Partida Rol por web

1500, el Fin del Mundo: Cap II, Manus ex Ignis

25 de Marzo, en las faldas del Montgat

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23/08/2009, 19:28

Lanzas una plegaria y logras que las llaves se caigan al suelo desde la argolla que las sostenía en la pared, estas reptan lentamente hacía tu posición. En esto entra una persona, uno de los tipos con habito negro, el cual parece nervioso y no para de decir blasfemias.

-¡Maldita sea!¡Me cago en Cristo! Sabía que este asunto no aportaría nada bueno para la Hermandad... y ahora espera el Maestre que me enfrente a esos tipos mientras se va de rositas... ¡Y una mierda!-

En ese momento vuestras miradas se encuentran, parece un tipo un tanto barbudo y pálido. Su piel no es la curtida tez de un campesino sino que debe ser un habitante de la urbe. En ese momento de nerviosismo no parece haberse dado cuenta de que las llaves se están arrastrando por el suelo en tu dirección, pero temes que no tardará en saberlo debido al tintineo de estas.

Notas de juego

A bueno es verdad, se me pasó, perdona >_<

Apúntate uno de Azote eso sí XP

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23/08/2009, 19:35
Director

Ves claramente lo que hay tras la puerta, parece que han atracando la puerta con un madero cruzado. Más allá hay unas escaleras que vienen de arriba en caracol y su hunde en la tierra. Escuchas las blasfemias de un tipo que no conoces abajo y casi puedes oler a sangre...

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23/08/2009, 19:40
Kamal al-Garnati

No hay nadie justo tras la puerta —digo a mis dos compañeros, manteniendo aún la brújula en mi mano—. Intentaré abrir desde dentro.

Cierro los ojos de nuevo y murmuro para mí las enseñanzas Batini acerca del Monte Qaf y su conexión con todo.

Notas de juego

A ver si ahora tengo la misma suerte.

Geez... he muerto... 4 de Azote y un efecto de teletransportación fracasado... XD

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23/08/2009, 19:57
Director

Notas de juego

Sumate 3 de Azote, y tirame el dado de Azote anda >_<

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23/08/2009, 20:17
Patrícia Fontana
Sólo para el director

Las llaves empiezan a moverse hasta mi brazo estirado a través de los barrotes, por lo cuál no puedo evitar componer una sonrisa mientras alzo una plegaria, por lo bajo, en agradecimiento por éste pequeño milagro que conseguirá dejarnos libres. Al menos de ésta celda, aunque supongo que no será nada fácil abandonar la torre en sí.

Repentinamente, uno de esos hombres hace acto de presencia y mi cuerpo se queda rígido casi cómo el de una estatua, pero consigo controlarme al percatarme de que está casi tan asustado como nosotros mismos. "Enfrentarse a esos tipos... tienen que ser ellos, ¿quiénes si no?" pienso para mis adentros con mayor confianza y seguridad. Seguro que mis amigos no tardan en hacer acto de presencia por aquí... su simple devenir por la torre parece que ya está causando estragos.

Intento no llamar la atención del tipo hasta que las llaves ya están en mi mano y puedo esconderlas en ella.
-Si nos ayudas puedo convencerles para que no te hagan daño...- interrumpo de repente sus maldiciones blasfemas para ofrecerle una oportunidad de redención.

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23/08/2009, 20:27

-¿Son amigos tuyos?- Te dirige una mirada penetrante llena de odio.- Claro que si... ya tengo forma de salir de aquí.- Dice hablando como para si mientras desenfunda una larga daga. Con mirada aviesa y media sonrisa se dirige hacía donde estás tú

Pero cae en la cuenta, quizá un poco tarde, de que no tiene las llaves al acercarse a la celda y empieza a buscar con la mirada estas.

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23/08/2009, 20:48
Patrícia Fontana
Sólo para el director

Contengo el aliento por un segundo al comprobar la opción que decide tomar el hombre. No sé porque insisto en dar oportunidades y seguir creyendo en la fe y la bondad de las personas, supongo que no puedo evitarlo... pero la verdad es que muchas me decepcionan.
Aferro las llaves entre mi pequeña mano y retrocedo con rapidez de los barrotes para que el guardia no pueda alcanzarme de ningún modo, empujando conmigo a la familia Buffalà para que tampoco los use en su egoísta beneficio.

