Partida Rol por web

Es una fría mañana de otoño. Siempre habías oído que el Lago Michigan era frío, pero no te lo imaginabas así, inmenso. El paisaje es boscoso, y muy plano. Hace dos días que caminas por la orilla, llevando contigo sólo lo imprescindible, buscando alguna señal que te indique cómo llegar a Sanctuary, o una embarcación para intentarlo por tus propios medios. En la línea del horizonte vislumbras lo que seguramente será la Isla Beaver, y algunas otras islas más pequeñas. Por la noche te pareció ver luces de hogueras, así que debe ser eso.

Hoy te has levantado con entusiasmo, has comido algo y has empezado a caminar. Vas siguiendo una carretera que discurre por la costa y a media mañana te topas con un pequeño pueblo. Te adentras en la espesura del bosque y das un pequeño rodeo para observarlo, parece tranquilo. Se trata de dos grandes casas y unos cuantos edificios más en torno a ¡un faro! El lugar se llama "Seul Choix Point Lighthouse". También hay un pequeño embarcadero, pero ni tan siquiera un mísero bote.

Estás inspeccionando cada ventana y cada rincón oscuro de cada edificio con tus prismáticos cuando casi te da un infarto. Al otro lado del pueblo, agazapada entre la espesura, hay otra persona, que igual que tú, mirar por sus prismáticos. Te tranquilizas durante unos segundos, y os hacéis señas. Sientes emoción al encontrar a otra persona ¡viva! Aunque también debes actuar con cautela, sabes que no todo el mundo ha soportado bien la caída de la civilización. Os vais acercando poco a poco, en silencio, siguiendo la linde del bosque, sin atreveros aún a salir de esa protección que os brinda la maleza, hasta estar a pocos metros la una del otro.

A Daniella le alivia ver a otro ser humano pero ¿le habrá invadido la locura,intentará matarla o cualquier otra barbaridad?Aprieta los dientes y prepara su pistola antes de acercarse.La esconde en la espalda,en la cintura del pantalón para que él no pueda verla.

Con prudencia se acerca al hombre pero se para a unos metros de él,observándole,estudiando sus movimientos y su rostro y con el oído atento a si escucha algo entre el bosque,por si le han tendido una trampa y pretenden caer sobre ella.Si es así,la encontrarán preparada para morir llevándose con ella a cuantos pueda

La mujer va vestida de militar aunque sus ropas están sucias y en algunos sitios desgarradas.Un pasamontañas cubre parte de su rostro por lo que sólo ves unos bonitos ojos almendrados que te observan con desconfianza

-"¡Hola!¿Estás sólo?"-pregunta desde su posición,mirando de reojo hacia los lados

Habia ya pasado cierto tiempo desde que se habia encontrado tan solo. Su travesía con  chicano había sido amena y reconfortante, lo  sentía como a un amigo de toda la viida ssin razón aparente.

Eso hizo este corto tiempo más frustrante. La soledad lo tenia aburrido y, siendo franco, asustado en partes iguales. Eso condicionó en gran medida la reacción que tuvo enn el pueblucho del faro: precaución.

Se acercaba un sujeto de ropas militaares y con el rostro cubierto; no me gustaron nunca los uniformados, en el mejor de los casos era el guarda de un edificio, n el peor... Abogados. Pero esta vez lo agradecí porque claramente era parte de un destacamento de "Sanctuary".
Suspiré aliviado y me acerqué al notar que aquel hacía lo mismo.

A pocos metros se detiene y pregunta, con una voz femenina que me toma por sorpresa, si estoy solo. -Espero que ya no- respondo sonriendo y levantando las manos por reflejo -soy Zack, un placer ¿Hay algún ferry o barco escondido?-.

A la par que pregunto miro a los alrededores.

