Partida Rol por web

Grace se queda parada unos instantes observando al centauro... y aunque es sólo una milésima de segundo lo que tarda en dar un par de zancadas para alcanzarlo, pues él ya se había puesto en marcha cuando sale de su asombro, no puede evitar que en su mente aparezca una pregunta. Una que sabe perfectamente que no debe pronunciar en voz alta.

¿Cómo sería montar encima suyo?

Sacudiendo la cabeza, alcanza a Quirón y se esfuerza en mantener su ritmo sin que él tenga que bajar el suyo.

¿Egresados? ¿Quiere decir que vienen y van? ¿Y eso porqué? ¿Y de quien son hijos si se supone que los Dioses tienen prohibido tener relaciones con mortales? ¿También son hijos de ninfas como yo? ¿La prohibición de mi abu... de Zeus alcanza a todos los Dioses? ¿O sólo a los de esas 3 cabañas vacías? ¿Porqué castigaron exactamente a mi padre?

Las preguntas salían por su boca sin pasar primero por su cabeza, así que salen desordenadas y cambiando de tema a cada segundo.

Quiron abrió los ojos como platos y soltó un bufido casi caballuno cuando comenzaste a preguntar todas esas preguntas. Vamos, que ni él como subdirector del Campamento podría responder con rapidez y mucho menos, con corrección a todas esas preguntas. Pero aún así, se detuvo y te miró con rostro paternal.

Seguramente iba a hacer su mejor esfuerzo.

- A ver... vienen y van por que quieren y da igual que los Dioses no puedan mantener más relaciones sexuales con humanos y humanas, ya hicieron suficiente antes de la prohibición así que creo que tendremos Mestizos para rato. Tú eres un caso especial, ya que tu madre no es mortal, ni tampoco tu padre. Verás, ser hija de un Olímpico ya es complicado, pero ser también hija de una Ninfa, bueno, complica un poco más las cosas. Y más si esa Ninfa era una de las favoritas de Zeus... así que por eso tu padre ha sido castigado. Por tocar lo que tenía prohibido. Cosas que pasan... es su Defecto Fatídico... -

El centauro te sonrió y miró el campamento.

- ¿Seguimos? -

Grace asiente y sonríe, mientras sigue caminando junto a Quirón.

Entonces... ¿Suele hacerlo mucho? Eso de tocar cosas que no son suyas, digo... Estará metido en más de un lío...

Y aunque se hubiera negado a sí misma preocuparse por él, después del desplante que acababa de hacerle. Aunque se hubiera sentido dolida por su comportamiento de hace tan sólo un rato. Aunque hacía unos segundos hubiera sido capaz de pegarle un guantazo para desahogarse. En el fondo sabía que todo aquello no sería más que mentira. Y que por muy poca falta que le hiciera saberlo a él, y por tanto intentaría evitar deciro en voz alta por todos los medios posibles, se alegraba de saber por fin de dónde venía... y de haber conocido a su verdadero padre.

Un suspiro escapa de sus pulmones recorriendo su garganta y saliendo por sus labios. Un suspiro de sincera resignación.

- Suele hacerlo. Todos tenemos una cosa que nos marca y que, bueno, si le hacemos mucho caso, terminariamos muertos. El Defecto Fatídico de tu padre es ese... todos tenemos uno y todos debemos evitar caer en él. Recuerda eso, como importante. Cuando descubras el tuyo, no le hagas mucho caso. Tal vez sea el mismo que el de tu padre, o tengas el de tu madre... es pronto para saberlo. -

Quiron continuó con el paseo, hasta que llegó cerca del lago enorme que cerraba la parte norte del campamento.

- Bueno, sigamos. - Señaló el lago. - Ese es el lago dónde hacemos natacion, campeonatos de submarinismo y concurso de barcos con sus correspondientes carreras. También, es el límite del campamento por este lado. Más allá, la protección del mismo se disipa así que si entras al lago, no salgas de él por la otra orilla. Aunque bueno, está bastante bien custodiado por ese lado, la verdad. Avancemos un poco más, si es que logro no matarme con alguna piedra, claro. -

¿Entonces es hereditario? ¿Y cuál es el de mi madre?