-Me temo que has escogido mal...- me limito a decir entonces con una serenidad que me resulta extraña incluso a mí. La serenidad y tranquilidad que me brinda el saber que ellos están cerca y les están poniendo las cosas difíciles a estos malhechores.

-¡¡SOCORRO!!- espeto repentinamente, incentivando a los Buffalà con gestos para que también me ayuden a alzar la voz y ser así fácilmente localizables. Además, no dudo que éste hombre será capaz de cosas ruines con tal de intentar salvar su pellejo, aunque sea llevarse a alguien por delante antes de caer.

Notas de juego

*¿Sería viable ampliar el volumen con Fuerzas? No estoy segura

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23/08/2009, 22:25
Kamal al-Garnati

Notas de juego

Anda, 3 XD Pensé que eran 4. ¡Yay por mí! XD

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23/08/2009, 22:48
Director

Una visión viene a la mente de Kamal, ve a Patricia encerrada como si fuera un animal en una aula con varias personas más que no reconoces, frente a ella ves a un tipo de negro con una afilada daga que parece tener malas intenciones. Ella retrocede gritando atemorizada l fondo de la celda, itnentando alejarse lo más posible del hombre.

Ese pensamiento que no sbes de dodne sale exactamente te enfurece, te enfurece de tal forma que notas tu propio corazón latiendo en tus sienes y un ardiente fuego ascender desde el estomago ,ascendiendo pro el pecho hasta que notas que toda tu sangre, todo su ser, está lleno de una fortalecedora rabia.

Notas de juego

Enhorabuena, el Azote ah desatado lo que es un Favor.

Suma dos a tu Fuerza el resto de tu escena, elimina todos los puntos de Azote.

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23/08/2009, 23:05
Kamal al-Garnati

De pronto, mi tranquilidad se quiebra por completo, dejando paso a la ira. Enfurecido, con los músculos de la cara contraídos en una mueca de rabia, me doy la vuelta y me sitúo justo frente a la puerta, sorteando a Alonso, para, sin mediar palabra alguna con nadie, lanzar una patada con todas mis fuerzas contra la madera.

Notas de juego

Con mi Fuerza, ¿debo tirar o puedo realizarlo directamente?

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23/08/2009, 23:20
Director

La puerta cede ante la ira de Kamal con un crujido tal que parece como si un arbol cayerá delante vuestro. Al caer pesadamente levanta algo de polvo y veis como la torre en si misma es una escalera de caracol de piedra que va desde una especie de agujero en el suelo tenuemente iluminado por antorchas hasta los pisos de arriba que tienen algo luz natural.

Notas de juego

Las tiradas hubieran jodido el dramatismo de la escena.

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23/08/2009, 23:27
Director

En ese momento se escucha un estruendo que hace que el hombre de negro se gire rápidamente. Alguien parece haber echado abajo la puerta con gran fuerza. El hombre no sabe donde meterse y trata de salir corriendo escaleras arriba.

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23/08/2009, 23:45
Alonso de Luna

Tras su fútil intento por derribar la puerta, Alonso se echa a un lado, recuperando el resuello. En ese momento, Kamal se lanza contra la puerta derribándola, haciendo que Alonso incluso de un paso atrás entre sorprendido y asustado por la ira del árabe.
Lanza una mirada de sorpresa a Osorio. Vuelve a mirar de reojo a la saétera. Hay momentos en que las palabras sobran.
Se dirige tras Kamal, dándole un palmada suave en el hombro, asintiendo con la cabeza. Le mira con el reconocimiento en sus ojos, para después indicarle las escaleras con la cabeza, para dirigirse detrás de él, escalera abajo.