Suspira,hace tiempo que no ve una sonrisa en nadie.Sus ojos reflejan una inmensa tristeza.Y suspicacia.Y miedo.Tras observarte un poco más se baja el pasamontañas y se presenta.Su rostro es bonito aunque extremadamente serio

-"Me llamo Daniella.Acabo de llegar y no tengo ni idea de si hay un barco o no...en el embarcadero desde luego no se ve nada"-termina con voz cansada.Ladea la cabeza y un mechón de cabello castaño claro cae sobre su mejilla y ella lo aparta con irritación.Da un paso más hacia ti aunque vuelve a detenerse y con un gesto de la cabeza hacia lo que hay a su espalda continúa-"Por allí desde luego no he encontrado escondida ni una pequeña barca ¿y...usted?"-sigue mirando hacia los lados,por si acaso

Es una fría mañana de otoño. Siempre habías oído que el Lago Michigan era frío, pero no te lo imaginabas así, inmenso. El paisaje es boscoso, y muy plano. Hace dos días que caminas por la orilla, llevando contigo sólo lo imprescindible, buscando alguna señal que te indique cómo llegar a Sanctuary, o una embarcación para intentarlo por tus propios medios. En la línea del horizonte vislumbras lo que seguramente será la Isla Beaver, y algunas otras islas más pequeñas. Por la noche te pareció ver luces de hogueras, así que debe ser eso.

Hoy te has levantado con entusiasmo, has comido algo y has empezado a caminar. Vas siguiendo una carretera que discurre por la costa y a media mañana te topas con un pequeño pueblo. Te adentras en la espesura del bosque y das un pequeño rodeo para observarlo, parece tranquilo. Se trata de dos grandes casas y unos cuantos edificios más en torno a ¡un faro! El lugar se llama "Seul Choix Point Lighthouse". También hay un pequeño embarcadero, pero ni tan siquiera un mísero bote.

Te acercas un poco más al conjunto, extremando la precaución. Nada, ni el más leve ruido. Sólo la brisa que mueve las copas de los árboles. Avanzas rápidamente entre los edificios dirigiéndote hacia el faro. Te ha llamado la atención. Abres sigilosamente la puerta, que no está bloqueada, y con tu linterna escudriñas cada rincón oscuro del interior. Parece tranquilo. Entras y cierras la puerta tras de ti. Miras hacia arriba y te sientes a salvo en este lugar extraño. Un tubo de labrillo pintado de blanco, de unos seis pisos de alto. Una escalera asciende en espiral anclada al muro hasta la sala de lámparas, desde ahí verás muy bien qué hay a tu alrededor. Comienzas a subir, despacio, los peldaños son metálicos y es imposible no hacer algo de ruido. A cada paso un "donc" sordo delata tu presencia, contienes la respiración y verificas cada vez que nada se mueve sobre ti.

Entras en la sala, toda acristalada, ves el claro horizonte en todas direcciones, hace mucho más frío aquí arriba. Cruzas la estancia en cuatro pasos y sales a la galería exterior que la rodea. Un gélido viento te corta la respiración. Algo ahí abajo atrae tu atención. Casi te da un vuelco el corazón. ¡Ahí, entre la maleza, justo en el borde del bosque, hay dos personas! Uno de ellos parece un militar, ¿o es una militar? Están agazapados, hablando.

Mientras hablas con este desconocido, ves algo moverse por tu rabillo del ojo. Estás entrenada para esto. Allá arriba, en la galería exterior de la parte alta del faro, hay alguien.

Mientras hablas con esta desconocida, ves algo moverse por el rabillo del ojo. Giras levemente la cabeza y ves a alguien que acaba de salir a la galería de la parte superior del faro. Consigues mantener la calma y parecer tranquilo. Parece un chico. Tu compañera también ha mirado hacia allí, pero no se ha dado cuenta de que la has visto hacerlo.

Hago un gesto con la mano para que Zack me siga a mi lado del bosque

-"Será mejor que nos apartemos"-dice con voz tranquila mientras retrocede sin apartar la vista del hombre

Retrocedo sin apartar la vista del hombre que tengo frente a mi

Cuando llegamos a lo alto del faro el viento frío empieza a calar en mi cuerpo. Como acto reflejo, acerco más a mí al bebé que llevo en brazos mientras salgo a la galería exterior. Aquí fuera el frío es helador, no puedo evitar tiritar y chasquear los dientes. Al mirar a mi al rededor, puedo ver a dos personas agazapadas en un arbusto. Alzo la mano a modo de saludo, pero cuando me disponía a lanzar un grito para dirigirme a ellos, el bebé rompe a llorar. 

