Partida Rol por web

Hades estaba sorprendido.

¿Acaso lo dudabáis? 

En realidad, seguía sorprendido, desde el principio, una detrás de la otra. Y ahora esto.

¿Se ríe por algo que he dicho? 

El Dios de la Muerte pensó un segundo, con el dedo sobre la barbilla, pero no encontró razón ( por lo menos en este momento ) para la risa de la dulce y directa Dama.

Continuó con los ojos abiertos como platos mientras intentaba descifrar a la mujer que tenía delante.

Nunca le había costado tanto saber que pensaba o que pasaba por la mente de una mortal. Esta cita lo estaba poniendo a prueba... ¡y de qué manera!

- Am... yo... - Dijo descolocado. - No sé... lo que quieras... si quieres podemos seguir charlando o no sé... Mi educación me ha enseñado que es el hombre que tiene que complacer a la dama en una cita, así que, por un momento intenta centrarte y pídeme lo que quieras. Aquí parece ser que todo está permitido y tenemos completa libertad de movimientos. -

En ese momento metió una de sus manos en el bolsillo, para estar más cómodo y notó algo dentro del mismo.

¡El objeto que le había dado Psique!

Bueno, tal vez, si no se le ocurre nada que podamos hacer, un viajecito por el tiempo no nos vendría mal a ninguno de los dos.

- Mírame, mírame a los ojos y dime lo primero que se te viene a la mente que quieras hacer conmigo y asunto zanjado. -

Mis ojos se perdieron en los suyos y por un instante me costó respirar. Me preguntaba qué quería y asunto zanjado... Me puse más roja que un tomate recién cosechado, no, no pienso decirte... No debo. No. Aaaaaay Lara haz algo... cualquier cosa.

Me reí un momento y me separé de él, adrede. Caminé un poco por el bar, mirando a todas partes e intentando despejar mi cabeza. No era fácil, pero yo no iba a ceder.

"Bien quiero hielo. Montones de hielo, una cubeta llena...", pensé.

-Bien, mnnnn. Erh... ehmnnn

Dí palmadas hacia adelante, como un nene que está pensando que vá a pedir.

-¿Tienes hambre?

"Bien, en el ranking de excusas estúpidas estás en el primer puesto.", medité. Pero lo importante era distraerlo. Tampoco que quede como que parece super hot.

"Ok me parece super hot", "fuck ¿por qué no será más feo?"

-Si tienes hambre hay restorantes.

"Ya dije eso. Piensa en algo feo, piensa en algo feo, Tony el gordo, tony comiendo sus pescados con los dedos. Yack, eso sí que es feo"

Estaba funcionando.

-O podemos recorrer el hotel y ver si hay sala de juegos. ¿Te parece bien, chap?

Hades esperó la respuesta de la chica, aunque antes, comenzó a seguirla con la mirada ya que se puso a caminar por el bar de un lado al otro. El Dios del Olimpo supuso en ese momento que estaba buscando algún tipo de enemigo o mirando por si alguien la seguía, y cuando vio que todo estaba despejado, se volvió a poner junto a él.

Primero le preguntó si tenía hambre.

El Dios del Inframundo estuvo a punto de responder, pero la morena siguió con el tema del hambre y los restaurantes.

Hades enarcó una ceja al ver que daba vueltas sobre lo mismo y no había que ser demasiado inteligente para darse cuenta que quería decir algo pero no quería decírmelo, como, bueno, como si fuera a tomármelo a mal.

Supongo que después de haberme robado, decirme feo y alguna que otra cosa, se habrá dado cuenta que no muerdo.

Hasta que al final se decidió por los juegos.

El Dios Oscuro volvió a sonreir.

- ¿Seguro? - Preguntó achinando los ojos, como sospechando que allí había gato encerrado. - No sé por qué me da la impresión de que me quieres decir algo pero no me lo dices. Si me has robado, soltado que no era feo, y aún así no te he hecho nada... ¿por qué evitas decirme lo que realmente quieres decirme? Vamos, no te voy a morder. -

"¿No? ¡Qué lástima!"

-Mphhhhhhffff!!!

