Partida Rol por web

YERMO

ELORA

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05/12/2017, 22:22
Director

El comerciante sonríe para quitar tensión al momento y se despide de ti deseándote buena suerte en tu viaje. Aún así miras varias veces hacia atrás a medida que te alejas para comprobar que no te siguen para robarte.

Tardas un par de horas en llegar a Lucas, durante el camino no te has topado con nadie y ni siquiera has vuelto a ver un coche pese a seguir la carretera.
Lo primero que ves del pueblo es un viejo cartel, quemado por el sol y la radiación y salpicado de agujeros de bala. La población, 393 habitantes, era escasa incluso antes de la guerra. Ahora no esperas mucha mas gente, si es que hay alguien.

La entrada del pueblo no presagia un lugar próspero precisamente, varias casas están quemadas y ahora no son más que esqueletos de ceniza y hollín.
El culpable, o al menos eso parece, es un camión cisterna estallado como si de una lata de refresco se tratase. En esta ocasión no hay nada recuperable, lo que no destrozó la explosión lo hizo el fuego.

A medida que recorres Lucas descubres sus características, las casas están bastante separadas entre sí y todas tienen un jardín bastante amplio que nadie parece haber aprovechado nunca. Algunos arboles han sobrevivido, ahora apenas son ramas desnudas y otros carecen de ellas y se confunden con los torcidos postes del cableado eléctrico.

A mitad de la calle principal, la cual atraviesa el pueblo, empiezas a ver casas en mejor estado. Distan mucho de lo que viste en holocintas o lo que te contaron tus antepasados, la madera está en mal estado y los marcos de ventanas y puertas se han caído. La mayoría de viviendas parecen saqueadas, muchas tienen daños por disparos o fuego pero al menos se mantienen en píe.

Casi al final del pueblo encuentras gente, desde lejos ves cinco personas trabajando en un pequeño huerto plantado en uno de los muchos solares vacíos del pueblo. Al otro lado de la calle hay una casa de dos pisos a la que han añadido paneles de metal y otros arreglos para mantenerla entera y fortificarla.
Oyes el golpeo constante de un martillo, lo cual indica que al menos hay otra persona que no puedes ver desde tu posición.
Los granjeros van desarmados a excepción de uno de ellos, a su espalda puedes ver colgando una escopeta de caza.

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07/12/2017, 20:29
Elora Rowell

El caminar con esa sensación de que siguen tus pasos resulta ser un agobio para Elora, que determinante sigue con su propósito inicial mientras va descubriendo lentamente lo que el yermo tiene para mostrarle. Cada situación suma experiencias que en ciertas ocasiones debe evitar, no se puede confiar en la gente pese a que no todo es negro. 

Al margen de ello sus pasos la llevan directo hacia Lucas, un pueblo que a simple vista parece maltratado por el paso del tiempo, dejando ese amargo sabor de lo que fue y no será jamás. Al menos para la joven el recrear la vista beneficia con el realismo de encontrarse con casas, jardines derruidos y personas que trabajan la tierra a lo lejos. 

Considerando que ha vivido toda su vida en el búnker, aquello comienza a ser parte del conocimiento adquirido al salir. No obstante, la curiosidad y el interés por ir más allá, la fuerza a dar unos pasos mientras escucha ese sonido desde la cercanía. De momento se dirige hacia los granjeros, sin pasar por alto la escopeta colgada en la espalda. 

- Disculpen. -  avisa ligeramente nerviosa. - Hola, soy Elora. -  se presenta, sin saber mucho qué decir. 

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09/12/2017, 16:27
Director

Los granjeros urbanos detienen su trabajo un instante para observarte, por sus miradas no tardan en catalogarte y viendo lo pronto que retoman su tarea está claro que no te consideran una amenaza.
Sin duda tienen una habilidad que aún te falta y es la de reconocer a las diferentes facciones del yermo, sabes que ellos son granjeros, que Roy es mercader y su compañera una escolta, y también sabes que el tipo aquel con la armadura de chatarra no era precisamente pacifico y cordial.