Una cosa tiene clara. Debe aprender a no soltar las preguntas tal cual le vienen a la mente... quizá dosificándolas o algo... Pero no era bueno soltarlas todas así de golpe y tal cual la otra persona ha terminado de hablar. A la otra persona le puede parecer confunso... Pero ya aprendería, ahora lo que quería era saber.

Claro, claro... avancemos... entonces... ¿En el lago podemos bañarnos siempre que queramos? No hay... digamos... ¿nada peligroso en él? Es que hoy he visto tantas cosas nuevas que no me sorprendería para nada. Y... ¿Quién custodia el otro lado? ¿Puedo saberlo?

Quiron se encogió de hombros ante la pregunta de tu madre.

- Lo siento, no he tenido el placer de conocer a tu madre. Por lo menos, no todavía. Pero si, normalmente, son hereditarios. - Dijo el centauro mientras seguía caminando-trotando, intentando mostrarte el campamento y al mismo tiempo, responder a tus preguntas. - En el lago podéis bañaros las veces que queráis, y si, hay cosas peligrosas pero normalmente no se acercan a los bañistas, la seguridad del lago las mantiene a raya... la misma seguridad que guarda la parte que da a la civilización. -

El centauro negó con la cabeza y sonrió cuando le preguntaste quién custodiaba el otro lado.

- Hugo, se llama Hugo. Es bueno en lo suyo. -

Caminastéis, bueno, él trotó tranquilo un poco más, hasta lo que parecía una pista de carreras como las de Daytona.

- Aquí hacemos las carreras de carros. Cada casa hace su carro, tirado por animales, mediante mágia o con vapor, da igual y sobre él van dos Mestizos. Uno conduce y el otro se encarga de que no os maten. Es divertida y además, es una forma de unión dentro de tu propia casa. -

Grace se queda boquiabierta cuando escucha las palabras de Quirón... y un torrente de información, se desborda por sus labios.

Pero... ¿Eso no es peligroso? ¿Y no fomenta también la competitividad entre casas? ¿No es eso malo? ¿No habría que evitar la violencia entre nosotros? No sé... en todos los sitios donde he estado, siempre se ha hecho lo contrario... disminuir la competitividad y la agresividad de los estudiantes... ¿Nadie se ha hecho nunca daño? ¿Cada cuanto es esa carrera? ¿Cuánto dura? ¿Cuál es el premio? Porque claro... con una prueba tan arriesgada, debe haber un premio suculento...

- Con el tiempo aprenderás, que con solo ganarle a la casa contraria, ya serás feliz. Y si, es peligrosísimo, además, la mayoría termina herido, mutilado, o cosas peores. Pero bueno, tenemos buenos médicos. - Dijo el medio caballo con una sonrisa. - ¿O has visto a algún cojo por aquí? Nada, aquí lo que sucede en la carrera, se queda en la carrera. -

Quiron relinchó o se rió de manera sonora.

- La competitividad te hace más fuerte y por sobre todas las cosas, te enseña a sobrevivir. Si quieres un campamento de paz y armonía, creo que deberías ir a algún campamento Amish, aquí, se lucha, se pelea, se golpea y se sobrevive. Sino, cuando salgas de aquí, no durarás ni dos segundos con los monstruos. -

Después, negó con la cabeza.

- Pero si lo que te preocupa es si alguien ha muerto... bueno, hace muchas décadas que no muere nadie, si eso te tranquiliza. -

Grace se encoge de hombros.

No, si no tengo nada en contra de vuestro método. La competitividad me parece un aliciente estupendo para que nos centremos y lo demos todo. Simplemente me resultaba extraño que en un centro educativo sigueran esas premisas. En todos los sitios donde he estado, desde el orfanato, siempre se ha intentado hacer lo contrario.

Sigue escuchando a Quirón y una sutil sonrisa aparece en sus labios.

Vaya, es un alivio. Pero tampoco temía por mi vida.

