las hormonas que provocaban que algo tan tonto como aquello le provocase esa reacción. Cogió aire despacio antes de seguir.

- No he podido evitar darme cuenta de que el pobre Jenkins estaba desnudo cuando murió.... Solo una persona acude a mi mente que pudiera estar con él haciendo.... ya sabeis.... eso.... -