Precisamente el hombre de la escopeta es quien se acerca a ti, su tranquilidad seguramente viene de que los enemigos no aparecen solos y se presentan sin más.

- Bienvenida a Lucas, el pueblo más abandonado de Kansas, antes y después de la guerra. - acompaña su presentación señalando con la mano los alrededores - Ahora no necesitamos mano de obra, aún queda para recoger la cosecha y nos bastamos nosotros solos.

No debes ser la primera en aparecer buscando trabajo a tenor de su apresurado juicio.
De la casa restaurada sale un hombre, viste una armadura de cuero que te recuerda a las protecciones de los jugadores de fútbol americano. Además porta un rifle en muy buen estado para tener casi doscientos años.

- Si necesitas algo tenemos un herrero y algo parecido a un medico. - dice el granjero señalando con la cabeza a la casa del otro lado de la calle - Cobran en chapas aunque también aceptan suministros, si es que llevas...

Su última frase va a acompañada de una mirada a tu pequeña mochila, se nota vacía o al menos no tan llena como sería de esperar para un viajero.
El hombre de la armadura se apoya en un poste del porche de la casa y se queda mirándoos, por la distancia no puede oír vuestra conversación pero permanece atento igualmente.

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11/12/2017, 04:03
Elora Rowell

La situación para Elora es un tanto nueva, no sabe a ciencia cierta cómo relacionarse con los habitantes del Yermo y el haber vivido toda su vida en el bunker no le ha ayudado en nada. Para su desgracia, el saber desenvolverse en medio de un grupo que tiene sus precauciones, se torna un tanto difícil e incómodo por igual. ¿Cómo debería relacionarse? 

Hay cada animal de ser, al menos desde lo poco que pudo observar, entonces encuentra bastante lógica las reacciones y ella no tiene muchas formas o herramientas para demostrar que es inofensiva. ¿Quién podría creer en sus palabras? Nadie, es una desconocida vagando en solitario con la intención de buscar un objeto para ayudar a su gente. Pero eso lamentablemente no se comprueba con palabras, sino con hechos. Claro está que el Yermo tiene otro tipo de lenguaje. 

- Comprendo, solo estoy de paso y algo perdida. -  confiesa mostrándose inofensiva. - Entiendo que la desconfianza se cuece en todos lados, puedo pensar como uds de acuerdo a lo poco que he visto. En mi caso mi idea no es quedarme con nada, simplemente estoy recorriendo el yermo hasta dar con lo que busco. 

Sus palabras denotan sinceridad y espera en cierta forma que puedan creer en ella. Aunque es cuasi imposible. 

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12/12/2017, 00:11
Director

Los granjeros siguen ignorando tu presencia, tan solo el interlocutor original te presta atención. Seguramente para ellos solo seas un vagabundo más que está de paso, si no eres enemigo no hay nada que puedas ofrecer.

- Aquí no hay mucho, pero a veces pasan caravanas con algunos objetos raros. A no ser que seas de esos que busca venganza o una noble causa, entonces está claro que no estás en el lugar adecuado.

El tipo de la armadura cruza la calle hacia vosotros con el rifle apoyado en su hombro, su pelo canoso y su piel curtida llena de cicatrices indica que ha sobrevivido a muchas cosas. Aún así calculas que no debe superar los cincuenta años, te recuerda al anterior supervisor del refugio, aunque él estaba más limpio y en peor forma física.

- Frank, vuelve con tus hombres, yo me encargaré de la visitante.

El granjero, Frank, se encoge de hombros y regresa a sus tareas. Más que obedecer una orden parece que ha seguido un consejo, realmente no estaba muy interesado en tu búsqueda.
Tu nuevo interlocutor espera a que el granjero se aleje y se dirige a ti bajando el volumen de su voz para no ser escuchado por los demás.

- Puede que no vistas el mono azul pero es como si llevases un cartel que dijese que acabas de salir de un refugio. El sol todavía no ha quemado esa piel tan pálida que tienes y el bulto bajo tu manga indica que aún conservas el pip-boy. Apuesto a que si desenfundas tu arma el acero aún brilla, es más, seguro que ni siquiera ha sido disparado desde hace décadas.

