Partida Rol por web

Y soplará un viento frío...

Acantonamiento Nibrad

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22/04/2008, 13:20
Director

Cuando entraron en la tienda de mando sus ojos tardaron unos instantes en acostumbrarse a la oscuridad reinante. Tan sólo un par de candelabros, de tres velas cada uno, iluminaba el ambiente. El más cercano de ellos se encontraba ante una mesa alrededor de la cual había varios oficiales discutían, reunidos sobre uno de los objetos más valiosos del Acantonamiento: el mapa de las Cumbres Negras.

Dicho mapa se iba formando poco a poco, día a día, con la información recogida por las patrullas en sus incursiones. Era un mapa dibujado con sudor y sangre, literalmente. El sudor de cada día de duro trabajo, de sacrificio y esfuerzo. La sangre de aquellos caídos que, como Nylad Osterand, jamás volverían a vestir de negro. El objeto en cuestión era poco más que la unión de trozos de cuero recosido, sobre el que se iban ampliando nuevos senderos, nuevas rutas, valles, cimas… peligros. Cada batalla, cada escaramuza, tenía su lugar en él. Cada Guardia Marhis muerto en el cumplimiento de su deber reflejaba su propio lugar sagrado sobre el mapa. Se trataba de algo único. No había otro igual en todo el mundo. Cada acantonamiento tenía el suyo.

Una vez en cada estación, los responsables de esos mapas se reunían y compartían información. De esta forma se iban ampliando. Sin embargo, en los últimos tres años no se había conseguido ningún avance, ni un solo nuevo valle había sido explorado, ningún nuevo sendero. Tan sólo puntos negros. Más y más puntos negros. Más y más bajas.

Junto a Lebrás UnOjo reconocieron a los otros oficiales del acantonamiento, todos estaban allí. Algo ocurría. Algo discutían.

Al lado opuesto de ellos, presidiendo la mesa en pie, con sus casi dos metros de altura y su porte intimidante, se encontraba Támar “Mirada de Hielo”, el Galor del Acantonamiento. Era el responsable de toda la compañía y el oficial de mayor rango al mando. Un hombre frío, duro, que metía el miedo en el cuerpo sólo con su presencia. Sus ojos eran de un celeste tan claro que rozaba el blanco. Su apodo le venía impuesto por este detalle y por la temperatura de su carácter. De rasgos duros y marcados, cabeza cuadrada y piel blanca y fina, tanto que las venas se le marcaban azules a través de ella. A pesar de su aspecto, grande e imponente, Támar era un hombre calculador y con una mente privilegiada para el mando. Le faltaba paciencia, era su principal defecto.

La discusión se detuvo al entrar ellos, quizás únicamente por pura coincidencia.

UnOjo tomó la palabra.

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22/04/2008, 13:21
Lebrás Un-Ojo

-Acercáos todos, ésto os atañe - parco en palabras, como siempre, volvió a fijar la vista sobre el valioso documento.

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22/04/2008, 13:37
Marcus "Viejo Lobo" Borkarin

Marcus, con movimientos reflejos de toda una vida militar, asintió y se acercó a la mesa con varios pasos medidos.

Observó el mapa. Demasiado negro... Pensó Marcus con cierta aprensión. Acto seguido aprovechó para calibrar a los presentes y en especial al Galor Támar. Apenas le había visto un par de veces, y menos tan cerca. Ya había decidido como actuaría, se imponía una mente rápida y certera. Eran muchos oficiales, prácticamente la totalidad del mando, allí reunidos. Y Támar no era conocido por su paciencia.

- Señor. - Marcus se cuadró de nuevo un instante cuando llego a la mesa, frente a Támar.

Guardó silencio y aguardó.

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22/04/2008, 17:07
Hannah

Una súbita timidez embargó a Hannah en el momento en que tuvo que acercarse a Támar. Su mirada impasible, su seriedad y esa fama de perder fácilmente la paciencia le provocaron una extraña humildad. De pronto no tenía ganas de destacar por encima de los demás, de que tal hombre no fijara sus gélidos ojos sobre ella.

Al situarse una vez más junto a Marcus, ejecutó el saludo de la Guardia y esperó instrucciones; intentando no fijar la vista en el Galor, la puso sobre el mapa que rodeaban los oficiales.