Grace lleva tanto tiempo metiéndose en líos para defender a otros, que había terminado por desarrollar mucho el esquivar golpes. Su mirada se dirige hacia la pista de carreras y un brillo de emoción aparece en sus iris azules. Estaba deseando aprender mucho más de lo que sabía para meterse ahí y demostrarle a su padre que él no era quien para abandonarla y luego hablarle así. Que era mucho mejor que él... no... que es mucho mejor de lo que él llegará a ser jamás. Por muy Dios que sea.

Quiron se acercó a ti y te puso una mano en tu hombro.

- Pues, no se yo si deberías ir tan confiada... más sabiendo quién es tu padre. - Dijo con una sonrisa. - Y por no hablar de tu madre, claro, una ninfa del Inframundo. -

El centauro te sonrió al mismo tiempo que el viejo sátiro, el jefe de todos según lo que habías entendido en la partida de poker, se apareció tras uno de los pinos del lugar y se acercó a vosotros dando saltitos y comiendose una especie de lata de cerveza vacía. El ruido que hacía al masticar era digno de oirse... parecía como cuando un cuchillo hace ruido en un plato... o algo peor.

El hombre cabra se acerco al hombre caballo y a ti, y tragando como pudo lo que tenía en la boca, te hizo una reverencia.

- Disculpe, mi señora... - Dijo para dirigirse después a Quiron. - Tenemos un problema. Luke ha desaparecido. -

Grace miraba confundida a Quirón y estaba a punto de preguntarle qué tenían que ver sus padres con preocuparse o no por su vida en una carrera de aquellas características cuando el sátiro entra a escena y la llama "mi señora".

Vale, sus padres adoptivos eran ricos y habían tenido siempre servicio en casa... Pero... que un ser tan extraordinario te trate como a un superior, era incluso demasiado. Quería hacer también la objeción de decirle que se refiriera a ella como "señorita", que quedaba menos prepotente, pero el tono de urgencia en su voz hizo pensar que no era momento para aquellas tonterías, así que Grace se dispone a escuchar y...

¡Bingo! Problemas... No falla.

¿Luke? ¿El Luke que me trajo hasta aquí ayer?

Pregunta, metiendose en la conversación con todo el morro del mundo... cuando se da cuenta de las confianzas que está tomando, carraspea y añade un suave "perdón" entre susurros, bajando la cabeza y mordiéndose la lengua para no soltar todas las preguntas que se iban formando en su cabeza...

¿Desaparecido literalmente? ¿Alguien lo ha visto? ¿O simplemente se ha ido? ¿Hay pruebas de lucha o resistencia? Puede que haya ido a dar un paseo... ¿quién lo vió por última vez? ¿Están sus cosas en su cabaña?

- Sí, señora, ese mismo que la trajo hasta el campamento ayer por la noche, ha desaparecido. - Dijo el sátiro mientras saltaba de un lado a otro masticando lo que aún tenía en la boca.

Quiron se mesó la barbilla con su mano peluda un par de veces, al mismo tiempo que asentía ante las palabras del superior de todos los sátiros.

- Se ha ido durante la noche, y no ha dicho nada, ni a dónde iba ni nada de nada. - Continuó, hablándole a Quiron. - Es algo extraño. Además, Grover nos ha informado que el Señor Jackson todavía no ha encontrado eso que usted ya sabe. El Consejo de Sátiros está preocupado por la futura guerra. -

Muchas palabras juntas, y todas extrañas y a la vez, complicadas.

¿Guerra? ¿De qué guerra estarían hablando?

¿Grover? ¿Jackson? ¿Quienes eran esas personas?

Y lo más importante, ¿por qué el sátiro habla con la boca llena y le entiendes a la perfección?

Dadas las circunstancias, Grace podría haberse guardado sus preguntas para otro momento... Pero todos vamos conociendo un poco más a Grace, y nos hacemos una idea aproximada de como es... así que no debería sorprendernos lo que ocurre a continuación...

La hija de Dioniso se planta delante del hombre cabra y mirándolo fijamente a los ojos, empieza a hacer una serie de preguntas.