El tono del hombre no es agresivo en ningún momento, solo parece estar intentando confirmar sus predicciones. Antes de que puedas confirmar o desmentir sus argumentos vuelve a hablar, mientras lo hace su mirada está pendiente de los alrededores, como si vigilase en todo momento la zona.

- Esos granjeros no te van a descubrir, pero tarde o temprano lo hará alguien y tu vida estará en peligro. Por eso necesitas a alguien que te proteja, alguien como yo. Me llamo Quinn, soy guardaespaldas y has tenido la suerte de conocerme justo cuando acabo de terminar mi último trabajo. Por un módico precio me puedo encargar de que el yermo no te mate, y si no tienes chapas siempre puedes pagarme más adelante, llevas encima un par de cosas que pueden enriquecerte con facilidad.

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14/12/2017, 20:47
Elora Rowell

La actitud de los granjeros es algo lógico y con su poca capacidad de relacionarse con las personas, tampoco ayuda. Así que se limita a escuchar con atención mientras aguarda silencio. Prefiere callar antes que hacer algún comentario desacertado que termine por generar un caos tremendo, sigue siendo una extranjera en este lugar y eso no significa nada bueno. 

Lo curioso es que aparece un hombre que desea hacerse cargo de la situación, lo bueno es que a diferencia del resto allí presente, este hombre tiene muy en claro de dónde viene Elora. No puede ocultar lo evidente, pero al menos si se ofrece a ayudarla por una módica suma, está claro que aceptará. Su nivel de supervivencia en el yermo es escaso, con alguien más experimentado puede quizás lograr sus objetivo. 

- Tienes toda la razón, hay cosas tan obvias que tonta sería el negarlo. -  responde encogiéndose de hombros. - Por lo poco que he visto desde que salí, está claro que no sobrevivo, pero si puedo contar con tu ayuda. Lo acepto gustosa, en este momento no sé cómo pagarte, ya me dirás. - afirma y prosigue. - Lo que busco es para salvar a la gente del refugio, estoy a contrarreloj, al menos espero lograrlo. 

No descarta ninguna forma, al menos ya ha conseguido un compañero que la defenderá. 

Notas de juego

Como es físicamente?

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17/12/2017, 13:50
Director

El hombre pone la mano en tu espalda y te empuja levemente invitándote a caminar unos metros para alejaros de los granjeros.
Al caminar a su lado notas un molesto olor, las duchas no abundan en el yermo.
Tu recién contratado guardaespaldas mide aproximadamente un metro y setenta centímetros, barba y cabello largos, mirada cansada, bajo la armadura viste una chaqueta de cuero y unos pantalones de trabajo tan sucios como rotos.
No parece el tipo más fuerte del mundo, aunque tiene aspecto de saber defenderse.

- Oh, la clásica historia del refugio en apuros. No quiero fastidiarte, pero esas historias nunca acaban bien. Hay que estar loco para enviar a una sola persona al yermo y esperar que encuentre algo que no sea la muerte. ¿Nunca se ha abierto la puerta? ¿No sabían lo que esperaba en el exterior?

Parece, por lo que dice, que no eres la primera persona ni el primero refugio que tiene problemas. Sus últimas preguntas son más al aire que a ti misma, no parece querer explicaciones a juzgar por su tono.

- En fin, soy tu hombre. Arreglaremos el pago cuando acabe el trabajo, no soy uno de esos muertos de hambre que necesita todo por adelantado. ¿Qué necesita tu refugio exactamente? Espero que no sea un G.E.C.K., dudo que esas cosas existan a estas alturas.

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22/12/2017, 04:55
Elora Rowell

La apariencia de aquel hombre y ese aroma nauseabundo le permite hacer una proyección hacia el futuro, posiblemente viéndose así misma como una más, impregnada por la suciedad y la ausencia vital de una ducha como la gente. El hecho de haber cruzado esa maldita barrera solo la impulsa a comprender muchas cosas, entre ellas que no hay un viaje de regreso, ni una promesa debajo del brazo que va a cumplir. A duras penas si sobrevive, ni hablar de conseguir el chip y salvar a su gente. 