Me comencé a reír sin poder evitarlo. Pero no, si ésto seguía por este camino yo sabía a donde iba a parar. Ser directa es malo cuando quieres mentir. Así que me detuve un momento, mirando el techo. La tentación de la risa se hizo involuntaria pero respiré hondo y la superé.

"Bien, eres sincera, sé sincera"

-Vale, quisiera poder hacerte el amor hasta que no haya estrellas en el cielo. Pero no es el punto de la cita y Eros quizás se enoje y me tire un rayo. ¿O ese es Thor?? Por cierto, ¿Thor existe?

Sería estupendo pensar que los dioses de todas las mitologías sean reales, pero también dá un poco miedo.

-Así queeee vayamos a caminar.

Lo miré esperando una respuesta.

-Sino podemos ir a comer. O hay una sala de juegos. También hay piscinas, y cosas así. Este hotel tiene todo.

Dije ésto levantando los brazos, como haciendo propaganda.

-Así que love, ¿qué hacemos? Algo para todo público. Mphhhhhhf!!!!!!!!!

Esta vez me doblé de la risa. Luego me puse derecha y le tendí la mano para salir de allí a ver qué hacíamos.

- Ah. - Sólo alcanzó a decir Hades.

La verdad es que no se lo esperaba.

Podía haber pensado cualquier cosa, pero por su cabeza no había pasado que ella le pediría acostarse con él.

Directa sí que era.

Tampoco podría decirse que al Dios no se le había pasado por la cabeza acostarse con ella. Era guapa, simpática, un poco loca tal vez, pero por su forma de ser probablemente ese sea un punto a su favor en el sexo.

El Dios del Infierno sonrió con malicia.

- Vaya. Bueno, supongo que podría llevarte a una habitación del hotel, recorrer tu cuerpo con mis labios, sin dejar ni un sólo centímetro de tu piel sin recorrer hasta que me supliques que me detenga o hasta que te mueras de placer con el mejor orgasmo que hayas podido tener en tu vida, o tal vez... -

Hades se quedó callado en ese momento, cortando la frase por la mitad, dejando la oración inconclusa, con algo de malicia. Pero no había sido su culpa. Ella le había pedido hacer algo para todos los públicos.

- Bueno, si eso es lo que realmente quieres, podemos ir a la sala de juegos. También puede ser divertido. -

"Ah bien, ¿con qué con esas estamos? Creo que este pichón se olvida de quién soy yo"

-Perdón su realeza... pero yo creo que podría resistir cualquier cosa que hagas. Lo que dudo es que tú puedas. Después de todo, yo tengo mucha experiencia en el tema.

Me miré las uñas. Estaban brillantes, no sé cómo ya que no me las había cuidado desde el pasado mes. Las restregué contra mi camiseta, como puliéndolas y, arqueando una ceja, contesté:

-Pero no quiero hacerte morir en la primera noche de la cita, así que podemos hacer cosas menos peligrosas para la salud de su majestad. No sea que se canse.

Le guiñé un ojo pero no me iba a dejar intimidar. Dios o lo que sea yo era una come hombres y come dioses seguramente que también.

-Así que... vamos a hacer algo que no te mate y que sea seguro como... ir a buscar el casino y jugamos unas fichas.

"Que aburrido pero si hago lo otro y si realmente es un dios, tampoco quiero morir, aunque... AAAaaaaaaaah bloody tentacion!!!"

-Sino puedes probar a la ruleta. Quizás tengas suerte.

Me hice la interesante y salí esperando que me siga.

El Dios sonrió contento al ver la reacción de la muchacha.

La verdad es que se esperaba esa reacción, sacando las uñas y el pecho como un gallo de pelea, pero aunque la reacción de ella haya sido la que suponía, de alguna forma, acababa de escurrir el bulto.

Por que podía tener toda la experiencia que quiera, pero ¿cuanta más experiencia que un Inmortal que ha vivido desde el comienzo de los tiempos?

Bueno, no iba a ponerme gallito yo también, aunque me hubiera gustado ver de que es capaz, pero supongo que sólo era para ponerme los dientes largos.

Yo también sé jugar a ese juego, señorita.

