Partida Rol por web

La pinza del monstruo pasó tan cerca de la delicada cabellera de Brianna que a punto estuvo de rediseñar su peinado. Esto alteró la percepción de la joven, que por un pelo logró asirse a la siguiente rama y no caer al suelo...

La muchacha intentó continuar saltando de rama en rama, pero esta vez, no le salió como lo esperaba.

Tal vez el destino le estaba jugando una mala pasada.

O simplemente la mala suerte la estaba acompañando desde que había salido de la escuela... corrijo... desde que había entrado a la escuela esa misma mañana...

Pero la mala suerte parecía que se le había acabado allí.

El aguijón del escorpión que la perseguía, la pilló desprevenida y se le enterró en la pantorrilla derecha, inyectando un poco de su veneno. La pierna le comenzó a arder, sin embargo, eso no iba a detenerla en su camino a la libertad...

Brianna comprendió que no podría escapar de aquel monstruo por pura velocidad de modo que decidió usar su ingenio. mientras corría, aferró una rama que había tirada en el suelo, para usarla más tarde como lanza.

De pronto, la muchacha hizo un quiebro como si fueraa a girar tras un árbol,  pero acto seguido se giró en redondo y se metió de un salto debajo del cuerpo del propio escorpión, para una vez allí intentar atravesar la coraza quitinosa con la lanza por su punto más débil...si es que era ese, pues tamapoco recordaba muy bien las clases de ciencias naturales...

Tu agilidad para esquivar no es muy buena, eso ya lo tienes claro. Te lanzas con la madera dura para poder matar al bicho de marras, pero tropiezas con una rama a baja altura y el agijón del escorpión te ensarta en la pantorrilla izquierda, haciendote otro agujero por dónde entra más veneno.

Tu vista se empieza a nublar, pero en ese momento sacas fuerza de flaqueza y te cuelas por debajo del bicho, ensartándolo justo en el vientre. Tal vez, sobre su corazón, ya que ni bien entra la madera en su cuerpo, el animal desaparece en una voluta de humo amarillento con olor a azufre.

Sin embargo, tu ya no puedes moverte.

El veneno está haciendo efecto, aunque si puedes hablar y mover los ojos.

No sabes cuanto tiempo pasa, hasta que un rostro humano se asoma por encima de tu cabeza y te mira a los ojos. El la cara de un chico rubio, con un corte de pelo militar, que te mira sonriente.

- Así que estás aquí. Te has cargado un escorpión, eso ha estado genial. Ahora ya te protegemos nosotros. ¿Cual es tu nombre? - Te pregunta mientras saca una cantimplora y la destapa.

Brianna entrecerraba los ojos, no estaba segura de si aquel hombre estaba realmente allí o era producto de su enfebrecida imaginación. Aunque si no recibía pronto tratamiento contra el veneno, no creía que importara mucho. Decidió apostar por que fuera real.

Bri... Brianna... murmuró presa del mareo y el cansancio... veneno... escorpión... fue todo lo que pudo decir antes de desmayarse.

- Luke, toma, bebe. - Dijo el rubio mientras depositaba el pico de la cantimplora sobre tu boca y el nectar comenzaba a bajar por tu garganta.

En ese momento, sentiste un calor en todo el cuerpo, un calor que no era molesto o sofocante, más bien tranquilo y apacible.

Sentiste como todo el veneno de tu cuerpo desaparecía y además, como recuperabas las fuerzas y podías hablar con tranquilidad, aunque cuando quisiste moverte, Luke te apoyó su mano sobre un hombro para que no te levantes.

- Descansa un rato, que no todos los días puedes matar un Escorpionido y salir con vida. Pregúntale a Odiseo. -

El calor que atravesó el cuerpo de Brianna de punta a punta la despertó de golpe de su sopor. No comprendía cómo podía ser, pero desde luego era cierto.

Luke... encantada respondió aún sin entender todo bien. El muchacho impidió que se levantara, y ella no pugnó por hacerlo más veces. Un escorpiónido, ¿dices? ¿Qué diantres esa era cosa? ¿Y quién es Odiseo?

