Partida Rol por web

Me aparto para evitar que me vean y me pidan golosinas, alcohol o qué sé yo, un libro de física cuántica. Conociendo a esa mocosa petulante, ya nada me asombra. Además... un recuerdo que mi memoria luchó por ocultar vuelve a mí poco a poco, lenta, parsimoniosa, como la miel fluyendo por una superficie rugosa y en una pendiente poco pronunciada en un día soleado de agosto...

Os acercais hasta la puerta del la austera casa. No hay ni una calabaza ni nada que se le parezca.

La única decoración de la casa son unos cuantos huevos estrellados con saña en la puerta y las ventanas delanteras.

Os acercais y Lizzy golpea la puerta con la aldaba, ya que el timbre no funciona, que no hay luz y como es superdotada se ha dado cuenta de eso...

Las dos chicas que has visto se acercan a tu puerta.

La vecina empieza a tocar insistentemente la puerta golpeando la aldaba.

No parece que tengan intención de marcharse.

Por otra parte... tampoco tienen pinta de pedir caramelos.

Salvatore abre la puerta.

Cielo santo, qué hartura de noche,
ya ni un flashback me dejan tener.
Me tiene sin cuidado sonar brusco:
déjenme tranquilo ya, joder.

(señalando al cielo)

¿Habéis oído el trueno? ¿Y visto el resplandor?
Volved a casa, porque aquí va a armarse la de Dios.

qué se va a armar? yo exijo una buena explicación
Me está escuchando? haga algo!

Salvatore está en la puerta, probablemente a punto de cerrárosla en las narices, cuando empezais a escuchar el sonido de una sirena. Enseguida podeis ver las luces de una ambulancia que aparece por vuestra calle, va a toda velocidad por el centro de la calzada.

De pronto el conductor parece perder el control y el vehículo se estampa contra el parque que hay frente a la casa de Salvatore, chocando contra una de las estructuras para jugar que lo componen.

La sirena aun sigue sonando, aunque ahora va despacio y suena lastimera, las luces del techo parpadean y los focos iluminan el parque vacio. Del capó, ahora destrozado, sale algo de humo, y dentro no se ve movimiento.

¡Maldita sea! - mira al adulto durante un segundo antes de salir corriendo hacia la ambulancia. - Elisabeth, quedate con él, voy a ver si puedo ayudar!!

Salvatore mira airadamente a las dos chicas y cierra la puerta con un sonoro portazo, como si no le importara lo más mínimo que se hubiera estrellado una ambulancia frente a su casa.

La noche de Halloween nunca era tranquila, siempre os tocaba atender algún coma etílico de adolescentes. Eso cuando no se daba el caso de que alguien daba chocolatinas en mal estado...

Por suerte este año todo parecía ir bien. De hecho no habíais tenido ninguna urgencia en toda la noche. Tu compañero Hiroshi y tu regresabais de llevar a una ancianita a la que habían dado de alta a su casa cuando un trueno enorme resonó a vuestro alrededor. Un rayo de color verduzco iluminó la noche y los pájaros volaron asustados de los árboles.

No le disteis mayor importancia, pero a los pocos minutos el suceso se repitió y pudisteis ver como las farolas de la carretera empezaron a reventar una a una, dejando la calle solo iluminada por las luces de vuestro vehículo.

Seguisteis camino al hospital, y os disteis cuenta de que por la radio solo recibíais estática. Seguramente el apagón había dejado sin luz a la central.

Al pasar cerca del cementerio visteis algo en la carretera. Un hombre asustado os salió al paso. Parecía haber sido atacado por una béstia salvaje, aunque fue incapaz de decir lo que le habñia pasado. Tenía arañazos y mordiscos por todo el cuerpo y parecía estar en estado de shock.

Lo metisteis en la ambulancia y mientras Hiroshi estaba detrás tratando de estabilizarlo tu condujiste a toda prisa en dirección al Hospital.

Ya estabas en Park Street, a tan solo unas cuantas manzanas del hospital, cuando escuchaste el conocido pitido del monitor, el tó había muerto.

-Ya no hay nada que hacer.- te dijo Hiroshi. Pero casi no te dio tiempo a reaccionar. Cuando ibas a reducir y a quitar la sirena miraste por el retrovisor y viste como el tío, que creíais muerto se abalanzaba sobre Hiroshi, empujándolo contra tu asiento.

El susto y el golpe te hicieron perder el control de la ambulancia y chocasteis contra el parquecillo que da nombre a la calle.

Despiertas pocos segundos después. Por el retrovisor lateral ves a una chica acercarse corriendo iluminada por una parpadeante sirena, que ahora parece aullar lastimeramente. Por el retrovisor interior ves que el hombre al que socorriais está... devorando a tu compañero.

Lizzy se queda algo anonadada en el porche de Salvatore mientras Amanda se acerca hasta la ambulancia. En el asiento delantero hay una chica pelirroja que parece tener un golpe en la cabeza, pero no parece grave y ya está consciente de nuevo.

La chica mira por el espejo retrovisor interior con terror cuando la adolescente está llegando hasta ella.

 Lizzy se quedó paralizada por la sorpresa un instante, tras ver a Amanda salir hacia la ambulancia, ella decidio echar también un vistazo, se acercó despacio, observando por las ventanas, el humo y el fuego, y valorando los posibles riesgos.

-Amanda el conductor está vivo? te echo una mano?

Tras mirar por el retrovisor me giro sin dar crédito a lo que estoy viendo, ese hijo de puta se está comiéndose a Hiroshi

Pero qué ... qué coño !! - digo con voz temblorosa.

Durante unos instantes me quedo paralizada por el miedo sin saber qué hacer, la escena de ese tío devorando a Hiro es algo que me supera. Me fijo en las chicas que se han acercado a la ambulancia pero soy incapaz de pronunciar palabra, tan solo las miro con cara horrorizada y lágrimas en los ojos.

Cuando mirais en la parte trasera de la furgoneta podéis ver que un hombre de mediana edad esta comiendose, literalmente, las entrañas de un chico asiático vestido como Beth. Por ahora parece entretenido con el festín, pero nunca se sabe, parece una de esas béstias salvajes de los documentales del Discovery Channel.

Salgo de la ambulancia y miro alrededor nerviosa sin saber exáctamente donde ir - Yo que vosotras no me quedaría cerca - Digo mientras comienzo a correr calle arriba

Tras el shock inicial, Amanda retrocede unos pasos. Mira a Lizzy desconcertada durante un segundo y toma rápidamente una decisión. Esta parece saber que pasa... coge a Lizzy de la muñeca y sale corriendo detrás de la pelirroja. Espera!!!

Las tres empezáis a correr calle arriba. Beth guiada por el pánico, no se sabe muy bien a donde, y Amanda y Lizzy tras ella.

Las dos jovencitas escuchan claramente como la puerta trasera de la furgoneta se abre con un fuerte golpe y de ella sale la criatura que estaba zampándose al compañero de Beth. Mira a los dos lados de la calle y cuando os ve empieza a correr tras vosotras. Por suerte le llevais algo de ventaja, pero no tiene aspecto de ir a cansarse pronto.

Al ver que nos sigue corro más aprisa. Mientras corro me fijo a ambos lados de la calle tratando de ver si hay algún sitio donde podamos entrar y encerrarnos para después llamar a la policía.