- Has empezado tú. - Le dijo haciéndose el niño mientras la seguía. - Además, recuerda que soy inmortal, al menos por ahora, así que tendrías que ser MUY buena para lograr cansarme y mucho mejor para matarme en la cama. - Continuó al mismo tiempo que le guiñaba el ojo.

Hades se colocó a su lado y le ofreció el brazo para que lo coja, haciéndole una pequeña reverencia en señal de respeto.

- Pero si quieres jugar a algo menos peligroso para tí, podemos probar el Poker... o el Streap Poker, aunque seguro que otra vez escurres el bulto como con el tema anterior, "señorita".-

Me puse las manos en la cintura y luego el me tomó del brazo y casi pego un salto. Pero interpreté que me era indiferente la sensación con bastante dignidad... creo. Estábamos yendo al casino y no iba a dejarme amedrentar. Tenía aspecto de niño, por más dios que sea.

"Lara quizás no sea un Dios... quizás se lo cree o te lo dijo para hacerse el importante".

Mientras caminábamos lo miraba y pensaba si sería o no un Dios.

-Ok... no me amedrentas. Un partido de streap poker, soy una maestra en el poker, te quedarías teniendo frío en no time.

Mientras decía eso intentaba sonar convencida.

"Pero si es un Dios, suponiendo que lo sea un ciento por ciento, ¿podría usar poderes para ganar?"

-Y no se valen usar poderes para ganar.

Me sentí un poco bloqueada. Él era hermoso, pero todo lo hermoso es peligroso en algún punto. Son como esas estatuas de los templos Mayas, parecen ser super adorables pero ni bien te acercas... hay una trampa en el suelo.

-A Lara Croft no la intimida ni Hades, niño bonito. Así que si quieres jugamos streap poker y vemos de qué estás hecho.

"Vale, algo me dice que no voy a ganar, vale sólo dije el póker. Si gano valdrá la pena... es bloody hot. Si pierdo, no pasa nada. Es como estar en una playa nudista."

-Así que ¿realmente quieres competir conmigo chap???

- Sep. - Dijo completamente seguro el Dios de la Muerte. - Claro que quiero competir contigo, lo estás haciendo conmigo desde que has llegado y, para qué voy a mentirte, realmente me gusta que lo hagas. Hacía mucho tiempo que alguien no me plantaba cara como lo estás haciendo tú y eso, bueno, me gusta mucho. -

Hades se detuvo en el medio del pasillo que conectaba el bar con el casino y le sonrió de oreja a oreja a Lara. Era una sonrisa pícara.

- Vamos a un reservado a jugar. No me apetece que si pierdo, la gente me vea en pelota picada por el medio del casino, ¿te parece? - Volvió a hablarle con cierta picardía en la voz.

Le cogió la mano entrelazando sus dedos entre los suyos y entrando al casino, se dirigió a una de las salas privadas que el mismo disponía. La sala tenía una mesa en el centro, y además, televisión, nevera y hasta un par de sofás para poder sentarse para descansar entre mano y mano.

Pero en la sala sólo estaremos ella y yo.

El Dios la hizo pasar primero y después, entró él, cerrando la puerta con llave, para que nadie los moleste.

- Vale. - Le dijo. - Sin trampas, sin poderes ni nada que se le parezca. Una partida legal de Streap Poker. Las reglas son sencillas. El que pierda una mano, tiene que quitarse una prenda, así, hasta que ya no puedas quitarte más nada. ¿Aceptas las condiciones de victoria? -

Me senté devolviéndole la misma sonrisa que él tenía. Dentro de mi cabeza, Edgard, mi mayordomo y como el padre que perdí me decía cosas como:

"Señorita Croft debería ser menos impulsiva, usted primero actúa después piensa. Debería ser menos orgullosa, no tiene nada de malo no ganar siempre."

Pero como en la vida real, tampoco iba a hacerle caso en mi cabeza. Yo estaba muy segura de mi victoria.

"Me sudan las manos..." me miré las manos y me dí cuenta de que comenzaron a tranpirar cuando él las tomó. "All right,eso no prueba nada..."