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23/04/2008, 00:02
Ulgmar

Algo ocurría, algo grave. Todo lo iba confirmando, y el modo con que los que rodeaban el mapa plagado de negro se retenían, se contenían, mostraba el miedo en sus corazones. O, si no temor, por lo menos el peso de lo inevitable, el peso de la responsabilidad.
Estaban todos, todos los que tenían algún mando en el acantonamiento. Alrededor del Galor.
Se acercó cuando UnOjo les llamó, junto con los demás. Bien, ahora vendrían las respuestas... vendrían sin preguntas, no eran necesarias...

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23/04/2008, 03:06
Asolación, Kurgan

Estando casi de rodillas como estaba, a Kurgan no le costó añadir a su entrada el gesto de saludo de la guardia, cruzando su encogido brazo derecho sobre el pecho. Cuando se incorporó, se echó a un lado para permitir la entrada de Ulgmar, mientras inclinaba su enorme tamaño lo suficiente como para no desmontar el tejado ni rasgarlo con su cuerno. El asta se prolongaba ante él ominosa e inquietante:

-Kurgan presente, señor; la solución ha llegado por fin.- dijo rompiendo un evidente ambiente de tensión, que no acababa de gustarle demasiado.

Fuera lo que fuese, lo harían, y lo harían bien. El jefe podría confiar en ellos, y Unojo en el jefe. Kurgan estaba seguro de que no era casualidad que los hubieran llamado a ellos; no se elegían daguitas para matar un dargan. Si los querían antes de su permiso es que era importante y acuciante (aunque esta palabra no existía en la mente de Kurgan), y por eso estaban allí.

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23/04/2008, 18:09
Lebrás Un-Ojo

Lebrás contempló durante unos instantes más el mapa desplegado sobre la mesa, como si esperase hallar una señal, como si por sí mismo el objeto pudiese cambiar, adaptarse y tomar un aspecto más halagüeño. Quizás tan sólo estaba haciendo tiempo hasta que todos se hubiesen acercado a él.

Levantó la mirada y los examinó fugazmente. Fue tan sólo una revisión rutinaria, una de tantas, estaban acostumbrados a ello. UnOjo solía hacer este tipo de cosas, anotaba mentalmente cualquier falta, cualquier detalle que le pareciese equivocado y posteriormente, en privado, se encargaba de hacérselo saber al desafortunado. Volvió a bajar la mirada y su voz grave resonó en la tienda, a pesar de utilizar un volumen bastante bajo al hablar.

-Se que tan sólo lleváis un día en el Acantonamiento. Soy consciente de que apenas habéis podido descansar y de que en vuestra última incursión perdimos a un miembro del grupo. – Lebrás utilizaba la primera persona del plural, siempre hacía eso cuando hablaba de una de sus patrullas. Los éxitos eran de ellos, los fracasos de él. – Por ese motivo ésta será una incursión voluntaria. No se le tendrá en cuenta a aquel que decida quedarse. Hay heridas que curar. ¡Qué demonios! Ni tan siquiera se trata de una incursión. Es una misión de rescate.

Las palabras en sí mismas sonaban mal. Rematadamente mal. Una misión de rescate suponía que algo o alguien se había perdido o no había regresado. Feo asunto.

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23/04/2008, 18:23
Marcus "Viejo Lobo" Borkarin

- ¿Rescate? - Marcus controló su sorpresa, mas bien preocupación, cuando habló. Sabía muy bien que entre las misiones mas complejas y peligrosas estaban las misiones de rescate... Lo sabía bien como atestiguaban numerosas cicatrices en su cuerpo y mas aún... en su espíritu. - De quién, o qué se trata, Señor? - Inquirió Marcus apelando de nuevo a su marcialidad para mostrarse de nuevo como se esperaba de él, firme, decidido y sin miedo... Aunque el temor era algo bien distinto y muy sano.

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23/04/2008, 19:55
Asolación, Kurgan

Lebras apenas había terminado de hablar cuando Kurgan asintió decidido, agitando su temible asta por el copado ambiente. Tras la repentina pregunta de Marcus, Kurgan respondió:

-Sí, rescate. Yo iré. No importa lo que sea. Puede contar conmigo, Señor.- respondió a UnOjo.

Rescate significaba uno de los hermanos en peligro; desamparado. Él lo estuvo durante años y supo de aquel sufrimiento. Él estuvo al borde de la muerte y la Guardia de Marhis acudió en su ayuda, cuando ni siquiera era una de ellos; lo acogió y lo acunó. Él estaría dispuesto a lo mismo por casi cualquiera de ellos. No se dejaba en la estacada a un hermano.