- ¿No conoces a Odiseo? ¿No has leído la Odisea en el colegio? Odiseo es uno de los más grandes heroes que se han criado aquí, en el campamento. - Dijo Luke con una sonrisa. - Pero ahora, basta de charla, ya creo que puedes levantarte, ven... -

Luke te ayudó a ponerte de pie y sin dejar de sonreir, guardó la cantimplora en su cinturón.

- Bien, ahora, vamos al Campamento Mestizo, allí te enterarás de muchas cosas. -

El muchacho te ayudó a comenzar a caminar, paso a paso, en dirección a las antorchas clavadas en el suelo.

Caminasteis un par de cientos de metros por entre los árboles, hasta que un gran claro apareció de la nada.

Allí, lo primero que puedes ver es un gran arco de madera, en cuya parte más alta, cuelga un cartel con unas letras. Agudizas la vista para poder ver bien y las letras parecen bailar en tus ojos. Te das cuenta que es griego, griego clásico, y tras el movimiento, se forman dos palabras que comprendes perfectamente.

"Campamento Mestizo"

¿Pero qué? exclamó sorprendida la joven estudiante ¿Has... has visto eso? Las letras se han movido...  Oye, mira, yo creo que aquí se ha cometido un error, ¿sabes? Te agradezco la ayuda y todo eso, pero creo que os equivocais de persona, yo no soy una... mestiza, mis padres son humanos, y estarán preocupados por mí, y todo eso de cíclopes, y escorpiónidos,y  Odiseas... no va conmigo comenzó a parlotear nerviosa, levantando las manos como si con ello puediera detener todo lo que estaba ocurriendo

- Tú eres una mestiza. Tal vez tus padres humanos tampoco lo sepan, pero eres hija de un Dios o Diosa del Olimpo. Sino, no podrías ver esas letras y por supuesto, no estar aquí. No te preocupes, al principio es complicado, pero ven, pasa. Bienvenida al Campamento Mestizo. - Dijo Luke mientras te ayudaba a caminar.

Después, te miró con una mirada tierna, como cuando alguien nota que no entiendes algo e intenta explicarte.

- Saber de quién eres hija es sencillo y la vez complicado. Es tu padre o tu madre la que te "marca" como su hija. No te preocupes, hay gente aquí que hace años que viene y todavía no sabe quién es su padre. Ese no es el más grande de los problemas. - Dijo el muchacho mientras entrabais al campamento.

En ese momento, un montón de chicos y chicas salen a recibirte, algunos lo hacen felices, otros parecen más parcos, pero todos salen a tu encuentro.

Ves gente con armaduras, gente con túnicas, algunos con el torso desnudo y además, varios faunos que se acercan a ti tocando sus flautas.

- Creo que será un verano interesante. - Concluyó el rubio con una sonrisa.

La pequeña Brianna sentía que una pequeña parte de sí, quizá su inocente niña interior, moría un poquito al comprender la verdad en las palabras de Luke. Siempre había sido diferente, incluso había sufrido problemas por ellos. Si de verdad la razón era que era hija de un Dios...

¿Pero cómo? Papá y mamá siempre han sido felices... ¿es que alguno de ellos engañó al otro?

Sin embargo, la estudiante no tuvo más tiempo para preocuaprse de aquellos pensamientos. Decenas de jóvenes la saludaban, tanto chicos como chicas, mayores y menores que ella. Un poco aturdida, Brianna sonreía a todos y procuraba, sabiendo que no lo conseguiría, recordar sus nombres y caras.

Ufff... ¿son ... somos tantos? alcanzó a preguntar a Luke. Oye... me ocurrió algo cuando... cuando esas extrañas animadoras se me echaron encima en la escuela... me salieron una especie de...puños americanos en las manos, no se de dónde, ni adónde fueron a parar después, pero a una de ellas le dolió el golpe que la dí. Ya lo creo... sonrió al reecordarlo, hasta que pensó en su mejor amiga y su felicidad se esfumó.

¿que sería de Ana ahora?