Partida Rol por web

Tras la reunión en casa del embajador regresasteis a la posada donde una cansada Kachiko se retiró rápidamente. Hida O-Ushi, que al parecer intervino en el combate contra la bruja que asediaba a Shoju os acompañó, no sabes si fue por petición de Shoju aunque conociendo al maestro de los secretos probablemente fuese así. Tus heridas fueron sanadas y se te obligó a lavarte con agua con polvo de jade. Tras eso tu kimono fue quemado y se te ofrecieron ropas limpias. 

Una vez estuviste aseado y listo se te ofreció la cena, y por último fuiste llamado a la habitación de Shoju donde el campeón había estado hablando con la joven cangrejo, ella te saludó asintiendo con la cabeza, llevaba un kimono con el mon cangrejo bastante corto que dejaba ver sus piernas y estaba sentada frente al campeón escorpión con expresión seria. 

Había sido un día complicado para todos y tenía la sensación de que iba a tardar mucho en acabar. Había continuado obedeciendo las instrucciones con diligencia, incluso durante la cena esperé a que otros fueran comiendo antes de siquiera coger los palillos, pero cuando fui convocado a la presencia de Shoju y descubrí la presencia de la hija del Gran Oso en el interior, pronto supe que iba a ser algo cuanto menos delicado.

- ¿Me habéis llamado Bayushi-sama?

Pregunté tras saludar al daimyo y dirigir una leve inclinación de cabeza a O-Ushi. Tenia la sensación de que era cómo su padre y no quería molestarla más de lo necesario.

Ella te observa con curiosidad e interés, el rostro de Shoju, oculto por la máscara que siempre lleva puesto asiente. - Así es, Yusuke, siéntate por favor. - Le dice indicándole uno de los lados libres entre ellos dos. 

- Como bien sabes, O-Ushi nos ha prestado su ayuda para luchar contra la bruja que intentaba pelear con nosotros. - Ella hace un gesto con la mano restandole importancia.

- Vamos, vamos. Donde van los maho-tsukai van los cangrejos. Es nuestro sino. - Se encoge de hombros. - Y entre tu hermano y tú ya habíais manejado la situación. Bastante bien. - El último apunte jurarías que ha arrancado una carcajada a Shoju pero no estás seguro. 

Ella da un trago a la taza de té que tiene frente a ella. - Lo que me extraña es que se hayan atrevido a meterse aquí cerca. ¿Y ni siquiera para matarlas? ¿Que querían de ellas? Por un lado es tan obvio que me da mala espina. Las criaturas de las tierras sombrías nunca siguen nuestra lógica, son.. retorcidas. - 

Cuando Shoju va a contestarle una mano libre de la chica agarra la de Yusuke, pero entre su piel y la del escorpión hay como una gema. Ella te mira sonriendo. - Lo siento, una pequeña comprobación.. - 

El campeón no parece sorprendido por aquello. - No es necesario ser tan ruda... - 

Obviamente me molesta que O-Ushi sea tan brusca y de no haber estado tan en deuda e invitada por mi señor, de seguro que la habría retado, pero no era esa situación, por lo que en su lugar opto por inspirar profundamente e intentar mantener la compostura ante tan extraña situación.

- Ni su prometida ni la Kitsuki parecían haber sido maltratadas. ¿Podría ser para chantajear a sus familias?

Sugiero mientras tanto. Fui uno de los primeros en verlas y su estado de salud podría ser un detalle importante, lo mismo que recordarles que Kachiko era hija del daimyo Shosuro, aunque desconocía el linaje de la León.

- Esto es sencillo. Prefiero esto antes que discutir, o poner en un apuro a alguien por algo que no va a poder cambiar. Si tengo que darle la noticia de que tiene la mancha prefiero hacerlo cuando lo sepa con exactitud. - La joven afirmó con vehemencia y mirándote al decir eso, había verdadera preocupación en su rostro mientras retiraba la gema de jade. En ese momento se podía ver que en tu piel no había marcas y eso le hizo sonreír y guardarla. 

- Bien está lo que bien acaba. - afirmó complacida. 