Pero existe la esperanza, por más mínima que sea, allí está. Por esa razón, se permite escuchar con atención a su futuro compañero, aquel que estará a su lado cuidando las espaldas. No le quita verdad a sus palabras, es un mundo totalmente diferente. 

- No, jamás se ha hecho algo semejante. - responde sincera. - Somos unos perfectos ignorantes, para que negarlo. La situación en el refugio es extrema, pero nadie se atreve a salir de sus comodidades, le teman al yermo pero no son consciente que la probabilidad de vida se reduce de una forma u otra. 

Luego cuando aclara el tipo de persona que es y pregunta directamente lo que necesito, suspira un tanto preocupada mientras responde. 

- Un chip de agua o varios... Soy la ingeniera de aquel lugar, la única persona que reconoce un chip sin equivocarse o confundirse, por eso estoy aquí. - confiesa mirándolo a los ojos. 

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22/12/2017, 11:21
Director

Cuando mencionas el objetivo de tu misión el hombre arquea levemente sus pobladas cejas.

- ¿Un chip de agua? No tengo ni idea de qué es ni qué aspecto tiene. Ahora entiendo por qué enviaron a la ingeniera del refugio, aunque sigo pensando que es una locura que estés sola aquí fuera.

Se queda pensando unos instantes y después hace un gesto con la cabeza como si estuviese aceptando una propuesta que nadie ha hecho.

- Hay algunos refugios saqueados donde puede que queden esos chips, no es algo que los saqueadores vean útil. No va a ser un viaje corto, pero con un poco de suerte no tendremos que robarlo o comprarlo.

Sin previo aviso comienza a caminar hacia el este, hacia la salida del pueblo, cuando lleva pocos pasos se gira y hace un gesto con la mano para que lo sigas.

- Por cierto, me llamo Connor. Nos queda un día de viaje hasta el primer refugio, deberíamos aprovechar la luz que queda. Si necesitas algo ahí - señala a la casa de la que ha salido - venden suministros y munición. Si tienes todo y estás lista, vayámonos.

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26/12/2017, 04:14
Elora Rowell

Al mencionar sobre el chip de agua, nota el desconocimiento de su compañero y esos genera cierta incertidumbre difícil de obviar. Lo bueno es que las sugerencias de su parte están presentes, algo que en definitiva ayuda o le da esperanza en medio de tan desértico paraje. 

- Sé que es una locura, pero las personas de allí en verdad no piensan salir y no les importa saber que pueden morir en semanas si no se busca una solución. - responde mirándolo a los ojos. - Es la triste realidad cuando vives bajos ciertas comodidades y cuando estas escasean, la decisión es siempre resistir hasta no dar más. 

Una triste realidad que se vive en esos refugios, ella ha tomado una decisión incluso cuando su vida está en peligro y puede morir al dar el primer paso. El que no arriesga no gana, así que es cuestión de seguir pese al ambiente y todo lo que ello implique. 

- Interesante, iremos a ellos y no me importa caminar. - afirma convencida. - Un placer, mi nombre es Elora. Pues marchemos, tengo agua y una ración de comida, creo que aguantaré con eso. 

Las ganas de avanzar están presentes, ahora solo queda transitar por el yermo. Lo bueno es que esta vez no lo hará sola. 

Notas de juego

Calculo que agua y algo de comida me traje del refugio, por eso lo menciono. :)

Feliz navidad Máster!! :D

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27/12/2017, 12:31
Director

Con un trato más o menos cerrado abandonáis Lucas, los granjeros ven como os marcháis pero no parecen darle la mayor importancia.