Kurgan volvió a asentir subrayando sus palabras y esperando una explicación más amplia.

Notas de juego

Uy, qué horror... esto suena tan mal como "extracción" en Cyberpunk. Y yo sin mi tejido dérmico.

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24/04/2008, 10:12
Ulgmar

UnOjo estaba incómodo. Preocupado. Eso era algo inaudito. Habló dando incluso prerrogativas a sus hombres. Acantonamiento breve, lamerse las heridas, voluntarios para una misión de rescate...

¿Una misión de rescate...? Marcus puso voz a su extrañeza, a la suya y a la de todos. Y Asolación la puso a la respuesta que con seguridad, sabía Ulgmar, daría la Patrulla entera. Pero... ¿Rescate...?

Siguió a la escucha, algo más erguido, algo más adelantado, inconscientemente alerta, el ceño fruncido. ¿Qué lugar de ese mapa contiene un interrogante y no un punto negro... aún?

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24/04/2008, 15:18
Kemdrael de Mornan

- La verdad es que me estaba aburriendo, no me vendrá mal un poco de acción.- comentó despreocupadamente Kemdrael como si en lugar de un día llevase ya un mes de descanso en el campamento - Contad con mi arco, por supuesto.

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25/04/2008, 11:23
Siyara Sunel

La elfa se había acercado a la mesa junto con los demás y esperaba pacientemente a que Un-Ojo les diera la información necesaria.

Se sentía intimidada en cierta forma por la presencia de tanto alto rango, especialmente Támar, pero mantuvo la calma y procuró no interrumpir con preguntas a menos que fuera estríctamente necesario.

Misión de rescate, pensó con una sonrisa. Le atraía el lado humanitario de la tarea.

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25/04/2008, 17:06
Hannah

a Hannah le daba igual si iban a rescatar a una persona o a una gallina. Lo que le importaba era la acción, el movimiento, aprender más, alcanzar la gloria. Esta parecía la oportunidad perfecta. Sabía que iba a ser peligroso. La innumerable cantidad de puntos negros sobre el mapa lo corroboraba; pero no le importaba. Kurgan y el guapo Kemdrael había dicho que sí, y a ella nunca se le habría ocurrido decir que no.

-Me presento voluntaria, Señor-contestó.

Una leve sonrisa apareció en su cara, imposible de ocultar.

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25/04/2008, 18:11
Lebrás Un-Ojo

Lebrás les miró sombrío con su único ojo sano. Aguantó unos segundos de silencio, reacio a pronunciar las palabras.

-Una patrulla no ha regresado. – el anuncio fue como su una tenaza les atravesara la piel y les retorciera el estómago.

No existía peor noticia en un acantonamiento. Cuando un Guardia Negro caía sin duda se producía un duro revés, un brazo menos que empuñaba un arma, un hombre menos que te guardaba las espaldas, alguien con quien jamás volverías a compartir el calor de una hoguera. Sin embargo cuando desaparecía una patrulla completa era una auténtica desgracia. Cinco compañeros muertos de una vez, y además desconociendo las circunstancias de ello, que era una segunda lectura casi tan preocupante como la primera. Al ignorar las causas de la desaparición de la patrulla el acantonamiento entero se encontraba en peligro. Algo capaz de matar a todos sus miembros sin que ninguno de ellos pudiera haber escapado para dar el aviso requería atención inmediata.

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25/04/2008, 18:51
Asolación, Kurgan

Kurgan esperó con ciertos cambios de peso impacientes a que la conversación siguiera desarrollándose. La declaración le había puesto de un humor de perros y estaba realmente inquieto; todos sabían que era más de acciones que de palabras. Tenían que salir ya hacia donde quiera que se hubieran perdido sus compañeros, o las pistas se esfumarían. Pero bien sabía que no era el indicado para hacer las preguntas, ni para apremiar al comandante del acantonamiento. Más le valía escuchar...

Notas de juego

¡Vamos, master, que nos comemos los codos!

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25/04/2008, 18:56
Marcus "Viejo Lobo" Borkarin

Una negra sombra vela los ojos de Marcus por un segundo. Una patrulla al completo, piensa con preocupación. Desvía la mirada al mapa y de nuevo a Lebrás.