Me erguí derecha, la espalda contra la silla y llevé mis brazos detrás de la cabeza y dije:

-Bien, reparte. Y no te preocupes love, no es tan malo perder contra una humana.

Le saqué la punta de la lengua en un gesto de burla picarona pero sin faltarle el respeto.

-Eso sí, nada de mandarme al inframundo cuando te venza. Porque eso es lo ú ni co que va a pasar. Tú no vas a ganarme, niño bonito...

Y suspiré.

Hades se sentó en frente de Lara y abrió un paquete de cartas de poker nuevecitas.

En una estantería había como veinte paquetes de cartas. Cogió el de más abajo.

- Bien, esto es muy sencillo, señorita. - Dijo socarrón mientras repartía dos cartas a cada uno y dejaba cinco cartas sobre la mesa. - El que tenga la mejor mano gana y el que pierde... bueno, ya sabemos los dos que tiene que hacer el que pierda, ¿no? - Continuó mientras le guiñaba el ojo con una media sonrisa.

Cuando terminó de repartir, puso cara de poker, además que se bajó las gafas para que le tapen los ojos y miró, tapando las cartas con su mano, que era lo que tenía.

Hum... no está mal, no está nada mal. Pensó procurando no delatarse.

-Okay, entiendo. Es bien claro -dije y tomé mis cartas. Me temblaban un poco las manos pero igual puse cara de póquer y esperé que él tenga menos cartas que yo.

-Bien...

Miré las cartas: un As bien...oh no... un diez...

Tragué saliva y saqué otra de las cartas. Era un dos de tréboles. Las otras dos cartas eran otra porquería.

"¿Por qué me haces esto Eros????"

Suspiré... y dejé ver las cartas.

-Vale, pero el que se quita elige lo que se quita... Tiene que ser así.

"Fuck... ok... ¿qué me quito?"

Me levanté y con cuidado, desaté una de mis botas. La dejé en un rincón y sonreí malvadamente. Me acomodé en la silla como si nada, aunque tenía un poco de rubor y estaba enfadada por perder. Odiaba perder. Pero me regodeaba en el futuro, por decirlo así...

-Los zapatos cuentan de a uno. ¿No lo dijimos antes? No es mi culpa...

"Bien Lara, ésto recién comienza..."

El Dios levantó las cejas un par de veces al ver que había ganado, pero eso era lo único que hizo en ese momento. Miró con curiosidad como se quitaba una bota y negó con la cabeza.

- Uy, pensaba que eras más atrevida. - Dijo con sorna mientras volvió a repartir, haciendo lo mismo que la anterior vez.

Miró nuevamente las cartas controlando que no se le notara que tenía y sonrió sobrado.

Hum... no están mal, pero creo que esta vez tengo las de perder...

Me dispuse a tomar algunas cartas del montón completar las dos que poseía en la mano. Un Rey, un dos de picas, otra carta distinta y... otras cartas diferentes. La mano era peor que la anterior. Lo miré, puse las cartas sobre la mesa con la esperanza de que no le hubiese tocado nada, pero tenía nuevamente mejor mano.

"Lara tú te tienes que poner a apostar contra un dios... eres tan viva"

-Soy mucho más atrevida de lo que tú nunca has sido en tu inmortalidad, little boy.

Lo de little lo dije adrede pero volví a perder.

-Oh god... ok, de todos modos no tiene mucho sentido usar calzado aquí con alfombra.

Me saqué la otra bota y la acomodé con la anterior. Me senté despacio en la silla y me mordí el labio conteniendo mi enojo por perder dos rondas seguidas.

-... okay, pero sólo haz tenido suerte.

- Si, puede ser suerte. - Dijo Hades. - Y que conste que no estoy haciendo trampas. -

Hades sonrió al haber ganado nuevamente y volvió a repartir.

Dos cartas a cada uno y después, cinco sobre la mesa, como las anteriores tres manos.

- Bien, aquí vamos de nuevo. La próxima vez, te toca repartir a ti, para que no pienses nada raro. -

El Dios de la Muerte miró sus cartas y enarcó una ceja.

Nop, esta vez no he tenido suerte...

Cuando dió la otra repartija ya me temblaban las manos... No me molestaba tener que quitarme todo, pero ser la única sin ropa era demasiado... injusto.