Caminas junto a Connor, siempre con su rifle en las manos, vigilante y callado. Avanzáis por el cadáver de una carretera, las señales y protección metálicas han sido arrancadas y seguramente ahora formen parte de alguna casa, o una armadura o quién sabe qué. A medida que os alejáis del pueblo la chatarra vuelve a aparecer donde pertenece.
Tras un par de horas encontráis algo en el arcén, se trata del cuerpo sin vida de algún tipo de animal. Al acercarte descubres otra aberración provocada por décadas de radiación, observas una mosca del tamaño de un balón de baloncesto. Su cuerpo está hinchado hasta ser casi redondo, aunque en este caso la mitad de sus tripas están esparcidas por el suelo.
Connor se agacha y recoge algo del suelo, te enseña un casquillo de bala.

- Alguien ha disparado a esta tochomosca, ha sido a corta distancia. De haber sido un disparo más limpio tendríamos algo para cenar, al menos sabemos que quien haya sido va muy por delante de nosotros.

Seguís vuestro camino sin incidentes hasta que la noche cae sobre el yermo, la oscuridad es total de no ser por tu pip-boy y su útil función de linterna. Aún así sois una invitación en mitad de la noche, buscáis un lugar donde descansar y encontráis un restaurante de carretera.

El pequeño edificio sigue en píe, incluso el cartel aguanta aunque todo está cubierto de polvo y óxido. Has visto lugares así en viejas holocintas, la gente que iba de viaje detenía sus coches y comía en ese tipo de lugares. Ahora apenas sirve de refugio nocturno.

La puerta yace en el suelo, derribada a golpes. Entráis con las armas por delante y no tardáis en comprobar que el lugar está libre de animales. Ha sido saqueado, todo lo que su pudiera comer ha sido tomado, apenas quedan platos y vasos tan sucios como viejos.

Connor saca de su mochila algo parecido a cecina, el color es aún más oscuro y por sus gestos debe estar duro y seco. Coge otro trozo y te lo ofrece, tiene unos cuantos.

- Mutaracha seca, no es asado de brahman pero no morirás de hambre.

El mercenario se relaja, os cubren cuatro paredes y ha bloqueado la entrada. La conversación vuelve a aparecer ahora que los peligros parecen lejanos.

- Apuesto a que ya echas de menos el refugio, con su calefacción, su comida procesada y todas esas personas sanas. Nunca he estado en uno que no haya sido saqueado, pero he visto como vivían y me cambiaría por ellos sin pensarlo. Debe ser duro abandonar eso y más aún para salvar la vida a los que se han quedado allí, con las comodidades, solo esperando tu regreso.

Notas de juego

Felices fiestas!

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30/12/2017, 04:42
Elora Rowell

El paisaje en el Yermo se muestra igual por donde lo mires, desde los animales mutados hasta ese color ocre eterno que llega incluso a cansar de tanto mirarlo. No obstante tras una larga caminata y con la noche ya asomando por todo el cielo, encuentran un sitio ya anteriormente saqueado y libre de todo bicharraco especial. 

Una vez allí, Elora lo recorre un largo rato, en parte curioseando debido a su vida encerrada en el refugio. Todo es nuevo para ella al fin de cuentas, por más decrépito que se muestre el lugar. Lo bueno es que tras ayudar a Connor con la puerta y demás cuestiones que los guarecen dentro de la seguridad que puede ser posible en aquel sitio. 

Toma asiento junto al hombre mientras lo escucha hablar, ya aceptando de buena gana la mutaracha, primero la huele y tras probar un bocado le termina gustando bastante. 

- Gracias, nada mal sabe. - responde y prosigue. - No extraño el refugio aunque debería hacerlo, es que desde la muerte de mi esposo, no tenía sentido el estar allí. Quizás me ves como una loca, pero dificil es vivir en un lugar donde todo te recuerda a él, así que entre salvar a la gente saliendo al exterior y quedarme allí a recordarlo, prefiero mil veces esto. 

Se aprecia sincera, como si no tuviera pelos en la lengua pese a su personalidad. Quizás el agobio de su pasado hace mella y al margen del peligro reinante, ella prefiere estar allí.

- Cuéntame de ti. 