- Cuál era la zona que patrullaban, Unojo? - Marcus obvió el tratamiento esta vez. Había recibido una noticia terrible. Había que actuar, y había que hacerlo rápido. Fijó los ojos en UnOjo, serenos, duros, preparados. Una mirada de decisión. Las cartas habían sido hechadas. Ahora había que jugarlas.... y sin demora.

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25/04/2008, 23:11
Kemdrael de Mornan

Kemdrael permanecía silencioso. No tenía ni motivos ni ganas para bromear. La desaparición de una patrulla no era un motivo de chanzas. Guardó silencio esperando a que Un-Ojo continuase su informe.

Notas de juego

Kemdrael normalmente permanece callado cuando hay informes esperando a que el jefe de la patrulla sea quien se encargue de los detalles. Si no digo nada es porque simplemente permanezco a la escucha ;)

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26/04/2008, 19:51
Ulgmar

Con la expresión endurecida por el sombrío cariz que habían tomado las cosas, se acercó a UnOjo, y al mapa. Quería localizar con precisión el sitio que Lebrás les marcara, el sitio al que habían ido esos Guardias. Toda una patrulla. Compañeros con los que habría compartido rancho y entrenamiento, chanzas y envites.

-¿Cual es la Patrulla, Señor? ¿Quienes son sus componentes...?

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27/04/2008, 00:39
Lebrás Un-Ojo

UnOjo meditó la implicación de su siguiente anuncio y, al parecer, no llegó a conclusión positiva alguna, pues se limitó a negar con la cabeza visiblemente contrariado.

-Se trata de la patrulla de Bharis, el Halcón Negro .

Bharis era uno de los Guardias Negros más veteranos, más capaces y más respetados de cuantos había en el acantonamiento. Cargaba a sus espaldas con una leyenda mayor que la de cualquier otro. Las historias de su capacidad para detectar, perseguir y eliminar orcos u otras alimañas se contaban y cantaban en tabernas y posadas de todo el valle. Su patrulla, además, era la más experta de todas las que formaban la unidad. Era un hombre ya entrado en la cuarentena, de pelo encanecido y rostro severo, muy robusto y con la vista de un pájaro, lo que entre otras cosas le valió su apelativo. Objeto de comidilla pública, rumorología más que confirmada, era que había rechazado en numerosas ocasiones el nombramiento de Númar del Acantonamiento, e incluso hay quien dice que de podría haber llegado a convertirse en uno de los cinco Duares que dirigían la Guardia Marhis. Sin embargo el Halcón Negro no ha deseado nunca alejarse de las Cumbres Negras y del peligro. Parece como si siempre hubiese querido estar en primera línea, buscando la muerte en combate. Y quizás ahora la haya encontrado.

Los retrasos en regresar al acantonamiento eran normales en este tipo de incursiones y más en estos días. Si se descubría un rastro o un nuevo sendero entre las montañas, o cualquier cosa de interés de mereciera la pena ser cartografiada, las patrullas tenían permiso para variar su ruta inicial y adaptarla a las nuevas necesidades. Así pues, era realmente habitual que los grupos regresasen con uno o dos días de retraso. Sin embargo, si éste llegaba a los cinco días, el protocolo dictaba que debía enviarse una segunda patrulla en su busca.

-Hoy hace ya siete días que Bharis y sus hombres deberían de haber regresado. Debimos enviar una patrulla antes de ayer, pero teniendo en cuenta que se trata del Halcón Negro, decidimos esperar un poco más. Ahora ya parece claro que no van a volver. Hay que encontrarles. – Lebrás se frotó el parche insistentemente mientras observaba el mapa -. Su ruta se iniciaba hacia el norte, a través del Paso de la Quebrada. Debían atravesar el Valle del Silencio hasta ascender a la Cumbre del Lago Helado.

UnOjo fue trazando con su dedo la ruta a seguir sobre el mapa y se detuvo justo sobre la cumbre. Tras ella, un gran espacio en blanco revelaba que ninguna patrulla había descendido por la otra vertiente.

-Una vez lleguéis allí dependeréis de vuestro instinto y vuestras capacidades para encontrarles.

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27/04/2008, 01:41
Hannah

Hannah se movió un poco, nerviosa. Era más grave de lo que ella pensaba. ¡El Halcón Negro! ¿Por qué nos demoramos?, pensaba. Quería salir cuanto antes, y luchar si hacía falta. Pero, por otro lado, si la patrulla número uno del acantonamiento estaba en problemas, ¿serían ellos suficientemente buenos como para salvarles?