-Mierda, mierda... Ey... ya pasó... ya pasó... -Digo mientras acaricio la cabeza del niño torpemente. -Joder, joder... -Vuelvo al interior del faro, esperando que los llantos del pequeño no hayan atraído a nadie, pues no sabía si en aquella zona del mundo seguía habiendo infectados. Miro a mi alrededor en busca de alguna cosa con la que poder tapar al niño, como una tela o una manta.

Buscas pero no encuentras nada que te sirva. Todo lo que hay en el faro es una pequeña mesa de control de la lámpara, la lámpara que ocupa casi todo el espacio de arriba, algunos cables y botellas rotas por el suelo; y abajo cajas de plástico de botellines de cerveza, una mesa con un cajón vacío, una silla rota y muchos cristales por el suelo, de botellas rotas. No hay ni telas ni mantas.

Seguí a Daniela y a su lado, ocultos en la vegetación, comento mis frustraciones -pero, si eres militar, ¿No eres parte del destacamento de "El Santuario?-.

Me quedé mirando hacia el faro y lo señalé -es posible que el faro sea un centro vigilancia y comunicaciones ¿Ehh? Desde allí los habitantes de la isla podrían ver a posibles habitantes, podrían comunicarse mejor por la altura. Podríamos visitarlo-.

No era un tipo ingenuo en absoluto y había detrás de mí una vida llena de "realidad" de la mayor crudeza pero de ser un hostil no estaría destacado en aquel lugar a la ligera. Era claro que nos podría haber atacado.
No conocía las aptitudes de aquella mujer pero había sido parte del ejército, seguramente podrían lidiar con bastante mierda.

Con eso en mente me dirigí hacia la puerta del faro haciendole una señal a aquella militar -vamos-. Al encontrarme frente a la misma golpeo con mi mano derecha dos veces, suave, pero asegurándome de que quien se encuentre dentro me escuche.
Sonreí por lo irónico de llamar a la puerta.

-"¡Ssssh,sshhh!¿Dónde vas,loco?Hay alguien allí arriba y no sabemos si es humano o no!"-le sigue,sacando la pistola y preparándola.No puede evitar que llame a la puerta por lo que le empuja,sin brusquedad,para que se ponga en un lateral,en vez de frente a la puerta.Tiene todos los sentidos alerta así que,con la pistola en alto intenta escuchar algún ruido dentro.Si no oye nada mueve el pomo despacio para abrirla.Cuando lo hace pasa despacio,haciendo un barrido con ojo experto y la pistola frente a ella,dispuesta a disparar a lo que sea que salga

Llaman a la puerta haciendo un ruido seco que crea un eco en el interior del faro.

Daniella intenta empujar a Zack, pero no lo consigue. Éste la esquiva desplazando levemente su cuerpo hacia un lado y ella da un leve traspiés. La militar parece desconcertada, pero se recupera y se mantiene alerta. Continúa con sus intenciones y abre la puerta.

Daniella abre la puerta del faro sigilosamente, haciendo un barrido con su ojo experto y apuntando con su pistola a todo objeto que pueda moverse, detrás de ella Zack, algo confundido.

Lo que encuentran en el interior es un joven con pinta de adolescente, asustado, acurrucado junto a una mesa, y que lleva consigo un bebé que no para de llorar. Intenta desesperadamente que deje de hacerlo tapándole la boca con la mano.

La militar saca una pistola, nunca fuí dado a las pistolas y ahora menos -eso es muy estridente- le murmuro levantando mi mano izquierda con suavidad, en señal de que se detenga -además nos saludó, los muertos no hacen eso y los saqueadores menos-.

Levanté mi sudadera dejando ver la cabeza de un hacha de mano a mi cintura, la desenfundé -esto es mejor, pero no creo que nos reciban bien en Santuary si los saludamos con un arma ¿Verdad?-. La puerta había sido abierta -baja eso, por favor-. No me gustaba tener a una militar a mi espalda por lo que la dejé ir primero, a regañadientes.

