Partida Rol por web

A Lizzy nunca le había gustado Halloween. ¿Acaso había algo más estúpido que tallar calabazas y pedir caramelos? Puede que Acción de Gracias...

Así que aquella noche había convencido a sus padres para quedarse en casa. Ellos iban a una fiesta, a la que acudía la mayor parte del pueblo. Podía oirlos abajo, riéndose, mientras se disfrazaban. Su madre iba de Bruja mala del Oeste y su padre de Hombre de Hojalata, por lo que el tintineo de las latas era incesante.

Subió el volumen de su iPod y logró abstraerse un poco de la situación y volver a los libros un instante, pero pronto su mente volvió a divagar.

Había dicho a su madre que no necesitaba una canguro, ya tenía catorce años. Aun así su madre había insistido. Si quería quedarse en casa debía tener una canguro. Lizzy, ante la alternativa, que era disfrazarse de Dorothy decidió quedarse en casa con alguna canguro cabeza de chorlito.

Lizzy daba vueltas en su habitación enfadada, con la música a tope, y rumiando para sí misma lo absurdo de la sociedad y de su madre.....

- no me lo puedo creer, no se dan cuenta de lo ridiculo que es?? por dios, probablemente tenga que cuidar yo de la niñera, seguro que es alguna preuniversitaria borracha que vendra con algún Einstein lleno de esteroides, si, creo que me los imagino en el salon disertando sobre la profundiad de las obras de Joyce.....No sé qué es más patético, si esos dos idiotas llenos de hormona, o que una nacion entera celebre halloween..... acabaran celebrando también el día del unicornio bicéfao?? alguien debería explicarles lo que significa la evolucion a la racionalidad.... Pero bueno, seamos practicos, me rodean incompetentes, pero ellos hacen las reglas.. al menos de momento.... ;puedo escaparme por la vetana-es tan vergonzoso....- o buscarle problemas a la canguro, apuesto a que la policía podría tener algun antecedente suyo si yo lo metiera en su base de datos... eso me distraería un poco.....

Bueno, esperemos a verla llegar, quién sabe, quizas hasta sepa sumar y todo!

Se puso a leer un tratado de bioquimica mientras eperaba a que sus padres se marchasen para poder divertirse a costa de la niñera.

Lizzy empieza a pasar las hojas del enorme tomo (ilustrado) de bioquímica, aunque sigue algo distraida debido a su enfado.

En su iPod empieza a sonar una canción pegadiza. Los bajos retumban en los oidos de Lizzy, ahogando totalmente las risas del piso de abajo...

And I am a material girl

 podría estafar al FBI
podría clonar a Lady Di
y en vez de eso estoy aquí con este marrón
entre la canguro y su novio el matón

And I am a material girl

Al finalizar la canción de su iPod Lizzy cierra el libro de golpe y se queda mirando al vacio con una sonrisa malévola.

Sacude la cabeza para sacar la cancioncilla de su mente. Entonces mira el reloj y se da cuenta de que ya son casi más de las ocho. ¿Donde estará esa estúpida canguro?

En el piso de abajo sus padres siguen preparando sus disfraces entre risas.

Finalmente, y dejando atrás al pobre Chang llegas a la casa de los amigos de tus padres. Dentro puedes ver luz y un par de figuras moviendose de un lado a otro. Arriba también hay luz, en una de las habitaciones.

Te fijas en que la casa de al lado no tiene decoración de Halloween aunque está claramente habitada. De hecho hay un grupo de niños llamando al timbre dispuestos a pedir caramelos.

Aún anonadada por lo que acaba de suceder, Amanda llega a la casa. Los últimos metros había acelerado el paso, ya que se había dado cuenta de la hora que era.

Al llegar a la puerta, llama al timbre, y mientras espera que abran, se coloca bien la camiseta y el pelo, siempre hay que estar presentable!. Lanza un pequeño suspiro y espera paciente.

Sin que tengas que esperar mucho la puerta se abre y ante ti aparece... ¡La Malvada Bruja del Oeste! Te mira con cara de malvada un instante y después se echa a reir de una manera no tan malvada.

-¡Hola! ¡Tu debes ser Amanda! Yo soy la madre de Lizzy, puedes llamarme Mery... ¡o Malvada Bruja!- dice con otra risita.

Mientras te habla puedes ver que el hombre de hojalata anda por la cocina caminando algo incomodo debido a su disfraz.

-¡Cariño! vete a avisar a Lizzy, ya ha llegado Amanda.- le dice la señora Larousse a su marido. Después vuelve a mirarte.- Pasa corazón, siéntate en el sofa mientras baja Lizzy.

El hombre de hojalata empieza a subir las escaleras con bastante dificultad.

Cuando aquella mujer abre la puerta, Amanda casi se cae de culo de la impresión, ¡demasiadas cosas en una noche!.

Cuando se da cuenta de que es la madre, apenas unos segundos después, recupera la compostura y sonríe.

- Hola! Si! Soy yo, Amanda. Un placer Mery. Menudo susto me has dado - suelta una risilla histérica mientras acepta el ofrecimiento de entrar en la casa y se dirige al sofá

Mery cierra la puerta y te acompaña hasta el sofa.

-Bueno, de eso se trata... MUAHAHAHAHA- dice, fingiendo una risa malvada. Después se sienta en el sillón de al lado. Su semblante se pone algo más serio.- No se si tu madre te ha comentado que Lizzy es un poco... especial...

No... no me ha dicho nada... ¿le pasa algo? - pregunta frunciendo el ceño

Llaman a la puerta, que se abre sin casi esperar a que contestes.

En el umbral aparece tu padre, disfrazado de Hombre de hojalata.

-Lizzy, ha llegado tu canguro. Baja a saludarla por favor.- después se queda esperando a que le hagas caso. Te conoce lo suficiente como para saber que si se va probablemente no bajes.

-¡No! No le pasa nada, está perfectamente sana. Pero ella... ¡es inteligente! ¡Muy inteligente! El problema es que sigue siendo una niña, aunque ella no se de cuenta. Ser inteligente no es lo mismo que ser adulto... Ella cree que no necesita una canguro...

Amanda tuerce el gesto... Jé.. qué suerte la mia...Vaya... entonces.. va a ser una noche larga, verdad?

-Bueno, si tienes suerte se pasará toda la noche en su habitación estudiando. Sabemos como es nuestra hija, nos cuesta mucho encontrar canguros, por eso pagamos tan bien.

La verdad es que el sueldo no estaba nada mal, y mucho menos para ser un castigo...

Asiente - No se preocupe, trataré de hacerlo bien - sonríe - ¡Seguro que nos llevamos de maravilla!

-Eso espero corazón... eso espero- te dice, y después mira hacia las escaleras, esperando que su marido y su hija bajen.