Tras eso volvió a la conversación, mirándote con curiosidad. - ¿Y arriesgarse a reventar una célula tan cerca de la capital por un chantaje, incluso cuando se trata de la prometida de Bayushi-dono? - 

Una vez me soltó me sentí aliviado. Ahora podía concentrarme en lo importante.

- Su nombre es Kitsuki Asahi.

Señale mirando a Shoju no queriendo revelar a la Cangrejo que la había visto en mi visita al campeón León y entonces eran ya dos samuráis que iban a estar cerca de dos campeones. Podía ser un golpe letal descabezar al principal ejército al tiempo que se destruia a quién manejaba más información... lo que suponía ña presencia de un ejército oculto en el corazón del Imperio.

La joven cangrejo asiente con la cabeza mientras da otro trago a su taza de té. - Ikoma Asahi-san es la prometida de un reputado grulla. Es una de las atracciones de esta corte de invierno, un remilgado grulla y una maestra de bestias. El símbolo viviente de la paz entre la grulla y el león. Como si eso fuese realmente a influir en lo que está por venir. Pueden retrasarlo pero para evitar la guerra hace falta algo de más valor. Y tu lo sabes. - dice mirando hacia Shoju, que simplemente se toma unos segundos de silencio. 

- El emperador está complacido con esa boda. - Fue lo único que respondió el campeón del clan, ante lo cual ella se encogió de hombros. - Pero esa ella.. va a ser muy desgraciada. - 

- Si ellas hubiesen muerto os habríais empezado a matar unos a otros buscando respuestas.. Pero.. Las han dejado vivas..  No tiene sentido. - 

- O pueden pretender romper ese símbolo - sugiero dado que era algo plausible a mi cabeza - Quizás su plan necesitaba mantenerlas vivas y con una maldición latente para que hagan algo en un momento en concreto. Sugeriría una cambio en el casamiento dado que ninguno queremos molestar al Emperador y mantener la calma entre León y la Grulla.

La joven O-Ushi te mira con curiosidad pero el campeón escorpión. - No es tan fácil. Yusuke-san. - Responde Shoju con vehemencia cuando comentas eso. - La paz es muy tensa y nadie aparte de el león quiere una guerra. - 

Mira hacia la cangrejo que permanece de momento en silencio, iba a decir algo pero el hombre fue un paso por delante. - ¿O-Ushi? ¿Quizá podrías vigilarla? Podríais ir turnandoos Yusuke y tú para invitarla a entrenar y que el que no la invite aproveche y pase por el dojo de forma sutil. Así no parecería que la estáis acosando. - 

Ella enarcó una ceja y negó con la cabeza. - Si te piensas que voy a entrar en tus juegos... -

- ¿Y como le explicarás a tu padre que te has negado a asistirnos en una amenaza de Maho-tsukai?-

Claro que nunca era tan fácil, cierto, pero tampoco era necesario coaccionar de esa forma a O-Ushi.

- Podéis mirarlo como una forma de alejaros de los cortesanos.

Señalo apoyando la sugerencia de mi daimyo, pero era mejor mostrarle a la Cangrejo que algo ganaba de acceder a su petición.

La joven hija del campeón Cangrejo mira de uno a otro. No parece muy complacida por la resolución pero tampoco le parece una mala idea. Quizá lo que mas le molesta es sentir que la están utilizando. Pero todos compartían un mismo fin.- Supongo que sí, tienes razón. Seguro que la compañía de una maestra de bestias es la mejor compañía que podré encontrar en una corte de invierno. - Comenta dándose por vencida y esbozando una sonrisa divertida. - Pero no me culpes luego si mi influencia hace que reniegue de su boda. - Se encoge de hombros sonriendo. 

Shoju simplemente la observa unos segundos. - ¿Un duelo de tenacidad entre una maestra de bestias y una bushi cangrejo? Que las fortunas nos asistan a todos. - responde relajando el tono y mostrándose algo bromista. Raro para el campeón del clan. 

-Ella solo sonríe desafiante con un brillo ingenioso antes de cambiar de tema. - Bueno, Shoju-dono. Ha sido un día muy largo y creo que todos deberíamos descansar. Ha sido un placer conversar con usted, y conocer a Yusuke-san. - Tras decir se levanta, realiza una respetuosa inclinación a modo de despedida y sale de la habitación. 