¿Seguro que se ha ido? ¿No es posible la idea de un secuestro? ¿No hay rastros de violencia? ¿Nadie lo vió salir? ¿Se ha llevado sus cosas? ¿Y quién es ese Grover? ¿Y Jackson? ¿Qué tienen ellos que ver con esto? ¿No será Michael Jackson, verdad? Ya me espero cualquier cosa... quizá personas famosas hayan estado aquí metidas... pero eso ya lo preguntaré después. Ahora hay que concentrarse. ¿Él también corre peligro? ¿Lo perseguirán los  monstruos esos si sale del campamento? Y por último... ¿Qué guerra? ¿La tercera guerra mundial? Hay gente que amenaza con ella, pero de ahí a que sea real... no creo que debamos preocuparnos todavía...

El sátiro anciano, con su rostro adusto, curtido por el tiempo, con su larga barba blanca que casi le llegaba al abdomen y en la cual tenía enredados algunos hierbajos y flores, simplemente... se cayó hacia atrás con tus preguntas.

Literalmente, se cayó de culo.

Quiron comienza a reirse a carcajadas, mientras ayuda al sátiro a levantarse, el cual lo hace con algo de miedo y con la cabeza gacha. El director del campamento, te mira con una sonrisa y se encoge de hombros.

- Los sátiros se agobian con tantas preguntas, son así de especiales. - Dijo el centauro mientras se colocaba a tu lado. - Mira, ahora mismo no puedo responder a todas esas preguntas, por que hay algunas que no tienen respuestas para mí. Pero si te puedo contar lo que está sucediendo, por que ya sabemos que pasa con los directores de escuelas en las cuales los alumnos tienen poderes que no dicen lo que tienen que decir cuando le hacen una pregunta. -

El sátiro carraspeó como si quisiera evitar que Quiron relate, pero el hombre caballo no le hizo mucho caso. Después de todo, él único jefe de Quiron era un Olímpico.

- Verás, voy a hacerte un resumen... Le han robado a tu abuelo Zeus el Rayo, vamos, que ahora no puede fulminar a nadie desde los cielos y esas cosas. Zeus dice que el Rayo se lo ha robado Poseidon, pero al parecer no es así, por lo que tres chicos han salido de aquí a buscar ese rayo y a intentar devolverlo al Olimpo, cosa que si no sucede en menos de dos días, comenzará una guerra entre los Olímpicos, se montarán bandos, y la tierra quedará consumida por su ira. Eso es un miniresumen. -

Al entender lo que había pasado, es Grace la que se ruboriza y agacha la cara.

Lo... siento.

Murmura, levantando la mirada sólo un momento hacia el sátiro y volviendo a bajarla después... Tenía mucho que aprender de aquel mundo... Y parece que hasta relacionarse con los súbditos de su padre va a ser complicado para ella.

Pero esos pensamientos desaparecen enseguida cuando Quirón sigue hablando. La respuesta de Grace tarda tan sólo un segundo en brotar de sus labios entreabiertos por la sorpresa.

¡Qué valientes! ¿Podrán hacerlo? Puedo yo... ¿hacer algo?

Realmente no sabía qué podría hacer alguien como ella, pero si había algo... Estaría bien ayudar a devolverle algo tan valioso a su abuelo. Y evitar que los dioses entraran en guerra... Con todo lo que ello suponía.

Un momento... ¿No es un poco exagerada esa reacción? Es decir... Vale, le han robado algo muy valioso, pero... ¿Por eso tienen que destruir a toda la humanidad? ¿Es que no les importamos nada?

De nuevo, sus palabras habían salido directamente de sus labios sin pasar primero por su cabeza y sin tener en cuenta que quizá, aquello podía ofender a alguien...

- No se preocupe, señora. - Dijo el sátiro con una sonrisa mientras se frotaba el culo por el golpe al mismo tiempo que se incorporaba.

En ese momento, Quiron, que estaba escuchándote, sonrió de lado y asintió.