"Todo eso pasa porque es muy hot, aunque creo que es más que eso, tiene ojos tiernos..." Miré la primera carta, era un as de Picas, bien seguí con la segunda, otro As de Corazones, la tercera era uno de Tréboles. Las otras dos no eran importantes pero bajé la mano contentísima.

-Full de Ases

Puse las manos en la cabeza y con los codos, apoyados sobre la mesa, parpadeando inocentemente digo:

-Mnnn creo que te toca a tí jiji

Me sentía muy segura ahora. Lo miré descarademente pero no importaba, no creo que me trague el inframundo. Era un hombre que cumplía su palabra.

Hades sonrió al ver que acababa de perder y se puso de pie a un lado de la silla.

Lentamente, comenzó a quitarse la camisa negra que llevaba encima de una camiseta negra ajustada a su cuerpo, desabrochandose botón por botón hasta que terminó por quitarsela al completo.

Cuando lo hizo, la dejó sobre el respaldo de la silla y volvió a coger el mazo de cartas.

- Bueno, sigamos. Veo que tu suerte ha cambiado. -

Repartió otra vez las cartas y miró las suyas tranquilamente.

¡Anda! Esto sí que no me lo esperaba.

Cuando se quitó la camisa casi me quedo sin aire. Me tocaba repartir, pero tenía las cartas en la mano y me quedé estática, hasta que parpadeé y recordé que tenía que repartir. Con rojo en las mejillas y bastante enojada conmigo por sentirme así, barajé y dí dos cartas y puse cinco sobre la mesa.

 Me quedé mirando su cara, no sabía si tenía buenas cartas no no. Así que miré las mías.

"4 Ases"

Casi me dá un bloody infarto. No podía creerlo. Sonreí y me quedé mirándolo. Luego me acordé de que tenía que mostrar la mano y la bajé.

-Parece que los dioses están de mi parte.

Suspiré y me abaniqué con una carta y le dije:

-Pero tienes cara de buen chico, si quieres parar acá lo comprendo.

"Aaaaaay la verdad es que tú tienes miedo de que se te dé vuelta la mano y que esos ojos te pueden..."

-Lo digo en serio. No quiero aprovecharme de tí. Eres sólo un dios inocente y yo no tengo un palmo de inocencia.

- ¿Si quiero seguir? Claro, si para eso estamos jugando, ¿no? - Dijo con una sonrisa mientras dejó las cartas a un lado y se volvió a incorporar.

Lentamente, pasó por delante de la mesa y cogiéndose la camiseta con las manos, se la fue quitando lentamente hacia arriba, con mucha suavidad. Poco a poco, los músculos de su abdomen comenzaron a aparecer, hasta que al final, se quedó desnudo de la cintura para arriba.

- Veo que la suerte te sonríe a ti en estos momentos, ¿no? Si pierdes ahora que te quitarás, ¿un pendiente? - Continuó en tono de burla mientras volvía a sentarse y a recoger las cartas de la segunda mano.

Mierda. No tengo nada de nada.

Creo que me va a ver sin pantalones en poco tiempo... 

Y yo me quedaré con ganas de verla a ella sin ropa...

Me quedé simplemente sin oxígeno cuando lo ví, sólo fue cuando me comencé a sentir mareada que recordé que no estaba respirando. Al principio, aunque debía repartir no podía quitarle la vista de encima. Entonces, usé un truco que utilizo cuando estoy en situaciones de shock, me pellizqué fuerte una pierna.

-Ay... me toca. Ahí me toca, digo... a repatir.

Mezclé una vez más y se me cayeron cuatro cartas al suelo. Cuando las fuí a recoger me golpeé contra el borde de la mesa. Las puse sobre la mesa y dejé que él repartiera mientras me tocaba la frente.

"Ouch..."

Luego tomé mis cartas. Tenía escalera real. Me quedé pálida, era una mano perfecta. Bajé las cartas y dije:

-...Eh sí...tengo esto.

Me quede respirando fuertemente.

"Bien, bien, vale... yo puedo controlar ésto... no me va a dar un infarto... god... ¿o sí?"