Tenía el hacha en mano pero no me mostraría agresivo, decidí cubrir la retaguardia y revisar por donde caminaba la mujer. Su nombre, creía recordar, era Daniela o algo así.

-¿Hola?- comento al entrar tras ella -¿Hay alguien vivo?-.

Dentro del faro hay un muchacho, parece un crío, que lleva a un bebé en brazos. Miro alrededor, algunas pandillas usaban ese método para que algunos bajen la guardia pero todo está vacío. Cierro la puerta tras de mí y la trabo con algo pesado -cuidado oficial- bromeo con la mujer -ese bebé puede ser peligroso- me acerco al par sonriendo y guardo mi arma -y el que tiene en los brazos peor-.

-¿Estás bien muchacho? No creo que sea buena idea que le tapes la boca, puedes hacerle mal-. Siempre había sido un tipo cortés, pero los niños siempre me habían parecido problemas -asumo que no son el comité de bienvenida ¿Ehh?-.

Busqué en mi morral por algo para calmar al pequeño inútilmente, no tenía biberones o chupetes. Por otro lado, tenía una manta de tela polar, se la alcancé al muchacho, estaba tiritando. Con eso fuí a ver hacia la isla y los alrededores desde la altura del faro -ahora vuelvo- les digo a medida que subo por las escaleras.

Daniella mira alrededor con rapidez, comprobando que no haya nadie más antes de guardar su arma en la espalda, donde la llevaba y acercarse al joven, no sin antes echar una mirada furibunda al hombre que ya se aleja

-"Tranquilo ¿estais bien? Soy médico" - señala al bebé y se acerca con las manos alzadas por delante, para que vea que no es una amenaza-"¿Puedo?"-se agacha y sonríe al joven, apartando con cuidado la mantita

Después de mi infructuosa búsqueda, decido quedarme sentado junto a una mesa cubriendo lo máximo posible al bebé con mi cuerpo, para ver si entra en calor y deja de llorar de una vez. Poco después llaman a la puerta y acto seguido entran en el faro una mujer armada con una pistola y otro chico. Al ver el arma no puedo evitar tragar saliva bruscamente y apreto con fuerza mi espalda contra la mesa, tensando todos mis músculos. Sin embargo, es el chico el que se acerca primero para hablarnos. Parece agradable. Por un momento empiezo a pensar que vienen a buscarnos para llevarnos a la zona segura, así que me relajo mientras habla, pero resulta que no, ellos también buscan el Santuario. 

-Ho... -carraspeo -Hola.. -digo recomponiéndome del susto inicial y tendiendo la mano al hombre que estaba de pie junto a mi, apartándola de la boca del bebe. Antes de que él pueda tomarla me percato de que gotea babas del niño y rápidamente me la restriego por la camiseta y vuelvo a tenderla, esbozando una torpe sonrisa. -Sí... sí... solo quiero... solo quiero que se calle. -Cojo la manta que el chico me ofrece y envuelvo al bebé en ella como si fuera un paquete, sin ningún tipo de cuidado. -Ya está... ¿ahora estás más calentito eh?, ¿a que sí?. -Le digo mientras acaricio uno de sus mofletes. Me vuelvo hacia el hombre -Gracias, muchas gracias...

Después es la militar quien se acerca, diciendo ser médica y preguntándome si puede echarle un vistazo al bebé. -Creo que solo tenía frío, la verdad es que ahí arriba hace un frío del carajo. -carraspeo- Mucho frío, quiero decir. Ya me entendéis, ¿no? -Suelto una carcajada torpe y acerco al niño-paquete a la mujer para que lo mire un poco más de cerca.

Después de un rato dubitativo, observándolos un poco, me decido a preguntar. -Vosotros... ¿vosotros también buscáis el Santuario, no? El sitio seguro quiero decir... Ya sabéis... ¿cómo era? -dirijo la pregunta al bebé, como si pudiera entenderme- Eso que se oía en la radio... Todos los que llegan sobreviven, o algo así, ¿no?. Sí, eso. ¿Está por aquí?