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24/08/2009, 13:55
Luis Osorio

-Jo-der -Osorio corresponde a la mirada de sorpresa de Alonso con su propia cara de estupefacción, mientras virutas de polvo y madera se asientan sobre su jubón- Mi buen Kamal, decid... vosotros no perdistéis la reconquista... sólo estábais tomando carrerilla para darles a los cristianos una patada más fuerte, ¿verdad?

Y sin esperar respuesta, se interna en el torreón.

-¿Arriba o abajo? Si Patrícia está aquí quizá la retengan en los calabozos del sótano...

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24/08/2009, 15:26
Patrícia Fontana
Sólo para el director

Yo misma doy un respingo ante el estruendo de la puerta, mirando en esa dirección con el corazón en un puño. Ya no sé si pensar que son amigos o enemigos, pero viendo el estado de alarma del hombre encapuchado podría deducir que lo primero... Aún así, mucho me temo que incluso él temería a Maçueles y no me gustaría que dicho demonio se haya decidido a acelerar el ritmo del ritual dados los problemas que le estamos generando.

-Sabrá manejar una arma, ¿verdad?- pregunto al patriarca de los Buffalà dejando claro que va a tener que defender a su familia. Aunque no le guste supongo que estará dispuesto a ello, así que me incorporo con rapidez y con manos algo temblorosas encajo la llave en la cerradura para abrir e inmediatamente recoger el extraño arcabuce que se disparó "accidentalmente" volando la cabeza de el primero de los guardias.

Notas de juego

¿Se supone que hay varias entradas...?

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27/08/2009, 19:22
Director

Unos pasos apresurados bajan las escaleras de piedra entrado por la única puerta, el sonido retumba debido al eco de la sala  sin ventanas parcialmente escavada en la piedra del peñasco. Kamal abre la marcha poseído por una energía maníaca y con la hoja curva desenfundada aun cubierta de sangre, tras él bajan Alonso y Luis con un gesto de cansancio grabado en su cara.

La sala es pequeña y circular, poco iluminada por la marchita luz de varias antorchas. Delante de una desvencijada mesa un hombre sentado con la cabeza abierta por una fea herida, de la que aun mana sangre. Pero lo que salta a la vista es ver a Patricia empuñando un arcabuz, tras ella un pequeño grupo de gentes sencillas, agobiadas por el miedo y las privaciones miran con desconfianza a los recién llegados, esperando saber si son amigos o enemigos.

La puerta de la celda de grueso barrotes del fondo de la sala aparece abierta. Aun huele a orín y a cerrado.

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27/08/2009, 19:52
Luis Osorio

-¡Por las barbas de Melquidesec! -Grita el judío, con el rostro congestionado por la alegría de ver sana y salva a Patricia y en tan guerrera condición- ¡Os dije que sabía cuidar de sí misma, ya lo creo! Y me parece que a ese desdichado se le van a escapar todas las ideas, si es que alguna vez tuvo otra que la de hacer daño al prójimo. En ese caso ha tenido un fin muy pictórico. -Se dirige a los desconocidos- Los Buffalà, supongo. Somos la comisión de rescates. No teman. Todo parece muy negro ahora, pero al final siempre se arregla...

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27/08/2009, 20:06
Patrícia Fontana

Todavía me encuentro conteniendo la respiración, intentando tender la extraña y mortal arma al patriarca de los Buffalà cuando mis amigos hacen acto de presencia... y por muy amenazadora o cansada que sean sus expresiones para mí son una bendición del cielo, consiguiendo que al fin componga una sonrisa radiante como hace tiempo que no surgía de mí.
-¡Luis...!- exclamo conteniendo unas lágrimas de emoción cuando se acerca más, cediendo definitivamente el arma para abalanzarme hacia él y abrazarle. No sé porque, pero siempre es el primero en llegar cuando nos separamos, parece estar convirtiéndose en una costumbre... y desde luego no me desagrada. Por desgracia no puedo permanecer en esa posición de consuelo todo lo que querría pero al separarme le planto un sonoro beso en su barbuda mejilla dejándome llevar, por una vez, por lo que realmente deseo hacer ahora -No os creáis todo lo que os cuenten, he pasado un miedo terrible...- le respondo medio en broma y medio en serio, contagiada por su habitual buen humor sea cual sea la situación.