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03/01/2018, 16:01
Director

Tus palabras provocan una sonrisa a Connor pese a que no estés contando algo precisamente gracioso, no tarda en justificar su reacción.

- Lo siento, pero no había escuchado a nadie preferir el yermo a un refugio. Supongo que es cuestión de tiempo que cambies de idea, me reservo un "ya te lo dije" para entonces. No quiero convencerte de nada, pero llevas poco tiempo fuera y apuesto a que aún no has matado a nada y nada te ha intentado matar, al final en eso se resume el yermo. 

Cuando pides que hable de él se encoge de hombros quitándose importancia.

- Nunca conocí a mis padres, me criaron unos caravaneros que me encontraron abandonado cuando era un niño. Puede que a ti te parezca mal, pero la mitad de los niños del yermo acaban siendo huérfanos. Con dieciséis años ya trabajaba como guardia de caravanas, desde entonces he ido cambiando trabajos pero siempre con un arma en las manos. No sirvo para trabajar la tierra ni para construir cosas, lo mio es evitar que la gente muera y sobretodo yo mismo.

Da un trago de su abollada petaca y después te la ofrece mientras sigue hablando.

- Sí, te lo estoy pintando mal, todo muerte y violencia. Hay rincones donde esconderse, lugares tan pobres que nadie buscará, pero eso no te asegura nada y acabarás viviendo una vida de mierda solo para intentar retrasar lo inevitable. Ya has visto Lucas, ¿crees que esa gente es feliz? Si encontramos ese chip que buscas y regresas al refugio no volverás a salir, y no dejarás que nadie más salga a no ser que sea inevitable.

Connor se apoya en uno de los asientos acolchados, ahora quemados, y se quita las botas con un par de movimientos de sus píes. Su arma descansa en el suelo, a un palmo de él.

- ¿Prefieres dormir tú primero o hacer guardia? No creo que nadie pase por aquí pero puede que nos huela algún animal.

Notas de juego

Te dejo total libertad para seguir hablando o pasar a la guardia y hacer lo que quieras durante la misma.

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05/01/2018, 04:33
Elora Rowell

La realidad siempre golpea las puertas de la consciencia, a través de situaciones que solo confirman aquellos errores de los cuales uno por ignorancia debe asumirlos para seguir. Connor a través de sus respuestas, solo anticipa lo que puede tocar en medio de tanto devenir apocalíptico. 

- Sí, comprendo. He vivido en una burbuja toda mi vida. - responde escueta. 

Las palabras se atragantan en su pecho al igual que sus sentimientos, más que nada por la vida que le ha tocado vivir a su guardaespaldas y los privilegios que fue recibiendo durante estos años Elora. La diferencia es abismal y el haber tomado esta decisión de salir a simple vista es lo peor que ha hecho en su vida. 

- Simplemente debo aprender a manejarme en este lugar, sobreviviendo a él para lograr mi objetivo. Si no conoces no sabes a que te enfrentas, soy una completa novata que ha vivido encerrada y ajena a todo. Por eso confío en ti, tu experiencia me sirve. - afirma en un tono sincero. - Deja me quedo yo con la primer guardia, me servirá para pensar y de paso conocer lo que es una noche en el yermo. Es una tontería, pero bueno... - 

Ya dispuesta a quedarse en la primer guardia, se acomoda en un lugar que le permita ver hacia ambos frentes. El miedo surca por su cuerpo, más aún en su mente, pero intenta sobrellevarlo. 

Notas de juego

Oki, hago la primer guardia. :)

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07/01/2018, 12:19
Director

Tu única experiencia con una guardia nocturna se basa en viejas holocintas de películas, en el refugio no había nada que vigilar mas allá de los niños traviesos.
Esperas sombras confusas, ruidos sospechosos y la sensación de que te están observando, pero nada de eso ocurre. El único ruido es la respiración profunda de Connor mientras duerme y la única sombra es la luz que proyecta tu pipboy cuando lo consultas.
El yermo, al menos de noche, es silencio. Al fin y al cabo todo está muerto ahí fuera, no hay bosques con animales, no hay aves. Todo lo que puede moverse, sea peligroso o no, está oculto en un agujero hasta que la luz vuelva a surgir. Ese agujero puede ser una madriguera, un nido improvisado o un desolado restaurante con la entrada bloqueada.