- No creo que sea cosa de que no les importamos, más bien es... bueno, es una pelea de hermanos. Los dos quieren ganar, y lo que sucede es que, cuando dos Olímpicos se pelean, las cosas repercuten aquí en la tierra. El mar puede volverse loco, eclipses, cosas por el estilo. -

Miró al cielo y el sol casi lo cegó, por lo que se tuvo que poner las manos sobre los ojos.

- Son Dioses, a veces, no miden sus fuerzas. -

Ante tu pregunta de si podías hacer algo, el hombre sonrió.

- Tiempo al tiempo, Grace, tiempo al tiempo. Ahora parece estar todo controlado. -

Grace enarca una ceja al escuchar la palabra "controlado". La situación parecía de todo, menos controlada. Pero sabe que ese comentario podría hacer daño, así que se lo guarda. Para eso, el filtro, sí funcionaba bien.

¿Y qué pasa con Luke? ¿Qué tiene que ver con todo esto? ¿Ha ido él también a ayudar?

Pregunta, volviendo de nuevo al meollo del asunto. Parecía que todo aquello era más grande de lo que Quirón quería que pensara... pero si él había decidido que era mejor que ella no se metiera, mejor sería hacerle caso... Grace tiene la sensación de que aquí no será como en otros colegios... donde desafiabas al director y como mucho, te expulsaban un par de semanas. Probablemente aquí sería diferente. Y tampoco quería darle a su padre el gusto de perderla de vista tan pronto.

- La verdad es que no lo sabemos por qué... - Dijo Quiron interrumpiéndose en el momento que una rubia apareció a su lado andando deprisa. - ¡Oh! ¡Juliet! ¿Qué sucede? Pareces agitada. -

La chica realmente parecía agitada.

Y no era para menos.

Llevaba puestas unas zapatillas con un par de alitas en los lados, las cuales no parecían parar de batir y no dejaban que la chica se quede quieta en el lugar.

- Deberías saber que no puedes usar eso por aquí, Juliet, y menos sin haber realizado el curso principal de "Cómo volar con zapatillas con alas". -

En ese momento, Quiron se acordó de que estabas allí y te miró, para después mirar a la rubia.

- Juliet, ella es Grace. Grace, ella es Juliet, hija de Hermes. -

Grace parpadea un par de veces al darse cuenta de las extrañas zapatillas que lleva la chica... Juliet.

Ahi va... ¡Qué pasada! ¿Son un regalo de tu padre? ¡Ah! Esto... Yo soy Grace... Hija de Dioniso. -Levanta la vista hacia Quirón para disparar una pregunta hacia él ahora- ¿Todo el mundo se presenta así aquí? Y por cierto... ¿qué se estudia aquí? Quiero decir... Hay asignaturas y cursos, ¿no? ¿Puedo hacer lo que quiera? ¿Sin pagar nada? Mis padres tienen dinero y no creo que les importara en cuanto se enteraran de todo... No les pasará nada, ¿verdad? Quiero decir... si esos monstruos me perseguían a mí, no los perseguirán a ellos ahora, ¿verdad?

Ha vuelto a dispararse. Lo sabe, pero no puede evitarlo.

Quiron sonrió.

También lo hizo Juliet, la cual habló primero, antes que el subdirector.

- ¿Pagar? ¡Que va! Todo esto es gratis. - Dijo. - ¿Y qué hacemos? Bueno, hacemos de todo. Corremos, luchamos, competimos, nos damos de ostias, luchamos, competimos y nos golpeamos aún más. Aprendemos a lanzar hechizos, a usar nuestros poderes, y demás cosas que nos ayudan a sobrevivir allí fuera. Por ejemplo, al ser hija de Hermes, soy bastante rápida, pero tú, tal vez tengas otras cualidades, no sé, si eres la Hija de Dionisio... bueno, por lo menos has tenido suerte de conocer a tu padre, seguro. -

Quiron le puso una mano en el hombro y Juliet se calló.

- Verás Grace... - Continuó Quiron. - Aquí no se paga nada, y menos con dinero mortal. Aquí... - Se metió las manos en los bolsillos de... ¿un caballo con bolsillos? - usamos esto. - Y te enseñó unas monedas de oro macizo. - Son Dracmas de oro, y son muy útiles. -