Después me giro hacia los estupefactos Buffalà y carraspeo un poco avergonzada, aunque me esfuerzo por hacer caso omiso de eso. No he hecho nada malo.
-Ellos son los amigos de los que hablé. Aunque hayan visto cosas extrañas no deben temer, les llevaremos con Joan- afirmo con tono afable, aunque después de todo lo vivido en esa pequeña celda espero haberme ganado algo de su confianza

 

Notas de juego

¡Hurra! ^^

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27/08/2009, 20:25
Alonso de Luna

Acompañado por un árabe enloquecido, cuyo único pensamiento parecía ser la seguridad de un bella cristiana; de un judío cómico, que no callaba bajo el agua y en todo momento tenía una frase ingeniosa que les levantase los ánimos, al menos un poco; de una damisela que de buenas a primeras se convierte en una fiera guerrera y diestra tiradora, a juzgar por las evidencias; y pos de un terrible adorador de demonios que estaba a punto de convocar uno de los grandes… Alonso no pudo evitar pensar que realmente el mundo era un lugar extraño y que parecía tener cierto magnetismo para acabar junto a posiblemente los personajes más peculiares que podía imaginar.

 

Era en estos momentos de cansancio cuando su mente comenzaba a divagar por extraños derroteros; eran estos los momentos en que su mente se permitía por unos meros instantes dejar de tener como único objetivo la mera supervivencia para ver un nuevo amanecer… tras una buena noche de borrachera y juegos en cualquier taberna de mala muerte.

 

Una sonrisa, más bien cansada pero sincera, se dibujo en su rostro, en respuesta a la gracia del cómico, una vez más.

- Buenos días, bella Patricia. Es obvio que Don Luis estaba en lo cierto al confiar ciegamente en vuestras capacidades. – hizo una pequeña reverencia – Mis más sinceras felicitaciones.

 

Mientras da tiempo a Kamal a tranquilizarse y reencontrarse con su protegida, se dirige a los Buffalà.

- Buenas gentes, les ayudaremos a salir de aquí. No tengan que temer. Sin embargo, antes de salir, debo preguntarles. ¿Oyeron o entendieron a donde se podría dirigir Maçueles? Cualquier detalle es importante… otras vidas están en juego, muchas, y todas ellas dependen de que podamos dar con él y pararle a tiempo… - en los rostros de Alonso se dibujaba la súplica, algo raro en él, pero el cansancio le hacía dudar de llegar a tener fuerzas para un nuevo encuentro o incluso de llegar a ser capaz de conjurar la magia una vez más antes de dormir. De verdad que deseaba no tener que descubrir la respuesta.

 

¿Cómo he acabado aquí, por el amor de los dioses?

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27/08/2009, 21:45
Kamal al-Garnati

Bajo apresuradamente las escaleras, con la furia aún bramando en mis oídos, e ignorando lo que me dicen mis compañeros. El único propósito que tengo es encontrar y salvar a Patrícia. Al bajar y ver la escena, algo dentro de mí me dice que no puede haberse acabado tan pronto, y aunque me alegra ver sana y salva a mi protegida, no puedo evitar, por precaución o guiado por lo que sea que se ha adueñado de mí, ir hacia la celda abierta, alfanje sangriento en mano, buscando a alguien a quien hacer pagar por la angustia.

Salgo de nuevo, frustrado por no encontrar a nadie, aferrando el mango de mi espada con fuerza. Me acerco a Patrícia y el grupo de gente, mirándolos a los ojos, uno por uno, buscando algún atisbo de culpa o traición en su mirada, pero parecen asustados. Me doy cuenta de que debo tranquilizarme, de que en esta estancia poco hay que pueda hacernos daño y, aunque aún siento la sangre hirviendo, inspiro fuertemente para poder hablar.

Patrícia —le digo, acercándome—. ¿Estás bien? —el nerviosismo me impide mirarla fijamente durante más de unos momentos, pero lo intento en cuanto puedo.