Partida Rol por web

 La llegada a la isla y los primeros dias en ella.

 Los dias van pasando lentamente y cada vez os acordais menos de vuestra vida anterior en la isla grande. Poco a poco, sin hacerlo a propósito, habeis ido olvidando vuestras raices, vuestros hogares y a vuestros padres. No sabeis porque ha ocurrido eso ni como se ha dado esa situación. 

También sabeis que algunos de los niños que estaban en la isla han intentado regresar y a los que han cogido a tiempo de que intentasen regresar a nado les han dado una azotaina pública para hacerse valer la autoridad de los druidas. 

Por las noches os cuentan historias sobre criaturas que habitan la isla en lugares prohibidos donde no esta permitido el acceso y de como el oráculo protege a todos los habitantes de Ynys Môn. Criaturas infernales aprovechan la oscuridad de la noche para atacar a los incautos mientras que otros no tan afortunados, se someten cada plenilunio a sus instintos primarios, cediendo a sus lados bestiales y crueles. 

 Os encontrais todos metidos dentro de una cabaña y ya es de noche. Esta noche os han hablado de las extrañas criaturas que viven de noche para cazar a los incautos y secuestrarlos en lo alto de las montañas de hierro. Las llaman asi porque dicen que sus paredes esconden hierro, pero vosotros no lo habeis visto nunca. 

El caso es que esa historia que os han contado os ha metido un poco de miedo en el cuerpo y ahora os cuesta un poco dormir. Estais juntos en la misma choza, los tres chicos a un lado y las dos chicas en otra habitación aparte. Algo os desvela del todo, una especie de grito y lamento que trae el viento, pero desde muy lejos. No estais muy seguros de si estais ya soñando o si lo habeis oido de verdad. 

 Esta noche os habeis divertido de lo lindo con los pobres niños asustandolos con historias de criaturas malvadas que secuestran en la noche y se los llevan a unas viejas minas de hierro. Tu cometido es vigilar a cinco niños procedentes de Crow Hill y ahi uno que dice ser cazador de osos. Confias que duerman tranquilos durante la noche, pero de todos modos paseas despreocupado por delante de la choza, vigilando que los niños duerman bien. 

Otros aspirantes como tu hacen lo mismo, deseosos de cumplir bien sus misiones para ganarse el favor de los druidas y del oráculo. 

-No puedo dormir...

Se pone de rodillas y mira a través de una ventana.

-¿vamos fuera a ver que hay?

¿Habeis oido eso? Es una de las fieras de la montaña del hierro. Cuando veniamos he oido como uno de los druidas decia que les darían a las niñas para que se las cenaran. Cian trata de contener una risita mientras susurra en la oscuridad a los otros dos niños que yacen junto a él. Incapaz de contenerse añade. Estoy seguro que mañana les daran a uno de nosotros, con solo un niño bastará. Hoy les han dado dos niñas por que su carne es mas tierna, y aún así quedarán con hambre.

Miro a elvia en la noche sin poder dormir tampoco

-No deberiamos, fuera hay monstruos que nos comeran...ademas ¿No oyes eso? ¿Ese lamento?...-

Me levanto tambien y me situo al lado de la niña

-¿Que crees que tendremos que hacer ahora?¿Nos haran enfrentarnos a los monstruos o algo asi?-

-No creo que sea un monstruo lo que hay ahí fuera. Seguro que los druidas solo nos intentaban asustar.

Elvia se levanta del camastro e intenta trepar por la ventana.

-Ven.

Me levanto de la cama y me pongo a su lado mientras ella toca su flauta. Es curioso pero hace que me acuerde de cosas que ya no pensaba que existian, de cosas como que antes de llegar aqui pertenecia a otro lugar y ese lugar sonaba y era diferente, pero no puedo recordar mas..Espero a que termine la cancion y la miro

-¿Sabes? tienes razon..Seguro que solo es un cuento de los druidas, pongamonos algo de ropa y salgamos..-

La niña se descuelga por el amrco de la ventana, con cuidado de no caerse, y espera a Sioban.

-No hagas ruido.

Con un poco menos de destreza que Elvia tambien bajo por el marco, tratando de no ponerme nerviosa.

-Debemos tener cuidado, a lo mejor hay algun druida vigilando.-

Me pregunto si deberiamos avisar a los niños

-No creo, escucho sus ronquidos desde aquí.

Hace un gesto con la mano hacia una dirección. Luego baja entre las ramas hasta una altura de un metro del suelo, para luego soltarse y caer de cuclillas.

-Ten cuidado al bajar.

Miro un momento hacia el suelo y lo veo muy lejano pero tratando de no pensar de ello tambien me voy deslizando por las ramas hasta llegar abajo, al lado de la otra niña

-Vale, ¿Probamos hacia la derecha?..-

Me voy animando poco a poco

 OS encaminais en la dirección de la que provienen los lamentos. Podeis ver que hasta el suelo hay una gran caida libre y por suerte para vosotras unas cuerdas a modo de escaleras para descender. 

Algunos druidas hacen guardia por las casas y por la parte del suelo de los árboles. 

 La noche esta tranquila y parece que nada llama tu atención.