Lógicamente le devuelvo la despedida del mismo modo que cuando entré, pero a diferencia de la Cangrejo yo no podía irme cuando me apeteciera.

- Hida-sama. - acompaño con palabras el gesto y aguardo a estar a solas con Shoju antes de proseguir - Kachiko-san podría encontrarse en la misma situación. También debería saber que encontré a la Ikona cundo visité a Akodo Arasou. Se encontraba en compañía de un Matsu... Matsu Takeshi, pero eso no es lo más preocupante. - puntualizo tras esforzarme por recordar su nombre - Poniéndonos en el peor de los cabos, debéis reconocer que ambas tendrán acceso a dos de las personas más poderosas del Imperio y si por un casual consiguieran acabar con ustedes, dejarían a Rokugan sin el general del ejército más grande y sin quien más información maneja... dejando una situación en la que un ejército oculto dentro de nuestras fronteras podría destruirnos.

A pesar de la teoría que pronunciaba en voz alta me mostraba relajado. Todo se basaba en pillarnos con la guardia baja y ya estábamos prevenidos.

- Ya sabemos que pueden ocultarse entre nosotros, no estaría de más tomar un par de precauciones durante un tiempo ¿no le parece?

Pregunto a la espera de escuchar sus pensamientos.

-  Un hechizo de ese calibre requiere un ritual con mucha sangre, desgraciadamente al quemarse todo no hay pruebas que nos indiquen que pudo pasar. - Su voz es calmada y tranquila. 

- La joven Ikoma es la niña bonita de Arasou, no hay interés romántico pero tampoco es necesario. Confío aún así en el campeón León. Creo que todos tomaremos precauciones porque como bien dice O-Ushi nada de esto parece tener mucho sentido, a menos que sea parte de un retorcido plan. El clan escorpión ya ha dispuesto la vigilancia de ambas.  - 

Apoyo la taza sobre la máscara para beber un poco de té. - De momento me gustaría que lleves el plan adelante con la joven Ikoma y O-Ushi. - 

Evito hacer ningún comentario sobre los conocimientos de maho que demostraba el campeón Escorpión, aparte de que pronto me requiere para el asunto que habíamos estado comentando apenas unos segundos antes.

- Admito que no me vendrá mal. La diferencia entre la escuela y la vida real es demasiada como para subestimarla.

Tenía decidido que sugeriría a mis sensei el privar de la movilidad a los alumnos, para que comprendieran mejor la experiencia de combatir cuando habían sido heridos.

- Efectivamente, será una experiencia enriquecedora pues aprenderás a luchar contra otros estilos. En el dojo siempre combates con aquellos que luchan al igual que tú. - 

Tras estas ultimas palabras notas sus ojos clavarse en ti a través de la máscara. - ¿Estás ya recuperado de lo ocurrido en la ciudad? - 

Claro, faltaba ese detalle entre todos los datos que necesitaba.

- Fui atendido correctamente. El resto sólo es cuestión de tiempo, pero siempre me he recuperado rápido de las heridas. No se preocupe.

Le informo para que no se molestara en tener que jugar con una pieza defectuosa.

- ¿Puedo ayudar en algo más?

Inquiero para ver si en verdad habíamos terminado o quería tratar algún otro asunto.

- Está bien saberlo. Vuestra determinación es digna de mención. Habéis actuado de manera firme y sin miedo. - Te deja caer con esa voz calmada que siempre mantiene. 

- No, esta noche ya habéis hecho bastante. Descansad, mañana partiremos pronto hacia la corte. ¿Hay algo que necesitéis antes de llegar? - 

Me permito sonreír ante su petición, era una lástima que la mascara impidiera mostrar semejante reacción al completo.

- ¿Podríais pedirle a vuestra prometida un poco de compasión hacia mi persona? Me bastará con que no me involucre en sus tejemanejes sin avisarme primero.

Solicito algo que podría ser muy útil, más teniendo en cuenta a dónde íbamos.