Partida Rol por web

Por el pasillo 2 entonces.

Esta zona es una intersección de gran tamaño. La luz que la ilumina revela una terrible matanza, y el suelo está cubierto de sangre parcialmente congelada.

Hacia delante la mina parece haber sufrido una serie de demoliciones azarosas y continua una caverna lugubre y apenas iluminada... salvo por un extraño fulgor rosado...

Hacia la derecha continua propiamente la mina con un pasillo asegurado con varios rotulos

TANQUES DE PROMETIO. ACUDA A RECARGAR SOLO EN CASO DE NECESIDAD. 

Fuego = Pum aparece escrito debajo con letra infantil.

Miro el túnel de los depósitos con curiosidad. En caso de tener que limpiar la zona, una granada de mano en ese túnel y todo se convertirá en un infierno. No creo que ningún loco mutante se atreva a entrar en ese lugar. Mi opinión es seguir por el túnel oscuro. Dijo mientras volvía a coger la pistola laser y colocaba el mangual en el cinto.

El arbitrador miró a Octus como espectante. - ¿Sientes algo más en estos pasillos, psiquico? - Pregunto mientras examinaba la sangre y los derrumbes del lugar. - Si no es así, yo optaría por evitar el tunel de la derecha, esos tanques no me dan buena espina. - Volvió a llenar la recamara de su arma. 

— Definitivamente, no quisiera estar atrapado entre esos tanques mientras nos disparan los mutantes —se mostró de acuerdo un sudado Kael'thos tras los combates librados—. Octus, si te sientes cansado por usar tanto tus poderes, podrías descansar y otearemos a ciegas por un rato... Eso es mejor a que falles en un momento crítico por sobrecargarte. 

Kael'thos empezó a encarar el tunel, mas no empezará a caminar hasta que sus amigos también lo hagan.

No te preocupes, puedo aguantar bastante más, además, imagina que encontramos un nido de criaturas como esa por casualidad... no... no podemos permitirlo.

Una vez más, luego del combate, Tyr vuelve a dejar colgando su martillo tribal a un costado y toma la escopeta del suelo, empezando a avanzar con sus compañeros hacia la intersección. Detiene su mirada un momento en el pasillo rotulado, y no puede evitar soltar una carcajada al ver el escrito infantil, aunque luego de recobrar la compostura sigue avanzando con tranquilidad, y la escopeta bien en alto.
 

Pareces notar entes vivos en ambos caminos... pero algo te impide ver mas alla. Sea lo que sea es fuerte...

Bueno, parece que hay problemas en ambas direcciones... decidid vosotros.

— Vamos por el lugar donde no explotaremos cuando alguien ponga su dedo en un gatillo.

Estoy de acuerdo, sigamos por el túnel. No quiero explotar todavía. Dijo confirmando las palabras del clérigo.

Tyr asintió a los comentarios de la hermana y el clérigo, definitivamente meterse en una trampa explosiva no entraba dentro de sus planes... todavía. Lideró la marcha, con la escopeta siempre apuntando al frente, por el pasillo menos "peligroso".
 

Continuais por el angosto pasillo hasta el final dejando atras varios pasillos sin fin, llegando a una gran camara.

Un fulgor rosáceo inunda este lugar, procedente de una gran piedra de color lavanda que asoma por una grieta del suelo y se alza hasta casi tocar el techo. Cuando os aproximáis a ella, la luz parpadea y late como si estuviera furiosa.

Notais unas energias que os invaden y provocan espasmos en vuestros cuerpos.... (*)

Tras estas sensaciones, la piedra se estremece unos instantes y de repente... ¡algo horrible aparece! 

Abotargado y deforme, armado con oxidadas cuchillas de carnicero y mirando fijamente a los personajes con un único ojo de color blanco lechoso, este inmundo demonio es una incubadora andante de las más terribles enfermedades y excrecencias, pues sirve al repugnante Nurgle, el dios del Caos de la descomposición y el contagio.

Lo reconoceis como un Portador de la Plaga.

Parece confundido y su energia tilila por instantes...

La energía recorrió el cuerpo de la hermana de batalla que empezó a contorsionarse con los espasmos. ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? Nuca antes se había enfrentado a un poder como ese.