Terminas tu guardia sin incidentes y Connor te da el relevo. Pese a todo no te cuesta dormir, el cansancio de tanto caminar hace se hace notar.
Parece que han pasado cinco minutos cuando tu compañero te despierta dándote unos leves golpes en el hombro.

- Es de día, debemos continuar. - dice Connor antes de acercarse a desbloquear la puerta.

Ves un resplandor rojizo y levantas la cabeza para ver a través de la ventana como el Sol asoma entre las lejanas montañas del horizonte. Lo sigues mirando pese a que te cuesta mantener los ojos abiertos, al fin y al cabo nunca habías visto algo así en vivo.
Observas entonces como un par de figuras se cruzan por delante del Sol, antes de que puedas fijarte más escuchas disparos  cercanos y ves como Connor cae de espaldas dentro del restaurante. A su lado yace la puerta que acaba de mover dejando libre acceso al local.
Una voz masculina y otra femenina conversan en la entrada, parece que no te han visto.

- ¡Te lo dije! Alguien había movido la puerta, solo había que esperar. - se jacta el hombre.

- ¿Está solo? Ten cuidado, puede que haya más. - responde la mujer.

Alzas la cabeza lo justo para observar por encima de los asientos del restaurante, los dos atacantes están aproximándose a la puerta. Ambos portan armas y se disponen a entrar.
El local es un pasillo con mesas y asientos a ambos lados, una sola puerta y un pequeño mostrador al fondo. Si no revisan mesa por mesa podría funcionar esconderse.

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11/01/2018, 03:33
Elora Rowell

La vigilancia si que ha resultado medianamente aburrida, más que nada porque es la muerte el vivir la noche en el yermo. Nada se compara a las comodidades del refugio, pero este silencio es algo que no olvidas jamás y sin importar lo que suceda, lo retienes como algo único. 

Una vez que retoma el relevo, Elora se acuesta con la intención de relajarse un poco y dormir lo suficiente. Por suerte no es difícil conciliar el sueño, hasta que unos golpecitos en el hombro la despiertan y es ese sol quien cautiva a la chica de forma maravillosa. Tantos años encerradas, que el apreciar un vestigio de naturaleza, sin dudas era la gloria. Una que termina al ver las sombras. 

La esperanza se quebranta al ver como cae de espaldas Connor, mientras observa que están armados y tienen todas las intenciones de revisar aquel lugar. Así que coge el arma de su compañero y avanza raudamente hacia una de las mesas con la intención de esconderse allí. Esperando posiblemente pasar desapercibida, en caso de ser descubierta, no tendrá opción más que disparar. 

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12/01/2018, 12:37
Director

Coges el rifle de Connor, al hacerlo ves que aún respira aunque los dos agujeros de su pecho le auguran una corta agonía.
Viendo como los dos atacantes entran en el restaurante corres a ocultarte bajo una mesa, al meterte golpeas sin querer una lata oxidada provocando un ruido escandaloso en mitad del tenso silencio.

Oyes como susurran algo entre ellos y uno sale corriendo del local, lo ves pasar por la ventana y asomarse brevemente buscándote en cada mesa. Es cuestión de tiempo que de contigo.

- Sabemos que estás ahí, tu colega ha muerto. Tú no tienes por qué acaba igual, sal y danos todo lo que tienes.

La voz, masculina, es de las más desagradables que has oído en tu vida. Procede de la puerta del restaurante, eso tapa tu única salida. Asomarte al pasillo formado entre las mesas te pondrá a tiro, aunque eso funciona en ambos sentidos.
Fuera el otro asaltante ya ha rodeado el lugar y en unos segundos se asomará y te descubrirá¡ escondida bajo la mesa.

- Tiradas (1)

Motivo: Sigilo

Tirada: 1d100

Dificultad: 49-

Resultado: 98 (Fracaso)

Notas de juego

Hago yo tu tirada y pifio, lo siento.

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17/01/2018, 15:10
Elora Rowell

De nuevo cae en una situación que le trae problemas, está claro que andar por el yermo es significado de peligro o muerte, algo que indefectiblemente debes padecer para fortalecerte o quedar en el intento. Así que tras ver que no hay muchas opciones, más que enfrentarlo o dar la cara, decide esta última a costa de terminar vaya a saber cómo. 

Antes de salir y dar la cara, deja el arma de Connor debajo de la mesa mientras se quita el aparato de su muñeca para atarlo en el tobillo, de esta forma con el pantalón no se nota que lo lleva en ese lugar. Una vez que termina con aquel detalle, abandona la mesa con las manos en alto, mostrándose inofensiva. Es una ingeniera, no una guerrera, tendría que hacerse un poco. 

- Aquí estoy. - responde nerviosa. 

No tiene mucho para darle, considerando que lo más importante lo lleva escondido. En aquel instante recuerda las palabras de su guardaespaldas y suspira, no para de meterse en problemas, al parecer si se salva de esta comprenderá finalmente lo que es la miserable vida en el Yermo. Lo bueno es que Connor respira, pero su vida pende de un hilo. 

-¿Quién eres? - pregunta. 

Notas de juego

No hay drama máster, tmb pude haber pifiado yo. xD

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21/01/2018, 12:40
Director

En este caso la lucha parece ser la peor de las opciones. Sales de tu escondite al mismo tiempo que la persona de fuera se asoma y te descubre, al ver que te rindes y no vas armada se limita a apuntarte.

Junto a la entrada, sobre el cuerpo aún vivo de Connor, también sale de su parapeto el hombre que te ha hablado hace unos instantes. Su aspecto es como su voz, desagradable y molesto. Viste unos destrozados pantalones con tirantes y algo parecido a un jersey con tantos agujeros como manchas. Su peinado alguna vez fue una cresta y en su sonrisa apenas puedes contar cuatro o cinco dientes.

- ¿Qué quién soy? Soy el hijo de puta que te va a disparar como no me des todo lo que llevas encima.

Vuelve a reír, un sonido estridente que casi no parece provenir de un ser humano.
Al otro lado de la ventana, casi a tu espalda, hay una mujer de un aspecto muy similar al de su compañero. Su pelo no puede estar más sucio y su cara está llena de hematomas con distinta antigüedad e intensidad. Aunque su ojo está hinchado se las apaña para usarlo para apuntarte con su artesanal arma.

El hombre palpa el torso de Connor para registrarlo, después pisa su cuello y mirándote a los ojos le dispara en la cara.
Seguramente Connor sobrevivió durante muchos años a cosas mucho peores que un simple encuentro con saqueadores, pero eso es lo que le ha costado la vida y tú has tenido la desgracia de contemplarlo en primera fila.

Tus oídos aún pitan por el ruido del disparo cuando el saqueador vuelve a hablarte.

- Ahora dame todo lo que tengas, nadie sale al yermo desarmado y sin comida ni agua. Y no intentes nada o mi mujer te hará un nuevo agujero en la cabeza.

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24/01/2018, 05:04
Elora Rowell

Con un nudo en el estómago, sigue con sus manos levantadas mientras observa la apariencia de los allí presentes. Un tanto horrorizada por las acciones, su vestiduras y la forma de hablar, se mantiene inmóvil pese a quebrarse por dentro. 

Pero eso no es nada en comparación con la muerte de Connor y el desagradable tono con el que se dirige, dejando en claro que no piensan retirarse de allí sin nada a cambio. Aunque tampoco es garantía el darle las cosas, re pueden bajar igual. 

- No tengo nada. - expresa seria. - Ven a revisarme. 

Claro está que eso no es una gran idea, pero ante la funesta situación. ¿Que más da? El Yermo es así, con sus leyes en donde "Matas o mueres", así que Elora está muy decidida a mantenerse en pie hasta donde se lo permitan.